Capítulo dieciocho
JungKook POV.
Mi hermana me dio la noticia de que el novio de mi madre, es decir, mi abogado está moviéndose con una cita con el juez que me sentencio cinco años en esta prisión, para ver si hay una posibilidad de reabrir mi caso, pero para eso tendría que aportar con información, aportar con ciertas cosas de las cuales no puedo hablar, sé que con unas simples palabras podría obtener mi libertad, pero jamás lo haría, prefería quedarme aquí, antes que ver destruida a mi hermana menor. Ella está tan asustada, tan preocupada por lo que pueda pasar y no exactamente por ella, está preocupada por mí, sabe que no accederé a decir la verdad y que mi decisión seguirá siendo la misma: quedarme callado y seguir en prisión. A pesar de que ahora tengo que ser mulo de TaeHyung, lo cual sigo sin entender el cambio tan repentino del jefe, cuando en varias ocasiones se negó a eso. ¿Qué no me dañará si soy el sirviente de TaeHyung? ¿Es que acaso le teme a mi nuevo supuesto dueño? Cada vez siento más curiosidad sobre esos dos, ¿Cómo es que llegaron a conocerse? ¿Cómo llegaron a odiarse como lo hacen hoy en día? ¿Por qué sus vidas dependen del otro? ¿Quién es exactamente el jefe, Park Jimin? En ocasiones he querido preguntarle, pero ¿con que derecho? No tengo ninguno y en realidad no debería importarme. No debería sentir esta curiosidad sobre quién es realmente el jefe.
Mi compañero de celda fue dado de alta, cosa que me hizo inmensamente feliz, aunque su regreso no fue del todo alegre, pues me golpeó en el abdomen al saber que soy mulo de TaeHyung, me gritó por permitirlo y también me dijo que había cometido mi cuarto y quinto gran error, ya ni sabía cuántos llevaba, sólo sabía que tenía razón, pero era algo que no había dependido solamente de mí. Es más, si hubiera dependido de mí, jamás habría aceptado ser el sirviente de otro reo.
—TaeHyung está tan enfermo como Jimin, tu deber era mantenerte alejado de esos dos, JungKook. Ni eso puedes hacer bien, idiota —rascó su cabeza, mirándome ahora con preocupación—. ¿Te ha lastimado?
— ¿TaeHyung? No, casi ni me obliga a estar con él, aunque no llevo mucho siendo su mulo.
—Esperemos que siga de esa forma, ya vuelvo —caminó hacia la celda, pero lo detuve agarrándole el brazo izquierdo—. ¿Y ahora qué?
— ¿Irás donde el jefe?
—Sí ¿Por qué? —me miró curioso.
—Por nada —le solté y se marchó. En realidad, quería mencionar lo de su visita ayer, el que se haya encerrado con esa chica en esa habitación, quizá si le preguntaba que pasó o que hicieron y lo comentaba..., ¿Qué mierda me importa? —. Mejor iré a ver a Taemin, su forma de actuar este último tiempo me preocupa.
Abandoné mi celda y me dirigí al patio, tal vez estaría jugando a la pelota, cosa que le gusta hacer, sobre todo para reírse cuando alguno fracasa en el intento de meter un gol o cuando se caen de trompa al piso. No había reos jugando a la pelota, pero si logre ver a Taemin platicando con unos reos algo sospechosos, sobre todo porque parecía que intercambian algún objeto. Al verme el nombrado, rápidamente guardó algo en el bolsillo de su pantalón y por lo que noté, les ordenó alejarse. Me encaminé a su dirección, disminuyendo la distancia entre nosotros, estaba nervioso, eso noté a los dos metros que estaba de él, acortando más la distancia. Miró en dirección donde guardó lo de antes y volvió su mirada a mí.
— ¿Qué pasa, Taemin? Te ves mal —lo miré preocupado, pero este evitaba mirarme fijamente, desviando su mirada a cada rato—. ¿Estás enfermo? ¿Quieres ir a enfermería?
—Estoy bien —metió sus manos a los bolsillos de su pantalón—. Iré a ducharme ¿Me acompañas?
— ¿Eh? — ¿acompañarlo? ¿no era eso un poco raro? Pero por su rostro lo mejor sería ir con él—. Claro, vamos, te acompaño.
Sin dirigirnos la palabra caminamos hacia las regaderas, lugar que no me era del todo agradable, pero debía visitarlo para bañarme o estaría hediondo y jamás me ha gustado oler a sudor, siempre me he preocupado de ser limpio, cuidar mi higiene. Taemin definitivamente estaba actuando raro, mantenía la mirada fija en el lugar donde guardo lo que no alcancé a ver bien, como para tener una idea de que era exactamente. Llevó su diestra aquel lugar, como protegiéndolo y estando a la defensiva por si es que alguien intentaba arrebatarle aquello. Cada vez sentía más curiosidad por saber que era lo que guardaba en aquel lugar. Al llegar a las regaderas, me miró un momento, examinándome de arriba abajo, lo cual me incomodo un poco, estaba por sacar aquello y por saber que era lo que ocultaba, si no fuera por...
—Así que aquí estabas —TaeHyung se acercó rápidamente a mí, pasando su brazo por mis hombros—. Vamos a divertirnos un rato.
—Estoy con...
—Vamos —miró de reojo a mi amigo y arrastrándome con él me sacó de las regaderas—. ¿Sigues juntándote con ese chico? —me preguntó mientras me arrastraba ahora de la muñeca.
—Es mi amigo y puedo caminar solo —traté de soltarme de su agarre, pero este sólo apretó con más fuerza.
—Y yo quiero llevarte así —giró su cabeza y me sonrío—. Quiero que conozcas a cierta persona.
—Prefiero que no —nos dirigíamos a la sala de visita, ¿acaso TaeHyung recibe visitas? ¿Desde cuándo? —. Si vienen a verte, lo mejor será que estén solos.
—Lo mejor será que me acompañes y te calles —dijo ahora serio. Abrió la puerta de la sala de visitas y entramos, sólo había una persona y esa era... ella.
— ¡TaeHyung! —la chica se levantó, acercándose rápidamente, con su mirada llorosa y abrazando fuertemente a quien seguía sin soltarme la muñeca. Pude sentir cómo esta le tembló por un momento, para seguido relajarla—. ¡Dios! ¡TaeHyung, estás vivo! —se aferró tanto a él, que me hizo sentir incomodo de cierta manera—. ¿Sabes cuánto te he extrañado? — ¿acaso esta tipa se acuesta con el jefe y ahora con TaeHyung? Zorra.
—Claro que estoy vivo, tonta —desordeno su cabello, viendo por primera vez una sincera sonrisa de alegría en los labios del ahora, mi dueño—. ¿Cómo estás? ¿Cómo te están tratando?
—Bien, al principio me tenían amarrada, intenté escaparme, pero ya no —soltó mi muñeca y en su lugar, agarró la mano de la chica y ambos se sentaron, frente a frente—. Te he extrañado mucho, TaeHyung.
—Y yo a ti, pequeña —le volvió a sonreír y yo tenía más ganas de querer largarme del lugar—. Pero ahora no podemos hablar mucho —giró su rostro y me llamó.
—¿Qué quieres? —pregunté de mala gana, estar cerca de esa chica me incomodaba más que la presencia del jefe.
—¡Monster! —gritó de repente, el nombrado entró y se detuvo frente a nosotros—. JungKook usará la habitación especial con mi hermana, ya sabes, adolescentes enamorados que no pueden esperar al matrimonio.
—¿Ah sí? —me miró de forma extraña, no estaba muy convencido por lo que dijo TaeHyung, menos con ese tono de burla. Idiota—. Sólo diez minutos —le entregó la llave a TaeHyung y abandonó la sala.
—Bien, sólo escucha lo que ella tiene que decirte —me ordeno y yo estaba más perdido que al principio—. Dile todo a él, confío en JungKook —le habló ahora a su hermana, quien me observaba detalladamente—. Vayan, los esperare aquí.
Y aunque quise negarme y lo hice, TaeHyung me señaló el muslo donde me hizo la cicatriz, recordándome que ahora soy su mulo y que debo obedecer quiera o no. La chica, la cual ahora sé que es la hermana de TaeHyung, se me adelantó y paso por la puerta, la seguí completamente confundido y molesto. Yo no haría nada de nada con ella, mucho menos después de saber que la tocó el jefe... ¿Para eso abusó de mí? ¿Para eso me violó? Teniendo a esta chica para sus cosas y no, me toca a mí para luego tocarla a ella. Me utilizó para saciar sus necesidades y de la peor forma. Algún día me cobraría su mierda. Ella abrió la puerta de la habitación con la llave que le entregó su hermano, entró y fue directo a la cama, se sentó, cruzó su pierna derecha sobre la izquierda y me miró fijamente.
—Diez minutos —comenzó a hablar—. Bien, dile textualmente esto a mi hermano: nuestro padre quiere acabar con Jimin, aunque signifique que tú tengas que morir.
— ¿Yo moriré? ¿Por qué? —pregunté exaltado.
—Tú no idiota, este mensaje es para TaeHyung, significa que él podría morir junto a Jimin —contestó malhumorada—. Prosigo, el trato con los gringos ya está listo, ahora ese negocio está en manos de nuestro padre. Wang hizo un movimiento que podría costarle la vida, pero lo hizo para salvar la vida a Jimin, si todo sale bien, cuando salga libre debe buscar Kim Seok Jin, ya todo está hablado y sellado con él.
— ¿Quién es Kim Seok Jin?
— ¿Qué te importa, idiota? Sólo limítate a escuchar y memorizar todo —se levantó con brusquedad y se acercó a mí—. Si le das la mitad de la información, cargarás con dos muertes, bonito.
—Está bien... sigue. Te escucho —retrocedí dos pasos y ella volvió a sentarse en la posición de antes.
—Tenemos a los polizontes encima, por esa razón Wang habló con Seok Jin, durante estos días le traeré una respuesta.
— ¿Qué respuesta?
—De si Wang sigue vivo o no.
Era demasiada información para mí, no quería saber nada de eso. TaeHyung y el jefe me habían metido en sus asuntos y no me gustaba nada. Todo lo que la visita constante del jefe me contó es demasiado para mí, es como si fuera una película de chicos malos, pero esos que se meten cosas y venden, con los polizontes encima y estos deben ser algo así como la policía siguiéndole el paso desde hace muchos años..., ¿El jefe no estaba metido en esas cosas, cierto? ¿Ese es el asunto que tiene con TaeHyung acaso?, ¿Por qué el padre de TaeHyung querría matar al jefe y más aún, a su propio hijo?
Monster estaba esperando junto a TaeHyung en la sala de visitas, no supe cómo actuar, seguro estaba pálido por tanta información peligrosa, porque sí, todo lo que había escuchado minutos antes era realmente peligroso, hasta podría haberme causado la muerte con sólo saberlo. El guardia observaba cada detalle en mi rostro, en mis gestos, en mi postura, y si seguía observando de esa manera, seguro me delataría, claro, eso habría pasado si la chiquilla frente a mí no hubiera hecho lo que hizo.
—Vaya, al parecer ya tengo cuñado —soltó sorprendido TaeHyung, al parecer él tampoco se esperaba que su hermana me besara, claro, yo aún seguía sorprendido y anonadado.
—Eso parece —aportó en comentario Monster, nos observó, al parecer el beso no fue suficiente para convencerlo, por lo que la chica entrelazó su mano a la mía y me guió hasta su hermano, ordenándome que me sentara a su lado.
—Me gustaría seguir con mi visita —dijo ella firme al guardia, quien frunció el ceño, pero abandonó aun así la sala.
—¿Era necesario el beso? —le pregunté algo molesto, más bien bastante molesto.
—Claro, pero ya no importa —miró a TaeHyung—. Espero poder venir a visitarte seguido hermano.
—Me encantaría que lo hicieras, pequeña —tomó una de sus manos—. Pero tú y yo tenemos que hablar ¿Estás loca, Haneul? ¿Es que no fue suficiente tu pasado junto a Jimin? —esto no era de mi incumbencia, ni tenía que escuchar nada más, pero ella se aferró más a mi mano, al parecer le asustaba cuando TaeHyung se enojaba—. ¡¿Quieres volver a perder un bebé de él?! ¡¿Quieres que siga arruinando tu vida?! Tienes que estar tonta para arrastrarte por él una vez más ¡Ya basta con tu estúpida obsesión! Porque esa mierda que dices sentir por él no es amor.
—¿Te contó lo que pasó? —tenía miedo, eso se le notaba con sólo escucharla hablar.
—Sí, me contó todo y juro que si pudiera darte una cachetada por tarada ya lo habría hecho —soltó un fuerte suspiro—. Nos vemos otro día. JungKook y yo tenemos cosas que hacer.
—Te quiero —se levantó y abrazó a su hermano, este le devolvió el abrazo y seguido abandonamos la sala de visitas.
Al irse su hermana menor, enseguida TaeHyung me arrastró con él para abandonar la sala de visitas, estaba enojado y seguro ansioso por saber que me contó su hermana en esa habitación. Pero lo que a mí me preocupaba era el hecho de hacia dónde nos estábamos dirigiendo, no era precisamente al patio, mi celda o a la suya, sino que, a la del jefe, nos dirigíamos a su celda, y por alguna extrañan razón me sentía nervioso e incómodo, no quería verlo. ¿La chica esa perdió un bebé de él? Entonces ¿sí tienen una historia juntos? ¡¿Entonces por qué diablos tuvo que violarme si la tiene a ella?! Me la cobraría, juro que lo haría.
La puerta de la celda estaba cerrada, quizás estaba ocupado o conversando con otro reo, pero al parecer a TaeHyung poco le importaba, ya que, abrió la puerta como si fuera su "casa". Aun teniendo mi mano agarrada a la suya, nos adentró y el jefe nos observó fijamente, bajando su mirada hacia nuestras manos y luego penetrar la mirada de mi compañero, ambos mantuvieron una pelea de miradas, se insultaba, golpeaban y hasta asesinaron con tan intensas miradas que, a mí, me asustaron demasiado.
— ¿Ya se llevan tan bien como para tomarse de las manos? —preguntó esta vez mirándome y ¿Por qué lo hice? Me solté inmediatamente de la mano de TaeHyung, quien me miró de reojo y luego volvió su mirada al jefe—. ¿Qué hacen aquí y juntos?
—Acabo de reunirme con Haneul —se alejó bastante de mí y se dirigió a la cama para sentarse, sin importarle la mirada amenazante del dueño.
— ¿Y qué hace aquí Jeon? —su voz sonó más molesta, casi enojado.
—Específicamente, fue JungKook el que habló con ella, en la habitación del servicio especial —lo último lo soltó con cierto tono pícaro, cosa que me molesto.
— ¡¿Qué mierda dijiste?! —el jefe se abalanzó sobre el cuerpo de TaeHyung, llevando sus manos a su cuello, pero este no hizo mucho como para defenderse, el acto lo tomó de sorpresa como a mí—. ¡¿Por qué Jeon fue con Haneul a esa habitación?! ¡¿Qué hicieron ahí dentro?! ¿Qué mierda le dijo o hizo ella a él? —aumentó un poco la fuerza, y TaeHyung decidió actuar para defenderse, llevando sus manos sobre las del jefe para que le soltara—. ¡Habla, Kim!
—Los guardias estaban presentes... Monster escucharía todo —comenzaba a dificultarle el hablar—. Tuve que acudir a eso para..., obtener información, Jimin... suéltame —su rostro comenzaba a ponerse muy rojo y pude notar un poco de lágrimas en sus ojos asustados.
—¡Me importa una mierda! ¡No debiste meter a Jeon en esto! ¡Menos dejar que entrara en esa habitación con la zorra de tu hermana! —las venas de los brazos del jefe comenzaban a marcarse, su fuerza seguía aumentando y TaeHyung ya no podía hablar con facilidad, pero lograban a ser entendibles, un poco en realidad—. ¿Qué le hizo exactamente?
—No... lo sé —respondió entre cerrando los ojos—. Y si ella es así... es por tu culpa...
— Eres un maldito... —cuando vi que TaeHyung ya no podía mantener sus ojos abiertos, que ya casi no respiraba y que estaba tan rojo, me asusté y actué.
—¡No me tocó! —le grité tan fuerte, que seguro se escuchó afuera y a un metro de su celda—. No me tocó —repetí esta vez en voz baja, sólo para que él me escuchara, y pude ver como relajaba sus músculos, sus venas y como le soltaba de a poco el cuello a TaeHyung, casi fui testigo de un asesinato—. No me tocó... sólo hablamos. Me dejó un mensaje para ambos, supongo.
—Imbécil —soltó con brusquedad a TaeHyung y este se retorció de dolor en la cama, tratando de respirar tanto como le era posible para recuperar el aliento, el color de su rostro volvía a la normalidad—. ¿Qué fue lo que te dijo? —me miró fijamente, aún estaba enojado y su mirada me incomodo, mezclándolo con el miedo que ya sentía—. Habla Jeon.
—Textualmente dijo: nuestro padre quiere acabar con Jimin, aunque signifique que tú tengas que morir, el trato con los gringos ya está listo, ahora ese negocio está en manos de nuestro padre. Wang hizo un movimiento que podría costarle la vida, pero lo hizo para salvar la vida a Jimin, si todo sale bien, cuando salga libre debe buscar Kim Seok Jin, ya todo está hablado y sellado con él —estaba nervioso, no me agradaba cómo me miraba el jefe—. Bueno, esto debía decirle a TaeHyung... así que, en eso de morir, serían tú y él.
—Lo sé, lo entendí ¿sólo dijo eso? —preguntó ahora cabreado, me iba a golpear, lo haría.
—No, dijo mucho... —mordí mi labio inferior, nervioso y asustado. Maldición ¿Qué mas dijo? Textualmente no lo recuerdo, vamos JungKook, recuerda pedazo de idiota o te ganarás uno buenos golpes. TaeHyung ya estaba algo mejor, pero seguía asustado, sorprendido—. ¡Ah! También dijo algo de que tienen a los polizones encima, que por eso Wang habló con ese tal Kim Seok Jin... que durante esta semana les daría más información.
Jimin inhaló y exhaló, apretó sus puños con fuerza, haciendo notar la blancura de sus nudillos, dio un paso..., me golpearía. Pero se giró y fulminó con la mirada a TaeHyung, quien se arrastró por la cama y pegó su espalda a la fría y desgastada pared de cemento. Mirando horrorizado al jefe, como si hace mucho no lo viera tan enojado, como si temiera o más bien, supiera que lo mataría ahí mismo, en este momento. El jefe dio dos pasos hacia el asustado en la cama, acercándose como un león preparándose para atacar a su presa, lo iba a matar y yo no podía moverme o decir algo para ayudarlo, estaba estático, pegado de pies al cemento.
—Juro que no tenía otra opción Jimin, Monster estaba ahí, seguro sospecha algo... Haneul, ella debía darnos información —comenzó a hablar rápidamente TaeHyung al jefe, estirando su diestra hacia adelante como su forma de protegerse de cualquier ataque—. Sólo podía utilizar a Jeon, no tuve opción, sabes tan bien como yo que mientras menos gente sepa de esto mejor, pero no tuve opción... Jimin por favor no hagas nada, sabes que, si muero aquí, serás el siguiente..., irán tras de ti hasta acabarte, matarte y hacer desaparecer tu cuerpo...
—¡Eres un puto idiota pedazo de mierda, TaeHyung! —le gritó a todo pulmón el jefe, enfurecido, rojo como tomate, marcándosele la vena del cuello, apretando una vez más sus manos, listas para golpear lo que fuera—. ¡¿Sabes en la mierda que lo has metido?! ¡¿Sabes que esto puede costarle la vida?! —ahora hablaba como si yo no estuviera ahí, como si sólo ellos dos estuvieran dentro de la celda, pero tampoco me daba la sensación de que él estuviera consiente de eso, simplemente explotó en gritos y rabia—. ¡Su familia podría morir por esto! —caminó hacia la pared y soltó su furia en ella, dándole un fuerte puñetazo que de seguro le destrozo sus nudillos y a mí me temblaron la mandíbula y piernas—. ¿Así es como cuidas de tu mulo? ¡¿Para eso pediste uno?!
— ¿Mi familia está en peligro? —pregunté recordando lo que gritó antes, eso sí que no se lo permitiría a nadie, cualquier cosa menos eso—. ¡Responde! —le grité, le exigí al ver que no contestaba.
—No debiste aceptar hablar con Haneul, ni siquiera estar presente en esa visita —me soltó sin mirarme.
—No quise, no quería. Yo estaba con Taemin en las regaderas y llegó TaeHyung diciéndome que vaya con él, que nos divertiríamos ¡No pedí saber tanta mierda ni el asqueroso beso que ella me dio! —ni yo sabía que era todo lo que decía, me estaba dejando llevar por el miedo que me consumía, que se apoderaba de mí y de la desesperación de saber que mi madre y hermana podrían correr peligro en este momento y yo sin poder hacer nada por estar aquí, encarcelado.
—Dijisteque ella no te tocó —se volvió a mí, mirándome desquiciadamente. Me habíaasesinado con aquella mirada tan espeluznante—. ¡Dijiste que no te tocó! —segiró y miró a TaeHyung—. Vete, hablamos después.
TaeHyung no dudó ni un segundo en hacerlo, se levantó rápidamente de la cama y pasando con precaución, asustado, preocupado, furioso y aún adolorido, por el lado del jefe, caminó hacia la puerta, saliendo por ella y cerrándola de un fuerte portazo, seguro tratando de soltar algo de su enojo. Nos había dejado solos, y yo temí por mí, que me golpeara, que me insultara o peor que eso, que intentara violarme otra vez.
— ¿Mi familia está peligro? —volví a preguntar, tratando de que olvidara lo último que dije, pero él parecía recordarlo muy bien—. Respóndeme, ¿ellas podrían...morir por lo que sé?
—Te tocó —dijo, acercándose a mí y yo retrocediendo la cantidad de pasos que él avanzaba—. Te besó, entraron juntos en esa habitación... dices que hablaron, pero te besó ¡¿Te acostaste con ella?! —gritó fuerte y sentí otro temblor en las piernas, ¿Al muy imbécil le importaba si me había acostado con la hermana de TaeHyung, cuando mi madre y hermana podrían estar en peligro? ¡¿En serio?!—. ¡Responde, Jeon!
— ¡No me acosté con ella! —le grité, y la distancia ya no existía entre nosotros, entre nuestros cuerpos—. Ese beso fue para que Monster no sospechara. Además, no debe importarte, se nota que ella está muy enganchada a ti, ahora responde ¿Mi madre y hermana podrían morir?
—Nadie debe tocar tus labios Jeon, menos ella, los suyos están tan infectados, asquerosos y gastados —llevó su diestra a mi mejilla, acariciándola, estaba siendo cariñoso de nuevo y eso me asustó más que antes—. No dejes que nadie te bese, ni Haneul, ni TaeHyung, ni Taemin —el ultimo me recordó cuando quiso hacerlo, pero yo me alejé inmediatamente—. Tus labios están puros, limpios, tan inocentes...
—Tú los ensuciaste más que Haneul —dije, mirándolo fijamente—. Los dañaste, les quitaste la inocencia. Me quitaste lo poco de inocencia que me quedaba, me arruinaste, me destrozaste de todas las maneras posibles, Jimin.
—No me llames por mi nombre —su tono de voz disminuyó, siendo ahora indefenso.
—Dime por favor, ¿ellas podrían morir?
—Jamás lo permitiría —eso fue suficiente para mi respuesta, ellas podrían morir y por culpa de Jimin y TaeHyung, por meterme en sus asuntos, en sus mierdas, en sus problemas y yo aquí, sin poder hacer nada—. Las protegeré si temes por sus vidas, pero no vuelvas a besar a nadie más, por favor —cerró sus ojos y fue acercando su rostro al mío, acariciando mis labios con la punta de su lengua, estremeciéndome por el tan delicado tacto de ello.
— ¿Por qué? —pregunté sin quitarme ni huir, mi cuerpo no respondía a las señales de mi cerebro, las cuales eran claras ¡Huye!
— Por qué, ¿qué? —siguió acariciando mis labios con su lengua, pausadamente, aún con sus ojos cerrados, inhalando y exhalando parte de mi aire, dándome en el rostro con su respiración que comenzaba a acelerarse, al igual que la mía.
— ¿Por qué las protegerías? ¿Por qué me pides que no bese a nadie más? ¿Por qué Jimin? —el tacto de su lengua y como dejaba rastros de saliva en mis labios bien podrían haberme causado náuseas y vomitar en su boca y rostro, pero la sensación no era para nada vomitiva, es más, podría jurar que mi cuerpo y labios estaban disfrutando de aquello..., y eso me horrorizo más que cuando ahorcó a TaeHyung frente a mí.
—Porque es lo único que puedo hacer por ti estando encarcelado. Porque tus labios son lo único que puedo tener de ti —abrió sus ojos y me penetró con ellos, tal como su lengua, la cual se adentró en mi boca, en busca de la mía, tomando mis mejillas con ambas manos, profundizando la penetración de su lengua, divirtiéndose con la mía, la cual no tardó en responder con la misma intensidad. Ya no sabía qué pasaba conmigo, no sabía qué estaba haciendo, no sabía nada de lo que mi cuerpo estaba comenzando a sentir, a pesar de tener miedo, a pesar de tener más que claro todo el daño que Jimin me ha causado hasta ahora, sumando lo de mi madre y hermana, el que podrían estar en peligro en este mismo instante, a pesar de las violaciones y humillaciones que he tenido de su parte, a pesar de todo eso, mi cuerpo, yo, quería responder a lo que viniera.
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