Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

S2: Capítulo veintiuno


TaeHyung POV.


Mi conversación con JungKook fue bastante reconfortante, podría decir que es como mi mejor amigo aquí dentro. Aunque una cosa que no esperaba que pasara, sucedió.

Estaba tan mal ayer, realmente me sentía horrible por lo de mi hermana, no sé cómo ni porqué fui a parar a la celda de castigo donde se encontraba Ho Seok, pero si había algo que sabía, necesitaba un abrazo y lo quería de él. Para mi sorpresa él no me alejó cuando me aferré a su cuerpo, tratando de buscar tranquilidad y que, aunque no me lo dijera, sentí que todo pronto se solucionaría, que me dolería poco, pero que mejoraría. No me equivoqué, en sus brazos sentí la tranquilidad infinita, en sólo un par de minutos olvidé todo, hasta el hecho de mi perdida. Sólo sentía que, si lloraba en sus brazos, él me protegería en ese momento y que haría cualquier cosa para evitar que yo llorara. Fue la sensación más sincera, plena y verdadera que he sentido en años, únicamente había logrado sentirme una vez así y fue en brazos de mi amado Bogum.

Aun después de irme de su celda, podía seguir sintiendo la calidez de su mano al agarrarme para que no me fuera. Era una calidez tan extraña que me puso muy nervioso. Quise huir en ese momento, huir de la tormenta de sensaciones que sentí a causa de ese toque. Ya en mi celda, me senté en la cama de abajo, me acosté, ya que me sentía extraño y no sabía si era por la reciente muerte de mi hermana o a causa de Ho Seok. Después de cambiar mi posición reiteradas veces sobre la cama, terminé apoyando mi espalda en la pared, con las piernas pegadas a mi abdomen, ocultando mi rostro entre mis brazos sobre mis rodillas.

Y aquellos recuerdos volvieron a torturarme....

—Tae...papá es extraño —mi hermana se sentó sobre mi cama, a mi lado, mientras yo me encontraba limpiando las lágrimas, causadas por una caída en la escalera—. Anoche fue a darme el beso de buenas noches...pero me dio uno como se los da a mami.

No sabía en ese entonces lo que le estaba haciendo a mi hermana, si tan sólo hubiera sido más inteligente habría notado aquel abuso...

—TaeTae, me ha tocado —me miró asustada—. Mamá siempre me dice que no debo dejarme tocar por los hombres, pero papá es papá ¿cierto?

La misma pregunta me la hizo dos años después, cuando cumplió diez años y yo doce años. Año donde ocurrió aquello y cambié...

Nadie tuvo que contarme aquella crueldad, horrorosa, ya que fui testigo, vi todo. Sus manos quitándole la ropa, mientras la amenazaba con no dejarla ver más a sus amigas, tocando su intimidad. Dejándola desnudad, acariciando de la forma más asquerosa...a su hija. El grito de la pequeña al ser invadida por algo que no debería de entrar en ese lugar, al menos no por parte de su padre, sino que, de otro hombre. Hombre que debería ser elegido por la pequeña ya siendo una mujer adulta, hombre que la cuidaría de todo y todos, que la amaría y atesoraría como a ninguna. Sería su princesa y luego su reina...pero eso no ocurriría, no después de ser ensuciada y maldita por su propio padre. La pequeña había quedado en un estado realmente lamentable, su cama manchada por mucha sangre, la cual salió de aquel lugar ultrajado. Sus llantos fueron como agujas finas, pero dañinas para mi pecho. El padre sacó las sabanas, las tiró al piso y puso otras nuevas, limpias. Las sucias las tiró a la basura y luego fue llevado por el camión de la basura. La madre al ver el colchón creyó que fue por el cambio de su hija, su inicio. Su primera menstruación. La pequeña sin poder hablar en días y semanas terminó cambiando radicalmente con sólo diez años.

Mi hermana Haneul había sido violada por mi padre, nuestro padre, quien llevaba años tocándola de una forma muy diferente a lo que hace un verdadero padre.

A los doce años de la pequeña, fue violada nuevamente, pero esta vez no fue sólo a ella....

—Maldición... ¿por qué? Maldito hijo de puta —levanté el rostro, secando las malditas lagrimas que no debieron de traicionarme en ese momento—. Putos recuerdos...puto pasado...puta vida... —las lágrimas no daban tregua, terminando por dolerme la cabeza y quedarme dormido en esa posición algo incomoda.

Pesadillas...

—Te enseñaré lo que es un hombre de verdad —sus sucias manos una vez más sobre el cuerpo de un inocente—. ¿Te gustan los chicos? Pues vas a saber que se siente un pene en tu cuerpo, marica de mierda —una cachetada terminó en mi mejilla, ardiendo a los segundos—. ¿No quisiste a la mujer? Pues ahora sabrás —sus grandes y fuertes manos agarrando mis muñecas, apretándolas, provocando que le rogara para que me soltase—. ¡Camina maricón de mierda! —pateó mis nalgas y me hizo entrar en otra habitación de aquel lugar—. Bájate el puto pantalón y súbete a la cama.

—Pero... —otra cachetada en la misma mejilla, las lágrimas fueron inevitables al igual que el dolor en mi rostro. Terminé por obedecer.

Ya en la cama, viendo cómo se bajaba los pantalones, mirándome con esos ojos que en ese momento me aterraron, desconociendo al hombre frente a mí. Ese no era mi padre.

Separó mi piernas, agarró mi miembro y tiró de él hasta hacerme gritar de dolor, riéndose, mirándome y burlándose.

—¿Acaso no te gustan los hombres? Seguro y esto te gustará después —volvió a tirar, y aunque le rogaba en llanto que se detuviera, no lo hizo.

Me giró, palmeó brutalmente mis nalgas, provocándome tantos gritos como quiso. Su risa despiadada, fuerte y desquiciada me obligó a callarme. Lo que duro el ser ultrajado, fue entonces, cuando a mis doce años entendí que aquello fue lo más horrible que puede hacerle un padre a su hijo e hija.

Ese día mi virginidad anal fue arrebatada por mi padre, quien también le quitó la virginidad a su hija, siendo ambos violados reiteradas veces después de eso.

¿Qué fue esa sensación? Algo fuerte, acogedor, seguro, protector, tranquilo y cálido, me estaba tocando. Mi pesadilla se esfumó tan rápido, que sentí que jamás lo recordaría. Alguien me había abrazado y eso que sentía era producto de sus brazos. Quise despertarme y ver el rostro de la persona, pero sus palabras: "Tranquilo, ya todo pasará" fueron las que necesitaba escuchar en ese momento, quedándome profundamente dormido, logrando que por años pudiera dormir sin tener pesadillas.

Cuando desperté fue por JungKook y al girar pude ver su rostro, aunque con sus palabras supe de quien se trataba, ya que su voz era algo que ya tenía tatuado en mi memoria. Su rostro de sorpresa y vergüenza fue un poema. Tenía la sensación de que las cosas podrían mejorar o al menos, eso era lo que llevaba esperando que me sucediera en años. Mi conversación con JungKook me dio a entender que el asunto de él y Jimin ya estaba solucionado y realmente, muy en el fondo, me alegraba por Jimin, quien ha pasado tanta mierda como yo, aunque eso no significaba que le había perdonado lo de Bogum.

Cuando Ho Seok abandonó mi celda, mi interior me decía que debía ir tras él, que quizás no se repetiría, por lo que hablé rápido con quien nos sorprendió y fui tras él. Sabía que iba tras suyo, por lo que apresuró sus pasos.

—Por ese pasillo no llegarás a tu celda —le dije, pero él me ignoró—. ¿Acaso extrañas la celda de castigo?

—Si así te estarás lejos de mí, pues sí —respondió, por lo que me apresuré más, lo agarré igual como él ayer a mí, deteniéndolo—. Por favor no me toques —lo miré, pero ya no tenía esa mirada asqueada al verme, no, ésta era muy diferente.

—¿Qué te pasa Ho Seok? —avancé un paso, pero él retrocedió dos—. ¿Qué? ¿estás nervioso?

—No empieces —desvió mi mirada.

—Oye, gracias por el abrazo y esas palabras —le comenté siendo totalmente sincero—. No sabes cuánto me ayudó —le sonreí, ganándome su atención.

—Me alivia saber que te ayude de alguna manera —dejó de forcejear para que lo soltase, como si me permitiera ese límite de tacto.

—Estás nervioso.

—Y tú, horrible —me miró atentamente, olvidando que yo me acercaba más a él—. Lloraste mientras dormías, he secado tus lagrimas antes de dormir.

—¿Por qué lo has hecho?

—Yo...ayer te fuiste en un pésimo estado de mi celda...creí que te podía suceder algo...

—¿Creíste que me suicidaría por la muerte de mi hermana? —lo solté, alejándome—. Soy demasiado cobarde para matarme.

—Eres valiente por decidir afrontar tus problemas y no irte por el camino fácil —pude notar su sinceridad—. La muerte es un suceso de la vida que debe ocurrir, sólo que no avisa y cuando sucede el golpe y dolor es demasiado fuerte e incurable, pero aprendes a vivir con ello.

—Cierto y por eso he pensado en matarme, no tengo a alguien que me llore y tenga que aprender a vivir con mi muerte, pero te repito, soy demasiado cobarde, le temo a la vida, pero más me aterra morir.

—Estarás bien —lo miré, y entonces, vi la sonrisa más hermosa del mundo, sintiendo un huracán dentro de mi estómago, un torbellino en mi mente y muchas agujas en mi pecho.

Mi impulso fue rápido, tan veloz que él no tuvo oportunidad de alejarse. ¿Cómo describir la textura, sabor, calidez, la humedad y suavidad de sus labios? Aunque me respondió en un principio, sentí que fui al mismísimo cielo por unos segundos. Cuando me alejé estaba preparado para recibir su golpe, pero su mirada no mostraba en su totalidad enfado, sí sorpresa, pero no enfado. Me miró y lo miré, una corriente eléctrica subió desde mis pies hasta mi cabeza. Una vez más mi mirada se concentró en sus labios, por lo que volví a dejarme llevar por mis impulsos. Siendo esta vez correspondido.

Sus manos no se movían, a diferencia de las mías, las cuales se aferraron a su cuello, intensificando el beso. Entreabrió sus labios, moviendo su rostro para que fuera el rompecabezas perfecto. No sé si era por la situación, sus besos o todo en sí, pero comenzaba a sentirme totalmente caliente, mi diestra bajó hasta su cintura, metí mi mano dentro de su ropa y pude tocar su abdomen, se tensó, pero no se separó de mí. Tocaba mientras subía hasta su pecho, y su gemido, el cual nos sorprendió a ambos, me excitó de sobremanera, más al notar cómo se avergonzó por ello.

—Te odio —comentó cuando nos separamos unos centímetros—. Realmente te odio.

—Sabía que en el fondo lo deseabas tanto como yo —le sonreí y este me fulminó con su mirada.

Volvimos a besarnos, siendo totalmente sucios. Su lengua jugaba con la mía, su saliva se mezclaba con mi saliva, siendo el jugo más exquisito que antes jamás probé. Lo agarré del cuello una vez más, acercándolo completamente a mi cuerpo. Mi espalda terminó chocando con la pared de cemento, reí ante ello. Sus ojos se cerraron, dejándose llevar completamente por mí y mis actos. Otro gemido me gané cuando rocé su entrepierna con mi rodilla, sintiendo como comenzaba a ponerse duro.

—¡Oye! —se separó de inmediato, nos giramos hacia la voz y un guardia se acercaba—. Dejen sus perversiones para sus celdas, maricones de mierda.

—No te pases guardia Lee —dije serio, más por lo incomodo que hizo sentir a mi compañero.

—Vuelvan con los demás —respondió esta vez más sereno, esperando que regresáramos.

Ho Seok no dijo nada, como ahora, mientras limpiábamos las celdas del módulo que nos tocó. Después de eso, se fue a su celda y hoy en la mañana, al buscarlo, sólo me saludó y no me ha vuelto a dirigir la palabra, ni siquiera cuando jugamos a la pelota, pero, no se alejaba de mí y eso ya era un gran paso.

Después de esos besos tan deliciosos, pude darme cuenta de que había significado mucho para mí, siendo más que una simple calentura.



Jin POV.


Cinco de la madrugada y sigo pegado a la maldita pantalla frente a mí. Las imágenes en ella no dejan de sorprenderme por más veces que las mire. Aquella forma de asesinar sólo podía ser de aquella persona, la cual odia con el alma a el Mayor Kim. Aunque hayan pasado ya veinte años, este hombre lo sigue odiando, y al parecer más que antes. Pero ¿Por qué tuvo que ser tan cruel con la chica Kim? Si bien, ella es tan inocente como su hermano, dos niños que no pidieron nacer ni mucho menos ser hijos de quienes lo son.

El Mayor Kim no merece ser llamado "padre", a pesar de ser su mano derecha tantos años, jamás he podido entender la bestialidad que les hizo a sus hijos, hasta en un momento sentí tanta rabia que planeé una forma de matarlo, pero luego dejé esa idea y aun no entiendo por qué.

Según las pruebas que reuní, la chica fue violada un par de veces antes de ser asesinada de tan manera brutal. El cuerpo de la chica fue enviado hasta la casa de su padre, envuelta en unas bolsas de basura. Su padre simplemente observó la bolsa y la dejó ahí, tirada. ¿Qué clase de demonio es este? ¿A quién he estado siguiendo por tantos años? ¿Podría yo importarle lo mismo que su hija? Como pude me llevé el cuerpo y secretamente hablé con un amigo que lleva el asunto de los cuerpos, averiguar sus muertes detalladamente. Quien acaba de informarme que las violaciones fueron tan brutales que no sólo le destrozaron la vagina, sino que su ano estaba irreconocible, que seguro no sólo penes entraron por ahí. Estaba deshidratada, por lo que pudo haber muerto a causa de ello, también encontró rastros de moretones en los senos y una herida bastante grande en la cabeza, producto de algún golpe con un palo, quizá. Durante los días que la tuvieron, fue drogada, encontró rastro de droga y en grandes cantidades. Todo para que el Mayor Kim supiera que el pasado no estaba del todo en el "pasado" y ni aun así mostró misericordia o afecto por su hija.

—Es un desgraciado —volví a decir mirando la pantalla, viendo las imágenes nuevas del estado actual del cuerpo. Sintiendo nauseas al ver sus dedos cortados—. Si le comento de esto al "jefe" ¿Qué será capaz de hacer? Después de todo, él fue quien logró darle un poco de felicidad a esa chica —me levanté y caminé hacia la ventana del cuartel—. Seguro no me recuerda, sólo nos vimos una vez en una reunión...pero ¿Y si me reconoce?

Quizás la idea que se me cruzó por la mente ocho años atrás no es tan desquiciada, tanto Jimin como TaeHyung, Ho Seok y yo tenemos motivos para quererlo muerto, pero...

—¡Jin! —me llamó mi amigo, quien me informó sobre cómo mataron a Kim Haneul—.

—¿Qué pasa? ¿has encontrado algo nuevo?

—Deberías de ver algo —preocupado, lo seguí hasta la sala aislada, en donde se encontraba el cuerpo—. En la parte de atrás de su cabeza, fue rapada y escribieron algo.

Me acerqué al cuerpo y luego mi mano hacia el cuerpo, subiendo a la cabeza, le giré y vi aquello escrito.

"Si me ayudas, prometo no lastimar a Jeon"

—¿Jeon? —preguntó él confundido, pero yo sé para quien iba el mensaje—. ¿Quién es Jeon? —me miró.

—Alguien que podría ayudarnos en este caso —respondí abandonando la sala y seguido el recinto. Me dirigí a mi auto para visitar a la clave de todo esto.

No había ido a ver a mi mejor amigo a pesar de saber que ya cumplió con su semana de castigo. Durante estos días he estado tan preocupado y concentrado en mis asuntos con el Mayor Kim, que no me ha quedado tiempo, sumándole mi viaje a Daegu. Los cargamentos han estado teniendo ciertas complicaciones, por lo que los polizontes, o sea, mis colegas nos pisan los talones y eso tiene molesto, furioso y preocupado al Mayor. Sus hombres han ido muriendo de a poco estos días, pero ambos sabemos que no por órdenes del jefe, quien se ha mantenido bastante tranquilo a pesar de la situación, por lo que eso le preocupa aún más que el cargamento al Mayor Kim.

—Hasta que has venido —comentó el guardia de la vez anterior, quien me sonreía de forma coqueta, sí, me estaba coqueteando—. Ho Seok está en este momento pagando una apuesta.

—¿Apuesta? Pero si Ho odia las apuestas —respondí sorprendido.

—Al parecer tu "casi novio" ha cambiado, de hecho, lo veo mucho con TaeHyung —se acercó, quedando a unos diez centímetros más o menos de mi rostro—. ¿Te estará engañando? Rumorean que se han besado y que, si no es por mi colega Lee, follaban en el pasillo.

—¡¿Qué mierda?! —grité. Seguro se estaba equivocando, es que Ho Seok es el ser humano más hetero que puede existir...o eso creía, hasta hoy—. Bueno...dejando ese tema de lado, necesito visitar a dos prisioneros ¿se puede?

—¿Ocuparas la habitación especial con ambos? —disminuyó a cinco centímetros, la distancia—. Un cuarteto no estaría mal...

—Escuche, guardia Monster —lo miré fijamente—. Si quiero follar con usted, se lo haré saber, pero ahora necesito hablar con Jeon JungKook y Ho Seok ¿podría llamarlos? —el tipo es hermoso, todo en él me gusta, más su forma en cómo me mira, deseándome, desnudándome con esa mirada tan penetrante y profunda, pero ahora necesito otra cosa y no es sexo—. ¿Puede?

—Puedo —la distancia terminó en nada cuando sus labios besaron la comisura de los míos, sorprendiéndome, pero gustándome a la vez. Se alejó guiñándome un ojo.

Entré en la sala de visitas, para mi sorpresa Jeon ya tenía visita, al parecer era su mamá. Al verme entrar, me miró sin mostrar expresión alguna, volviendo su mirada a su madre. Cinco minutos después entró Ho Seok, quien traía un rostro bastante confuso y ¿avergonzado? Rápidamente me hizo una seña para que fuéramos a la habitación especial, lo seguí.

—¿Estás bien? Te noto raro —le dije mirándolo.

—¡Me ha besado! —gritó frustrado.

—¿Qué? ¿Quién?

—Kim TaeHyung, ese tipo anda tras de mi desde que llegue y ¡me ha besado! ¡Tres veces! —se sentó en la cama, revolvió su cabello con frustración, me acerqué y senté a su lado.

—¿Eso te tiene así?

—No, lo que me tiene así es que le he dicho muchas veces que no me van los hombres, pero... ¡sus besos me confunden! ¡mierda! —se levantó, dándome la espalda—. ¿Y si me traes una puta? Necesito saber qué mierda pasa conmigo.

—¿No me digas que ahora te van los tíos? —me levanté, quedando detrás de él—. Bienvenido al club de los gais —traté de bromear, pero su mirada al girarse hizo que dejara de sonreír—. Entiendo, lo siento.

—Este tipo de lugares cambia a los hombres.

—Lo dudo, más bien creo que te ha ayudado —volví a sentarme.

—¿Ayudarme? ¿en qué? Estoy bien.

—En que tu mirada ha cambiado, hasta se ve ¿feliz? —le sonreí, ganándome otra mirada fulminante—. Ok, lo siento de nuevo, pero —lo miré fijamente—. ¿Y si aprovechas esta situación?

—Explícate.

—Utiliza el que TaeHyung quiera follar contigo, sácale la mayor información que puedas —me levanté, quedando a su lado—. Ahora más que nunca odia a su padre después de la muerte de su hermana, está vulnerable, ayúdate de eso. Sácale provecho al hecho de que quiere sexo contigo.

—Eres un maldito insensible, Jin —aquello jamás lo había escuchado de él, como tampoco el que me mirara con tanta decepción—. ¿Cómo podría hacerle algo así? ¿Sabes lo mal que estaba por la muerte de su hermana? Hoy en día sigue llorando por ella en cada rincón de este puto lugar, sonríe a pesar de estar destruido por dentro y siempre que lo abrazo por verlo mal, se aferra de una manera que me desgarra el alma.

—¿Te has escuchado Ho Seok?

—Si...

—Te gusta, te preocupas por él y sabes que eso arruinará nuestro objetivo —esta vez yo me puse más que serio—. Te prohíbo mezclar sentimientos en este caso, recuerda por qué estás aquí —me miró un tanto indiferente—. Me importa una mierda que él esté sufriendo, me importa nada que te dejaras engatusar por su belleza, que ahora te gusten las pollas, sólo recuerda que este caso lleva años y necesitamos toda la información posible.

—¿Has terminado? Porque si es así, ya te puedes ir —se dirigió hacia la puerta para irse.

—Hablaré con Jeon y le ofreceré ayuda.

—¿De qué hablas ahora?

—En el cuerpo de Kim Haneul han dejado un mensaje para Jimin, hasta en Daegu saben que existe Jeon. Textualmente escribieron en la parte trasera de su cabeza "Si me ayudas, prometo no lastimar a Jeon" así que....

—No metas a ese chico en este puto asunto —se acercó enojado.

—Antes no te importaba...

—Ahora sí. Ese chico bastante tiene con amar a Park, con quererlo y estar aquí, no lo metas y ya.

—¿Cuándo cambiaste tanto? Antes estabas decidido a todo por este caso.

—Antes no sabía cuánto sufrimiento, dolor y perdidas habían detrás de ellos —respondió, abriendo la puerta y marchándose. Lo seguí. La mamá de Jeon se estaba despidiendo. Lo miré, pero al final, no le hablé.

Por el pasillo, me encontré con el guardia Monster, quien parece que ¿me esperaba? Seguí caminando y al pasar por su lado me agarró de la mano, acercándome a pocos centímetros de su rostro.

—Sabía que te había visto en algún lado, policía Kim Seok Jin —estaba completamente jodido—. Y bien, responde ¿Qué hace un policía por aquí? ¿Por qué Ho Seok justamente se hizo cercano a Kim TaeHyung, hijo del Mayor Kim, enemigo de Park Jimin, alias el "jefe"?

—¿Cómo sabes todo eso? —mierda, no debí responder.

—Parece que tú y yo nos vamos a divertir fuerade la prisión, Jin —me sonrió, pero su sonrisa no fue exactamente de felicidadni perversidad. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro