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[Six]

— Un día no muy lejano, cuando la oscuridad pase y todos los miedos sean contenidos, pondré una bella marca aquí. — Susurró el alfa besando la curvatura del cuello del omega. Jimin sonrió esperanzado mientras sentía el cariño y el amor que le profesaba su alfa.

— Algún día. — Mencionó el omega con anhelo ferviente en su tono de voz. — Te amo.

...

— Tengo que irme otra vez. — Mencionó el alfa mientras entraba en la habitación que compartía con su omega. Jimin asintió de forma renuente mientras veía como el pálido se movía de aquí para allá buscando las cosas que guardaría en su bolso. Aquella misma rutina la vivían desde hace dos años en los cuales YoonGi cumplía con su servicio durante seis meses y regresaba a casa. — ¿Vas a estar bien? — Preguntó el pálido mientras veía a su omega. Jimin asintió levantándose de la cama mientras apresaba en un fuerte abrazo al mayor de ambos.

— Claro que estaré bien tontito. — Aseguró Jimin mientras tomaba entre sus manos el rostro de su pareja. — Iré a visitarte en la base cada mes. — Prometió. YoonGi asintió besando por última vez aquellos apetecibles labios que tenía su pareja. — Te amo, ¿lo sabes?

— Lo sé.

...

— Ya no puedes venir más bebé. — Susurró el pálido mientras veía el rostro sonrojado de su omega por última vez antes de darse la vuelta. Jimin frunció el ceño mientras se acomodaba la camisa y veía la espalda desnuda de su pareja.

— ¿Pasa algo? — Cuestionó con preocupación mal disimulada sintiendo el ambiente algo incómodo. — Puedes decirme cualquier cosa hyung.

— Hay rumores que atacaran cerca de aquí; incluso de que hay infiltrados, no quiero que nada te pase.

— ¿Estarás bien? — Preguntó el omega. YoonGi se tensó en su lugar y aquello creó un sentimiento de miedo en el omega. — ¿Hyung?

— Yo voy a estar bien si tú estás bien.

...

— Jimin, Jimin, Jimin. — Susurró el alfa tomando el rostro del rubio entre sus manos. — Mi Jimin. — Mencionó besando al omega. Jimin jadeó en medio del beso mientras sentía sus manos picar por tomar la ropa del mayor y quitarla del medio.

Era tanto tiempo lejos, demasiado tiempo deseando, anhelando; queriendo. Viviendo y muriendo en la misma sinfonía mientras sentía el toque lento y preciso del alfa sobre su rostro, sintiendo las mismas sensaciones de antes y siendo un uno nuevamente.

En aquel momento no había nada más importante que ellos dos y la corriente de emociones que los sobrepasaba con ímpetu. Jimin lo quería, YoonGi lo quería. No había vuelta atrás, mucho menos cuando una a una las prendas de ropa empezaron a caer por el verde pasto. No cuando ambos cuerpos se encontraron sin barrera alguna de por medio.

— Bebé. — Susurró el alfa con voz ronca, besando con parsimonia aquella piel, queriendo grabar aquel momento detalladamente en su cabeza.

— Tú eres yo. Yo soy tú. — El omega observó con intensidad aquellos orbes que tanto amaba. — El destino lo sabe. Tú eres mío.

— Y tú eres mío. — Correspondió el alfa. — Gracias por venir a mí una vez más. — Jimin contuvo las ganas de llorar mientras besaba de nueva cuenta la boca de su alfa y se dejaba llevar por la fuerza de sus sentimientos.

Lo amaba de la misma forma que años atrás. Y sabía que era amado de la misma forma, no hacía falta que YoonGi lo expresara verbalmente para Jimin saberlo. Cada toque, cada beso, cada roce entre ambas longitudes.

Incluso cuando el mayor irrumpe en su interior y la sincronía de movimientos se hace presente por parte de ambos. Sabe que es amado, lo sabe lo vive y puede definirlo gracias a todo lo que está sintiendo y viviendo.

Mientras la entrada y salida se hace presente, mientras los besos son correspondidos con igual fervor. Todo está bien, ya no hay miedo de nada. La pequeña llama de amor que había aguantado por tanto tiempo ahora estaba ardiendo con más fuerza junto con ellos.

No hay temor de por medio, por ello cuando el nudo aparece y el omega ofrece su cuello de forma sumisa, YoonGi lo toma como suyo, por fin uniendo sus vidas en un lazo inconfundible. Siendo ellos dos uno solo ahora y por siempre.

...

Jimin despertó pasadas un par de horas, su mirada se frunció al no reconocer el lugar en donde estaba, no recordaba haber caminado hasta una cueva y por un momento, un sentimiento de miedo embargó sus sentidos, sin embargo; cuando su mano dio contra la mordida aún fresca en su cuello, un suspiro de alivio escapó de sus labios mientras una sonrisa soñadora se dibujaba en su rostro.

— ¿Hyung? — Llamó el omega. YoonGi apareció frente a él completamente vestido. El omega enrojeció al darse cuenta de su desnudez y aquello no pasó desapercibido para el alfa quien rió notablemente divertido del bochorno de su pareja.

— Aquí está tu ropa Jimin-ah. — Sonrió el alfa mientras se sentaba al lado del omega y le tendía las prendas. — Por tu cara, seguramente no recuerdas como llegaste aquí. — Jimin asintió cohibido mientras con sus manos temblorosas sostenía la camisa y empezaba a colocársela. — Antes de que te durmieras, te pedí que cambiaras a tu forma animal para refugiarnos aquí, allá afuera cualquiera nos podía ver. — Jimin negó abochornado mientras recordaba aquello.

— Puedes darte la vuelta, quiero ponerme los pantalones. — YoonGi rodó los ojos divertido mientras cumplía el pedido de su omega. Los años pasaban pero aquello seguía siendo igual que como la primera vez. Jimin siempre se escondía cuando tenía que vestirse. No importa cuántas veces el alfa le decía que él ya conocía todo de él, Jimin se abochornaba frente a la mirada directa de su pareja. — Ya puedes voltear.

— Jimin. — Llamó el alfa viendo al rubio. El omega sonrió mientras una de sus manos reposaba en la fresca marca. — Te amo ¿lo sabes?

— Lo sé. — Susurró el omega mientras sentía todas y cada una de las emociones de su pareja.

— Gracias por venir a mí otra vez.

— Lo haría siempre.

...

— Tú, alfa idiota. — Llamó Jimin mientras observaba al alfa pálido. Su corazón latía desesperadamente y sus mejillas estaban rojas producto de los nervios. — Te reto por el lago. — Intentó lucir intimidante pero sabía muy bien que aquello estaba muy lejos de él.

YoonGi negó divertido mientras veía a la bolita de masa temblorosa frente a él. ¡Provocaba abrazarlo!

— No me gustan los fisgones.

— Eso a mí no me importa, te reto por el lago. — Volvió a demandar Jimin.

— Para eso tienes que venir a mí. — Mencionó divertido mientras sentía por primera vez el dulce olor del omega. Jimin tragó en seco.

— Lo haría siempre. — Gruñó corriendo detrás del alfa que no hacía más que reírse por la audacia de aquel pequeño omega. Su omega.

...

¡Hola!

No tardé tanto como otras veces. Muchas gracias por leer esta pequeñísima historia que ya está llegando a su final.

Gracias por la espera y por el cariño que le han dado a este fic.

Para aclarar algo, las visitas de Jimin a YoonGi cada mes eran por el celo del alfa y el suyo propio. Nuestra pequeña YoonJi fue fruto de la última vez que ambos estuvieron juntos.

Nos leemos en lo que sería el capítulo final y el epilogo.

Disculpen cualquier error y hasta la próxima.

¡No olviden seguirme!

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