S3: Capítulo uno
Jimin POV.
¿Acaso este no puede ser otro sueño? Una pesadilla, no importa la mierda que sea, pero esto no puede estar pasando en realidad...no puede.
—Paciente Park debe regresar a su habitación —me regañó una enfermera al verme en la habitación de JungKook. La ignoré porque lo que menos me importaba en este momento era mi bienestar y regresar a la puta habitación en donde estaría lejos de JungKook—.
—JungKook... perdóname ¿sí? —agarré su mano tratando de ser delicado con él, con su cuerpo malherido—. Esto...
—Jimin... —trataba de mantener sus ojos abiertos, pero le estaba siendo imposible como me estaba siendo imposible seguir viéndolo en ese estado—. Estoy bien... ¿acaso no me ves?
—Te veo... —por supuesto que lo veía. Veía su delicado y hermoso cuerpo herido, quemado, y por mi maldita culpa—.
—Que regrese a su habitación...
—¡Cállate! —le grité sin dejar de mirar a JungKook—. Vete tú si quieres, yo me quedaré aquí.
—Iré por el guardia —espantada, abandonó la habitación y poco me importaba que regresara con uno o diez guardias, nadie me alejaría de JungKook—.
Maldición, no soy del tipo de hombre que llora, pero ver a mi única persona importante herido tan gravemente me desgarra el alma, que él mismo sanó en mí. Si tan sólo te hubiera mantenido alejado de mí, jamás habrías pasado por tanta mierda. Todo es mi culpa, perdóname.
—Debemos volver, Jimin —escuché a Monster, adentrándose en la habitación, pero se detuvo con cara horrorizada al ver el estado de JungKook—. No te hará bien seguir más tiempo aquí, regresemos a tu habitación.
Sin responderle, observe una vez más a JungKook, quien trataba de mirarme, mantener la mirada, pero le resultaba difícil. Quería besarle la frente, las pálidas mejillas y la punta de su nariz, pero en este momento siento que no tengo ese derecho. Me giré hacia Monster, lo mire y pase por su lado. Creo que el único que sí lograría sacarme de esta habitación era Monster.
—Por eso no me quería enamorar... —susurre para mí mismo, dejando la habitación—.
Una vez más boca abajo, pensé en las mil formas de vengarme por lo que le hicieron a JungKook, porque estoy seguro de que el Mayor Kim está detrás en todo esto. Solo él tiene el interés de lastimarme y la única manera de lograr eso, es dañando a mi novio, porque ya no es un secreto para nadie el hecho de que, jamás nadie me importó, sólo hasta que conocí a Jeon JungKook y comenzó a cambiar todo a mi alrededor, dándole giros impresionantes a mi vida, los cuáles nunca me detuve a pensar o imaginar que me podrían suceder.
El doctor paso para examinarme, su ayudante hizo una limpieza a mis heridas, las cuales, según ellos, se veían bastante "feas", pero con tratamiento podrían sanar, aunque la marca de la viga quedaría para siempre. En realidad, a mi poco me importaba todo lo que me decían, solo quería saber que pasaría con el cuerpo de él, por lo que le pedí que se olvidara de mí y fuera de inmediato a verlo. Noté que no le agradó que le diera ordenes, pero supongo que de alguna manera sintió miedo por mi mirada o cada expresión en mi rostro y terminó obedeciendo.
Dos guardias de pie fuera de mi habitación, vigilando que no intentara escapar o algo, ¿A dónde podría ir si él está grave en otro lugar en este hospital? Si quisiera huir sería solo para ir a verlo, porque justo ahora podría ir y verlo, pero... ¿para qué? ¿para recordarme que es mi culpa todo lo que ha pasado? Prefiero seguir sufriendo aquí, solo, como siempre.
Durante la noche y los siguientes dos días, varias enfermeras me visitaban para ver mis quemaduras, y aunque me dolían bastante les daba poca importancia. El doctor prometió en regresar para informar sobre el estado de JungKook y hasta ahora no ha venido. He querido visitarlo, pero su madre y hermana no lo dejan solo, y eso me deja más tranquilo, a pesar de no poder verlo y acompañarlo. Al menos las tenía a ellas, podría pasar tiempo con ellas, porque estoy seguro de que las ha extrañado mucho.
—Jimin —entro Monster, con una bolsa de ¿comida? En sus manos. Se acercó tras cerrar la puerta—. Supuse no has comido y te traje ramen. Es lo único que puedo ingresar sin incumplir el protocolo.
—Gracias —con su ayuda me senté, claro, sin apoyar mi espalda a la almohada ni nada, debo seguir estando sin camiseta, solo con un apósito que cubre gran parte de la quemadura—. ¿Sabes cómo está? El hijo de puta del doctor no ha venido, necesito saber cómo está JungKook.
—Aún nada, casi no me dan información —se sentó en la silla junto a mi cama—. ¿y tú cómo estás?
—Casi ni dolor siento —baje la mirada a mis manos sobre la cama—. Necesito hablar con el doctor ¿Podrías ayudarme con eso?
—Por supuesto, veré qué puedo hacer.
El resto de la tarde volví a mis pensamientos, aquellos en los que podría torturar de mil maneras al Mayor Kim cuando llegue a mis manos. Se arrepentirá de cada una de las cosas que me ha hecho y ahora a JungKook. No descansaré hasta vengarme de ese hijo de puta.
El doctor al fin visitó mi habitación, siendo las ocho de la mañana.
—¿Cuál es la condición de Jeon JungKook? —le pregunte antes que hablara de mí, me mir confundido—. Por favor...
—Su estado no es fácil, sus quemaduras son mucho más profundas que las tuyas —sentí una fuerte punzada en el pecho, sintiendo un leve dolor—.
—¿Su piel...ya no será la de antes?
—El tipo de quemadura del paciente Jeon es de tercer grado, al parecer llegaste a tiempo y lograste una posible quemadura de cuarto grado y si eso hubiera pasado, las posibilidades de un injerto de piel habrían sido imposible, pudo hasta dañar un músculo, hueso, tendón o ligamento y esto habría terminado en una amputación.
—¿Una...amputación?... —esto es mucho más grave de lo que había imaginado—. Explíquese, por favor.
—Como mencione, existe la posibilidad de hacer un injerto de piel, o sea extraer piel de otra zona del cuerpo como los glúteos o parte inferior de los muslos, pero en el caso de él, su hombro derecho, abdomen y muslo izquierdo necesitarán bastante piel. Por lo que la cirugía sería más complicada ya que se necesitaría un injerto de piel de grosor total y ahí tendríamos que extraer piel de la pared torácica, la espalda o la pared abdominal, pero como dije antes, su zona abdominal sufrió mucho daño.
Mierda, comenzaba a sentir unas enormes ganas de llorar al escuchar toda su explicación, que, a decir verdad, no entendí del todo, sólo sabía que su piel no volvería a ser como antes y eso me lo reprocharía toda la vida.
—¿Podría donar de mi piel? —lo mire decidido—.
—Puede, claro que sí —pude notar algo de esperanza en su mirada, ¿es que acaso, tan mal es la condición de JungKook? —. Pero también has sufrido una quemadura de segundo grado y...
—Me importa una mierda mi estado, doctor —exclamé enojado, pero también desesperado—. De mí no se preocupe, sólo restaure la piel de JungKook, si es necesario contrate al mejor en eso, pagare lo que sea...simplemente... devuélvale su piel...por favor.
No sé si esa mirada era lastima, compasión, burla o no sé qué, pero me era suficiente para entender que lo ayudaría.
Mi regreso a la prisión aún estaba siendo discutida entre el doctor que me atiende y los guardias. Según ellos, debo regresar lo antes posible por ser un peligro para la sociedad, temen que asesine o intente escapar, cosa que, aunque quiera hacer, no puedo. Monster me ha mantenido informado sobre JungKook, quien ha estado recibiendo visitas de su madre y hermana, quienes de seguro están tan afectadas como yo. También lo ha visitado el novio de su madre y su abogado, este último me resulta extraño de cierta manera.
—Debo cambiar el vendaje, paciente Park —repitió la enfermera, ya que me encontraba ensimismado y lo que menos quería ahora, era ser molestado por nadie—. ¿Paciente Park?
Molesto, camine de vuelta a mi cama, tendiéndome boca abajo para que ella hiciera lo que tuviera que hacer.
—Sabe que no debe estar mucho de pie...
—Me he quemado la espalda, no los pies —respondí claramente molesto—. El paciente Jeon...
—Estoy al tanto sobre él y usted, en este momento le están haciendo un desbridamiento, ya que antes tuvo unas dificultades y fue imposible hacerlo.
—Eso que ha dicho ¿Qué mierda es un desbridamiento? ¿es grave?
—Quiere decir que le están retirando la piel y tejidos muertos en el área de la quemadura.
—El injerto de piel... ¿Cuándo se le hará?
—Eso se lo informara el doctor, no puedo dar esa información ya que ni yo misma lo sé —respondió tratando de ser educada, aunque probablemente estaba cansada de mí y mi actitud de mierda. Siempre que viene a cambiar mi vendaje o aplicar pomadas o alguna crema antibiótica la insulto o le doy un mal trato—. Mas tarde vendré para aplicar su pomada.
—Lo que sea —me volví a levantar, pero esta vez con intención de abandonar la habitación. Escuché como ella resoplo, pero no dijo nada—.
—No puedes abandonar tu habitación, Park —Monster tuvo que regresar a la prisión un momento, por lo que el guardia Young ha venido en su lugar—. Regresa o...
—¿O qué? —me plante frente a él, este recién llevaba un par de meses, al parecer no sabe bien quien soy—. ¿O qué guardia Young?
—O tendré que ser violento —a pesar de que trataba de sonar seguro de sí mismo, podía ver miedo en su mirada—.
—Sólo iré a ver a JungKook —retrocedí dos pasos, este seguía mirándome con miedo—. ¿Algún problema con que quiera ir a ver a mi novio?
—No... claro que no —totalmente pasmado por lo que he dicho, decide dejarme ir sin problemas—.
Ya van tres días en los que no he visitado su habitación, pero la culpa y tristeza de ver su estado, me ganan. Su madre al verme acercar se levanta de su asiento y caminando rápidamente hacia mí, me preparo para sus insultos, golpes y desprecio, después de todo, el que su hijo este ahí dentro, es mi culpa.
—¿Eres Park Jimin? —se detuvo frente a mi—. ¿Eres el prisionero que ayudó a mi hijo?
—Soy Park Jimin... —ok, jamás he dejado que una mujer me golpe, no suelo hacer muchas diferencias entre hombre y mujer, pero esta vez dejaría que ella me golpeara, por supuesto, si tan solo hubiera echo eso, golpearme—.
—Gracias —la escuche sollozar. Claramente su cuerpo de mujer marcó la diferencia, tan débil, frágil y delicado. Nada que se pareciese cuando Haneul me abrazaba, las cuales fueron muy pocas veces, este abrazo era totalmente uno lleno de agradecimiento. Ahora entiendo por qué cuando JungKook me abraza me siento tan cálido y amado, la calidez de ambos me tranquiliza—. Si no fuera por ti... mi hijo habría muerto en ese incendio
—¡Jamás dejaría que él muriera! —respondí inmediatamente, ella se alejó un poco y me observó—. Le prometo que jamás dejare que JungKook, su hijo, muera.
—Gracias —la sonrisa de esta mujer no se parece en nada a la de JungKook, seguro es parecida a la de su padre—.
Las dos enfermeras que estaban atendiendo a JungKook, terminaron y abandonaron la habitación. Este estaba despierto y cuando miró hacia la puerta, nuestras miradas se encontraron. Mi estomago se contrajo y al sonreírme, mis latidos se alocaron. Sentí un alivio total de verlo despierto.
—Entra —escuche decir a su madre y sin pensarlo dos veces, me adentre en la habitación—.
—Hola —me saludo sonriendo. Amo demasiado su sonrisa, me tranquiliza—. ¿Por qué no has venido a verme en estos tres días?
—¿Por qué sonríes si suenas enojado?
—No puedo evitar sonreír si te tengo en frente —maldición ¿es que me estallara el corazón de felicidad al escucharlo decir eso? —.
—Idiota —termine sonriendo por su culpa—. ¿Tus quemaduras...te duelen mucho?
—No, cuando vienen a limpiarlas no siento dolor, según me dijo una enfermera se me han destruido las terminaciones nerviosas, también me ha dicho que me harán un injerto de piel y que tú serás donante —su sonrisa se esfumó, mirándome esta vez serio—. Te has quemado como yo, Jimin, no puedes...
—Lo tuyo ha sido más grave, al menos yo siento dolor en la quemadura, tú no —estiro su brazo, tendiéndome su mano izquierda para que la agarrara—. JungKook...
—No me dones piel, debes utilizarla para ti y...
—Ya lo he decidido y no cambiaré de opinión —entrelace nuestras manos—.
—Cabezota —volvió a sonreír y eso fue suficiente para saber que muy en el fondo, él quiere mi piel—. No se ve tan feo...
—Sí que se ve feo —miré su cuerpo, y aunque estaba cubierto por algunas vendas, era como si pudiera ver bajo estas. Una piel completamente horrorosa, carbonizada, no era la piel que recuerdo de su cuerpo—.
—Pues no mires y ya —volví mi vista a su rostro—. ¿Cuándo vamos a regresar a la prisión?
—No lo sé, y si por mi fuera, haría lo que fuera para que no regreses a ese lugar.
—Si tú regresas, voy contigo —dijo firme, testarudo como JungKook, ningún otro—. Si yo regreso, vienes conmigo, no me separaré de ti, recuérdalo. Donde tú estés, yo estaré.
La madre de JungKook entro a ver a su hijo, por lo que decidí marcharme. Ella necesita estar todo el tiempo junto a su hijo, tanto o más que yo. Cuando abandoné la habitación, pude ver a su hermana sentada junto a la puerta. Su mirada la estaba delatando, si entrara a ver a su hermano con ese rostro, solo haría que se sintiera aún peor, pero creo que la entiendo, después de todo, el que JungKook haya llegado a la prisión fue y es por ella, culpándose del asesinato que ella llevo a cabo.
No me correspondía hablar con ella, pero las ganas que sentí de reclamarle, tuve que contenerlas. Ella solo se defendió de la violación de su padrastro y JungKook, como todo el héroe que cree que es, la defendió y protegió. Quizás años atrás no habría entendido lo que ambos hicieron por el otro, mucho menos a JungKook, pero hoy, en mi presente, estoy seguro de que haría lo mismo con tal de proteger a mi ser especial.
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