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Capítulo 37

HOLA A TODOS !!

AQUÍ TENÉIS POR FIN EL ÚLTIMO capitulo Y COMO LO HE SUBIDO PROMETÍ TAN PRONTO LO HE ESCRITO Y ADEMÁS OS DEJO EL EPILOGO PARA QUE NO OS QUEJÉIS JAJAJAJA

YA ME DIRÉIS QUE OS HA PARECIDO Y ESPERO, DE CORAZÓN QUE OS HAYA GUSTADO !!!!

MUCHOS BESOS Y ESPERO QUE LO DISFRUTÉIS !!

AH, SE ME OLVIDADA. AQUÍ OS DEJO UNA FOTO DE CARMICHAEL, ES MI MEJOR AMIGO Y SE LLAMA Kain: Y HA Posado CON CARA DE enfado MUY METIDO EN SU PERSONAJE. DESDE EL PRINCIPIO DE LA HISTORIA ME DECÍA QUE SI HACIA UNA PELÍCULA (ME reía COMO LOCA CADA VEZ QUE LO ESCUCHABA) EL quería protagonizar AL Malvado Señor Carmichael.

ME GUSTARÍA MUCHO QUE ME DIERAIS Vuestra OPINIÓN AL RESPECTO PORQUE SÉ QUE LE HARÍA MUCHA ILUSIÓN SABER QUE DA EL PERFIL PARA EL PAPEL JAJAJAJAJAJA

Y ahora si ........ BUENA LECTURA !!

***

- ¿Pensabas que sería él?.- Gabe rompió el silencio que mantenían desde que abandonaron la zona portuaria pero tenía que hacer la pregunta que hacía rato le rondaba por la cabeza.

Starling apartó la vista del paisaje que desfilaba ante sus ojos y la posó en su amigo.

- Ni por un instante.- Aún le costaba creer que Folk hubiera llegado a esos extremos.- Y eso es lo que me está matando. Todas las veces que lo tuve al lado mío. Al lado de Meredith ¡Por Dios!.- Apretó las mano sobre las rodillas para evitar golpear algo.- Sabía que no era normal su actitud hacia mi. Cualquier otro como poco, me hubiera enfrentado intentando golpearme al imaginar siquiera haber escapado con su mujer, pero Carmichael no. - El pensar en él hacía que se le revolviera las tripas.- Actuaba como si nada hubiera ocurrido aunque trató por todos los medios de vengarse a través de Meredith.

El recuerdo del día en el que se presentó en su casa y lo golpeó lo tranquilizó un poco aunque no lo suficiente como para darse por satisfecho. Estaba deseando tenerlo entre sus manos y apretarle su maldito cuello hasta verle salir los ojos de las órbitas.

No tendría ningún tipo de arrepentimiento por ello. Sin duda podría dormir a pierna suelta durante el resto de su vida y no tener pesadillas.

- ¿Crees que Meredith corría verdadero peligro?.- Esta vez fue Damon el que preguntó.

- No lo sé.- Negó varias veces con la cabeza- Realmente, no lo sé. Siempre pareció interesado en ella, incluso durante el primer mes de nuestro matrimonio, cuando yo no estaba aqui acompañándola como debía.- Siempre se arrepentiría de aquella decisión apresurada de huir para refugiarse en Hope.- Tu mismo me lo comentaste, Arlington, que la perseguía allá donde iba.- Se reclinó de nuevo sobre el asiento del carruaje.- Quizá sólo lo hacía para molestarme. Si la conseguía a ella estaríamos a la par porque pensaba que Elisabeth lo había engañado conmigo, pero creo que al final se ha obsesionado con Meredith de verdad. No sabría decirte porque lo pienso, pero la forma de mirarla... Está hambriento de ella.

Los tres volvieron a quedar sumidos en sus propios pensamientos mientras el carruaje recorría los últimos metros hasta la entrada de Laugton House.

Nick saltó sin bajar la escalerilla con agilidad. No tardaría demasiado por lo que nadie se apearía de los coches. Sólo entraría y le contaría a Meredith lo ocurrido aconsejándole, incluso ordenándole si se ponía cabezota, que no saliera hasta que Carmichael fuera detenido. No sabían donde podrían encontrarlo pero lo más lógico era ir a su casa y si no tenían suerte allí, preguntar a la servidumbre si conocían su paradero y buscarlo hasta dar con él.

La búsqueda podía resolverse en menos de treinta minutos o durar varias horas, dependiendo de lo escurridizo que fuera Folk.

Abrió la puerta sin esperar a que Sanders lo hiciera. Después de todo era su casa y no tenía porque llamar. Justo cuando entraba escuchó como los coches en los que viajaban los hermanos Bowser y el resto de hombres llegaban hasta la entrada. También creyó oir los cascos de un solo caballo pero no prestó mayor atención a ese hecho.

Sanders apareció junto a él con su habitual sigilo. Hubiera servido para espía por la manera silenciosa que tenía de moverse. Sonrió débilmente por primera vez en todo lo que llevaba de día.

- Sanders, ¿Dónde se encuentra mi esposa?.- Mientras lo decía se dirigía al saloncito donde Meredith y su madre pasaban las horas charlando e intentando matar el aburrimiento que les producía el tener que estar recluidas hasta nuevo aviso.- Tráigame un abrigo, el mío ha sufrido un accidente, y la mañana es bastante fría. No tengo mucho tiempo.

Sanders casi corría pegado a su espalda intentando alcanzarlo.

- Milord, el abrigo lo tendrá en un minuto pero la señora Condesa no se encuentra en casa.-

Se golpeó contra Starling cuando este frenó de repente y trastabillo hacia atrás cuando se giró para encararlo.

- ¿Cómo dices?.- Preguntó sin controlar su enfado.

Sanders tragó y prudentemente se alejó otro paso.

- La condesa salió ésta mañana bien temprano a casa de su prima, la señorita Remington. Dijo que tenía permiso de usted para realizar la visita, milord.- Aclaró, esperando no meterse en problemas por la respuesta. El señor Conde era un poco exigente en todo lo que se refería a su esposa y a veces reaccionaba exageradamente cuando se le contradecía.

Nick se relajó. Claro, había olvidado por completo la conversación que había mantenido con ella durante la cena la noche anterior. Calculó el tiempo y decidió que no volvería a desviarse para buscarla. Primero iría a por Carmichael y después localizaría a Meredith para contarle lo ocurrido.

- Si regresa, dígale que no se mueva de aquí. Trataré de volver lo antes posible. Y ahora quisiera mi abrigo.- Acompañó sus palabras con un movimiento impaciente de su mano.

Sanders desapareció rápidamente. Estaba seguro que no tardaría demasiado.

- ¿Nicholas?.-

Nick se volvió y vio a su madre dirigirse hacia él.

- Madre, buenos días.- Se inclinó para besarla y tomarle las manos apretándoselas con afecto.- Tengo una buena noticia. Sabemos quien es el responsable y en pocas horas todo estará resuelto.

El semblante de Lady Abbigail se relajó de forma evidente y sus ojos se empañaron. Nick sabía que había estado muy preocupada por él y se alegró de poder evitarle más sufrimiento.

- ¡Oh, Nicholas, he estado tan inquieta por ti!.- Lo abrazó y lloró de alegría y alivio porque todo se hubiera resuelto por fin.- ¿Quién...?

- Carmichael.- Cortó la pregunta antes de que pudiera terminarla sintiendo un mal sabor de boca al pronunciar el nombre.

Abby lo miró sorprendida pero no intentó indagar más porque el tono helado de su hijo no permitia un interrogatorio en ese momento.

Ruidos de pasos y voces discutiendo los hicieron mirar hacia la entrada.

Damon y Gabe aparecieron con los rostros descompuestos y por sus ademanes se percibía que algo había ocurrido que los tenía así de preocupados. Nicholas no tuvo tiempo de abrir la boca para preguntar lo que sucedía cuando tras ellos apareció Robert, uno de los hombres que habían salido con Meredith esa manaña y la sangre se le heló en las venas.

- Nick, ha ocurrido algo que....- Gabe calló cuando Starling pasó a su lado como una rayo y tomando a Robert por la solapa del abrigo lo estrelló contra la pared.

- ¡¿Dónde esta Meredith?!.- Preguntó elevando la voz.

Gabe y Damon lo agarraron cada uno por un brazo y trataron de separarlo del pobre hombre que lo miraba asustado a pesar de estar curtido en peleas y tratar con todo tipo de delincuentes.

- Vamos, Nick , cálmate. Deja que se explique.- Damon tiraba de él sin conseguir apartarlo.

Trataban de razonar con Starling antes de que perdiera el control y no preguntara antes de actuar.

Nick clavaba la mirada en Robert esperando una respuesta. No iba a soltarlo hasta que le asegurara que Meredith estaba bien, pero en el fondo sabía que eso no iba a ocurrir, por lo que trató de controlar su mal genio, y lo soltó muy lentamente intentando escuchar lo que tenía que decirle, pero no se alejó ni un centímetro.

- ¿Y bien? Le he hecho una pregunta fácil y espero una respuesta igual de sencilla.-

En ese momento apareció Sanders y se extrañó del ambiente tenso que se respiraba.

- Su abrigo, milord.- Fue bajando la voz a medida que hablaba.

Nadie le prestó la menor atención y recogió de nuevo el brazo que tenía extendido sosteniendo la prenda para dejarlo pegado a su pecho.

- Nick, deja que Robert respire tranquilo. Contigo mirándolo como si lo fueras a matar no puede pensar.- Damon tiró de su amigo y agradeció que éste se dejara llevar pero observó que no relajaba ni un ápice la tensión del cuerpo ni apartaba la dura mirada del pobre hombre.

Robert se colocó bien el abrigo y se separó unos pasos más acercándose a la puerta por si fuera necesario salir corriendo, movimiento que a Nick no le pasó desapercibido y lo miró entrecerrando los ojos.

- Verá, milord, nosotros hicimos lo que nos dijo. Acompañamos a Lady Laughton a casa de su prima. Incluso le comunicamos a su esposa que usted había ordenado no estar demasiado tiempo allí.- Miró a los presentes con algo más de seguridad intentando dejar claro que ellos habían hecho su trabajo pero que la señora había decidido desaparecer por su cuenta y riesgo.- Esperamos fuera bastante tiempo hasta que decidimos preguntar si tardaría mucho más y entonces - Tragó con dificultad.- descubrimos que había salido junto con la señorita Remington sin dejar dicho a donde iban y por supuesto no lo hicieron por la puerta principal, las hubiéramos visto, sino que es escabulleron por la que hay en el jardín que da a una calle lateral.

Nick no reaccionó de inmediato, sino que asimiló una a una las palabras que parecían tardar en tomar forma en su cabeza. ¿Porqué demonios haría Meredith algo así? Seguro que la muy inconsciente se había escapado porque quería comprar un sombrero, una enagua o vete tu a saber que maldita cosa. En cuanto le pusiera las manos encima... No, no podría hacerlo porque estaba embarazada, así que tendría que guardar el castigo hasta después de haber tenido a su hija y estaba seguro de que no se le habría pasado el enfado por muchos meses que faltaran para el parto.

Otra idea apareció sin él pretenderlo, y era que bien podía ser que mientras esas dos irresponsables estaban divirtiéndose por las calles de Londres, Carmichael también estaba libre de hacerlo, aún. Ahora sí que estaba totalmente furioso. Meredith se había puesto en peligro por no hacerle caso y hacer su santa voluntad, pero ¿que probabilidad había de que se encontraran los dos?. No importaba en absoluto que no se cruzaran siquiera. Lo único real en ese momento es que le había desobedecido

- Esta mujer va a acabar conmigo. Moriré joven lo sé.- Murmuró sin poderlo evitar y su madre lo miró comprensiva.

- Nada ocurrirá, Nick. Llevaba demasiados días aquí encerrada....

- No es excusa, madre.- Dijo moderando tanto el tono como le fue posible.- Le dije exactamente cuales eran las condiciones para permitirle visitar a Marion y ella ha preferido ignorarlas por completo. ¿Tan difícil era hacerlo? Todo lo que pretendía era mantenerla a salvo y ahora anda por sabe Dios donde.- Se pasó las manos por el cabello en un gesto de desesperación.- Bien, tenemos que encontrar a Carmichael y esperemos que sea pronto.

Gabe le palmeó la espalda apoyándolo y Damon le precedió hasta la puerta.

Marion casi llora de alegría al ver Laughton House, el trayecto hasta allí había sido bastante accidentado. Las calles a esa hora estaban bastantes concurridas y había tenido que sortear varios obstáculos mientras más de uno le gritaba por su forma imprudente de montar. Había estado a punto de arrollar a unos jóvenes y mientras se alejaba todo lo rápido que podía les gritó pidiendo perdón. Todo su afán era llegar lo antes posible a su destino.

Enfiló el camino de acceso y puedo ver varios carruajes justo en la entrada obstaculizando su marcha.

¿Qué hacían tantos coches parados justo donde ella tenía que desmontar?. Sin pensárselo, hizo que el equino girara a la derecha y siguió su alocada marcha por los parterres que habían entre los carruajes y la casa. Vió la escalinata de entrada y subió por ella montada en el caballo. Habría estado dispuesta a llegar hasta el vestíbulo si fuera preciso pero en ese momento salían por la puerta Starling, Arlignton y Stanton. Tiró de las riendas para evitar llevárselos por delante y el caballo se encabritó levántandose sobre sus patas traseras.

Por un instante pensó que daría con sus huesos en el suelo pero consiguió dominar a su montura y pasando una pierna por encima del cuello del animal se bajó de un salto. Si la llega a ver el Señor Emerson, su profesor de equitación, seguramente habría puesto el grito en el cielo por esa manera tan poco femenina de desmontar.

Salían por la puerta dispuestos a marcharse lo antes posible cuando Marion hizo su aparación con caballo y todo. Nick por un momento no supo que hacer o decir. ¿Qué diablos le ocurría a esa mujer para hacer algo así?. La vió desmontar y, entre sedas y enaguas, se dejaron entrever unas bien torneadas piernas. Miró a los lados y sus amigos estaban igual de estupefactos que él.

- ¡Qué demonios....!.-

Marion corrió hacia él y en su expresión pudo ver que no era portadora de buenas noticias.

- ¿Dónde esta Meredith?.- Parecía que últimamente no podía dejar de repetir esa frase.

Sabía que algo no iba bien, lo presentía, porque, ¿qué razón había para que Marion se encontrara allí sin Meredith?. El color le abandonó el rostro al imaginarse decenas, miles de posibilidades, cada una de ellas peor que la anterior. Marion parloteaba casi histérica y la sujeto con fuerza por los hombros para evitar que terminara de derrumbarse.

- Tienes que ir corriendo. No pensamos que fuera peligroso pero Meredith no salió... y yo estaba allí esperando a que lo hiciera...no sabía que hacer. Tenía que entrar o venir a buscarte. Pensé en llamar a la policía pero me harían tantas preguntas que quizá fuera demasiado tarde.

- Marion...- Nick intentó interrumpirla pero se hallaba en tal estado de nervios que le fue imposible hacerlo.

- De verdad que yo no quería que esto pasara. Me moriré si le ocurre algo...por favor, tienes que ir...- Comenzó a llorar dejando salir toda la angustia contenida.

- Marion si no te calmas no podré ayudar a nadie.- La zarandeo con algo de energía para hacerla reaccionar.

Notó como respiraba intentando controlarse mientras sorbía con fuerza por la nariz.

- Meredith y yo fuimos a casa de Carmichael, pero ella no salió cuando tenía que hacerlo. No lo hizo.-

Nick no la oyó terminar, ya que en cuanto escuchó el nombre de Carmichael la soltó y montó con una rapidez asombrosa sobre el caballo haciéndolo girar y bajar de un salto la escalinata.

No perdería ni un segundo en escuchar porqué su mujer y la prima de ésta habían decidido visitar a Alec Folk, pero él se encargaría de sacarla de allí aunque tuviera que atravesar el mismísimo infierno.

Y lástima del que se pusiera en su camino.

Damon se encargó de una Marion deshecha en llanto. Con mucha delicadeza la dejó en manos de Lady Abbygail y sin perder tiempo se subieron a los coches y fueron detrás de Nick.

Sólo esperaba que no llegaran demasiado tarde para evitar que a Meredith le ocurriera algo porque entonces no habría poder humano, o divino, que salvara a Carmichael de la furia de Starling.

Marion los vió alejarse y rezó con fervor esperando que llegaran a tiempo. Al principio había tenido sus dudas de que Meredith estuviera retenida en el interior de esa casa, pero a medida que el tiempo iba pasando más segura estaba de que algo grave había ocurrido para que su prima no hubiera salida por su propio pie de aquel lugar.

Meredith le daba vueltas a todas las posibles situaciones que podrían presentársele en cuanto Carmichael volviera y en cómo las enfrentaría. Esperaba ser lo suficientemente lista como para engañarlo y poder escapar. Tenía que intentarlo al menos porque no se resignaría a soportar lo que ese loco le tenía preparado.

Se colocó las manos sobre el vientre y volvió a pedirle perdón por no haber pensado en todo lo que podía haber salido mal. Le prometió que si salían de ésa no volvería a ponerlo en peligro y lo protegería hasta con su vida de todo mal.

Se envaró cuando el ruido de la llave girando en la cerradura rompió el silencio. La puerta se abrió dejando paso a un Carmichael relajado y satisfecho consigo mismo.

Ella se mantuvo muy tiesa sentada en el filo de la cama y casi salta de alegría al ver que no había vuelto a cerrar con llave una vez dentro.

Un problema menos del que preocuparse. Parecía que al menos algo le salía bien.

- Tienes mejor color, querida.- La valoró con la mirada y se recreó en la porción de piel expuesta por encima de su corsé.

Meredith aguantó las ganas de vomitar que le daba nada más verlo y trató que su tono fuera comedido.

- Sí, gracias por ser tan considerado y dejar reponerme después de todo lo ocurrido.- Mintió con descaro.

Su sonrisa se ensanchó aún más al verla tan sumisa.

- Bien, veo que has comprendido perfectamente donde debe estar tu lealtad. Sabía que era una mujer inteligente que sabe lo que le conviene.

Se acercó a ella y se paró justo enfrente. Le levantó el rostro con el dedo índice y chasqueó la lengua con desagrado.

- Menos mal que sólo son unos cuantos moratones que desapareceran en unos días. La inflamación lo hará antes, por supuesto. Pero ésto te enseñará que es mejor no contradecirme.- Su voz se endureció.- ¿Me has entendido?

Meredith asintió sin poder hablar.

Folk volvió a lucir una deslumbrante sonrisa y se sentó a su lado tomándole la mano lastimada entre las suyas. Ella hizo un gesto de dolor al sentir la presión de sus dedos y se mordió el labio para evitar quejarse pero lo liberó con rapidez cuando lo sintió sangrar de nuevo.

- Llamaré a un doctor para que te vea esta muñeca. Le diremos que te caíste por las escaleras al pisarte el bajo del vestido, ¿De acuerdo?.-

Ella volvió a afirmar con un movimiento de cabeza.

- Buena chica.-

Meredith casi esperó que le palmeara la cabeza como si se tratara de un cachorro que había conseguido hacer correctamente la pirueta para la que había sido amaestrado. Carmichael se acercó a ella y enterró el rostro en su cuello y comenzó a besarlo. Meredith supo que tenía que ganar tiempo. Pararlo de alguna manera.

- ¿Porqué yo?.- Le colocó las manos en los hombros sin ejercer presión para no enfadarlo pero haciéndole saber que esperaba una respuesta a su pregunta.

Camichael demoró en responder porque estaba muy ocupado tratando de deshacerse del vestido partido a jirones.

- Al principio porque eras su mujer y eso era suficiente,- Se encogió de hombros restándole importancia.- pero luego me excitaba cada vez más cuando te veía y deseaba tenerte para mí.-

Se concentró en acariciarle de forma brusca los pechos. Meredith lo oía respirar cada vez de manera más agitada.

- ¿Porqué lo odias tanto?.- Hablaba muy bajito y entre jadeos, pero eran debido al miedo que tenía y no a sus artes amatorias como Folk pensaba.

- El se follaba a mi mujer, a Elizabeth.- Dió un fuerte tirón del frontal del vestido y los rasgó por completo dejándole total libertad para acceder a sus senos cubiertos aún por el corsé.- No me hubiera importado, después de todo me gustaba compartirla, a veces yo también participaba, pero siempre era con quien yo quería. Ella decidió perseguir al perro de tu marido sin mi permiso, incluso se escapó con él, aunque luego volvió pidiendo perdón.- Rió de tal forma que Meredith tembló de miedo.- ¿Sabes? Yo la maté, la ahogué en la habitación de al lado, en su bañera. Ella pretendía dejarme en cuanto Starling chasqueara los dedos y yo no estaba dispuesto a que eso ocurriera. A mi no se me abandona. Creo que no llegó a aprender esa lección y tuvo que pagar por ello.

Meredith estaba paralizada. Carmichael había sido el responsable de la muerte de su mujer y ahora pretendía matar a Nick. Sus manos se deslizaron por debajo del borde del corsé y le sacaron un seno. Carmichael fijó la mirada en su aureola como hipnotizado mientras se relamía con lujuria.

Ella lo dejó hacer y fue subiendo la falda del vestido poco a poco para acceder a la navaja de afeitar que ocultaba. Muy despacio, centímetro a centímetro para que él no pudiera darse cuenta de lo que tramaba.

Sentía repulsión cada vez que la acariciaba y cuando sintió sus labios y sus dientes mordiendo el delicado pezón casi lo empuja con rabia para evitar que siguiera tocándola de manera tan íntima.

¡Cómo echaba de menos las manos y las caricias de Nick!

Volvió a concentrarse en llegar a su objetivo y trató de evitar pensar en lo que Carmichael estaba haciendo.

Gimió cuando el muy cerdo dejó caer el peso sobre su mano lastimada y él pensó que disfrutaba.

- Eso es, grita, me gustaría oirte suplicar porque te folle fuerte y duro.-

De pronto se puso de pie y comenzó a desvestirse. Meredith paralizó todo movimiento y rezó para tener el valor suficiente de hacer lo que tenía en mente.

- ¿Quieres que te cuente otro cosita que sé que te gustará?.- Se desprendió del pañuelo y comenzó a desabrocharse la camisa.

Meredith se mojó los labios resecos y él sonrió ante el movimiento de su lengua.

- ¿Quieres jugar verdad?.- La mirada se le enturbió debido al deseo contenido.- No te preocupes ahora te daré algo con lo que hacerlo.- Y comenzó a desabrocharse el pantalón.

Meredith abrió los ojos totalmente frenética.

- ¿Qué otra cosa ?.- Soltó intentando frenarlo.

Carmichael dejó lo que estaba haciendo y la miró fijamente sin rastro alguno de emoción.

- Yo tenía un amigo, un muy buen amigo. Le gustaba divertirse con jovencitas, tu me entiendes, lo pasaba bien con ellas y luego las dejaba. El sólo tomaba lo que le ofrecían gustosamente. Cierto es, que les mentía para conseguirlo. Les ofrecía el amor eterno y un matrimonio dichoso y con muchos hijos, pero si ellas fueran tan puras como pretendían ser y no las putas que realmente eran, lo habrían rechazado, ¿no es verdad? y entonces nadie habría salido perjudicado.

Se mantuvo en silencio mirándola, pero Meredith sabía que no la veía a ella sino que recordaba lo sucedido en otro momento de su vida.

- Pero claro las familias de las muchachas no lo veían así aunque guardaban silencio sobre lo ocurrido porque no les convenía divulgar que su hija ya no era tan virginal como debería serlo. Mi amigo por supuesto se negaba a casarse con ninguna de ellas.

Meredith no podía evitar escucharlo atentamente, sospechando lo que vendría a continuación.

- Pero llegó el día que la muy respetada señorita Violet Starling se cruzó en su camino y la encontraron en una habitación a solas con él besándose y con la ropa desarreglada.- Rió al imaginar la situación.- Ella no dudó un momento en admitir que había tenido algo más que eso y se lo contó todo a su querido hermano y éste no se conformó con tapar la deshonra. Era demasiado honorable para hacerlo.- La boca se le torció en una mueca amarga.- Retó a duelo a mi amigo y lo mató. Después se marchó durante muchos años fuera de Inglaterra, a España, y yo me dí por satisfecho al saberlo lejos de su familia y de todo lo que conocía. Pero tuvo que volver y cruzarse de nuevo en mi camino. Enredando a mi mujer. Ésta vez no le iba a dejar salirse con la suya.

Se inclinó sobre ella y se restregó para hacerle sentir la dureza de su erección contra su muslo.

- ¿Te parece conocida esa historia, querida Meredith?. Pero lo que no sabes, ni tu ni nadie, es que era yo, el que protegido por la oscuridad de las habitaciones, las hacía volverse locas y pedir que no me fuera sin que las jodiera otra vez. El se conformaba con adularlas y ganarse fama de libertino porque no era capaz de rendir como un verdadero hombre, pero yo era el que hacía el trabajo duro y ambos estábamos conformes con los papeles que desepeñábamos. Yo fui el que se folló a Violet, claro que ella no lo sabía, pensaba que era su amado el que entró en su cama aquella noche. Mis gustos sexuales han variado bastante desde entonces y me complacerá enseñarte de que manera.- Con sus dedos le pellizcó un pezón hasta hacerle saltar las lágrimas.- ¿Verdad que te ha parecido una historia divertida?. -

No la dejó contestar ya que la besó brutalmente y le mordió los labios para que le permitiera meter la lengua en su boca.

El peso de su cuerpo no la dejaba respirar apenas y la presión de su boca hacía que sus labios doloridos clamaran pidiendo piedad. Se retorció bajo su peso tratando de apartarse pero eso lo excitó aún más y sus dedos se le clavaron, sin delicadeza alguna, en la carne de su pecho dejándole algunos rasguños.

Carmichael estaba poseído por un deseo incontrolable y sólo hundiéndose en su interior se calmaría. Había esperado demasiado para tenerla y ahora era suya, por fin. Ella se debatía intentando liberarse. Había esperado que opusiera resistencia y le gustaba que lo hiciera. No quería que fuera complaciente con él. Ya tendría tiempo de domarla a lo largo de su vida de casados.

La sujetó por la mano que sabía que le dolía y se complació al escucharla gritar mientras con los dientes le mordía el cuello dejándole una marca sangrante.

Meredith intentaba desesperadamente tirar de la falda del vestido que estaba aprisionada entre sus cuerpos. Consiguió liberarla y con la mayor rapidez posible la subió hasta la cadera. Su mano se topó con el frío metal y con dedos temblorosos la sacó tratando de abrirla. Carmichael aprovechó que tenía la pierna descubierta para acariciarle la piel de forma salvaje. Le abrió los muslos y se colocó entre ellos.

- Y ahora, querida, vas a gritar y no me importará si es de dolor o de placer.- Su rostro estaba desencajado debido sin duda alguna a las ansías de someterla a su voluntad.

Meredith sintió como el miedo inundaba cada poro de su piel y un escalofrío le recorrió la espina dorsal.

Carmichael volvió a saquearla con su boca y ella aprovechó para volver a tratar de abrir la hoja cortándose en el intento. La sangre que le corría entre sus dedos le obstaculizaba en gran medida conseguirlo pero eso no le impidió intentarlo una y otra vez.

Folk tiró de la ropa interior con fuerza hasta conseguir rasgarla del todo y sintió como la sangre le bombeaba en su miembro erecto. Pronto la follaría hasta cansarse y se río ante la idea de que bien podía dejarla embarazada esa primera vez.

Se abrió los pantalones y con una mano liberó el pene colocándolo justo en su entrada mientras con su cuerpo trataba de que ella dejara de moverse para escapar.

Ya casi lo había conseguido cuando sintió como algo se abría paso entre la carne de su brazo. Gritó debido al dolor lacerante que sintió y a la sorpresa de no saber que ocurría.

Meredith aprovechó el momento de desconcierto, lo empujó con todas sus fuerzas y él cayó hacia atrás quedándose tendido en el suelo. Sin perder tiempo se levantó de la cama y a la carrera llegó hasta la puerta pero algo tiró de ella intentando frenarla. Miró hacia atrás y sin dudarlo cortó la mano que la sostenía por la falda impediéndole huir.

Lo escuchó aullar de dolor pero siguió corriendo a lo largo del pasillo esperando encontrar la salida. El corazón le latía alocadamente y le palpitaban de dolor varias partes de su cuerpo pero sólo tenía en mente poder escapar, ya tendría tiempo de lamentarse más tarde.

Nerviosa buscaba a ambos lados del pasillo unas escaleras que la llevaran hasta la planta baja. Las vio un poco más adelante, a su izquierda, y aceleró para alcanzarlas lo antes posible.

Tropezó y no consiguió mantener el equilibrio volviendo a golpearse la mano dañada. Por un momento temió desmayarse debido al dolor que le atravesó pero, con la mirada turbia, y con todo dándole vueltas, se incorporó de nuevo y caminó insegura poniendo toda su atención en pisar firme. Había perdido la navaja en la caída pero ya lo único que le importaba era salir como fuera de esa pesadilla.

Lo escuchó correr hacia ella. Estaba demasiado cerca y el terror se apoderó de su mente. No podía permitir que volviera a cogerla. Estaba segura que ésta vez la mataría. Se sujetó al pasamanos aunque sabía que nunca llegaría a bajar las escaleras.

Escuchó un gritó que más pareció el rugido de un fiero león pero no se paró a averiguar si era ese engendro del demonio el que lo producía.

De un fuerte tirón se sintió apartada del suelo y su espalda golpeó de forma violenta contra el suelo dejándola sin respiración.

Carmichael estaba de pie frente a ella, mirándola con una mezcla de excitación y odio que la hizo encogerse ante lo inevitable.

-¿Pensabas que podías escapar?.- La sangre le caía a lo largo del brazo goteando sobre la madera del suelo.

Nick tiró de las riendas y el caballo se detuvo nervioso por la carrera. Saltó al suelo y corrió hasta el umbral de la casa tratando de entrar ,pero la puerta estaba cerrada a cal y canto.

Golpeó con fuerza con los puños cerrados y segundos después un agitado mayordomo le dio paso.

- ¡¿Dónde tiene a mi mujer ese hijo de perra?!.- Bramó amenazándolo.-

El hombre abrió los ojos al reconocerlo de la visita anterior y le señaló las escaleras. Aunque no era necesario porque en ese momento Meredith apareció en lo alto tambaleándose de manera ostensible. La reconoció por su pelo porque el resto de ella estaba en un estado lamentable. La mitad de su rostro estaba inflamado y la ropa estaba rasgada en su parte superior dejándole al aire su senos.

¡LO MATARÍA!

Corrió sin apartar la vista de ella y su furia se incrementó cuando vió como Carmichael la tiraba al suelo sin contemplaciones.

La razón desapareció por completo de su mente y en lo único que pensaba era en golpearlo una y otra vez hasta que el último aliento de vida saliera de su despreciable cuerpo.

El aullido que salió de su garganta fue de pura impotencia.

Subió el último escalón en el momento preciso en que Folk se abalanzaba sobre su esposa. El grito de terror de ella se le clavó como una daga en el corazón y se lanzó sobre él con toda la fuerza que fue capaz de reunir.

Cayeron al suelo pero Camichael consiguió ponerse en pie antes y le asestó una patada en el vientre. Nick se dobló sobre sí pero impidió que un segundo golpe impactará sobre su estómago agarrando su pierna y tirando hacia arriba dejándolo caer.

Ahora fue su turno de cebarse con el caído y sin piedad golpeó con el pie varias veces sus costillas. Esperaba partírselas todas pero eso no era suficiente para calmarse, así que se agachó y lo levantó para tirarlo de nuevo de un fuerte golpe directo a la mandíbula.

Carmichael cayó hacia atrás y golpeó contra la pared dejando caer un cuadro y un jarrón al suelo. No tuvo tiempo de reaccionar porque Nick ya estaba de nuevo encima suya y le propinaba un golpe tras otro, alternando continuamente el lugar de impacto como si de una diana gigante se tratara.

Nick quería hacerlo sufrir y mucho. Quería que ninguna parte de su cuerpo quedara sin recibir su castigo y si por el camino se moría, ¡fantástico!. El mundo estaría mucho mejor sin su presencia.

Le golpeó tan fuerte en la mejilla que la cabeza le rebotó contra la pared y se desplómó en el suelo quedando totalmente inmóvil.

Nick lo miró con la respiración agitada y volvió a hundir la punta de su zapato en el cuerpo inerte. En otra circunstancia sentiría que era un acto deshonroso aprovecharse de alguien que no podía defenderse pero en ese momento lo encontraba de lo más apropiado.

Se giró hacia Meredith que estaba acurrucada en el suelo y la incorporó apartándole el cabello desgreñado de la cara.

Meredith lo miraba sin poder articular palabra pero dejaba escapar sollozos desgarradores. La abrazó con ternura intentando calmarla mientras le acariciaba la espalda una y otra vez.

- Shhhh, tranquila, cariño. Todo pasó.- Le besaba con delicadeza el rostro.- Estoy aquí contigo y ahora te llevaré a casa. Tranquila.....

Se apartó pero ella lo sostuvo con fuerza a su lado.

- Meredith, no voy a ninguna parte. Sólo pretendo quitarme la chaqueta para poder cubrirte.- La miró directamente a los ojos para transmitirle el mensaje.

Ella asintió sin dejar de temblar y le permitió hacerlo pero no dejo de llorar mientras tanto.

Nick sabía que estaba en estado de shock pero esperaba que se calmara un poco después de esa espeluznante experiencia. Necesitaba sentirla cerca suyo tras haber pasado los momentos más angustiosos de su vida. Por un momento creyó que no llegaría a tiempo para impedir que Carmichael le hiciera daño pero aunque la había salvado de sufrir aún más en sus manos, no podía dejar de culparse por el lamentable estado en que la había encontrado. Si hubiera llegado antes, si hubiera sospechado hacía semanas de quien era el culpable quizá ella no se encontraría allí.

Se arrodilló de nuevo a su lado para cubrirla y hacer que entrara en calor. Tiritaba de forma descontrolada debido a la impresión de lo acontecido. Le frotó los brazos y la miró por primera vez valorando la cantidad de heridas que presentaba.

No demostró lo enfadado que estaba ante lo que veía porque no quería que ella se preocupara por nada en ese momento. Necesitaba su apoyo y su cariño y era lo que tendría, pero no podía evitar sentir impotencia ante el hecho de que al fin y al cabo no había podido protegerla como le había prometido ante el altar el día que se casaron.

Meredith se acurrucó contra él buscando su abrazo y él, no sólo no se lo negó sino que quizo fundirla con su cuerpo y hacer que todo mal recuerdo desapareciera por completo.

Carmichael abrió los ojos. Estaba totalmente desorientado y trató de levantarse pero los golpes recibidos hicieron que se lo pensara dos veces antes de hacerlo.

¿Dónde estaba Starling?¿Se había marchado?No lo creía posible.

Escuchó susurros y buscó su procedencia moviendo con cuidado la cabeza.

Estaba a pocos metros, agachado junto a Meredith. Una ola de odio lo inundó y le dió fuerzas para incorporarse haciendo el menor ruido posible. Esa mujer era suya y se encargaría de una vez por todas de dejarlo claro.

Las costillas le dolían terriblemente y apenas podía mantenerse en pie pero si conseguía llegar hasta él y darle un buen golpe que lo dejara sin sentido todo mejoraría a partir de ahí. Buscó algo con lo que atizarle pero cambió de opinión en cuanto vió la navaja de afeitar un poco más alla. Sólo tendría que dar unos pocos pasos y hacerse con ella.

Disfrutaría al rajarle el cuello. Eso sería un final muy adecuado para él.

Moriría desangrado como el cerdo que era.

Meredith apenas creía que Nick se encontrara allí junto a ella. Que fueran sus brazos los que la acunaban haciéndole olvidar otras manos sobre su cuerpo, otra boca sobre su piel.

Abrió los ojos para mirarlo y llenarse con su imagen y gritó cuando lo que vio fue a Carmichael que se alzaba sobre ellos.

Nick reaccionó con celeridad ante el grito de Meredith y la soltó, girándose en el mismo momento en que la mano de Folk bajaba para atacarlo. Le aprisionó el brazo con la mano izquierda impidiendo que le alcanzara con la hoja afilada y con la derecha le propinó un fuerte golpe en el costado.

Lo escuchó gemir de dolor y volvió a golpearlo con más saña consiguiendo que soltara la navaja.

- No sigas.- Le advirtió.- Estoy conteniendo las ganas que tengo de matarte.

- Por mi no lo hagas.- Lo animó sonriendo siniestramente.-

Se escucharon voces airadas y Nick supo que los hermanos Bowser, junto con Damon, Gabe y el resto de agentes habían llegado. Retrocedió un paso para mantenerse alejado de su oponente y resbaló con la sangre derramada sobre el suelo. Cayó de espaldas y Carmichael aprovechó para abalanzarse sobre él.

Nick no lo pensó. Levantó las piernas y apoyando las los pies en el cuerpo que se le echaba encima, lo empujó hacia atrás

Todo pasó rápidamente. Carmichael salió despedido hacia la baranda, con la cual chocó de espaldas haciéndole perder el equilibrio y se precipitó hacia el suelo del vestíbulo desde la primera planta.

Nick se acercó y miró hacia abajo. Por la posición y quietud del cuerpo supo que Carmichael había ido directo al infierno.

Se acercó donde Meredith se hallaba y la alzó entre sus brazos.

Otros podían hacerse cargo de todo aquello. Por su parte había terminado y se marcharía a casa.

Habían pasado unas semanas y estaban disfrutando de unos días de descanso en Dreams. Lady Abbigail había decidido que ese espléndido día todos se deleitaran de un almuerzo rodeados por la naturaleza, y allí estaban, calentados por el sol y perezosos tras haber ingerido suficiente comida como para alimentar un regimiento. Su madre lo hacía todo a lo grande y su lema preferido era, más vale que sobre que no que falte.

Damon hablaba con Marion sentados bajo un árbol. Parecía que se llevaban bastante bien pero dudaba que surgiera algo más entre ellos a pesar que a veces Damon hacía alguna que otra insinuación. Al principio de conocerla tenía sus dudas respecto a ella pero ahora la consideraba como una más de la familia, incluso la veía como si fuera su propia hermana.

Gabe dormitaba apartado de todos, pero sospechaba que lo que realmente hacía era controlar a Damon. Por lo visto no le gustaba demasiado que tuviera tan buena relación con la señorita Remington, ya que él mismo parecía no poder soportarla durante mucho tiempo.

Su madre y Lady Remington habían decidido dar un paseo para recoger las flores que adornarían el vestíbulo. Las dos pasarían una temporada juntas en Dreams una vez que los demás se hubieran marchado. Marion no sabía si quedarse allí o volver con ellos y hospedarse en Laughton House a petición de Meredith.

Al pensar en su esposa. Abrió los ojos y la miró. Estaba recostado y su cabeza descansaba sobre el regazo de su hechicera particular. Ella lo observaba sin poder disimular la felicidad que la embargaba.

Había temido por su salud durante unos días. Pero el doctor que la examinó le dijo que era normal que se encontrara en ese estado después de haber vivido una situación tan desagradable y tras curar las múltiples heridas que presentaba su cuerpo y verificar que su embarazo no había sufrido consecuencia alguna y seguía adelante sin problemas, le aconsejó tener un poco de paciencia y todo volvería a la normalidad.

Durante un tiempo estuvo más que furioso con ella por haberse puesto en peligro junto con su futura hija pero no pudo demostrárselo ya que tardó algo en recuperarse y no podía inquietarla con su mal genio. Así que a medida que pasaban los días de su recuperación su enfado iba diluyéndose poco a poco. Tenía que agradecer que todo hubiera terminado bien, con algún que otro susto de por medio, y con ello se daba por satisfecho.

Meredith estaba feliz rodeada por todas las personas a las que quería. Eran su familia y los adoraba. Acarició el pelo de su marido y le apartó un mechón que le caía sobre el ojo.

Se había volcado en su cuidado durante todos aquellos días y le había demostrado lo importante que era para él.

Le había dado muchas vueltas al hecho de contarle la verdad sobre Carmichael. Decirle o no que él había sido el verdadero responsable de la deshonra de su hermana, pero finalmente había decidido que se guardaría el secreto porque aquello estaba superado y no quería volver a abrir antiguas heridas.

Pasó un dedó a lo largo de la mandíbula de Nick y él giró la cabeza sonriendo ante la caricia.

- ¿Dormías?.- Le dijo Meredith con voz cariñosa.

- No, sólo pensaba.- Nick se incorporó y se apoyó sobre un codo para quedar a la misma altura que ella.

- Espero que fuera en mi y en tu hijo.- Se llevó una mano al vientre que ya comenzaba a notársele un poco más abultado o al menos eso le gustaba pensar.

Nick posó su mano sobre la de ella y se acercó hasta rozar sus labios.

- Siempre.- La besó.- No lo dudes ni por un momento.

Meredith le rodeó con sus brazos y lo atrajo hacia ella haciendo que se tumbara a su lado.

- Eso me gusta.- Rió contenta.- Que no puedas dejar de pensar en mi.

Nick la observó detenidamente y una sonrisa juguetona afloró en su rostro.

- Bien, entonces es justo que yo intente que tu no puedas olvidarme ni por un segundo.

La besó hasta hacerla derretirse sin importarle quien los estuviera mirando.

¡Quién les hubiera dicho hacía unos meses, que tras un beso a escondidas terminarían deseando pasar el resto de sus vidas juntos!.

- Te amo, Lord Laughton.- Dijo en cuanto él liberó su boca para dedicarle la misma atención a su cuello.

- Te amo, Lady Laughton.- Le contestó sin dejar de besarla.


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