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S2: Capítulo veintitrés


Jimin POV.


Definitivamente lo más maravilloso de mi día a día era el despertar y verlo a mi lado, tranquilo, seguro, protegido, sin rastros de ningún tipo de herida. Ver que JungKook amanecía un día más a salvo, me tranquilizaba de sobremanera. Sentir su cuerpo junto al mío, aferrado a él como si me fuera arrebatado en cualquier momento, eso, eso me aterraba más que nada.

—Buenos días —le sonreí, dándole un beso en la frente—. ¿Cómo estás?

—Buenos días —besó mi mejilla—. Aún siento algo de dolor en el culo, pero bien.

Verdad, la noche anterior habíamos tenido una salvaje noche de sexo, en dónde lo hicimos tres veces, dos sobre la cama y otra en el piso, lugar que a ambos nos comenzaba a gustar cada vez que hacíamos el amor en otro lugar que no fuera la cama.

—Ha estado bueno ¿cierto? —le pregunté pícaro, él me regaló una sonrisa con algo de malicia.

—Sino lo hubiera estado, no estaría con dolor ahora —noté sus mejillas sonrojarse por su respuesta.

—Adoro cuando te sonrojas —me acerqué, lo besé en los labios y éste me respondió sujetando mis mejillas para no separarse.

Nada mejor que una sesión de dulces, apasionados y salvajes besos por la mañana, esta era la mejor manera de iniciar un espantoso día en este miserable lugar.

—Iré a bañarme —se levantó de la cama, agarro su bóxer, que antes tiró al piso—. Y tú iras después, porque seguro no nos bañaremos, precisamente.

—Me conoces —le sonreí malicioso, él sólo me ignoró, abandonado la celda.

Sabe tan bien como yo que cada vez que nos duchamos juntos, terminamos haciéndolo en el lugar, bajo la regadera y su fría, pero aliviadora agua para un momento tan caliente. Pero esta vez tendría que aguantarme, esperarlo y luego ir yo para quitarme el resto de semen seco que quedó en mis muslos, manos y pecho, ya que JungKook terminó eyaculando antes de tiempo en mi pecho desnudo, seguro él tendría que limpiarse el mío de su culo, muslos y más abajo. Por suerte me encargué antes de limpiar los restos que le quedaron en sus labios...oh si, había sido una muy buena mamada.

—Qué mierda estarás recordando que estas teniendo una erección —esa maldita voz arruinando una vez más una de mis maravillosas mañanas.

—Como sigas con tu juego de molestarme y arruinar mis momentos por la mañana, te la parto TaeHyung y no precisamente el culo —cubrí mi leve erección con la almohada—. ¿Qué mierda quieres ahora?

—Es por el asunto ese, el que te escapes —terminó por entrar por completo en mi celda, sin cerrar la puerta—. Si decides escapar, iré contigo.

—No digas idioteces.

—No es una idiotez, hablo en serio —y podía notarlo por su tono de voz y mirada completamente decidida.

—Sabes que no puedo escapar, no ahora que hay unos hijos de puta que quieren matar a JungKook aquí dentro.

—Que venga con nosotros.

—¿Estás loco? Correrá más peligro afuera que aquí —la conversación terminó por arruinar una de mis tantas erecciones recordando mis noches con mi novio—. No me molestes y vete.

—Jimin —se acercó, inclinándose hacia mí—. Aquí o fuera de este lugar, JungKook morirá y lo sabes.

—Una vez más y te parto la cara —me levanté, este asustado retrocedió.

—Como quieras, pero sabes que digo la verdad —se giró, dejando mi celda antes de que lo golpeara.

Necesitaba una ducha, una urgente. Solo el agua fría y los labios de JungKook podrían relajarme. Agarré una remera limpia, la cual me fue regalada por mi compañero de celda, una toalla. Abandoné la celda dirigiéndome hacia las regaderas.

—JungKook vine acompañarte —hablé mientras dejaba mis cosas sobre una banca, pero—. ¿Por qué sus cosas están tiradas...? —rápidamente me dirigí a las regaderas—. ¿JungKook? ¡¿JungKook?! —no estaba, sus cosas estaban tiradas en el piso, había sangre tanto en el piso como en las baldosas—. ¡¿JungKook?! Maldición ¡JungKook!

Corriendo por el lugar, buscando en cada una de las regaderas y en las individuales. No estaba, su toalla tampoco, sólo su champo y jabón personal, éste último estaba extraño, como si lo hubieran apretado con mucha fuerza. Dejé el lugar, ningún reo estaba cerca.

—¡JungKook! —lo llamé una vez más y nada, no había respuesta. Silencio, eso era todo lo que me rodeaba—. ¡Maldición, JungKook! ¡responde!

No estaba en la celda que compartió con Yoon Gi ni este en ella. No estaba en la celda de TaeHyung y este tampoco estaba en el lugar. No estaba ni con JongHyun ni Ho Seok, no había absolutamente nadie. ¿Dónde diablos estaba? ¿Dónde está y....qué le están haciendo?

—¡Aahh! —ese grito, sólo ese grito fue suficiente para desgarrar mi cerebro, atravesar mi pecho con mil dagas y que mis latidos aumentaran a un ritmo inimaginable—. ¡Ahh! —otro grito, mis pasos se acercaban cada vez hacia ese lugar, pero cada vez que me acercaba, lo sentía como si me alejara.

—JungKook —la viva imagen de Haneul estaba frente a mí, pero esta vez con JungKook. Colgado de sus tobillos, los cuales sangraban por la fuerza en el nudo. Sus ojos sumamente rojos, desnudo, con cada parte de su cuerpo a la vista de todos los reos presentes, quienes no dejaban de gritar: ¡castigo! ¡castigo! Sus mejillas totalmente destrozadas, su boca sangraba, su estómago sangraba producto de las muchas cortadas que le hicieron, su cabello...le habían cortado completamente el pelo. Sus manos amarradas por las muñecas, las cuales eran tiradas por otros presos, quienes sonreían con crueldad pura, viéndome en ellos, recordándome a mi viejo Jimin.

—¡Déjenlo! —grité y cuando quise moverme, noté que no podía—. ¡Que lo dejen! —volví a gritar, pero era como si nadie me escuchara, como si no estuviera ahí, como si nadie me viera o simplemente me ignoraban—. ¡Maldición! ¡Que lo suelten, hijos de puta! ¡les partiré el culo, malnacidos!

—¿Dónde está tu Jimin ahora? —esa voz...esa tortuosa voz para mis oídos... ¿Cómo era posible que estuviera aquí? —. Así que te ha dejado —frente a JungKook, agarró su rostro con su zurda, dándole un fuerte golpe con su diestra—. ¡Dime, maricón! ¡¿dónde diablos se metió Jimin?!

—¡No lo sé! —le respondió con un grito de dolor, sus lágrimas...se deslizaban con tanta rapidez que me dolía.

—¡Llámalo! —otro golpe y yo sin poder moverme.

—¡Jimin! —me llamó y una vez más escuché ese clic en mi mente, algo volvió a romperse ahí dentro—. ¡Jimin por favor, prometiste protegerme! —sus sollozos, su mirada desesperada y aterrada, me destrozaban—. ¡Aparece, por favor! ¡sálvame Jimin! —el Mayor Kim se le acercó una vez más, pero esta vez por detrás. Con una navaja en su diestra, fue cortando sus muslos, la sangre de mi amado salpicaba su rostro y el malnacido sólo sonreía, lamiendo donde alcanzaba su lengua—. Por favor...Jimin, ayúdame.

—¡AQUI ESTOY! —grité tan fuerte como pude, pero nadie me escuchaba—. ¡Detente! —grité cuando el desgraciado comenzaba a cortar sus brazos, dejando profundas heridas—. ¡Qué te detengas! —¿Por qué no puedo moverme?

—Jimin...prometiste quedarte a mi lado —la voz de JungKook se quebraba de a poco, sintiendo como comenzaba a separase de mí, de esta vida—. Te amé aun sabiendo quién eres y.... ¿me dejas cuando más te necesito?

—Eso es JungKook, odia a Jimin, él fue quien te entregó a mí, quien te metió en esta asquerosa vida, ahora solo, morirás.

—¡Ah! —desgarrado, así me sentía presenciando como maltrataban y mataban de a poco a lo único importante y bueno en mi vida—. ¡¿Por qué me abandonaste, Jimin?! —aquello fue lo más doloroso que pude escucharle decir a JungKook, lo cual terminó de romperme de todas las maneras posibles—. ¡TE ODIO PARK JIMIN!

—JungKook —su mirada, me odiaba de nuevo, me detesta, me aborrece...me dejó.

"Jamás serás feliz, todo lo que toques y vayas a tocar, se romperá. No naciste para ser amado ni para amar, eres un monstruo que todos odian, inservible, inútil, desagradable, asqueroso, odioso. Lo que toques, morirá. A tu lado sólo se esperará la muerte, estás aquí, porque así lo he querido yo, vas a obedecerme y juntos seremos los mejores. Mientras te quedes a mi lado, la felicidad y amor será lo último que necesitaras, Jimin"

No...no...no...no...

Yo no quiero esto, no quiero nada si él ya no está a mi lado, si él me deja, prefiero morir y seguirlo. Nada puede separarnos, nadie puede arrebatarme a JungKook. Él debe quedarse a mi lado...tiene que quedarse.

—¡JungKook! ¡JungKook! —grité tantas veces queriendo ser escuchado por él—. ¡JungKook!

—Jimin, tranquilo —estaba siendo sacudido—. Jimin, despierta —volvió a sacudirme, y con dificultad abrí mis ojos, viendo frente a mi ese rostro que tanto atesoro.

—¿JungKook? —confundido asintió, había sido un sueño...una maldita pesadilla. Me senté rápidamente, aferrándome a su cuerpo, abrazándolo con tanta fuerza.

—Fue una pesadilla, tranquilo, nada ha sido real —había entendido mi situación y el que me abrazara con fuerza y acariciara la espalda lograba tranquilizarme un poco, pero nada borraría esa pesadilla de mis recuerdos.

Después de una hora de lograr controlar mis nervios, miedos, preocupaciones y respiración. JungKook limpió el sudor de mi frente con su remera. Agarró mi rostro y me besó. Me miró preocupado, rogando para que no tuviera un arranque de ira. Aunque no quería esto, quizás sería lo mejor.

—¿Por qué no me has dicho aun lo de la posibilidad de salir en tres meses? —su rostro de sorpresa opacó la preocupación de antes—. ¿Pensabas ocultarme esa información?

—¿Cómo...te has enterado? —se alejó un poco, pero lo evité, agarrando sus muñecas—.

—¿Crees que te miré de esa forma ayer, por qué sí?

—Sólo...no pensé que fuera importante decirte eso...

—Acepta esa oportunidad —dije firme, pero este con fuerza se soltó de mis manos, levantándose de la cama.

—No lo haré —me miró fijamente.

—Lo harás —me levanté también, acercándome a él, pero siendo rechazado cuando quise tocarlo—. No te enfades, hazme caso, estarás más seguro fuera de aquí...lejos de...

—¿De ti? ¡jamás! —gritó—. No sé qué soñaste ni me interesa saber, pero no me iré Jimin, no te voy a dejar aquí, en este infierno ¡no lo haré!

—JungKook —lo miré fijamente—. Aquí dentro, no sólo quieren matarme a mí, también van tras de ti —sus enormes ojos me demostraron la sorpresa en él y ese miedo infinito volvió aparecer—. Fuera de prisión puedo te proteger mejor que aquí dentro.

—No estaré mejor protegido si no es por ti —me abrazó rápidamente, aferrándose como si fuera a irse para siempre—. Tengo mucho miedo Jimin, y siento que, si me voy de tu lado, terminaré volviéndome aún más loco y acabaré con mi vida. Tengo tanto miedo que, por las noches, creo que alguien entrará por la puerta de tu celda y nos matarán juntos, sin piedad ¿Crees que fuera de aquí estaré realmente bien?

—Perdóname JungKook...perdóname por causarte tanto miedo y sufrimiento.

—No me dejes

"No me dejes"...



Ho Seok POV.


Los días pasaban rápidamente y seguía sin tener pruebas certeras y fiables para poder llegar a un trato con el "jefe". Está tan alerta a todo a su alrededor, sobre todo con su novio, a quien muchos reos han intentado atacar mientras éste se encuentra solo. Hace unos días, hubo una riña, en la cual terminó TaeHyung herido por defender a JungKook, ya que Jimin estaba en visita. Por suerte la herida de Kim no fue profunda, pero tampoco algo que no preocupara. Ciertamente, desde aquel día, cuando casi terminé cediendo, dejándome llevar por el momento, donde estuve por cometer un gran error, casi terminé follando con él. Se supone que, desde ese día, debería de rechazarlo y alejarme, pero extrañamente nos hemos acercado aún más, hasta se ha quedado dos veces a dormir en mi celda, claro, él en una cama y yo en la otra, porque de seguro terminaría por completar ese "casi error" de antes.

—¿Hasta cuándo vendrás a mi celda a dormir? —Kim se encontraba de pie frente a mi cama, observándome sin expresión alguna, fijamente, por lo que nervioso me senté—. ¿Qué pasa?

—No quería estar solo —seguía mirándome inexpresivo.

—¿Te sucede algo, TaeHyung? —le dejé lugar para que se sentara a mi lado—. Anda, cuéntame que te sucede.

—Estoy harto de la vida que llevo —apoyó su espalda contra la pared—. Tener un padre que es capaz de sacrificar a sus propios hijos para mantenerse a salvo, un padre que no merece ser llamado como tal, quien...quien arruinó la vida de sus hijos y es el principal culpable en la muerte de uno de ellos... ¿Cómo es tu padre, Ho Seok? —me preguntó cerrando sus ojos.

—¿Mi padre? —si le cuento sobre mi vida, estaré rompiendo reglas, reglas que yo mismo creé para mí—. Bueno, él es un buen hombre, fue un buen esposo y sigue siendo un buen padre —terminé apoyando mi espalda al igual que él—. Siempre estaba pendiente de mí, luego más aun cuando mi madre nos dejó. Nuestra relación es mas de mejores amigos que de padre e hijo.

—Vaya, que envidia —lo miré, en sus labios había una sonrisa nostálgica.

—¿No tienes algún recuerdo agradable de tu padre? —su mandíbula se tensó, apretó sus manos y podía notar que se incomodó.

—No tengo recuerdos de mi niñez, al menos no donde él estuviese presente, sólo de mi madre y....hermana —soltó un pesado suspiro—. Mi madre nos dejó cuando ocurrió algo horrible en nuestra familia, según mi padre, ella no pudo resistirlo y prefirió dejarnos con él...ese fue su peor error de madre.

—¿Odias a tu padre? —abrió sus ojos y con ellos, me miró fijamente.

—Como no tienes idea, es más, quiero verlo muerto —esa profunda mirada de odio y rencor me preocupó y asustó. No estaba acostumbrado a "esa" mirada en él.

—TaeHyung —¿sería un buen momento para comentarle sobre el hecho de que sé quién es su padre en realidad? —. ¿Qué pasaría si te dijera que sé quién es tu padre?

—¿Y que por eso te acercaste a mí y soportas mis acosos? —sonrió, pero me sentí culpable, incomodo e intranquilo al notar que no fue exactamente una sonrisa de felicidad—. ¿Sabes? Mi padre siempre pensó que soy un estúpido, inútil, raro, maricón e idiota, pero no soy todas esas cosas, y sé que estas aquí con un propósito, que por eso te acercaste a mí, pero peor aún, Jimin es mucho más inteligente. No juegues con el fuego que te podrías quemar —se levantó.

¿Qué era este sentimiento extraño? ¿Por qué sentía que después de eso lo nuestro no sería lo mismo? ¿Por qué presiento que, si lo dejo ir y abandonar mi celda, jamás regresará a ella? ¿Por qué me estoy moviendo sin poder controlar mis acciones? Ya era tarde...



TaeHyung POV.


El tacto directo de su mano en la mía fue una sensación familiar, pero nueva a la vez, como si no fuera la primera vez que alguien me tocara con tanto cuidado, preocupación y me hiciera sentir tan seguro. Que me transmitiera esa sensación de "no te vayas, quédate conmigo"...Si, él en el pasado me hizo sentir de esta manera.

—¿Qué sucede? —giré un poco mi rostro, viéndolo directamente, notando lo confundido y sorprendido que estaba en este momento por su acción.

—Dijiste... que no querías estar solo —desvió su mirada—. Creo que también me agrada platicar contigo.

—Sabes que no busco exactamente platicar contigo —me solté sutilmente, tratando de no hacerle notar lo que su tacto provocaba en mí, algo que jamás provocaría yo en él—. Iré a mi celda, si me quedo una tercera noche, terminaré metiéndome en tu cama en la madrugada.

—¿Recuerdas lo que me dijiste ese día, en mi celda, aquí mismo? —volvió su mirada a mí.

—Lo recuerdo...

Mis manos acariciando su piel suave, fuerte, segura, delicada a la vez y deseosa para mí, tocando hasta donde él me permitía, mientras nos besábamos y él acariciaba mi trasero, con sus manos dentro de mi pantalón y bóxer. Yo estando sobre él, mientras su espalda se apoyaba en el frío cemento de la pared. Besándonos como si jamás hubiéramos tocado los labios de nadie.

—Esto...está mal TaeHyung —dijo entre besos—. Debemos detenernos.

—Pero si lo disfrutas tanto como yo —me separé unos centímetros, viendo como sus labios quedaban en un tono rojo.

—Está mal, no me gusta...

—¡Mientes! Te gusta y lo sabes, sólo que temes probar cosas nuevas.

—Pero no me gusta...

—No lo sabrás hasta que lo intentes, ya si después de haberlo intentado sigue sin gustarte, pues se acaba y ya —le sonreí—. Si no te gusta dejo todo hasta aquí y no insisto, no te obligaré si no quieres.

—No es eso... el problema es que, creo que pueda llegar a gustarme, y eso está mal, no corresponde.

—¿Por qué?

—Porque tú y yo, fuera de aquí tenemos mundos opuestos, podríamos llegar a odiarnos incluso.

—Al menos no me saliste con lo que no te van los hombres —volví a sonreír y ese sonrojo en sus mejillas fue suficiente para darme a entender que ya no me rechazaría como antes.

Claro que lo recordaba, ya que después de esa conversación, se le bajó la erección y las ganas de follar que tuvo en ese instante, acabó con el hecho de que me pidió dejara su celda.

—Quiero probar cosas nuevas, pero sólo si tú me ayudas en eso —¿acaso estaba escuchando mal? —.

—¿Por qué de repente has cambiado de opinión?

—Simplemente no quiero arrepentirme luego —¿me estaba diciendo la verdad? O ¿acaso está fingiendo todo esto para sacarme información sobre mi padre, Jimin, JungKook y así reunir la información que necesita? —. ¿Qué pasa ahora? ¿No deberías de estar feliz?

—Creo...

—¿Seguro estás bien? Siento que me estas ocultando algo.

—Lo imaginas, estoy bien

En realidad, estoy muy mal, saber que realmente eres un policía y que estás encubierto, que esta cercanía e interés hacia mí es por mi padre y porque llevas su caso, es decepcionante para mí. Aun no sé por qué no he ido con Jimin e informarle sobre esto, contarle que Monster me lo comentó para ser yo quien decida, pues tanto él como yo sabemos que, Jung Ho Seok podría terminar muerto si el jefe se enterara que lo está investigando, y que posiblemente utilizará a JungKook para lograr su objetivo.

Si tan sólo no me importara lo que le llegase a suceder, creo que ya habría ido con Jimin y contarle todo, por el simple hecho de que aquí dentro, gracias a él sigo con vida. Ho Seok...tenías razón, tú y yo somos de mundos opuestos y una vez que ambos logremos salir de aquí, seremos enemigos.

—Estoy feliz —le sonreí, acortando la distancia, besándolo.

¿Acaso éste beso también es fingido? Diablos...duele, aunque no quiera.  

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