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Capítulo 5: Una sorpresa, el inicio de una guerra

Había sido un día como cualquier otro en la agencia de S.H.I.E.L.D ir y venir, siguiendo al Director Fury a todas partes. El Director, la agente María Hill y yo salimos por un momento del edificio. Habíamos terminando aquella diligencia que había surgido en la mañana y nos disponíamos a marcharnos para descansar en nuestros hogares. Hasta que una llamada de Phil cambio todo. Coulson llamó a Fury muy preocupado. Había explicado que el doctor Erick Selvig-quien conoció a Thor en su destierro en Midgard- había tenido unos problemas con el Tesseracto. Incluso habían comenzado a evacuar el edificio de nuestra organización.

El Director Fury llamó al helicóptero, ya que aquello estaba ocurriendo en una instalación un tanto lejana de la ciudad. El helicóptero llegó rápido por nosotros y llegamos en lo más pronto que pudimos a la instalación más grande y secreta de S.H.I.E.L.D. No había nada alrededor de aquel lugar, el pueblo más cercano estaba como a tres mil kilómetros aproximadamente.

Al llegar la agente María Hill abrió la puerta del helicóptero y bajó de un salto, yo la seguí y detrás de mi salió el Director Fury. Cruzamos a paso veloz la pista de aterrizaje y a mí alrededor todos evacuaban con premura. Nos encontramos en la entrada con Phil, quien ya nos esperaba.

— ¿Qué tan mal esta? —preguntó el Director Fury mientras los cuatro nos dirigíamos al interior del edificio.

—Ese es el problema señor, no lo sabemos—contestó Phil. Entramos rápidamente a aquel gran edificio, comenzamos a caminar por aquel lugar—Selvig detectó aumento de energía en el Tesseracto hace cuatro horas.

Reportó con la misma rapidez que con la que caminábamos por los pasillos de S.H.I.E.L.D. Sabía lo que era el Tesseracto, aun que había oído muy poco sobre este por parte de los asgardianos, nada en concreto. Pero para esta organización, el cubo era una fuente de poder o energía, sobre la cuál estaban dispuestos a aprender. Los humanos eran demasiado curiosos, sobre todo con cosas totalmente desconocidas para ellos, nunca se quedaban un paso atrás, quería explorarlo y experimentarlo todo. El Tesseracto no era una excepción, pero con estas cosas siempre había un precio por pagar si no se manejaba con cuidado.

—La NASA no autorizó a Selvig para la fase de prueba.

—No lo probaba. No estaba en la habitación. Fue un evento espontaneo.

— ¿Entonces se encendió solo? —preguntó con tal incredulidad la agente Hill, quien caminaba a mi lado.

— ¿Qué nivel de energía tenemos? —el Director Fury ignoró a su segunda en mando concentrado en otros problemas, obviamente.

—En aumento—contestó Coulson—. No pudo detenerlo y evacuamos.

— ¿Cuánto tardará la evacuación?

—El campo se vaciará en una media hora.

—Tarden menos—ordenó Fury.

Phil asintió, se dio media vuelta y se regresó por el camino donde habíamos venido, sin dejar aquel paso apresurado. Nosotros continuamos nuestro recorrido para llegar a donde se encontraba el Tesseracto.

—Señor tal vez sea inútil evacuar—opinó Hill.

— ¿Les decimos que vuelvan a sus camas? —preguntó el Director con cierto sarcasmo en su voz.

—Si no controlamos la energía del Tesseracto, quizás no haya una distancia mínima de seguridad.

Bajamos por una escalera en forma de caracol, aun se podía ver por esos últimos niveles que había mucha movilización del personal. Hombres uniformados cargando cajas negras blindadas de un lado a otro. Hill caminaba a un lado del Director mientras yo me mantenía un paso detrás de él. Siempre alerta. Siempre vigilando.

—Asegura de que trasladen todos los prototipos de la fase dos—ordenó el Director Fury a Hill.

—Señor—objetó Hill—, ¿no cree que nuestra prioridad debería ser...?

—Agente Hill—la interrumpió el Director y detuvimos nuestra marcha. Fury la mira cara a cara con su ojo bueno—, hasta que este mundo deje de existir todo seguirá su curso normal. Quiero que vacíen el nivel inferior y lleven toda pieza de la fase dos lejos de aquí.

—Sí señor

La agente Hill se marchó no muy gustosa aun por la orden que le habían dado, pero aun así obedeció al primero a mando. El Director Fury y yo recorrimos el último tramo de para llegar al laboratorio donde retenían el Tesseracto. Lo primero que vimos cuando entramos fue a un montón de científicos con sus batas blancas, corriendo de un lado a otro estudiando el cubo que estaba en el centro de la habitación. Otro par de científicos estudiaban las computadoras junto al Doctor Erick Selvig.

— ¿Qué pasa aquí doctor? —preguntó el Director Fury mientras nos acercábamos más a ellos.

—Director—dijo Selvig al vernos entrar.

— ¿Sabemos algo con certeza?

—El Tesseracto se está portando mal.

— ¿Se supone que debo reírme?

—No, no es gracioso, el Tesseracto no solo está activo, se está manifestando.

— ¿Y ya apago todo?

—Es una fuente de energía, todo lo que apago lo enciende de inmediato. Si alcanza el máximo nivel...

—Nos preparamos para esto—lo interrumpió el Director—, controlar la energía del espacio—

Fruncí el ceño ante las palabras de mi jefe. El Director debía estar bromeando ni siquiera el mismísimo padre de todo podía controlar aquella energía.

—No tenemos con que controlarlo, los cálculos no están completos y está causando interferencia. Radiación. Nada grave. Rayos gamma a niveles tenues.

El Doctor se acercó a una de las computadoras para seguir trabajando en ella.

—Esto puede ser grave. ¿Dónde está el agente Barton?

— ¿El halcón? Jamás sale de su nido.

Selvig apuntó hacia arriba en dirección de unas escaleras altas y alejadas de aquel lugar. Ahí a lo lejos pudimos ver al agente Barton mirando con mucha atención, tal cual su mote lo sugería, vigilaba como un halcón todo lo que sucedía. Selvig continúo trabajando en el Tesseracto.

—Agente Barton repórtese—lo llamó Fury por los comunicadores. Barton se bajó de aquel lugar rápidamente y nos acercamos a él—. Barton—llegamos a él y comenzamos a caminar alrededor del laboratorio inspeccionando todo—, te di esta misión para que supervisaras las cosas de cerca.

—Señor veo mejor a distancia—respondió Barton.

— ¿Has visto algo que pudiera encender el cubo?

— ¡Doctor aumenta otra vez! —gritó uno de los científicos llamando a Selvig, el rápidamente se acercó a la otra computadora para ver lo que ocurría.

—Nada sospechoso—dijo Barton, nos paramos frente al Tesseracto—y Selvig es honesto, no ha contactado a nadie. Si le hicieron algo no fue de este lado.

El agente Clint Barton no solo era un buen espía con una excelente vista, sino que era demasiado inteligente.

— ¿De este lado?

—Sí. Según entiendo el cubo es una puerta al otro lado del universo ¿cierto?

—Cierto—conteste.

—Y una puerta se abre de ambos lados.

— ¿Tu qué opinas de esto Jemma? ¿Qué sabes sobre él? —el Director volteo a verme y yo suspiré mientras miraba fijamente aquel cubo que no paraba de irradiar una luz azul celeste.

—No sé mucho. Esto es algo más asgardiano, pero leyendas e historias tan poderosas con el Tesseracto son solo conocidas por Odín. Cualquier cosa que oí era solo un rumor—Gema del infinito, susurró una vocecita en mi interior y fruncí el ceño. Rumor, me repetí a mí misma—. Todo lo que verdaderamente conozco sobre el cubo, es porque ustedes me han enseñado, pero concuerdo con el agente Barton, alguien está queriendo abrir esa puerta sin ser invitado.

En aquel momento me arrepentí de mis palabras.

El Tesseracto se comenzó a manifestar aún más. Resplandeció cual estrella fugaz y todos dimos un brinco hacia atrás ya sea de susto o sorpresa por la repentina acción. La luz que irradiaba comenzó a ir en aumento. El lugar tembló. Todos mirábamos el Tesseracto expectantes de su siguiente acción. El agente Barton y yo estábamos alerta. El Tesseracto lazó un rayo azul abriendo un portal de algún lado del Universo. Todos observábamos estábamos en silencio lo que pasaba.

¡Boom!

El portal se cerró. Todo pasó tan rápido que no supimos con exactitud qué fue lo que paso. El humo nos nublaba la vista impidiéndonos ver quién o qué había atravesado portal. Un grupo de agentes armados se acercaron con precaución apuntando al objetivo. El humo se disipaba con lentitud y aquel ser levantó su rostro con suma lentitud.

Mi corazón se detuvo.

El color huyo de mi rostro.

No.

Mis piernas comenzaron a temblar cual vil gelatina, sentía una gran opresión en el pecho, creía que me iba a desmayar en aquel lugar. El mundo comenzó a dar vueltas o tal vez era solo yo. Me habían entrenado para estar lista para cualquier cosa, cualquiera. Pero nunca me entrenaron para el momento en que volviera a ver aquellos ojos verde esmeralda por primera vez en años. Mi corazón se encogió ante la falta de brillo de aquellos ojos, ahora eran de un esmeralda muy oscuro como si mostraran su falta de alma. Su cabello azabache estaba un tanto más largo de lo que recordaba. Aquello que estaba viendo era ¡imposible! ¡Él estaba muerto! O eso creíamos. Debía ser un espectro o una visión que había venido a torturarme. Todos veían a aquel ser con la boca abierta, yo solo quería salir corriendo de ahí en busca de aire y algo de cordura. Me percaté que en su mano él sostenía un extraño cetro y una joya que brillaba con luz azul, como el Tesseracto, estaba en aquel cetro.

— ¡Señor por favor! —Gritó el Director Fury, aquella aparición rápidamente giró su cabeza hacia nosotros. Por instinto de supervivencia (o cobardía), me paré detrás del Director para que no me viera— ¡Ponga la lanza en el piso!

El de cabellos largos y negros miró el cetro y sin dudar nos apuntó con él. Barton reaccionó más rápido que Fury y yo y nos aventó lejos antes de que un rayo azul, salido del centro nos diera. Los disparos comenzaron, el sonido del rayo saliendo del centro y más disparos.

Silencio.

Volteé a ver al Director Fury, estaba bien. Giré mi rostro buscando al agente Barton, él se había parado rápidamente y había sacado su pistola para atacar al ojiverde, pero este lo detuvo en un movimiento veloz.

—Tienes buen corazón—dijo el de cabellos largos azabaches.

Su voz me hizo temblar desde la distancia. Era la misma. El director y yo nos levantamos con suavidad para no ser notados por él. El ojiverde toco con la punta de su centro el pecho de Ojo de halcón, los ojos de este se hicieron negros y luego pasaron a un azul brillante, diferente al color natural de sus ojos. Clint guardó su arma. Control mental. ¿Cómo? No pude indagar más debido a que el director se estaba moviendo y lo que hizo me llamó la atención. Fury tomó el cubo y yo rápidamente le acerque un maletín. Él lo guardo ahí.

Aquel larguirucho de cabellos largos repitió lo que había hecho con el agente Barton con otros agentes. El Director Fury y yo teníamos que largarnos de ahí a como diera lugar. Con movimientos felinos nos alejamos de la escena y dimos media vuelta de la manera más sigilosa que pudimos dándole la espalda a lo acontecido. Su voz nos hizo detenernos y yo me estremecí conteniendo las arcadas.

—Por favor no, aun lo necesito.

—Esto no tiene por qué complicarse más—dijo el Director Fury aun dándole la espalda al igual que yo.

—Por supuesto que sí, no espero menos después de lo que hice—Fury se giró para enfrentarlo, pero yo me negué—. Me llamo Loki y vengo de Asgard—el estómago se me revolvió haciendo subir la bilis a mi garganta y con mucho esfuerzo la tuve que tragar— y en mi descansa un glorioso propósito.

—Loki—escuché la voz del Doctor Selvig, por un momento me había olvidado de su presencia—. Hermano de Thor.

Me encogí ante el gruñido de Loki. Selvig tal vez podía darse por muerto.

—No estamos en conflicto con tu pueblo—dijo el Director de S.H.I.E.L.D.

—Un insecto no está en conflicto con una bota—contestó el moreno ojiverde.

— ¿Tu plan entonces es aplastarnos?

Continuaba de espaldas a todos, pero vigilando sobre mi hombro a Nick Fury. No quería voltear. No me atrevía. ¿Qué se supone que debería hacer en estas circunstancias? ¿Salir corriendo y gritarle "mi amor te extrañe deja en paz la tierra y regresemos juntos a Asgard"? ¡Él se suponía que estaba muerto! Mi cerebro aun intentaba procesar la información. Mi corazón ni siquiera sabía cómo reaccionar ante tal suceso. Se suponía que debía alegrarme de que él no estuviera muerto, pero el hombre que amaba había entrado haciendo una firme declaración contra el planeta que consideraba mi refugio. Mi hogar.

—Les traigo noticias dichosas, sobre un mundo libre al fin.

— ¿Libre de qué?

—Libertad. La libertad es la mayor mentira de la existencia— Frente a mi estaba alguien que aseguraba ser Loki, pero él no se veía como el Loki del cual me había enamorado hace un par de años atrás. Frente a mi tenía un monstruo que no reconocía—y cuando así lo acepten en su corazón—de reojo vi que tocó con la punta de su cetro el pecho de Selvig controlando así la mente de este—conocerán la paz.

—Sí, cuando dices paz siento que te refieres a lo contrario.

—Señor—dijo el agente Barton dirigiéndose ahora como "señor" al alto de cabellos azabaches—, el Director Fury nos distrae van a hacer volar este lugar y nos cubrirán con toneladas de rocas—todos volteamos a ver el techo el cual tenía como una especie de nube azul brillante. Obra del Tesseracto—. Él piensa enterrarnos.

—Justo como los faraones—contestó Fury.

—Tiene razón—dijo el Doctor Selvig revisando una de sus múltiples computadoras—. El portal se colapsa sobre sí mismo, en dos minutos se elevará a niveles críticos.

—Dispara—ordenó el ojiverde al agente Barton.

Con la agilidad que lo caracterizaba como agente sacó su arma y sin temblarle el pulso disparó el arma. El Director Fury cayó a mi lado. Maldición. No estaba pensando con rapidez y claridad. Me tiré sobre el cuerpo de Fury intentando cubrirlo de cualquier otro ataque. Él había soltado el maletín donde estaba el Tesseracto al momento de recibir la bala. Intenté tomarlo, pero Ojo de halcón fue más rápido. Loki y su nuevo sequito a control mental pasaron caminando enseguida de nosotros. No pude evitar sentir alivio al saber que aquel ser que se hacía llamar Loki no me había reconocido. Tal vez no era él y solo era algún otro ser tratando de usar su apariencia. Había escuchado leyendas de creaturas capaces de hacer eso. Ayudé al Director Fury a incorporarse y él sacó su radio para comunicarse.

—Hill—llamó el Director Fury con esfuerzo en su voz—, ¿está escuchándome? Barton... nos traicionó—el techo crujió. Maldición. Debíamos de salir de aquel lugar rápido—. ¡Tienen el Tesseracto que no escapen!

Pasé mi brazo por la cintura del Directo y él se apoyó en mí como pudo. Avanzamos lo más rápido que podíamos a ese paso. El lugar temblaba a nuestro alrededor. Debíamos correr, pero lo más que podíamos hacer era trotar. Rogué al cielo por que saliéramos de ahí antes de que todo se derrumbara.

— ¡Evacuamos a todos señor! —La voz de Phil se escuchó por la radio— ¡Salga de ahí!

Llegamos a la pista de aterrizaje y el helicóptero ya nos esperaba con las hélices encendidas. Subí al director primero y cuando subí un pie el ave de metal comenzó a elevarse y en el aire cerré la puerta. Un estruendo retumbó por todo el lugar. Giramos para ver y ante nuestros ojos las instalaciones de S.H.I.E.L.D se demolieron. Parecía que la tierra se estuviese tragando todo el lugar. Frente a nosotros pasó volando el vehículo en el cual iban el agente Barton, el Doctor Selvig, un par de agentes y... Loki.

Sin pensárselo dos veces, Fury abrió la puerta del helicóptero y comenzó a disparar al auto que huía. El moreno asgardiano alzó el cetro y le disparó a la hélice del helicóptero provocando que esta explotara. El ave de metal comenzó a caer sin control. Con rapidez me quite uno de mis guantes para crear un suave montículo de nieve. Tomé al Director Fury y nos lancé a ambos hacia la nieve. Nick Fury se incorporó para continuar disparando al auto de escape, pero era demasiado tarde. Ya se habían alejado. Junto con el Tesseracto.

—Director—se escuchó la voz de Phil en el radio—. Director Fury responda.

—El Tesseracto está en manos enemigas—informó el director por la radio—. Tengo hombres heridos. ¿Hill?

—Aún hay hombres enterrados—respondió la agente Hill con voz agitada—. No sé cuántos sobrevivieron.

—Suena la alarma general—ordeno el Director Fury—. Todo aquel que no esté en labores de rescate tiene que buscar el maletín.

—Entendido—respondió la agente Hill.

—Coulson, vuelva a la base es una amenaza nivel siete. A partir de ahora esto es una guerra.

La voz de Phil no se escuchó por un largo tiempo. Hasta que después contestó.

— ¿Qué hacemos?

El Director Fury se quedó absorto pensando en que contestarle.

—Tráeme el folder de la iniciativa Vengadores.

Mi corazón se aceleró al escuchar la orden de Fury. La iniciativa Vengadores. Esto... esto no podía estar pasando. No podía creerlo. Loki estaba vivo, pero quería dominar Midgard. Por alguna razón estaba hambriento de poder, quería un trono y no estaría conforme hasta conseguir aquello que le fue arrebatado de las manos. Pero aun no podía entender cómo es que Loki estaba vivo ¿Qué fue lo que me perdí? ¿Qué es lo que paso con él en todo este tiempo? Aquel hombre que había amado—y aun amo—con una pasión indomable había iniciado una guerra por pura venganza contra su hermano. Tenía sentimientos encontrados, quería estar con Loki, que nuestro recuentro fuera "romántico", pero aquel ser estaba totalmente desquiciado por su sed del poder. Él ya no era aquel joven príncipe que alguna vez amé. La guerra había comenzado, tanto entre Loki con la humanidad, como la de mi cordura contra mis sentimientos. Había estado en guerras anteriormente, Loki y yo siempre en el mismo bando, pero ahora. Cerré los ojos mientras las palabras de Nick Fury resonaban en mis oídos.

Vengadores.

Yo iba a ser parte de ese equipo.

Un equipo que lucharía contra Loki.

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