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S2: Capítulo quince


TaeHyung POV.


Esto de tener una víctima que no le van las pollas es complicado. Antes jamás me costó tanto llevarme algún reo a la cama, este ya llevaba tres meses negándose y comienza a cabrearme, si no estuviera tan bueno, no insistiría tanto, o quizás porque, en el fondo, sus ojos me recuerdan a mi único amor. Aquellos únicos ojos que pudieron ver dentro de mí, aquellos que vieron la tristeza, odio, rencor y sed de venganza que sentía, y lo muy solitario que estaba, hasta conocerlo. Fuimos dos chicos repudiados por nuestros padres, dos chicos que no pidieron venir a este injusto mundo, dos chicos que sólo querían...felicidad.

—Me alegra saber que al menos uno de ellos no tiene mierda en el cerebro —le escuché decir por primera vez, mientras observaba a Jimin terminar el conflicto entre dos idiotas que querían violar una vez más a la chica de siempre—. ¿Es amigo tuyo? —me preguntó—.

—No, sólo compañero de habitación —le respondí, observando su perfil tan atractivo, sus cortas pestañas—. ¿Llevas mucho tiempo aquí?

—Casi tres años, por lo que estoy acostumbrado a ese tipo de cosas —refiriéndose a lo que estábamos presenciando—. Esa chica lleva siendo violada desde que llegó, o sea hace más de cinco años, ha quedado embarazada varias veces y cada uno de esos embarazos terminaron en abortos, algunos provocados por los padres y otros por ella misma.

—¿Hablas en serio?

—Sí, aquí pasan ese tipo de cosas y más, deberías acostumbrarte rápido a todo esto.

—¿Cómo puedo acostumbrarme a tanta basura?

—Todos aquí lo somos —me miró, penetrándome con esos oscuros e inexpresivos ojos—. Somos la basura de nuestros padres, seres inútiles incapaces de querer o ser queridos.

Y a pesar de haber dicho todo eso, él pudo quererme, al igual que amarme y fue amado por mí. Nuestra relación fue tan hermosa, claro, lo poco que pudimos estar juntos. Aprendimos tanto del otro, nos amamos tanto que en ocasiones creía que no podría volver amar tan intensamente.

—Bogum —levanté la mirada, estando desnudo, envuelto por sus brazos—. Si quisiera escaparme de este lugar, huir de mi padre y de toda su mierda de vida ¿te escaparías conmigo?

—¿Y alejarme de ti? ¿no volver a verte? —acercó más mi cuerpo al suyo, dejándome sobre este—. Jamás permitiría que huyeras sin mí, no podría ver ni soportar cómo lo único lindo y maravilloso de mi vida se me va de ella.

—Entonces ¿sí? —asintió y nos besamos como si fuera la última vez que lo hiciéramos—.

Esa noche fue la última que pasamos juntos. La última noche en donde nos entregamos en cuerpo y alma, la última donde pude escucharlo decir cuánto me amó. Que quería vivir conmigo hasta su último respiro. Porque al día siguiente, lo asesinaron frente a mí.

El nuevo reo me estaba dando muchos dolores de cabeza. Me tenía al tira y afloja, en momentos creía que por fin comenzábamos a entendernos, para luego volver a poner esa pared invisible anti gais y alejarme como si tuviera sida, enfermedad que no tengo. Me utilizaba siempre que quería información de Jimin, porque si, hace bastante tiempo noté su interés por él y no precisamente porque este le gustase, sólo espero que no esté tramando algo en contra de él, porque el jefe no dudará en matarlo. Cansado o más bien, para no seguir deprimiéndome con mis recuerdos decidí ir hacerle compañía al patio, donde se encontraba sentado en una de las esquinas. JungKook estaba con Jimin en otra, bastantes cariñosos para mi gusto, está bien que ya todos sepan que mi mulo es el novio del jefe, pero mostrando ese tipo de afecto sólo le traería problemas al menor.

—¿Por qué tan solo? —le pregunté mientras me sentaba a su lado—.

—¿Has escuchado ese dicho que va de "mejor solo que mal acompañado"? —respondió con clara molestia por mi compañía—.

—Oh amigo, soy la mejor compañía que podrías tener en este puto lugar.

—No te acerques tanto —levantó su culo, alejándose bastante de mí—.

—No tengo ninguna enfermedad que se pueda contagiar por el contacto de nuestra vestimenta —le dije ofendido y harto de su actitud—. Anda, acércate que no muerdo —lo miré y él también a mí—. A menos que quieras, soy muy bueno con mi boca.

—Me gusta la distancia con las personas.

—No creo eso, si te gustara la distancia, no estarías tan interesado en saber de la vida de Jimin —lo miré fijamente, este nervioso, desvió mi mirada, y seguro no fue por mi hermosura—.

—No estoy interesado en su vida —se levantó, pero lo detuve cuando quiso marcharse—. ¿Ahora qué?

—Sólo una cosa te diré —me levanté, quedando frente a él, disminuyendo la distancia, chocando su espalda contra la reja—. Mas bien, un consejo —su respiración estaba agitada—. Como sigas investigando sobre Jimin, terminarás abandonando este lugar, pero no vivo —terminé besándolo, pero su respuesta no fue nada agradable—. ¡Maldición! —escupí y pude ver sangre—. ¡¿Eres idiota?! ¡casi me tiras un diente!

—Te lo mereces por imbécil —se limpió con la manga de su polerón la boca, dejándome ver cuánto le desagradó mi beso—. No me gustan los hombres ¿lo entiendes, pedazo de idiota?

—Con esto sólo me han dado más ganas de tenerte —le guiñé un ojo—. Tus labios son exquisitos a pesar de tocarlos unos segundos.

—Asqueroso.

"Asqueroso de mierda". "Me das asco". "Marica de mierda, eres un asqueroso". "¿Te gustan los hombres? Pues siente la polla de tu padre, asqueroso, puto marica".

¿Por qué tiene que llamarme asqueroso? ¿Por qué asqueroso? ¿Doy asco por querer amar y ser amado? ¿Doy asco?

—¡¿Doy asco por ser un puto gay?! —le grité, o más bien me grité, dejándolo desconcertado—. ¡¿por qué tienes que llamarme asqueroso?!

—Oye, TaeHyung, tranquilo —trató de agarrar mi brazo, pero no se lo permití, dándole un golpe en el intento—. ¡Que te calmes, joder! —puedo decir que su segundo golpe en el rostro me devolvió a mi juicio, este me miraba aún sorprendido—.

—Ho Seok —giró su rostro hacia quien le llamó—. Has atacado, golpeaste dos veces a otro reo, por lo que te vas a aislamiento —creo que fue Monster quien se lo llevó, mientras yo sólo seguía ahí, sin entender exactamente qué fue lo que me pasó minutos antes—.

—TaeHyung —me llamaban—. TaeHyung te estoy hablando —volvió a llamarme—. ¡Kim TaeHyung! —me sobresalté, girando hacia... ¿Jimin? —. ¿Qué fue lo que sucedió?

—¡Lo sabrías si no estuvieras tan ocupado ligando con MI mulo! —le grité enfadado, girándome, para alejarme de todos, alejándome de tanta mierda acumulada...aunque en realidad, jamás podré escapar de ella, después de todo la mierda soy yo—.

"Maldito lame pollas, maricón de mierda te irás al infierno"

"¿Te gustan las pollas? Anda, chupa la mía y hasta podría darte una pasta extra"

"Eres un hijo de puta"

"Los maricones como tú terminarán muertos"

"Eres la vergüenza de la familia. ¿Cómo un maricón como tú puede ser hijo mío? No quisiste acostarte con ella, pues yo te mostraré cómo será que te la meta un hombre, a ver si así dejas de ser un maldito maricón"

—¿TaeHyung estás bien? —giré un poco mi rostro, viendo a mi mulo de pie en mi celda—. ¿Por qué estás llorando? —rápidamente se acercó y como hace años nadie lo hacía, me abrazó—.

—No quiero...no quiero más demonios...JungKook, yo soy un asqueroso.

—No lo eres —me abrazó con más fuerza y mis sollozos aumentaron tanto, que no pude pronunciar palabra alguna—.

Agradecía en estos momentos tener, aunque sea a JungKook a mi lado, que me reconfortara cuando me sentía tan aturdido por mis recuerdos, por mis pesadillas, mis demonios. Sólo una palabra fue suficiente para que aquello regresara como un huracán, arrasando todo dentro de mí. Volviendo arruinarme.

Jamás fui un asqueroso para él, pero aun así me arrebataron ese único rayo de esperanza para mi vida.


JungKook POV.


Quizá no sería el momento ni lugar adecuado para hablar de su pasado, pero presentía que, si lo hablaba ahora, podría sentir menos carga, tal vez su dolor no disminuiría, pero la presión, la tortura interna y sus pesadillas si pudieran ir quedando en recuerdos que, con los años, ya ni eso llegarían a ser. Mientras lo abrazaba, sentía como si tuviera a un niño pequeño entre mis brazos, quién perdió a su mamá y teme no volver a encontrarla nunca más. Mi pecho estaba húmedo, producto de sus lágrimas. Y aunque me era difícil imaginarme a un TaeHyung llorando, ahora podía darme cuenta de que él también tiene sus propias cicatrices.

—TaeHyung —lo llamé, sin tener respuesta—. No quiero meterme en tu vida ni nada, pero en ocasiones hablar de ciertas cosas nos ayudan a sentirnos mejor.

—No hablo de mi vida con nadie —me respondió alejándose un poco, terminando por mirarme, levantarse y subir a la otra cama, quedándome solo en la de abajo—.

—Tengo un secreto —si él no empezaba hablar, lo haría yo. Creo que puedo confiar en TaeHyung, después de todo me metió en su asunto con Jimin—. Un secreto que si llegara a confesar podría arruinar la vida a mi hermana menor, yo saldría de aquí a penas lo contara, pero la destruiría a ella.

—No te contaré nada, aunque me hables de tu vida y secretos, JungKook.

—Llegue aquí por protegerla a ella y no me arrepiento, es más, si volviera a ocurrir lo mismo y espero que no sea así, volvería a sacrificarme por ella —terminé acostándome en la cama, llevando mis brazos detrás de mi cabeza, usando ambos como una almohada—. ¿Te has sacrificado antes por alguien?

—No he tenido la oportunidad y hoy en día no lo haría por nadie.

—¿Ni siquiera por amor?

—No volveré amar. Tu novio se encargó de quitarme a mi novio hace tiempo atrás —tragué saliva con dificultad, pues algo sabía sobre ese asunto y prefería seguir con lo poco que sé—.

—Podrías volver a amar.

—¿Para volver a presenciar su muerte? ¿Para qué me lo quiten una vez más? No JungKook, bastante he perdido en lo poco que he tenido en mi vida.

—¿Qué has perdido? Digo, ¿Qué no has tenido?

—Un padre que me quiera como su hijo, que se enorgullezca de mí por ser quien soy, que me acepte —su voz volvió a quebrarse—. Una madre presente, que adore a sus hijos. Una vida normal, un pasado donde no hubiese tenido que presenciar tanta mierda. Una vida, JungKook.

—Vamos mejorando —susurré—. Tu padre...

—Si quieres seguir sacándome cosas de mi vida y pasado, no hables de ese señor —me amenazó y a pesar de no verlo, pude imaginar el rostro que puso al decir aquello—.

—Entiendo. Ese chico, tu novio ¿te molestaría hablar de él?

—Se llamaba Bogum —lo sentí algo más relajado, pero aún con la voz quebrada—. Lo conocí en ese reformatorio en donde estuve con Jimin. Era el único "normal" en ese lugar, me hizo sentir vivo, JungKook ¿sabes que es estar vivo, pero sentirte muerto?

—No...

—Tienes suerte, entonces.

—¿Es muy terrible?

—Sólo deseas que alguna persona o suceso termine por acabarte y realmente morir.

—¿Y Bogum te devolvió la vida, por así decirlo?

—Fue mi único motivo para no querer morir realmente y cuando me lo arrebataron, lo único que me mantuvo con vida fue el odio, el rencor y la venganza.

—Entonces... ¿planeas matar a Jimin para hacerlo pagar?

—No, él ya está recibiendo su castigo por ello —rápidamente me levanté de la cama, mirándolo—.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Tú eres su castigo —una sonrisa macabra se dibujó en su rostro, una que me hizo temblar unos segundos por lo que preferí dejar la conversación hasta ahí—.

Caminé hacia mi celda o esas intenciones tenía hasta que un reo me detuvo, interfiriendo en mi camino. Lo recordaba de algo, pero no exactamente de qué lugar. Su rostro...

—Tanto tiempo, Jeon —sus manos estaban dentro de los bolsillos de su pantalón—.

—Se Jong —este tipo era el que se violaba a TaeMin—. ¿Podrías moverte? Necesito regresar a mi celda.

—Eso no podrá ser —se acercó un poco, y sé que debí retroceder o huir, esquivarlo, pero por un motivo que desconozco no pude hacerlo—. ¿Sabes? En realidad, no tenía nada en contra de ti, pero ahora que eres el "hombre" del jefe, las cosas han cambiado —siguió acercándose—. Esto es para él.

—¿Qué... —diablos? Duele, arde, es demasiado filoso. Mi piel...mi pierna...maldición.—.

—Dile a Park que he sido yo, que esto es por Jang Yong —pude ver como se comenzó a alejar, algunos reos observaron cuidadosamente, ninguno se acercó a ayudarme, simplemente caí al piso, retorciéndome por el dolor que me había causado Se Jong con su, seguramente, navaja, atravesando y sacándola inmediatamente de mi muslo derecho—.

—¡Prisionero herido! —escuché y un guardia se acercó a verme—. ¡Es Jeon! —aun quejándome por el dolor, no hicieron mucho, me observaban, como si esperaran que muriera ahí, como si fuera su espectáculo—.

—¡Llévenlo a enfermería! —ese grito sólo podía ser de Monster y hasta entonces, dos guardias, uno a cada lado, se movieron, refunfuñando. Uno le hizo una señal con el rostro al de mi izquierda, asintió y me agarraron para llevarme al lugar que ordenó su superior—.

Mi sangre manchaba el camino que dejábamos atrás. Monster los obligó a que caminaran más rápido. Me sentía extraño, me dolía, pero ya no tanto como la primera vez que me lastimaron con una navaja. Si necesitaba a Jimin, conmigo. Sentía que los guardias que me estaban medio ayudando, más bien querían terminar lo que comenzó Se Jong.

—Déjenlo en la camilla y lárguense —volvió a darle ordenes, estos no quisieron, pero fue suficiente una mirada seria y furiosa de Monster para que se marcharan—. ¿Quién ha sido?

—Se Jong, pero ha dicho que era para Jimin —el doctor rápidamente comenzó a limpiar mi herida, la cual sólo volví a sentir cuando limpio—. ¿Dónde está Jimin?

—Seguro en su celda o quizá en el patio ¿no estabas con él?

—Fui a ver a TaeHyung después de su pelea con Ho Seok.

—Sabes que cuando se entere de quién ha sido irá por él ¿cierto?

—Se Jong quiere lastimar a Jimin, necesito advertirle —estaba tan preocupado por el bienestar de Jimin, que ni noté cuando el doctor terminó de vendar mi herida—.

—Te quedarás esta noche aquí, necesito cambiar ese vendaje más tarde y mañana por la mañana ¿entendido?

—Gracias —dije, pero queriendo irme y buscar a Jimin—. Monster...

—Iré a buscar a Jimin, quédate aquí —caminó hacia la puerta, pero antes se volteó para mirarme—. Sobre tu asunto con Jimin, te aconsejo que lo dejes o eso —señaló mi muslo herido—. Será sólo el inicio —terminó por marcharse—.


Jimin POV.


Después de la pequeña riña entre TaeHyung y su víctima, JungKook se marchó, abandonándome para ir tras el idiota. ¿Cómo podía dejarme para irse con él? Si no fuera porque jamás había visto tan histérico y descontrolado a Kim, no lo habría dejado marcharse. Por lo que aproveché para hablar con Yoon Gi, ya que es momento de que él entre en su papel en mis asuntos. Este chico tiene ciertos contactos afuera de prisión que podrían bien favorecerme, como también terminar por arruinarme, pero según Yoon Gi los tenía bajo su control por algo que le deben. Poco me importan sus asuntos con ellos, yo sólo los necesito para darle una pequeña respuesta al Mayor Kim con todo lo que ha ocurrido hasta ahora.

—Necesito la dirección de ese lugar —dijo observando nuestro alrededor, siempre podían estar cerca algunos reos que no deben escuchar ciertas cosas—. ¿Quieres algo en grande o algo de advertencia?

—Algo que le deje claro, que conmigo no debió meterse.

—Bien —sonrió de lado—. Sé qué tengo que ordenar, entonces.

—Y esos tipos ¿crees que quieran entrar en lo otro? —pregunté y él me miró dudando sobre mi pregunta—.

—Lo mejor es que no, suelen comprar merca y si saben de ese negocio terminarán robándote y no quiero que muera más gente conocida.

—Cómo quieras —me levanté del banco donde ambos estábamos sentados—. Tengo que ir hacer una llamada, hablamos luego —me adentre hacia las celda. Tenía que hablar con Yuro y saber si ha averiguado el paradero de Haneul. El reo que tiene el único celular aquí dentro, al verme me entregó el objeto y se marchó. Marqué el número—. Yuro.

—jefe —su voz estaba algo diferente, había pasado algo—. Le tengo noticias y no son muy buenas.

—Habla —le ordené impaciente—.

—La chica Kim...ha sido llevada a Daegu.

—¿Daegu? Por qué... —según recuerdo, los Kim son de Daegu, lugar donde el Mayor Kim asesinó a....— ¡Maldición! Tienen que viajar, buscarla y salvarla, si no lo hacen, la matará.

—Cómo ordene jefe.

—¿Y Wang?

—Mejorando, pronto volverá a llevar el mando aquí afuera.

—Bien, cuando lo haga, dile que me comunicaré con él con este número.

—Está bien.

Terminé la llamada y dejé el celular sobre la cama. Abandoné la celda preocupándome de que no hubiera reos ni guardias escuchando. Camino a mi celda fui detenido por Monster, quién no tenía muy buen rostro que digamos, aunque siempre suele tener ese rostro con el que intenta intimidar, rostro que conmigo no le funciona.

—Ahora no Monster, necesito una siesta...

—Jeon está en enfermería.

—¡¿Qué?!

—Ha sido herido, lo mejor será que va...

Pasé corriendo por su lado ¿JungKook herido? ¿Otra vez se las dio de héroe? ¿Es que no aprende? Corrí lo más rápido que pude, chocando con todo aquel que interfiriera en mi camino. Cuando llegué, entre tan rápido, que golpeé en la nariz al Doctor, quién estaba por salir de la enfermería, sintió lo duro y frío de la madera de la puerta en el rostro.

—¡Jimin! —gritó JungKook viendo como la nariz del Doctor sangraba—. ¿Tenías que entrar como un bestia?

—¡Has sido herido! ¿Qué querías? ¿Qué viniera con toda la calma del mundo, mientras me carcomía el miedo?

—Estoy bien ¿no me ves? —se levantó de la camilla y cojeando se acercó al doctor—. ¿Necesita ayuda?

—No, gracias —negó con la mano rápidamente—. Ustedes sólo quédense aquí, iré a otra parte.

—Lo siento —se disculpó en mi lugar mi novio, que lindo se siente pensarlo y a veces decirlo—.

—¿Qué te ha pasado en el muslo? —me acerqué y observé el resto de su cuerpo, sólo su muslo derecho estaba herido—. ¿Quién ha sido?

—Me han enterrado una navaja, casi ni lo sentí —regresó a la camilla, le ayudé a sentarse sobre ella—. No fue nada grave, creo.

—¿Quién ha sido JungKook y por qué?

—He hablado con TaeHyung y me ha contado parte, casi nada, de su pasado y... —me estaba desviando el tema, sólo conseguía cabrearme de esa manera—.

—JungKook te he hecho una pregunta ¿podrías responder?

—Fue Se Jong y dijo que era por un tal Jang Yong —había comenzado y han decidido atacarme a través de un inocente—. ¿Quién es ese, por cierto?

—Necesito que te quedes aquí y que me prometas que no saldrás hasta que Yoon Gi venga.

—¿De qué hablas? —volvió a levantarse de la camilla—. ¿Acaso...vas a volver a matar, Jimin?

—Sólo quédate...

—¡No lo hagas! —se aferró a mí—. ¿No entiendes que la muerte sólo traerá más muerte? La venganza jamás va a terminar si vas allá y atacas a Se Jong.

—Este asunto viene desde hace años atrás, tengo que ponerle un final decisivo, si no lo hago, una próxima vez no será sólo tu muslo, podrías morir y eso jamás me lo perdonaré.

—Aun así, no lo hagas, quédate aquí, conmigo —lo alejé y caminé hacia la puerta, hoy terminaría con mi pasado relacionado a Jang Yong—. Si cruzas esa puerta, nuestra relación se termina y no habrá una segunda oportunidad —dijo firme y aunque sabía que hablaba en serio, yo no tenía opción—.

—Prefiero eso, antes que verte muerto —giré un poco sobre mis pies para verlo—. Sólo recuerda que te quiero.

—¡Jimin! ¡Jimin!

Lo escuché llamarme, pero este asunto es mucho más grave de lo que él podría imaginarse. Jang Yong marcó un día importante en ese reformatorio, un día en dónde terminé por convertirme en un completo monstruo. No sólo Se Jong iría en busca de JungKook para llegar hasta mí, cómo dijo el padre de Yong, muchos aquí adentro buscarían venganza, pero si les dejo ver ese "Monstruo" al que temieron mucho antes, no se atreverán a volver a lastimar a la única persona importante para mí. 

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