CAPÍTULO L
BUENAS NOCHES!!
Pensaba que sería el último capítulo pero parece que no :)
He tardado tanto porque tenía dos formas de hacer estos capítulos finales y cuando me ponía a escribir no me gustaba ninguna. Después las iba mezclando y el resultado era cada vez peor hasta llegar a borrar todo lo escrito y volver a como lo iba a hacer desde un principio, pero al fin he conseguido terminar este que es lo importante. Aquí son las 21:45 y llevo desde las 14;30...necesito relajarme jajajja
Muchos besos y millones de abrazos a todos!!!
Un saludo para PripiOsorno que me realizó una entrevista que podréis leer en su libro Cancionero, recomendaciones y mas... Pasaros por allí!!!!
También quiero agradecer a todas las que respondieron a mis preguntas sobre vuestras preferencias en mis historias y tengo que decir que el gusto es muy variado!!! ;) Aunque destacan Nick y Damon, Gabe tiene también muchos votos. Entre ellas creo que es Liseth y Meredith las que se llevan la palma, y es muy curioso como muchas prefieren un protagonista y una protagonista de historias diferentes pero que luego su historia preferida es otra distinta jajaaja Señal que has donde elegir. :)
Por todo eso estoy muy contenta y os lo agradezco de corazón.
Ahora a disfrutar de la historia!!!!
***
Consiguió incorporarse y sentarse a duras penas después de que sus captores se hubieron marchado. Le dolían terriblemente los hombros debido a las ataduras de sus manos que los tenían flexionados hacia atrás. Se relamió los labios resecos y, ansiosa, inspeccionó la habitación buscando una posible salida.
Se incorporó tratando de mantener el equilibrio y saltando con mucho cuidado para evitar caer. fue acercándose a la única ventana que había en la habitación. Miró nerviosa hacia la puerta esperando que no la escucharan desde fuera y lamentando no poder retirarse la gota de sudor que le caía por la mejilla. La estaba poniendo frenética el no poder utilizar sus extremidades como deseaba. Los nudos eran bastante fuertes y se veía incapaz de librarse por mucho que se esforzara.
Sabía que era absurdo buscar una forma de escapar cuando bien poco podía hacerlo atada, pero ya se preocuparía de eso más adelante. Ahora, lo que le importaba era averiguar si esa ventana estaba demasiado alta para saltar por ella y después buscaría la manera de poder soltarse y huir lo más rápido y sigilosamente posible.
¿Estaría Damon enterado de su desaparición en estos momentos?¿La estaría buscando?. Recordar el llanto de su hijo y lo valientemente que las había defendido David le ayudó a no desesperarse en centrarse en lo que hacía. Su meta era volver a verlos, a todos ellos, lo antes posible y abrazarlos tan fuertemente que les costara trabajo respirar. Estaba contenta con su vida pero ahora apreciaba más que nunca lo que tenía y no quería imaginar que fuera demasiado tarde.
Avanzaba lentamente teniendo especial cuidado en no pisarse el vestido en un descuido porque no sabía si podría levantarse de nuevo. Jamás pensó que recorrer esos pocos metros fuera tan angustioso y difícil como lo estaba siendo.
Flexionó las rodillas y saltó, pero al pisar, se tambaleó y fue incapaz de evitar golpearse con fuerza el muslo contra el filo del único mueble que había en la habitación aparte de las sillas y la cama. Eso impidió que cayera pero se tragó el grito de dolor a duras penas.
-¡Maldición y condenación!.- Susurró sin pensar lo que decía.-
Las lágrimas le impidieron ver durante unos minutos al darse cuenta que esa era la frase preferida de Damon cuando se sentía realmente enojado. Respiró profundamente para calmarse y no sucumbir a las ganas enormes de llorar, de nada serviría en esos momentos.
Esperó, sin respirar apenas, a que la puerta se abriera y cualquiera de los dos hombres entraran para ver qué es lo que sucedía, pero nada ocurrió y pudo volver a centrarse en lo que estaba haciendo.
Llegó con mucho esfuerzo y apoyó la frente en el frío cristal para aliviarse un poco.
A pesar de la suciedad podía verse a través del vidrio lo que había al otro lado. Una gran arboleda se extendía más allá de su vista y parecía que se encontraban en medio de la nada por lo que su ánimo decayó al instante porque entonces no podría pedir ayuda tan fácilmente como había esperado, claro que era de esperarse que no la tendrían secuestrada en un lugar demasiado concurrido pero tampoco había pensado que estarían en las afueras de Londres. ¿Dónde exactamente?. ¿Quién era el responsable de todo aquello?.
Estaba segura que lo sabría muy pronto aunque hasta ahora no podía imaginarse que tipo de persona haría algo así ni porqué. Tenía que reconocer que eso no era del todo cierto porque siendo como era, la esposa de un conde, muchos verían una oportunidad de conseguir dinero fácil a pesar de que sabían que si eran descubiertos serían condenados a muerte, sin más.
Sin lugar a dudas eran conscientes de lo que se jugaban y habían decidido arriesgarse.
Calculó la distancia hasta el suelo y si podría saltar desde allí sin partirse un hueso y lo dudó, aunque si conseguía libertad de movimientos no lo pensaría dos veces y se descolgaría desde el alféizar de la ventana hasta abajo. Eran unos cinco metros y bien podía tener algo de suerte y salir completamente ilesa y sin nada más que un susto en su cuerpo.
Estaba sola en esto y no podía depender de nadie para que la rescataran. Gimió levemente por cada golpe que había recibido. El rostro le ardía y el resto de ella parecía no estar mucho mejor. Se dispuso a volver hasta el catre mientras intentaba encontrar la manera de que le quitaran las ligaduras.
Se volvió con desánimo al saber que ésta vez tendría suerte si conseguía no caerse y golpearse seriamente y lamentó no haber prestado más atención cuando Marion le contó con todo detalle como Meredith escapó de un loco no hacía mucho tiempo. Quizás eso le hubiera dado una idea brillante de salir de aquel atolladero.
***
-No pienso perder un segundo más, Nick. Voy a ir y no intentes detenerme.-
Damon bajaba las escaleras de "La Doncella" como si le fuera la vida en ello y tal vez, tuviera algo de razón porque una parte muy importante a Liseth. Sin ella.....No, no había ningún "sin ella", la traería de vuelto costara lo que costara.
Los demás trataban de mantener su ritmo apresurando el paso.
-No trato de impedir que vaya, sólo que deberías de esperar a que los hermanos Bowser y sus hombres puedan venir con nosotros, es más seguro.-
-Al igual que tu esperaste a que te acompañáramos cuando fuiste a por Meredith.- Le dijo abriendo la puerta sin esperar realmente una contestación.-
Nick gruñó algo ininteligible pero se abstuvo de comentar nada más porque sabía como se sentía Damon en esos momentos. Él había hecho lo mismo pero lo único que quería era poner un poco de cordura en todo aquello.
-Adam, puedes enviar a alguien al domicilio de Ives. Allí estarán los hermanos Bowser esperándonos. Me gustaría que les dijeras a donde nos dirigimos y lo pongas al tanto de todo lo sucedido.- Damon buscó con la vista al carruaje y en cuanto lo localizó corrió hacia él.-
Adam levantó una ceja en señal de haberlo entendido.
-Iré yo mismo y me reuniré con vosotros más tarde.- Palmeó la espalda de Nick y se marchó sin más.-
Gabe se apresuró a seguir a Arlington porque estaba seguro que se marcharía sin ellos y Nick hizo lo mismo mientras maldecía una y otra vez en contra de todo.
-¡Espera, pick!.-
El cochero retuvo los caballos en el último momento y los arreó cuando creyó que los dos caballeros habían conseguido entrar.
-¿No podías esperarnos?. Diablos, Damon, lo más seguro es que necesites ayuda. No sabemos cuántos hombres estarán allí, ni siquiera como lograremos rescatarla y tú en lo único que piensas es en meterte de cabeza sin pensar antes.- Le hizo ver Nick cada vez más preocupado por todo lo que sucedía.- Sé que en lo único que piensas es en ella, pero tan solo porque yo pasé por lo mismo, deberías de escucharme. Actuar irreflexivamente es contraproducente en éstos casos. Sólo pude verlo después, y agradecí mil veces que todo se resolviera como lo hizo. Mil cosas pudieron salir mal por mi falta de control y que me maten si voy a permitir que hagas exactamente lo mismo.-
Damon parecía no prestarle atención pero cuando terminó con un profundo resoplido, lo miró con fría desesperación, tanta, que lo silenció en el acto.
-¿Y quizás no pensaste que al actuar tan rápidamente, sin planificar nada, fuera por lo que las cosas salieron tan bien?¿No te has planteado que al presentarte allí, solo, en ese preciso momento y no más tarde es por lo que Meredith aún está a tu lado?¿Viva?.-
Nick no supo que responder y miró a Gabe pidiéndole ayuda.
-Opino lo mismo que Damon. Prefiero arriesgarme a no hacerlo y lamentar siempre el haber llegado tarde. Es mi hermana, y no deseo nada malo para ella por lo que si tengo que escoger, elijo ir cuanto antes.-
Nick miró a ambos y se dio por vencido, sabiendo en el fondo que él volvería a hacer lo mismo si volviera a presentarse la ocasión y al diablo con la prudencia.
-Está bien, hoy es tan buen día como otro para hacer un poco de ejercicio.-
Sin ser consciente, se hizo sonar los nudillos.
***
La puerta se abrió y Liseth levantó la barbilla para enfrentarlos. Podía estar muerta de miedo pero no les daría el gusto de demostrárselo. La temblaba la barbilla tanto que se mordió la boca por dentro para evitar que se le notara.
Tenía las muñecas en carne viva de tratar de liberarse y lo único que había conseguido era que los nudos se apretaran más hasta casi enterrarse en la carne. Lo único que realmente la consolaba en esos momentos era saber que los niños estaban a salvo y la esperanza de que muy pronto toda esa pesadilla llegaría a su fin.
Le sorprendió ver aparecer primero la falda de un vestido. Frunció el ceño y levantó la mirada para toparse con alguien totalmente inesperado. ¿Qué hacía ella allí?. Por unos segundos no comprendió del todo lo que sucedía.
-¿Sorprendida?.-
Lady Isabella rió alegremente al saberla tan desorientada. Cerró la puerta tras de sí sin hacer ruido y se quitó con un movimiento fluido la capa de armiño que llevaba puesta para protegerse del frío.
A Liseth aún le costaba asimilar que esa mujer tenía algo que ver con su rapto y mientras la miraba, en lo único que podía pensar era en que estaba demasiado elegantemente vestida como para pisar un cuchitril como ese. Se rió por su pensamiento absurdo, concluyendo que la histeria estaba haciéndose un hueco cada vez mayor en su aparente entereza. Ella sin saber lo que le deparaba el destino y preocupándose por tonterías como esa.
-Veo que aún conserva su buen humor.- Isabella fue a sentarse pero al ver la mugre de la silla se lo pensó mejor, y con un gesto de asco, se quedó de pie.- Eso es bueno, así cuando regrese junto a su esposo le dirá que la experiencia no fue tan traumática.-
-¿Piensa liberarme?.- Le preguntó con desconfianza. Esa mujer nunca le había gustado demasiado, independientemente de conocer la relación que había mantenido con Damon.-
-Es curioso como no me preguntas porqué estás aquí y sí lo hagas por saber si te soltaré.- La miró tratando de descubrir que había visto Arlington en alguien tan simple como ella.- El deseo de volver junto a tu esposo, imagino.-
Se negó a responder a eso y ambas se sostuvieron la mirada hasta que Isabella tuvo que retirarla algo incómoda.
-¿Porqué lo ha hecho?¿Es porqué mi marido se negó a seguir con sus encuentros?.- Liseth deseaba poder enfrentarse a ella sin cuerdas que la ataran.-
-¿Cree que ha sido eso lo que me ha llevado a esto?¿En serio lo cree?.-
La carcajada llenó el silencio que siguieron a sus palabras y en dos pasos se puso frente a una Liseth que la miraba con toda la animadversión de la que era capaz.
-¿Y qué otra razón tendría?. Usted y yo no nos conocíamos de nada, así que es lógico pensar que quiere vengarse de mi marido por algo y no se me ocurre nada mejor que el despecho.-
Isabella sonrió de forma tan siniestra que Liseth dudó por un instante de que pensara con cordura.
-¡Ah, el amor!. Tantas cosas se hacen en su nombre, pero no se preocupe ésta no es una de ellas.- Le paso una uña por el puente de la nariz, regañándola.- No voy a negar que Arlington es un muy apetecible bocado que no me habría negado a seguir probando, pero no. Yo no lo amo y nada tiene que ver los sentimientos que pueda inspirarme con el que usted esté aquí.-
Liseth la veía disfrutar con su juego. Quería que le preguntara y ella le iría evadiendo como se le antojara y ofreciéndole la información que quisiera, así que se limitó a mirarla durante largos minutos hasta que la oyó suspirar aburrida.
-Está bien, le daré una pista.- Se animó hasta el punto de que los ojos le brillaron divertidos.- ¿Qué otra cosa hay en el mundo mucho más interesante que el amor?.-
-¿La familia?.- Aventuró solo para hacerla rabiar y se felicitó cuando vio como su semblante se ensombrecía por completo.-
-¿La familia?.- Escupió asqueada.- No, querida, el dinero. Eso es lo más importante.- Se paseó hasta la silla y clavó los dedos en el respaldo de madera mientras la fulminaba con la mirada.- La familia solo es tal cuando les beneficias de algún modo pero cuando pueden, te venden a un viejo arrugado y depravado a cambio de encumbramiento social. No les importa que les supliques, les implores, ellos, malditos sean todos, solo te ven como moneda de cambio. Pasas de estar en manos de tus abnegados familiares a la de tu esposo y para mí no sabría decirte cual de las dos me repugna más.-
Liseth entendió que ella había sido obligada a casarse con su marido, muchos años más viejo, pero no entendía que tenía eso que ver con su situación actual.
-Lamento que te sucediera eso, pero no creo que...-
-No me compadezcas.- La cortó de forma tajante.- Tú eres la culpable de encontrarte aquí, no yo. No me has dejado otra alternativa.-
Liseth cada vez la veía más nerviosa a pesar de querer aparentar tranquilidad y no sabía si eso era bueno para ella o no.
-¿Cómo puedo ser culpable?.- Le dijo asombrada.-
-Si hubieras accedido a darle el dinero a Lord Ives nada habría ocurrido. Pero te negaste, convenciste al estúpido de tu marido y a tu hermano, para que no se dejaran extorsionar. Husmearon en su pasado y no sé qué es lo que encontraron pero lo tuve emborrachándose en mi alcoba y maldiciendo su mala suerte.-
¿Lady Isabella y Lord Ives eran amantes?. Cada vez entendía menos.
-¿Porqué necesitaba usted el dinero del chantaje?. Tengo entendido que su marido es muy rico.-
-He esperado durante años a que muriera y por fin fuera libre y rica, pero parece no querer hacerlo con la celeridad que a mí me gustaría. Podría hacer que lo mataran pero aunque no lo crea, la conciencia no me dejaría vivir tranquila.- Pareció realmente molesta por ese motivo.- Cuando supe por Lord Ives lo que podría conseguir por mantener el secreto de tu verdadero pasado, lo animé, lo convencí que me escaparía con él después. Está loco por mí y cree que le amo.- Le aclaró con una sonrisa sabedora de sus encantos.- Yo pensaba abandonarlo a la primera oportunidad y llevarme el dinero conmigo, el suficiente como para empezar una nueva vida en otro país, no importa donde.- Su mirada se volvió soñadora y hasta Liseth sintió algo de lástima por ella.- Podría encontrar a un hombre al que le importara, un hombre que me viera como mujer y no como un simple adorno del que llevar del brazo en los actos sociales. Un hombre al que podría escoger yo.- Golpeó la silla contra el suelo con tanta fuerza que le pitaron los oídos.- No uno impuesto. Viviría mi vida como yo quisiera y no como los demás me dictaran.-
Liseth la entendía más de lo que quisiera pero no podía perdonarle que para conseguir esa libertad le hubiera privado la de ella.
-¿Crees que eres mejor que yo?.- La italiana hablaba con ira contenida.-
La pregunta la tomó tan de sorpresa que no supo que responder.
-Lo crees.- Afirmó ante su mutismo.- Piensas que tienes derecho al amor, a tener una familia que te adora tanto como para inventar tal cantidad de patrañas que si se supieran os arruinarían socialmente para siempre. ¿Y yo, no merezco lo mismo?.-
- Para conseguir ésta felicidad que tan fácilmente piensas que me ha llegado he tenido que pasar por mucho y perder a mi madre por el camino. Tener un padre al que ni siquiera conocí. Todos merecemos ser felices pero no puedo decirte que lo que haces está bien, no puedo.-
- ¿Qué importancia tiene lo que tu pienses o no?. Recibiré mi dinero y nadie sabrá de mi nunca más. Volverás con tu esposo en unos días y puedes estar agradecida que los planes no salieran como los tenía pensado porque entonces las cosas para ti serían mucho peores.-
-¿Peores?.-
-Mucho peores. Mi primera idea era traer a tu hijo también y cuando recibiera el rescate oportuno y volvierais a casa, para evitar que investigara sobre quién era el responsable de tu rapto, tenía fabricadas pruebas que le haría llegar a Arlington. Pensaría que te fugaste con un amante y lo extorsionasteis fingiendo un secuestro, pero que te abandonó y tu regresaste a él. Sembraría la duda y pensaría que era una completa locura que alguien se atreviera a raptar a una condesa y a su hijo, al final confiaba en que terminaría creyendo que lo utilizaste.
Camino hacia la puerta con decisión.
-¡Espera!¿Por qué razón has dejado que supiera que eras tú la que estaba detrás de todo?¿Por qué no has seguido con ese plan?.-
Isabella la miró con infinita tristeza antes de responder.
-Supongo que porque después de todo sé que lo que hago está mal y de alguna manera quería disculparme contigo. Y puede ser que porque el amor sí que es importante aunque a algunos parece esquivarnos. Para cuando sepan lo que hice, espero estar muy lejos.-
Liseth apenas reaccionó hasta que ella abrió la puerta.
-¿Podrías desatarme?. Casi no siento los brazos.-
Isabella se volvió lentamente y por primera vez pudo ver a la mujer de verdad y no a la que medía cada gesto y cada mirada.
-Les diré que lo hagan, después de todo no tienes a donde ir.- Le dijo terminando de marcharse.-
Suspiró aliviada al saber que al menos podría moverse con libertad y lamentando tener que estropear los planes de la italiana. Ella tendría que escapar porque no se fiaba del carácter voluble de la dama. En el fondo, la compadecía. Tenía que ser muy desgraciada como para embarcarse en un asunto tan sucio como ese. Su aparente felicidad no era más que una pantalla al mundo y eso tenía que ser destructivo.
La puerta volvió a abrirse y el más alto de los hombres se acercó hasta ella.
-Si intenta cualquier cosa se lo hundo hasta el corazón.- Le amenazó enseñándole el enorme cuchillo con el que le iba a cortar la soga.-
No hizo el menor movimiento mientras era liberada.
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