Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

S2: Capítulo uno


Ho Seok POV.


Cuando decidí ser policía, incitado por mi padre y abuelo, ya que ambos son jubilados en esta profesión, no sabía que tendría que vivir las veinticuatro horas del día en ello. No tengo vida propia, no tengo amigos, excepto por mi compañero, quien se desvive por su trabajo. Me gusta, pero en ocasiones quisiera unas largas vacaciones, como mínimo dos años y máximo diez, si, lo sé, pido mucho. Pero esto realmente cabrea, más cuando ciertas cosas no funcionan como deberían de funcionar.

Nuestro capitán, el señor Kang, se la pasa de reunión en reunión con el capital de la policía de Seúl, quien suele viajar mucho a Busan para conversar con mi jefe. El funcionamiento de las calles en Seúl anda ajetreado, cosa que no es normal, ya que en ese lugar es donde menos se ve la delincuencia por el simple hecho de tener una gran cantidad de policías y militares, aunque no se podría decir lo mismo de Busan. Según se comentó en una asamblea que se llevó acabo hace tres días atrás, una organización, la cual hemos estado investigado hace más de diez años, está comenzando a cometer errores, algo que no solía ocurrir en nuestro enemigo número uno, el mayor Kim.

El mayor Kim es el tirano más sucio, despiadado, frívolo, dictador y el que tiene una gran cantidad de gente trabajando para él, su negocio con el tráfico de drogas nos mantiene ocupados día y noche. La venta de la falopa incrementó un diez por ciento este año, ya no sólo adultos la consumen, sino que ahora están vendiendo en las secundarias y universidades. Esta semana tuvimos que arrestar a tres menores de edad por vender en una esquina, que ahora es vigilada por colegas del cuartel, pero estos fueron dejados en libertad por lo mismo, menores de edad. Hace más de tres años nos llegó la información que hay una disputa por el negocio del mayor Kim, pero aún no logramos dar con el que sería el culpable de ciertos errores por parte de este señor. Tengo un informante que está de encubierto en la agrupación del mayor Kim, y sólo ha podido darme un apodo "el jefe", de esa manera se refieren a él cuándo lo nombran en discusiones y hasta hace poco, en una trampa para matarlo. No tengo nombre, ni dirección, ni apodos, ni nombres de familia o amigos, éste tal jefe es como si no existiera, pero existe y es temido, o al menos alguien que interfiere con los negocios del mayor Kim. Bueno, hasta hace unos meses no tenía nada, hasta ahora.

Bien sabemos de sus negocios, pero seguimos sin pruebas suficiente para encerrarlo tras las rejas y pedir cadena perpetua, como dije, tiene mucha gente bajo su mando, seguro y dentro de este cuartel tiene a más de alguno bajo su dominio o al menos debe de pagarle buena pasta para informarle de nuestros pasos, porque justo cuando estamos por encontrar esas pruebas para culparlo, ya no están.

— ¿Estás seguro de querer aceptar el siguiente paso, Ho Seok? —mi compañero se sentó a mi lado, en el sofá cama que compramos entre los del cuartel para darnos alguna siesta en el turno de noche—. Correrás mucho peligro, podrían bien dárselo a otro y no a ti.

—Venga, Seok Jin, no me salgas con que ahora te preocupas por mí —bromeé. Con Jin nos conocemos desde que éramos unos mocosos jugando al policía y al ladrón, siempre era el policía y él terminaba llorando como la nena que suele ser en ocasiones—. Estaré bien, además es nuestra última opción, necesitamos esa información.

—Sí, pero ¿y si es falsa? ¿y si te descubren y te matan en el intento? No tengo hermanos ¿sabes? Y tú eres lo más cercano a ello.

—Y tú para mí, y por ello acepté ir y no tú —me levanté del sofá cama y me acerqué a la cafetera para servirme un café, de paso uno para mi amigo—. Recemos para que esa información sea real y verdadera.

Hace unas semanas nos llegó un sobre con cierto contenido extraño dentro, bien podía ser verdad, bien podía ser una trampa, por lo que me dispuse averiguar. El contenido del sobre nos cayó como anillo al dedo, el tal jefe existe y se encuentra encarcelado en la prisión de Busan, quien está pagando por muchos delitos como; homicidios, porque si, eran varios, robo, tráfico de droga, un intento de homicidio, pero fue atrapado en el intento, entre una estafa, pero no dejaban de ser importantes para mí. Con un antecedente muy llamativo he indicado para ser el enemigo de nuestro Mayor Kim. Y si es su enemigo, bien podría ser el nuestro también, o quizás, si tengo mucha suerte, un gran aliado. Por esta razón acepté ser el nuevo policía encubierto que se infiltraría en la prisión de Busan y tratar de conseguir la mayor información posible, cualquier cosa, hasta el más mínimo detalle que me sirviera para poder por fin cerrar el caso del Mayor Kim, quien mi padre no puso resolver ni hacer pagar a ese desgraciado, porque no solo era algo profesional, sino que también personal. Mi madre y mi futura esposa murieron por su culpa, por ello mi entusiasmo e insistencia en este caso.

—Sigo diciendo que es mala idea, ¿Qué pasa si descubren tu verdadera identidad? Entre asesinos se conocen ahí dentro, sabrán enseguida que eres poli y que vas por el jefe del lugar.

—No voy a por él, voy por información —me volví a sentar junto a él, disfrutando de mi último café, porque dudo que ahí dentro tengan uno de buena calidad—. Y si todo sale bien, no tendré que pasar tanto tiempo ahí dentro.

—No sé Ho Seok, insisto que es mala idea, tengo un mal presentimiento con todo esto —me dijo preocupado, en ocasiones actuaba peor de lo que lo hacia mi madre...cuando estaba viva—. Mejor deja que envíen a otro...

—Ninguno de esos lleva tanto tiempo en esto como yo, me crie con dos jubilados de policías, me han enseñado todo lo que hay que saber y bien sabes que esto es algo personal también.

—Por eso mismo me parece mala idea, no debes mezclar lo personal con el trabajo.

—Ya basta Seok Jin, te agradezco tu preocupación y tu buen papel de hermano mayor, pero nada me hará cambiar de opinión —terminado ya mi café, me levanté—. Ahora hay que despedirse, porque mañana inicia mi vida en la prisión —él se levantó y me abrazó—. Tienes que ir a visitarme, te mantendré informado de lo que pase y tú irás archivando todo ¿entendido?

—Entendido —palmeé su espalda tres veces y éste me lo devolvió con la misma fuerza—. Cuídate.

—Tú igual.

Abandoné el cuartel y subí a mi auto. De camino a casa me compré unas cervezas, pensaba bebérmelas todas porque en la prisión no se permite, obviamente, el alcohol. Mi departamento quedaba a diez minutos en auto de mi trabajo, caminando a paso de tortuga unos cuarenta minutos, a paso de liebre, veinte. Estacioné mi auto en el garaje, saqué mi llave para abrir la puerta principal, ya dentro me quité los zapatos y los dejé en la entrada. Me quité mi saco y con ella mi pistola, mi mejor y fiel amiga, la cual me ha salvado de muchas. posibles, muertes. Saqué mi pantalón y quedé con sólo mi camisa y bóxer puesto, caminé a mi frigorífico y guardé mis cervezas, dejando una lata afuera, prendí la tv y la dejé en cualquier canal.

—Otro día solo en esta casa —miré la fotografía de mi difunta novia, la cual estaba en mi mesa de centro—. Cometeré una locura mañana Sora, quizás salga con vida, quizás no, pero todo sea por darle su merecido a ese cerdo. Papá y Jin dicen que lo deje, pero no puedo, no cuando te perdí aquel día —estiré mi brazo y agarré el marco con la foto de ella sonriéndome—. Han pasado ya seis años, pero lo recuerdo como si hubiera pasado ayer, ahora estaríamos casados y viviendo felices con muchos hijos —bebí dos sorbos de cerveza—. Pero tranquila, este será mi último caso y si tengo que dar la vida, lo haré.

Revisé mi correo, facturas de agua y luz, mi única tarjeta de crédito y mi cuenta personal en el restaurante de la esquina, lugar que me envía la comida a domicilio, pero lo que llamó mi atención fue un sobre amarillo, como el que llegó al cuartel, sin remitente como el anterior. Saqué el contenido y adentro un papel, lo abrí y tenía pedazos de letras cortadas y pegadas en el sobre blanco:

"Kim TaeHyung, hijo del mayor Kim, Haneul, hermana e hija menor, se encuentra dentro de la prisión y es enemigo/aliado del jefe, podría ayudarte"

Sólo eso contenía, pero al menos ya tenía dos nombres y sabría por dónde tenía que comenzar. No tenía un plan del todo realizado, pero ahora al menos sabía con quién tenía que comenzar mi investigación. Kim TaeHyung, enemigo/aliado del jefe, aquello fue interesante, ¿Hasta qué punto serán enemigos? ¿Hasta qué punto serán aliados? ¿Acaso estará traicionando a su padre? Porque si era así, me sería de mucha ayuda.

Bebí cinco latas más de cerveza y con eso me dirigí a mi cama, ya que mañana iniciaría mi última carta bajo mi manga. Me jugaría el todo por el todo en este último movimiento, de esto dependía mi vida y el futuro tras las rejas del mayor Kim.


JungKook POV.


Sólo han pasado dos días desde la muerte del doctor, quien quiso asesinarme por órdenes del Mayor Kim, dos días donde han pasado ciertas cosas que no me esperaba. Después de esa conversación con Jimin, porque si, ahora podía llamarlo de esa manera, sólo cuando estuviéramos solos, ya que frente a los demás, seguiría siendo el jefe. Esa noche, después de que le confesara que él también era importante para mí, me abrazó y quizás, me sentía demasiado cansado, pero me dormí en sus brazos y al día siguiente cuando desperté, él estaba a mi lado, durmiendo, dejándome ver por primera vez, un rostro pacifico, en el cual nadie podría imaginar, nunca, tanta maldad y muchos menos, asesinatos. Se veía cansado, estresado y hasta preocupado, pero entre todo eso, podía ver un poco de paz, al fin algo bueno en ese rostro que oculta tantas cosas malas, peligrosas y que seguro sólo él sabe y que lo atormentan. Cuando despertó, esa pequeña paz, desapareció para mostrarme lo de siempre.

—Hola —me saludó antes de bajar de la camilla y observarme—. ¿Cómo van tus heridas? ¿te siguen doliendo?

—Por supuesto, sólo ha pasado un día —desvíe su mirada—. Me golpeaste bastante fuerte, así que es normal que aún me duela.

—Sobre eso...

—Tranquilo, entendí por qué lo hiciste, no te guardo rencor —y decía la verdad, era eso o que aquellos reos me mataran ahí mismo—. Pero ahora si me gustaría que me dejaras solo, tengo mucho en que pensar.

—Está bien, pero antes —algo dudoso, se sentó a los pies de la cama, como la noche anterior—. Lo que me dijiste, eso que me mostrarías otra vida, que me enseñarías cosas nuevas y...de que yo podría ser importante para ti ¿todo eso es cierto? ¿no lo dijiste por todo lo que ocurrió antes?

—Justamente es en lo que tengo que pensar —fui honesto con él y conmigo mismo—. Pero lo dije en serio, no por lo que pasó, por eso mismo me gustaría que me dieras tiempo, necesito pensar en muchas cosas y la muerte de Taemin...aún no la supero del todo, yo...quería a ese chico como a un hermano menor.

—Entiendo —se levantó de la camilla y caminó hacia la puerta, apoyó su mano sobre la manilla—. Los guardias estarán afuera. Si necesitas algo díselo a ellos, yo tengo cosas de las que encargarme.

Después de aquello, no he vuelto a verlo, no ha ido al comedor a desayunar o almorzar, volvió a encerrarse en su celda, al igual que TaeHyung. No me manda llamar ni hacerme cumplir alguna labor como su mulo. No me busca para burlarse o jugar a la pelota. Nada. Ambos están actuando tan extraño que me preocupa, más aún porque no sé qué está pasando y seguro no querrán contarme que sucede exactamente. ¿Qué podría estar pasando para que ellos se comporten de esa manera? Los reos que iniciarían el incendio ya están muertos...pero ¡Los guardias nuevos! Maldición, es eso, olvidé ese detalle.

—JungKook ¿Qué pasa? —me preguntó JongHyun quien desayunaba frente a mí—. De pronto te pusiste pálido.

—Nada...sólo —me levanté de mi silla—. Discúlpame, JongHyun, pero tengo algo que hacer... —me detuvo cuando me giré para irme—.

—No te acerques más a Jimin, recuerda que por su culpa estas en su mierda —lo miré, tenía razón, ¡Lo sé!, pero ya es tarde para pensar en abandonarlo, muy tarde—.

—Debo irme —me solté con suavidad de su agarre y me alejé sonriéndole. Caminé rápidamente hacia la celda del jefe, pero estaba cerrada por dentro—. Venga jefe, sé que estás ahí dentro. Abre, soy yo, JungKook —de pronto el cuchicheo que escuché antes se detuvo y hubo un profundo silencio—. Al menos respondan, sé que estás ahí TaeHyung ¿podría alguno a dignarse abrir la jodida puerta?

—No deberías estar aquí Jeon —me habló Monster, sobresaltándome me giré, viéndolo con el ceño fruncido—. Te gusta meterte en líos.

—Exactamente yo no me metí en este lío, fueron los dos putos que están ahí dentro y no me abren la jodida puerta —solté ya cabreado—.

—Vaya Jeon, no sabía que tenías ese carácter ni tantas palabrotas. Has cambiado en tan solo dos días.

—Resulta que han querido matarme, un puto doctor quiso envenenarme quién sabe con qué mierda. TaeHyung tiene un padre que más bien, parece su enemigo número uno, Ji...el jefe está metido hasta la mierda en un lío en el cual ahora estoy jodido también —inhale y exhale frustrado—. Tengo motivos para reaccionar así ¿no crees? Mi madre y hermana podrían morir.

—Okey, ya entendí, pero si esos dos no quieren abrir la puerta es porque el asunto es mucho más groso que antes y no quieren que te enteres.

—Pues más les vale que me cuenten o no respondo ¿me has escuchado jefe? —traté de hablar lo más fuerte que pude, pero ni aun así tuve respuesta, por lo que más que enojado, pateé la puerta y me alejé—. Si no me dicen que está pasando, pues buscaré la forma de enterarme por mí mismo, ya verán.

En mi celda se encontraba mi compañero y ahora, quizá, mi amigo Yoon Gi. Estaba acostado sobre su cama, de los más relajado, cuando algo groso estaba pasando y a él pareciera que no le importara. Lo miré con molestia, es que no podía mirarlo de otra manera, sé que él sabe más que yo, como también sé que no me dirá absolutamente nada.

— ¿Podrías dejar de mirarme de esa manera? —me pidió algo molesto al notar mi mirada sobre él—.

—Podría, pero no quiero —bufé—. Yoon Gi, tú sabes cosas, dime qué está pasando exactamente, ya se encargaron de esos reos que estaban siguiendo las órdenes del mayor Kim, ¿Qué más sucede? ¿es por los guardias nuevos?

—Mira JungKook, el que te haya salvado la vida hace tres noches atrás, no significa que ahora somos amigos, así que bájale a tu tono y no, no te diré nada, porque si lo hago, Jimin me corta los huevos y tengo planeado usarlos afuera ¿sabes? Así que deja de joderme el puto día.

—Venga Yoon Gi, al menos dime si es por los guardias nuevos —insistí, este se levantó de su cama, fulminándome con la mirada se acercó a mí—.

—Como sigas insistiendo con esa mierda, yo mismo te devolveré a enfermería —me miró fijamente—. Mira que ahora porque seas el protegido de Jimin no significa que eres intocable.

—No soy su protegido —me crucé de brazos—. Mejor me voy, andas de muy mal genio hoy.

—Por culpa de quien será —pasó por mi lado y abandonó la celda, mejor, así me quedaba solo—. 


Jimin POV.


Las cosas no podían ir peor que ahora, el asunto de los seis reos muertos hace tres noches atrás no pasó tan desapercibido como creímos, hasta el mismo Monster se sorprendió de que llegara a oídos del mandamás, por lo que ahora había un subjefe, que mantenía sus ojos en mí y en Monster, comenzaban a sospechar de ciertas cosas que no me convenían. El asunto con el Mayor Kim se me estaba escapando demasiado de las manos, ahora tengo un maldito punto débil y llegó a oídos de él, y seguro no tardaría en enterarse toda la prisión. Al menos ya no hay reos bajo su mando, pero nada me aseguraba que no llegaran nuevos y eso era lo que me tenía inseguro de todo. Según me informó Monster, llegarán nuevos reos y guardias, lo último ya lo sabía, pero no lo de los reos. Esto si es una prisión, pero como dije antes, no una cualquiera, muchas veces decidían enviar a ciertos prisioneros a otras cárcel, pero que enviaran a reos con delitos tan poco importantes era extraño, a los ladrones y estafadores solían enviarlos a otra prisión de Busan o ciudades cercanas, aquí sólo traían a los que tenían cargos como asesinatos, violaciones, psicópatas, asesinos en serie y hasta reos con problemas mentales, lo peor de lo peor, pero según los expedientes que vio ayer, los nuevos estaban limpios, sin cargos de asesinatos ni violaciones, por lo que claramente no podía estar tranquilo, aquellos que están limpios son los más peligrosos y sobre todo, los que mejor podría ser manipulados por el Mayor Kim.

Tanto TaeHyung como yo sabíamos que todo esto estaba sucediendo por órdenes de su padre, y él bien sabía que, si debía morir por esas órdenes, moriría, porque su padre era mucho peor que yo, sólo le importa su dinero y poder, sus hijos jamás le han importado. Lo peor de toda esta mierda, es que JungKook está tan metido en esto como TaeHyung o yo, ya no podía salirse, aunque así lo quisiera él o así lo quisiera yo, pero no por eso tenía que preocuparlo con todo esto.

—Oye Jimin, si no tranquilizas a tu macho podría meterse en algún lío —me advirtió TaeHyung, a quien ya se le hizo costumbre estar acostado en mi cama—. ¿Escuchaste todo lo que dijo fuera de tu puerta? Y esa patada, vaya, el chico está cambiando.

—No me jodas, maricón —lo fulminé con la mirada—. Mejor piensa bien en qué hacer ahora con los nuevos reos y guardias, si esto se sale de mis manos, los dos estaremos bajo tumba antes de terminar nuestras condenas.

—Yo morí hace años, cuando asesinaste a mi novio frente a mis ojos ¿ya lo olvidaste acaso? —se sentó en mi cama, mirándome una vez más con esa mirada de odio, rencor y con claras ganas de venganza—. No te molestaste en matarlo frente a mí, es más, lo disfrutaste.

—Me lo recuerdas siempre que tienes oportunidad, imposible olvidarlo.

—Sólo te lo recuerdo para que jamás lo olvides —llevó su espalda a la pared de cemento, afirmándose en ella—. Es más, me gustaría que te pasara lo mismo. ¿Te imaginas a JungKook muriendo frente a ti? Que lo degollasen frente a tus ojos. Que lo apuñalaran tres veces en el corazón y sólo para asegurarse de que está muerto, un disparo en la frente. ¿Recuerdas que eso tuve que presenciar? Sería un bonito espectáculo. Sentirías lo que yo sentí cuando asesinaste lo más importante, hermoso y especial que tuve en mi miserable vida.

Sólo de pensar en esa posible muerte, no, más bien, en tan sólo pensar en que podían asesinar a JungKook, se me puso la piel de gallina, sintiendo un enorme escalofrío recorrerme la columna vertebral. Sintiendo cómo me temblaban las piernas y manos de imaginarme a JungKook muriendo frente a mis ojos y yo sin poder hacer nada. No, no podía permitir aquello, jamás, sobre mi cadáver, porque si, primero deben matarme antes de que lo lastimaran a él.

—Iré por comida, eso de tener que pasármela en tu celda planeando qué hacer me aburre —se levantó de mi cama—. Por cierto, si vas a estar evitando a JungKook, bien podría divertirme con él.

— ¡Ni se te ocurra! —me levanté de golpe, acercándome rápidamente a él—. Si le tocas un pelo, no tardaras mucho en reunirte con tu querido novio ¿me escuchaste?

—Sólo jugaba, Jimin —me obligó a soltarlo con dificultad—. Sólo conversaré con él y trataré de calmarlo, ya que tú no tienes los huevos necesarios para hacerlo.

—Si lo tocas...

—No lo haré. Por lo que noté aquella noche, parece que, únicamente se deja tocar por ti —me mostró una sonrisa burlona—. Ese chico está más jodido que tú, mira que encariñarse de su violador. Vaya, ustedes están tan jodidos que son tal para cual —y sin más, abandonó mi celda, y fue mejor, porque si se quedaba un minuto más, le destruía la cara—. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro