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⊱﹝安全﹞
━ Algún día mi muerte significará algo.
Eso fue lo que dijo una vez el idealista hacia el ex-mafioso. Dazai sabía que era muy inteligente y que no iba a morir tan pronto, sus ideales flotaban incluso como un globo aerostático, era el mejor en combate y era el sucesor del presidente de la Agencia Armada de Detectives.
Nada lo paraba. Nada podía pararlo.
Hasta ese día...
Un día el cual recordaba una catástrofe. Cuando iba paseando con la intención de ver el zoológico, dedujo algo de inmediato que iba a pasar después de que sucedió el conflicto con el nombre "Canibalismo" todo aquello, fue producto de un plan maestro del líder de las ratas en la casa de los muertos. Pero sin embargo, entre la agencia y la mafia portuaria; lograron solucionarlo.
Ah... Ese conflicto. Él salió herido de bala. Recordó el rostro de Kunikida tratando de parar el sangrado, estaba preocupado y se notaba cansado por el trabajo. Además de que el rubio no quería ver morir a otra persona en su vida, sobretodo su compañero. Si lo veía morir se iba a hundir en culpabilidad, en una tristeza profunda... Y se iba a esconder del mundo.
A veces se maldecía porque nació indigno de ser humano.
Una habilidad que anula a otros, beneficio para el combate.
Pero cuando salía herido, ni el mismo ángel de la muerte podía ayudarlo, ni el mismo idealista... Ni el tigre, ni nadie. Solo era alguien quién no era humano.
Aquél día cuando despertó en el hospital, pudo oír la voz de Kunikida preguntándole;
━ ¿Qué debo de hacer ahora?━ preguntó sujetando su mano fuertemente, el suicida quién no podía abrir los ojos todavía gracias a la anestesia, se dedicó a escucharlo. ━ Eres inteligente Dazai... Mucho más inteligente que yo, desearía que tú tomaras mi lugar...
Aquello simplemente lo entristeció y lo asustó. Cuando Kunikida se retiró, apretó a duras penas su mano sintió como si el poco calor que le había brindado, permanecía en la palma de su mano. ¿Y sí moría? ¿Y sí no era lo suficientemente fuerte como él lo describía? Le prometió a Odasaku que iba a estar del lado de los buenos, proteger a la gente, a los huérfanos, ayudar pero le estaba fallando por un descuido suyo. Aún si decía que sabía del francotirador, él nunca lo supo y solo quería joder al ruso.
Un descuido suyo que le estaba conllevando a la muerte que más deseaba.
Pero está vez, no era la manera la cuál quería morir.
Un día más tarde, la anestesia no había pasado aún porque se dio cuenta de que sufrió de un intento de asesinato, lo que le abrió la herida y fue sometido a una operación nuevamente; adolorido y en cama, observó la ventana que dirigía su vista hacia la carretera. El tráfico estaba pausado aún, quería hablar de ello con alguien pero se sentía solo. Tuvo ganas de morir por un momento, pero entonces Doppo llegó hacia la puerta.
Examinó su rostro y sus ojos se abrieron notando sorpresa. El rubio no tenía sus lentes, tal parece que los había perdido, su rostro estaba manchado de cansancio, preocupación y una pizca de tristeza. Kunikida se agachó, tomó las manos de Dazai y las posó en su rostro; el abrió su boca tratando de emular alguna palabra pero nada salía de sus cuerdas vocales. El idealista se dió cuenta y simplemente, soltó una carcajada que sonó más bien como un sollozo.
Sus palmas se sintieron húmedas, como si estuviera tocando tierra mojada o como si estuviera examinando las gotas de agua caer del cielo. En el rostro de Doppo, yacía una tormenta de sentimientos amargos que eran drenados mediante sus lágrimas... Él apretó sus manos más fuerte, como si le estuviera pidiendo que no se fuera de su lado.
Él le murmuró aún sollozando;
━ M-Me alegro que estés a salvo... Pensé que te íbamos a perder. ━ dijo para luego esconder su rostro entre sus manos. ━ He perdido demasiada gente, Dazai... Ella simplemente tiró del cordón, no la pude salvar, soy tan inútil... ¿Aún así piensan qué seré buen líder?━ una mueca de dolor esbozó.
Los ojos de Dazai se cristalizaron cuando vio al idealista romperse enfrente de él.
Ese día, un intento fallido de restaurar todo, falló. Doppo experimentó la muerte de una joven enfrente suyo, él sólo quería salvarla y no asustarla, quería salvar a todos esos niños que fueron engañados por aquél líder corrupto quien creía que estaba limpiando todos los pecados del mundo. Al mismo tiempo de que perdió la niña, se enteró lo del intento de asesinato de Osamu en el hospital. De inmediato que se enteró que había salido y había despertado, corrió lo más que pudo.
Corrió porque quería saber si estaba a salvo.
Corrió porque quería verlo y decirle que le preocupó.
Corrió porque no sabía que hacer.
Un largo rato pasó desde que el rubio comenzó a llorar. Se quedó dormido después de ello.
Dazai quién estaba a su lado, leyendo un libro por el aburrimiento, nunca dejó de soltar su mano o acariciar su cabellera. Él nunca se iría de su lado, incluso si estuviera enfermo. Incluso si estuviera en salud, incluso si estuviera muerto y su alma vagara por todo Yokohama solo pasa observarlo...
Su destino estaba entrelazado porque creía en él. Creía que él era el indicado para sanar las heridas del pasado, ayudarlo a ser una mejor persona y para hacer nuevos amigos con él.
Kunikida, era la persona la cuál más quería y se preocupaba.
━ Dazai... Por favor, mejorate pronto cuando regrese. ━ comentó el idealista, buscando entre su bolsillo sus lentes. Se los puso. ━ Se me hace tarde, cuidate.
Osamu lo miró y lo paró nuevamente con su mano, el idealista volteó y con confusión observó al castaño con una mirada de seriedad. Podía escuchar como decía —a través de la mirada—; "¿Es una despedida porque vas a morir?". Ante imaginar sus palabras, simplemente sonrió tratando de calmar al castaño y se acercó hacia a él; para luego tomar de su mejilla y acercar su rostro a la faz de Dazai.
━ Prometo que volveré. ━ dijo. ━ Por ahora... Tú descansa, no te preocupes por mí. Todo se va a solucionar. ━ y con sus labios, plantó un beso en los del contrario.
El beso fue profundo provocando que Dazai no quisiera separarse de él, se aferró de su chaleco deseando poder pensar que nada le iba a pasar mientras tenía un día libre. Los besos de Kunikida eran como el chocolate dulce, deseaba que nunca se acabarán tan pronto. Ante la separación del beso por falta de aire, el rubio soltó una sonrisa nuevamente y revolvió el cabello de Dazai.
Kunikida se fue dejando a Dazai quien soltó una sonrisa después con la esperanza de que el iba a volver.
Y volvió, porque ante sus ojos; él era la persona más fuerte en la agencia armada de detectives...
⊱﹝間奏﹞
Y allí estaba, amordazado y con los ojos donde ninguna luz entraba a su visión. Había sido arrestado luego de ir al zoológico. Lo vio como una ventaja, puesto que se iba a encontrar con cierto demonio y allí podía observar sus movimientos. Pero la desventaja es que nuevamente no estaría ayudando a la agencia con el nuevo conflicto que estaba ocurriendo otra vez, todo por obra del mismo Dostoyevsky y una organización mucho más peligrosa.
Aunque tenía dos ventaja y tres de desventajas; Osamu de igual manera se posicionó en su sitio. Lo habían puesto enfrente de la celda de Fyodor, ambos se vieron cara a cara provocando que en su rostro se pintara una sonrisa.
━ No esperaba tener invitados. ¿Qué acaso te cansaste de la agencia y la Port Mafia solo para venir a mí?━ la sonrisa del líder de las ratas se amplió, Dazai simplemente soltó una carcajada.
━ Estoy aquí para observarte, ¿no crees qué es de mala educación tratar a tus invitados como escoria?━ una ceja arqueó con curiosidad.
El primer día en la cárcel, no pudo dormir bien por las miles de dudas que tenía acerca del ruso. De vez en cuando, pensaba en escaparse e incluso ideó un plan; pero ese no era su estilo. Nuevamente, tuvo otro plan y aquello fue utilizar el ritmo cardíaco para enviarle un mensaje a su amigo del gobierno para que le informara. Al enviar el mensaje mientras dormía y controlaba sus pulsaciones con el corazón, le picó la ansiedad de saber cuál sería la respuesta.
¿Bien? ¿Mal? ¿Intermedio? No sabía en qué situación se encontraba Yokohama y mucho menos, en qué situación se encontraban sus compañeros... La última vez que los vio, fue resolviendo un caso de asesinato que fue obra de un miembro de Decay of Angels y persona cercana a Dostoyevsky, por lo que dedujo.
Al siguiente día, en medio de la comida que le habían otorgado; recibió aquél mensaje tan esperado. El mensaje codificado por Ango, cuando lo descodificó; el plato de comida se le vino abajo y sintió náuseas, ganas de llorar y escalofríos. Comenzó a enfermarse de tan sólo sentir su corazón palpitar, indicando que el mensaje le había llegado —literalmente— al corazón. Sus piernas temblaban y quería romperse a llorar, su compañero de celda al notar su reacción; la sonrisa vino hacia su rostro. Habían cumplido con el deber de exterminio total de la agencia.
Tachihara Michizou resultó ser un traidor infiltrado del gobierno, aquello le recordó la apuñalada —aún no perdonada— que hizo Ango con él y Oda, aquél ex-miembro de Black Lizard cometió un acto en contra la Port Mafia, llevándose consigo los supuestos cadáveres de Gin Akutagawa y Hirotsu Ryuro, también supuestamente tomando de rehén a la doctora y Ángel de la muerte.
Kenji estaba mal herido pero lo estaban tratando en un escondite secreto que portaba la mafia. Tanizaki se había ofrecido como voluntario para reemplazar a Akiko, quién estaba siendo reclamada por Mori. Atsushi y Kyouka... Habían obtenido ayuda de Ango y el líder de The guild. Ellos estaban bien junto a Lucy.
Pero la noticia que lo hizo temblar y poner en ese estado enfermizo, fue cuando le dieron noticias del idealista.
Y adjunto, rememoró la conversación que tuvieron antes de todo el conflicto actual...
━ Algún día mi muerte significará algo. ━ le dijo el idealista a Dazai mientras veía a Atsushi entrenar defensa propia. El detective castaño, simplemente se recostó en el hombro de Doppo quien mantenía su semblante serio.
━ Todas las muertes significan algo para alguien... No solo tristeza, a veces alegría puesto que te enteraste de qué murió alguien el cual odiabas. ━ dijo el suicida a la par que entrelazaba sus manos con las de el rubio.
━ Si muriera, ¿qué significaría para ti?━ preguntó. Dazai miró hacia la nada sintiendo como si aquellos recuerdos de cuándo estaba en la Port Mafia, venían como un chubasco.
━ Tú muerte me dejaría devastado y probablemente me suicidaría para poder verte una vez más. ━ apretó sus manos al compás que se mordía el labio inferior de tan sólo pensar en eso. Doppo pudo sentir el corazón dolido de Dazai, a lo que expresó una faz seria.
Sus brazos arroparon el cuerpo del detective quién se sorprendió, su ceño se relajó un poco más de tan solo sentir el calor del mayor, cerró sus párpados disfrutando del momento a lo que el rubio posó su barbilla en su hombro y aún con sus manos entrelazadas; el idealista llevó sus manos hacia sus belfos, para besar las manos pálidas del suicida. Ambos se quedaron en silencio un rato mientras seguían viendo al albino practicar junto a Kenji quién se ofreció a ayudarlo a fortalecerse. A lo lejos se podían ver como dos padres viendo a su hijo dar sus primeros pasos, sin embargo la verdad era que ambos eran dos personas con dos miedos compartidos.
Miedo de ver otra vez a una persona querida morir enfrente tuyo, miedo a que toda la paz sea perturbada, miedo a fracasar...
━ No voy a morir Dazai. ━ rompió el silencio el rubio. ━ No ahora. Y aquello te lo puedo prometer.
Palabras que le brindaron una seguridad fugaz, se convirtieron en su mayor desasosiego porque en el presente; se habían convertido en mentira.
Kunikida Doppo se había sacrificado por el bien de sus amigos, se arrojó con una bomba hasta un miembro de los Hunting Dogs y estalló. Chuuya no pudo decir más de lo que vio, puesto que se declaró en un estado de emergencia y tuvieron que salir volando hasta el refugio.
En su mente sabía que no estaba muerto, seguía vivo, tenía la esperanza de que estaba mal herido y no se había ido mucho antes que él. La risotada del ruso lo sacó de pensamientos, él había planeado todo eso para la agencia. El arresto de Fukuzawa, la agencia siendo perseguida, el robo de una página de un libro para cometer todo eso... La persona que más odiaba, estaba enfrente suyo riendo como si fuera un psicópata.
Todo lo que había construido con sus manos, solo para hacer el bien y cumplir los deseos de su amigo fallecido; habían comenzado a colapsar como si fuera un domino. Uno por uno, sus amigos iban cayendo.
━ Te lo dije, Dazai Osamu. ━ comentó el europeo, el castaño apretó sus manos. ━ Cuando menos te lo esperas, el crimen que cada uno de tus amigos han cometido llega a su fin y con ello; empieza el juicio para ser castigados por dios. Colapsan como el efecto domino. ━ sonrisa anchó más a su vez que su cabeza iba de lado a lado, parecía una especie de enfermo mental haciendo esos gestos. ━ ¿Cuál será tu próxima jugada?
El castaño lo fulminó con una mirada fría y oscura, sus intenciones ya eran claras.
━ Tal parece que haz derribado a un peón, supongo que voy a tener que convertir a mi peón en una torre.
Su próxima jugada iba a ser ejecutada, mañana temprano, mucho antes de que el ruso se despierte.
Cuando el día finalizó, Osamu entrecerró sus ojos y meditó las cosas, trataba de hacer memoria de todo; no sabía las instalaciones del lugar y mucho menos podía sentir como si pudiera salir de ésta sin ser visto. Los guardias eran muy atentos y habían muchos tipos con pistola dentro y fuera de la cárcel, dedujo que no había ventilaciones... Pero sin embargo, en estas situaciones; era donde debía improvisar.
En su hora libre donde podía ir al baño, dos guardias lo acompañaban. Estaba esposado y cuando fue al baño, los dos guardias estaba incluso encima de él. En aquella oportunidad logró noquear a ambos, solamente chocando sus dos cabezas contra la pared del baño. Al hacerlo, encontró en uno de los bolsillos de los guardias, las llaves de sus esposas.
Se deshizo de aquellas molestosas cadenas y a ambos los escondió en un cubículo, exceptuando a uno que le quitó la ropa vistiéndose como guardia. Salió del baño y se apuró a salir... No conocía el camino aún, pero debía tratar de adivinar la salida de la cárcel y aquello iba a tardar mucho tiempo.
Espera por mi Kunikida, solo espera por mí.
Se repitió en su mente mientras se iba por las escaleras metálicas hasta lo que vendría siendo el cuarto donde los guardias monitorean las celdas. Iba a tener que matar a todos en ese mismo cuarto, crear una distracción para los otros y después salir corriendo incluso si salía herido... Necesitaba volver con Kunikida lo más pronto posible, él lo estaba necesitando y podía sentirlo. Estaba llamándolo a gritos. Y él mismo necesitaba al idealista porque sino desmentía ese rumor de su muerte, se iba a odiar e iba a acabar con su vida.
Valía el riesgo. Sólo por él.
Valía el riesgo haber tomado la vida de aquellos dos guardias que monitoreaban.
Valía el riesgo de correr sabiendo que la alarma había sonado.
Valía el riesgo de haber usado las tácticas que aprendió en la Port mafia, para luego haber logrado salir de aquella fúnebre cárcel.
A las afueras del lugar, la alarma seguía sonando adjunto del tiroteo que había. Osamu no sólo había logrado escapar, había desactivado la seguridad de las celdas provocando que miles de usuarios de habilidad comenzaran una guerra entre los guardias. La sangre derramada juró que no iba a volver a hacerlo pero le urgía volver con Kunikida. Sus orbes observaron el montón de césped seco y las hojas de los árboles marchitas moviéndose con el viento, el olor a quemado proveniente de adentro le provocó que arrugara la nariz.
Estaba en un mundo donde la puesta del sol era testigo de su escape por haber cometido tantos crímenes.
Sus piernas se movieron rápidamente, se puso a correr para que los oficiales no le agarraran aunque se le aseguraba un riesgo de recibir un disparo por fugarse. Por supuesto que tampoco estaba solo en aquél bosque, pudo escuchar el sonido de como remueven la seguridad de un arma de fuego provocando que él pause en seco. Sabía quién era y por ello para asegurarse, se giró y miró los cabellos azabaches moviéndose con el viento del europeo quien mantenía una sonrisa ladina en su rostro.
Y la puesta del sol, era el único expectante del final de su camino.
El mismo había caído en su trampa, desesperarse y haber optado por la elección más ridícula y forzada; fueron el plan del ruso desde un principio. Aquella posibilidad la vio pero la descartó por que el chance era muy bajo y hasta él mismo lo dijo en su mente; "un fallo y eso me cuesta la vida".
━ Te haz creído muy inteligente, Dazai-kun. Pensé que ibas a ser un rival digno o invencible, pero por lo visto eres no más que un simple humano básico compuesto de sentimientos que provocan tu autodestrucción. ━ el ruso le apuntó hacia la cabeza, tenía sólo dos balas las cuales podía acabarse si el castaño esquivaba la primera y así podía rematarlo con la segunda para ponerle fin a su vida miserable.
━ Dicen que el amor es destructivo, la destrucción es sublime para mi. ━ respondió cerrando sus ojos, se propuso aunque sea a expresar una última emoción que fue; alegría. Sonrisa afable esbozó en sus belfos. ━ Esa es la razón por la cuál ocurre sobrepoblación humana, a las personas les gusta lo destructivo porque es dulce y adictivo. Tú piensas lo mismo que yo, ¿no?
━ Por supuesto que si. ━ risotada rió con felicidad pero Osamu pudo deducir otro sentimiento, era un desasosiego que tenía el europeo. ━ El amor es tan destructivo que para evitarlo, tienes que sacrificar a las personas que más quisiste y apreciaste solo para que no se interfieran en tus objetivos. ━ la sarcástica y ancha sonrisa, tintada de tristeza; el ruso postró.
━ Así que esa es la razón por la cuál asesinas gente, extraños y hasta tus propios conocidos.
━ Te envidio. ━ comentó con sinceridad, Dazai no tenía palabra alguna que enunciar para ello. ━ Haz logrado sólo una cosa que yo no en la vida, un amor que destruye para hacerte sentir bien. Pero ahora que ya no está, solo me queda tirar del gatillo y hacerte cenizas junto a él. Luego de eso... Buscaré el libro solo para borrar éste mundo de todos sus pecados e iniciar uno nuevo, donde por supuesto; no estarás en él.
━ Suena comprensible...
El castaño miró hacia el cielo que tenía una tonalidad cálida y manchada de naranja, rojo y amarillo al mismo tiempo, cerró sus ojos esperando a que aquella bala impactase con su cráneo pronto para así poder decirle adiós a ese mundo y pedirle perdón a Kunikida por no haber llegado para salvarlo. Escuchó como Fyodor presionó el gatillo del arma y sus labios se abrieron para formular las últimas palabras para él;
━ Hasta nunca, Dazai-. ━ el sonido de una segunda arma de fuego, se escuchó mucho antes de que él ruso completara su nombre. El revolver que portaba cayó al suelo y Osamu abrió sus ojos con sorpresa al ver como el cuerpo de Dostoyevsky y su ropa, eran manchados de su propia sangre.
Antes de que pudiera parpadear el ruso, confundido por la repentina acción de alguien cuyo no se esperaba, su cabeza se ladeó hacia el causante de todo. Su sonrisa se amplió más porque ante sus ojos con furia, pudo observar a su atacante. Escupió sangre cuando trató de pronunciar su nombre y en ese entonces; su cuerpo cayó ferozmente junto al pasto amarillo y sin vida, las hojas secas eran igual que él en ese momento, su propia sangre estaba manchando el cadáver de una hoja de otoño ya fallecida.
El amor que tanto se burló, le había demostrado su cruda realidad.
━ ¿K-Kunikida?━ el castaño se petrificó viendo al rubio bajando el arma de fuego, no portaba de sus lentes, su cabello estaba desaliñado, camisa abierta, parte de su piel expuesta y con quemaduras... Alguien le había hecho daño a él.
Osamu tenía miedo de acercarse hacia a él, estaba impactado por la acción que hizo anteriormente. Le disparó a un ser humano, no... A un demonio en específico pero él había asesinado a alguien, dandole justamente en el pecho. Conocía a Kunikida, él nunca... Él nunca haría algo como eso, no era de esa manera.
Doppo se acercó hacia el detective de blanco pero él se alejó, ligeramente temblando por la conmoción, lo había asustado y había roto ese disfraz de fortaleza que el pelicafé portaba. Su intención nunca fue asustarlo y se sintió mal por haberlo hecho. Sus manos miraron hacia el arma de fuego que había robado, no tenía de su libreta o alguna hoja para crear una y la única opción que tuvo fue haberla robado de uno de los guardias ya muertos de la cárcel en llamas. Los sonidos de las balas retumbaban en eco, resonando como si fuera una especie de película de guerra. Los pensamientos del idealista estaban sucumbidos en un pozo oscuro.
━... No ha sido fácil. ━ risilla soltó el idealista, podía sentir como sus ojos comenzaban a cristalizarse indicando que lágrimas querían caer de sus orbes verdes difuminados en gris. ━ Matar para sobrevivir, para proteger nunca fue mi ideal. Supongo que cada vez que quiero alejarme del pasado, más éste me busca a mí y así le arrebato más vidas...
Enunció para después apretar la pistola no sabiendo qué hacer, sin darse el cuenta; aquellas lágrimas que anunciaron su sollozo escapado de sus labios, comenzaron a caer desde sus ojos hasta sus mejillas donde las gotas caían hacia el pasto tintado de sangre. La tos emulando una sonrisa del europeo se escuchó.
━ Nunca viviste en el presente, Kunikida Doppo... El pasado que mencionas, nunca existió...━ el hombre de cabellos negros intentó moverse pero la herida en su pecho dolía y podía hasta oler su muerte.
━ No... Eso no es cierto...━ negó el idealista, Dazai dio un paso adelante aún intimidado.
━ Lo es porque ha sido una excusa... Para justificar tus pecados.
━ ¡Solo lo hago para mantenerme a salvo y mantener a salvo a los que quiero!━ gritó apuntando con la pistola al hombre que se encontraba en el suelo, éste se ahogó con sangre a la par dejó salir risas divertido. Si iba a morir pronto, quería ser el último en reír. ━ Nunca lo vas a entender... Nunca lo harás, t-tú...
━ Matarme de nada servirá... Que tus seres queridos vuelvan de la muerte, no servirá tampoco; salvar... A la doctora por ejemplo~. ━ se burló, el hombre de hebras claras quitó la seguridad de su pistola pero entonces sintió unos brazos abrazandolo fuertemente por la espalda.
Sumido de oscuridad, sus ojos carentes de luz... Aquella luz que vió Dazai cuando Odasaku murió, había visto esa misma oscuridad una vez.
Un hilo blanco de araña estaba ahorcando al idealista, estaba asfixiándose en una desesperación traída por tragos amargos que quería olvidar.
Juró salvar a las personas y protegerlas, lo que más quería era proteger a Kunikida. Volver a la agencia donde todo estaba normal, donde no se escuchen los disparos, los gritos de miedo adentro o se sienta el olor a quemado de un mundo en caos donde la gente contaminada de maldad; gobernaba éste mundo.
━ ¡De nada te va a servir convertirte en un asesino si sigues escuchando sus palabras!━ Dazai le exclamó tratando de detenerlo de cometer una locura. ━ ¡Haz intentado salvar a gente y haz fallado, lo entiendo Kunikida! ¡Pero si te convierte en un asesino, pronto ni vas a poder salvarte a ti mismo!
━ ¡Yo solo los quiero proteger! ¡E-Es mi deber, él es el responsable de todo! Yosano, K-Kenji, Atsushi, Tanizaki, Kyouka, e-el presidente...━ enunció el nombre de sus compañeros en tono de grito. ━ T-Todos... T-Tengo que protegerlos, no quiero a nadie más muerto por mi culpa...
La mano de Doppo tembló quién estaba apuntando hacia Fyodor tendido en el suelo moribundo, sus ojos perdieron el brillo debido al dolor que estaba experimentando y el frío que empezó a sucumbir por todo su cuerpo quemando sus huesos. Le quedaba poco tiempo de vida pero al menos se sintió satisfecho de haber cumplido su último deseo.
Dazai abrazó más fuerte a Kunikida, él estaba roto por ver de esa manera devastado al idealista. Todo lo que quería en ese momento era que se calmara, por ello sin romper el abrazo se volteó hasta estar frente a Kunikida. Bajo del arma y la retiró de su mano, sus manos fueron hacia su rostro donde acariciaron con parsimonia y delicadeza su faz. Doppo se sintió culpable por causar en las mejillas de Dazai lágrimas, lágrimas del miedo por el momento tenso y que pensó que lo iría a perder.
━ Kunikida, mirame. Sólo mirame a los ojos.
Pero el idealista, seguía pensando en que había matado una persona.
━ No pienses en él, él ya no existe... P-Por favor... Mirame. ━ suplicó Osamu tratando de que el rubio japonés le observara.
Las manos de Kunikida, tomaron de las manos de Dazai que estaban en su rostro e intentó concentrarse en su tacto. La cabeza del ruso se movió de lado, solo para observar como el sol se había ido y como la cárcel se extinguía con los cuerpos en llamas de las personas bañadas en sangre. El viento seguía moviendo el pasto tintado de color carmesí que había visto, cuando mataba a sus enemigos y personas más cercanas para él.
━ Así... ¿Es cómo termina todo, eh?━ la sonrisa de la faz de Dostoyevsky se borró al murmurarse aquello para así mismo, sus párpados comenzaron a cerrarse poco a poco sintiendo como ya iba perdiendo oxigeno de tantas palabras que dijo. ━ No pude cumplir mi objetivo... Después de todo...
Kunikida lo escuchó, el tan solo oír su voz odiosa desgastandose porque su vida estaba acabando; enterró su cabeza en el hombro de Dazai donde éste lo abrazó sollozando de tristeza y alegría al mismo tiempo, a la par que su testa castaña gozó de su cabeza apoyandose en su hombro, intentaba acallar los sollozos del contrario con palabras de amor suaves y reconfortantes, con caricias en sus hebras y con una sonrisas que indicaba que todo iba a estar bien.
Inmediatamente, sus pensamientos recordaron esa vez de ayer que pensó que estaba muerto pero allí estaba, su idealista, su compañero y su amante...
━ Estás a salvo ahora Kunikida... E-Estás a salvo.
⊱﹝終わり﹞
[Nota(s) del autor]
Feliz cumpleaños a mí!
Decidí hacerme un regalo a mi mismo en honor a que cumplo 17 años de edad. Bien viejo estoy ah... Por supuesto, un regalo para ustedes también mis queridos lectores, quiénes me han ayudado a no desanimarme a escribir~.
Espero les haya gustado este pequeño OS creado con mucho amor uwu
━ Despair.
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