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Capítulo veintitrés


Jimin POV.


¿Desde cuándo estaba tan lejos la enfermería? ¿Desde cuándo se había agitado tanto mi corazón? ¿Desde cuándo sentía la opresión en el pecho como ahora? ¿Desde cuándo..., comencé a sentir tanto horror en pensar que puedo perder a alguien? Sólo sentí esto cuando mis padres murieron frente a mí y no pude hacer nada para salvarlos. Aquella vez sólo pude observar, sólo pude ver cómo ellos morían y por ser pequeño, indefenso, inocente y por no comprender bien la situación, no los pude ayudar. Sólo vi cómo aquello pasó, cómo ellos se fueron para no volver nunca más. Ahora sentía lo de aquel día. Sentía que perdería a otra persona y que jamás regresaría, pero hay una diferencia, esta vez no me quedaré para observar, no dejaré que me arrebaten otra cosa...no, más bien, otra persona importante para mí, para mi vida. Para mi día a día. ¡Nadie más me va a quitar una persona importante para mí! ¡No ahora cuando por fin tengo por quien luchar y seguir viviendo!

TaeHyung me estorbaba el paso, el camino. El camino que me llevaba ayudar a Jeon, por lo que lo empujé para yo poder adelantarme y correr, correr lo más rápido que me permitían las piernas. Por favor, ahora apoyen y ayúdenme a llegar lo más rápido hacia él, por favor piernas, ayúdenme. Es increíble cómo pueden cambiar las cosas de un rato para otro, de un día al otro, en cualquier momento las cosas cambian y tu vida, se vuelve un caos. Jeon fue ese cambio que convirtió mi vida en un completo desastre, pero en uno de paz, algo contradictorio, pues no existían los desastres con paz, pero él había logrado aquello, lo cual era algo que mi vida necesitaba hace mucho tiempo, por lo que no permitiría que nadie me lo arrebatara y si tenía que ser el mismísimo diablo, de nuevo, lo sería, si tenía que matar a cien personas, lo haría, pero ya no perdería a nadie importante para mí. Porque ahora sé que él es importante para mí.

La veía, la puerta de enfermería estaba más y más cerca, ya podía tocar la manilla, sólo tenía..., ¿Por qué no hay ningún guardia? ¿Dónde demonios se metieron si tienen que vigilar día y noche cuando hay un reo herido? ¡¿Dónde diablos están?! Me apresuré. Mi mano en la manilla, la giré y abrí...

—¡Suéltame, hijo de perra! —esa voz ¿Cómo es que llegó Yoongi? —. Eso duele —de una patada, tiró al doctor al otro lado de la habitación, tenía el rostro ensangrentado, y cuando vi que quiso agarras una jeringa que había sobre la cama... ¿Quiso matar a Jeon con eso? Rápidamente me adentré y lo golpeé fuerte en la espalda con la silla que suele utilizar, éste cayó de a poco al piso, pero no inconsciente—. Jimin —me llamó Yoongi.

—Jeon... —mis piernas temblaron al ver a Jeon con los ojos cerrados, pálido, su color...lo iba perdiendo ¿Acaso llegué tarde? —. Él... Yoongi, Jeon está...

—No lo sé —me negó y pude ver que decía la verdad en su mirada. Lentamente me acerqué a Jeon, ¿No logré salvarlo? ¿Él...me ha dejado para siempre? ¿Se fue y no regresará? —.

—Oye, Jeon—lleve una de mis manos a su rostro—. Anda, despierta ¿Estas vivo, cierto? No juegues...no me asustes, no tú por favor.

—Creo que llegué tarde, lo siento Jimin —dijo Yoongi, observando a Jeon desde el otro lado de la cama—. Lo siento JungKook.

—Se lo merece —esa voz no era de Yoongi, mucho menos de TaeHyung, quien, al entrar y ver nuestros rostros, quedo paralizado en la puerta—. Solo fue una orden...

—¡Maldito hijo de puta! —me tiré encima del doctor y comencé a soltar toda mi furia sobre su rostro, reventándole aún más las narices, destrozándole la mandíbula con tantos puñetazos sobre éste. Su nariz quedaría desfigurada, pero poco me importaba, porque yo iba a matarlo, me pagaría la vida de Jeon con su propia vida, aunque ésta valiera mierda...pero no me devolvería la de Jeon—. ¡¿Con esto ibas a matarlo?! —le arrebate la jeringa de su mano—. ¡Dime! ¿con esto? —sin pensarlo dos veces, ensarte la jeringa en su pecho, sobre su corazón, con mucha fuerza, tanta que hasta sangre salió del lugar. Observé como el líquido dentro comenzó a bajar, entrando en el cuerpo del desgraciado, como sus ojos se agrandaron y quedaron muy blancos, su palidez me causó risa, seguro de esta misma manera Jeon habría quedado y esa risa, se borró, por lo que retiré la jeringa y volví a ensartarla reiteradas veces en su pecho, pero mi ira, mi odio, mi rabia...mi tristeza no se iba. Mi tristeza aumentaba, comenzaba a sentir mucho dolor en mi pecho, la garganta me quemaba en su interior.

—Jimin —me llamó Yoongi, pero yo seguía en lo mío, viendo como el doctor comenzaba a perder el conocimiento, como comenzaba a dejar este mundo ¿Tan rápido iba a morir Jeon? No le iba a dar tiempo de nada—. Oye Jimin, mira esto —volvió a llamar, pero yo no quería ver nada ni a nadie—. Jimin ¡Que mires! —me gritó.

—¡¿Qué?! —giré mi rostro y vi como esos ojos; asustados, preocupados, perturbados, atemorizados, miraban el lugar, como miraron a Yoongi y como se cruzaron con los míos—. ¡JungKook! —me levanté rápidamente y me abalancé sobre él, apretándolo contra mi cuerpo, abrazándolo con fuerza, necesitaba sentirlo cerca—. Estás vivo, estás vivo, dios...estás vivo —me alejé un poco y lo miré.

—Estoy vivo —me soltó tan sorprendido como yo—. Y tú estás aquí...conmigo —me sonrío—. ¿Estás llorando?

—Yo jamás lloro —volví abrazarlo, sonriendo, todo mi ser sonreía y estaba tranquilo, completamente tranquilo. Me sorprendió la manera tan rápida en que ese dolor en mi pecho se esfumó.

El silencio no fue incómodo, al menos no para mí ni para Jeon, ya que sentí su cuerpo relajado y tranquilo, y en ningún momento me pidió que lo soltara, por lo que me aferré más a su cuerpo. En cambio, Yoongi y TaeHyung, ellos comenzaron a soltar bromas entre ellos, como, por ejemplo; que sólo estorbaban, o como que sólo les faltaban las palomitas para completar la escena romántica de la película frente a ellos, hasta pidieron el beso y toda la cosa. Agradecí que bromearan de esa manera, así pude saber que esto era real y no un sueño. Agradecí en silencio que Jeon estuviera vivo, agradecí tenerlo conmigo.

Diez minutos después decidí alejarme un poco de Jeon, ya que comenzó a mover su cuerpo de a poco. Nos explicó que perdió el conocimiento de pronto, cuando escuchó los gritos de Yoongi al entrar a la habitación, que de repente vio golpes, escuchó insultos, pero que, de un momento a otro, se borró y ya no supo que más pasaba a su alrededor, hasta cuando volvió abrir sus ojos, para hacernos saber que estaba vivo. Yoongi me informó que su encargo estaba listo y que, al escuchar de boca de uno de los reos a cargo del incendio, nombrar a Jeon, supo que tenía que dirigirse a enfermería, realmente agradecí a ese reo por nombrarlo, porque si no hubiera sido así, quizás en estos momentos...él ya no estaría con nosotros. Jeon le agradeció a Yoongi por llegar a tiempo, éste sólo le dijo que no había sido nada, pero pude ver esa sonrisa en su mirada, realmente estaba feliz por haberle salvado la vida, la primera en años. TaeHyung fue por los guardias, no quise ir, por lo que preferí esperar al lado de Jeon, quien me observaba con mucha atención y yo comencé a sentirme nervioso e incómodo por esa mirada tan penetrante.

—Yo me iré a mi celda —habló Yoongi—. Necesito encargarme del corte que me hizo el desgraciado cuando logró quitarme mi cuchilla.

—Espera —lo llamó Jeon, tratando de sentarse en la camilla, por lo que le ayude enseguida y me agradeció con una sonrisa—. Déjame ayudarte con eso, te lo debo.

—Hmm...—lo pensó un momento, me miró y sólo le hice un gesto de que se dejara y al final accedió. Me encargué de buscar lo necesario y Jeon comenzó a curarle la herida con movimientos torpes, al parecer se sentía muy débil.

—Déjame, yo termino —dije, por lo que Jeon aceptó y seguí curando el brazo de mi mulo, más bien, de Yoongi.

TaeHyung llegó con Monster, justo con el que necesitaba hablar. Cuando entró en la enfermería, su asombro no fue ninguna broma, luego cambió a frustración y a rabia, enojo puro. Una de las reglas sagradas, más bien trato entre él y yo, era que no podía matar ni a un guardia ni mucho menos al doctor, por lo que, seguro me castigaría por ello, pero podía cambiar de opinión si le contaba lo sucedido, por lo que comencé a hablar enseguida.

—Antes que digas algo, el doctor quiso matar a Jeon, estaba vinculado con los reos...esos de los que te comenté antes.

—Lo sé, aunque quiera negar lo que pasó, éste le dio un pastón a los guardias que debían de vigilar para que lo dejaran solo —confesó con amargura y decepción en sus palabras, sobre todo en su mirada—. Estaba dándoles un escarmiento, ya sabes. Luego le diría al mandamás para que los despidiera, pero no sabía bien el motivo, hasta ahora —miró a Jeon—. ¿Estás bien?

—Gracias a ellos, sí —le respondió con una sonrisa tímida, pero agradecida—. Esto fue obra del mayor Kim —soltó de pronto y todos lo miramos—. Él no tenía nada en mi contra, sólo se dejó llevar por la pasta que le ofreció...tu padre, TaeHyung —el nombrado, avergonzado, bajó la mirada—. Me iba a inyectar algo potente, su objetivo era matarme, pero ¿Por qué? —me miró y... ¿Qué debía decirle? ¿Por qué es importante para mí? ¿Porqué descubrí que es mi punto débil y que ahora todos lo saben? ¿Qué es mi culpa toda esta mierda? ¿Para qué me odies otra vez? ¿Eso debía responderle?

—Lo siento —le dije, pero desviando su mirada, poco me importó que los demás me hayan escuchado decir lo siento por primera vez, jamás lo había hecho dentro de la prisión y recordando, afuera tampoco.

—Tenemos que arreglar todo este asunto —habló Monster—. Con mis hombres sacaremos los cuerpos y haremos la vista gorda, pero ese asunto que tienes fuera, debes solucionarlo, porque no volveré a tapar la mierda que dejas Jimin —me advirtió—. Ya estamos a mano, sólo tratemos de llevar la fiesta en paz.

—Estábien —respondí. 

Yoongi y TaeHyung decidieron irse a sus celdas, ya que el pasar mucho tiempo fuera y de noche, no era bueno. Esto tenía que quedar en secreto y los pocos reos que nos vieron, por sus vidas sabían que no debían hablar sobre lo ocurrido. Cuando quise irme, porque no quería hablar con Jeon, sólo quería que descansara, me agarró la mano y evitó el que me fuera, los demás entendieron y con miradas pícaras abandonaron la enfermería.

Me miraba, me observaba como si examinara cada detalle de mi rostro. Me penetraba con su mirada y yo me sentía incómodo. Tantos sentimientos y sensaciones nuevas en una sola noche me estaban preocupando, más aun, provocadas por la misma persona. Me iba a pedir explicaciones, las cuales no quería darles, porque eso significaría contarle cosas, momentos, recuerdos de mi pasado.

—Tu asunto con el padre de TaeHyung... ¿Qué tienen que ver conmigo? —de a poco me fue haciendo espacio en la camilla, invitándome a sentar—. Explícame por favor. Necesito saber qué pasa para no tener que odiarte Jimin.

—Hay cosas, muchas, que no puedo explicarte o más bien, contarte —evité su mirada, a pesar de saber que él me miraba.

—¿Tiene que ver con tu pasado y lo que te une a TaeHyung?

—Tiene que ver con muchas cosas, las cuales no quiero que sepas.

— ¿Por qué? Por si casi lo olvidas, hace unos minutos, estuvieron a punto de matarme y ahora corren peligro mi madre y hermana.

—No les pasará nada, te lo prometo —lo miré fijamente, para que viera que no le mentía, que puede confiar en mí.

—Te creo, pero ¿Qué tengo que ver? ¿Por qué me quisieron matar? ¿Por qué me golpeaste en el patio? Sé que todo tiene una explicación y exijo saberlo.

—Lo que sucede...verás Jeon—volví a desviar su mirada—. En el pasado hice muchas cosas, me metí en asuntos que no debía. Me metí cosas en el cuerpo, maté a gente inocente, también a personas que debían morir...hice muchas cosas y si te las cuento, tal vez tú me odiarás aún más y ya no querrás saber nada de mí.

— ¿Por qué? ¿Por qué te importa eso?

—Porque... —levanté la vista y lo miré—. Porque desde hace un tiempo eres...te convertiste en alguien importante para mí.


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