Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

不 可 能 な 楽 園

ADVERTENCIA: Este OS tiene contenido sexual y diferencias de edad.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Nagisa encaprichado por un amor imposible.

•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Los nervios lo estaban carcomiendo lentamente al estar sentado en aquella gran mesa, la mirada cobriza del padre de familia - desgraciadamente- estaba clavada sin piedad en él, como si realmente pudiera entrar a su alma.

Aquella cena con la familia de su amiga - o más bien dicho mejor amiga- estaba siendo de todo menos pacífica, los gritos de Manami Akabane tenían menos de cinco minutos de haber terminado, mientras que la bonita Urame - que literalmente era la copia de su padre- estaba recogiendo los platos que su madre había lanzado en aquella pelea.

No tenía palabras para describir la incomodidad que sentía al observar como el dueño de la casa - y de sus deseos más bajos- quería dirigirle la palabra y por ello se había desatado la gran pelea; tenía nervios y estaba seguro que quería alejarse totalmente de aquella familia lo más rápido posible.

"- . - Llamó la única mujer que quedaba en el comedor, logrando que toda la atención fuera puesta en ella- Voy... Voy a ir a buscar a mamá, creo que fue con la tía Rio.

- No. - Respondió, a secas la cabecilla del hogar al terminar de beber de su vaso- Ya es suficiente Urame, tu madre no es una niña que debas buscar después de un berrinche."

« Berrinche que ocasionó usted después de hacerla sentir insegura» se dijo a si mismo terminando la ensalada - tan amarga como el momento- que sobraba en su plato, no tenía el valor para observar como las iris lila de la bonita pelirroja luchaban - en silencio claramente- contra las cobre que poseía el señor Akabane.

Karma Akabane, era - y es hasta el momento- la única persona que pudo adentrarse hasta el fondo de sus pensamientos de adolescente, podía asegurar que aquel hombre de buen porte con aura dominante le había causado casi - sin ser pretenciosos- todas sus fantasías.

"- Iré. - Sentenció la señorita del lugar al terminar de barrer el comedor- Mamá no tiene porque estar pasando por esto.

- Debes llevar a Nagisa a su casa. - Aclaró el de hebras rojas, haciendo que el pequeño deseo de volverlo a escuchar decir su nombre se instalará instantáneamente en él- ¿O piensas dejarlo aquí?

- ¡No! -Interrumpió lleno de nervios al escuchar aquella probabilidad- Yo... Yo puedo ir a casa solo, no hay problema señor Akabane.

- ¿En serio? - Cuestionó el hombre mayor al levantar una ceja y mostrar una sonrisa llena de diversión- Por lo que me ha dicho Urame, ella siempre va por ti debido a tu mala memoria.

- Ya sabes, por eso de que no sabes ubicar las calles. - Aclaró haciendo un ademán con las manos al ver su cara de confusión- ¿O es mentira?"

Un ligero jadeó de sorpresa escapó de sus labios, ¡Maldita sea! ¿Cómo debía responder a esa pregunta? Claramente era una mentira, Urame siempre decía eso cuando iba a ver su -casi- novio y deseaba tener un rato de diversión.

Un pequeño "no" pudo ser emitido por sus cuerdas vocales al bajar la vista, tenía miedo, ¡Claro que lo tenía! No podía sentirse más avergonzado, no podía delatar a su mejor amiga pero tampoco tenía el deseo de que el dueño de esos iris mercurio se quedará a solas con él.

"- ¿Puedes llevarlo papá? -Soltó con tono suplicante la pelirroja sacándolo de aquellos pensamientos- Por favor.

- U... Urame, puedo decirle a mi mamá que pase por mi.

- ¿Seguro? No tendría ningún problema en llevarte a tu casa. - Aseguró Akabane mayor mientras se paraba de la mesa- Dame unos minutos en lo que cambio mi traje."

Sin poder protestar ante eso, el pelirrojo salió inmediatamente de su campo de visión, ¿Debía de temer por lo que pasaría al estar a solas con el pelirrojo? ¡Era obvio que si! Después de todo ¿Qué podría hablar con aquel hombre que le llevaba tantos años? _
- veinticinco para ser exactos- ¿Le agradaría mantener una conversación con alguien de dieciséis años? O peor aún ¿Le recordaría aquel suceso entre ellos?

"- Te debo una. - Murmuró en su oído la de ojos grandes, logrando que diera un pequeño salto- Gracias por no decirle a papá lo de tu casa.

- Después hablaremos de eso. - Sonrió tratando de demostrar la paz que no tenía- Dile a tu madre que lo siento, no era mi intención empezar la pelea.

- ¡Oh vamos Nagi! - Exclamó con diversión la copia de Karma mientras lo abrazaba por el cuello- Mamá se molesta por todo, es demasiado celosa y solo se puso así porque papá te miro mucho tiempo ¿Pero como no lo haría? Estabas sentado frente a él."

Sus puños se cerraron rápidamente debido a la frustración - lo sabía y le dolía- estaba conciente de que aquel burócrata no lo miraría por sus méritos propios, solo, lo logro una vez y fue gracias a aquella sustancia amarga; no quería admitirlo pero se sentía tan impotente porque habían pasado casi cinco años - o tal vez más- enamorado del hombre más importante en la vida de las dos mujeres Akabane.

"- Me voy, papá no debe de tardar. - Musitó con tono cansado la chica al soltarlo- Nuevamente gracias Nagi, eres mi mejor amigo.

- Ya corre. - Ordenó con burla mientras se paraba de la mesa- Te mandaré un texto cuando llegue a casa."

La deslumbrante sonrisa de Urame Akabane hizo que un ligero dolor en su pecho se instalará, ¿Cómo podía estar mintiendole a la cara?

Realmente no sabía cómo había obtenido el valor para pisar aquella - grande y fría- casa después de lo que había pasado tres semanas atrás, había cometido un error al quedarse a dormir con su mejor amiga para darle apoyó después de una - de las tantas- peleas de sus padres; todavía recordaba como peinó con cariño los cabellos rojizos de la ojilila mientras ella lloraba hasta quedarse dormida.

Lo único que no esperaba aquella noche era ver - al siempre perfecto- Akabane Karma regresar ahogado en alcohol, tratando de no hacer ruido mientras observaba con atención el desastre que había dejado su esposa después de destrozar - literalmente - la sala; tal vez su error fue acercarse a ayudarlo, o posiblemente fue permitir que el hombre mayor desahogara su frustración con él en forma sexual.

"- ¿Urame ya se fue? - Escucho la voz del dueño del lugar a sus espaldas, logrando que diera un pequeño salto por la sorpresa- Parece que no entiende.

- Si, se fue. -Aclaró al darse la vuelta y ver a la persona que tenía frente a él- Señor Akabane, le aseguro que no habrá ningún problema si no me lleva a mi casa, puedo llamar un taxi.

- ¿Señor Akabane? -Le cuestionó con burla, haciéndolo temblar- ¿Ya no soy Karma? ¿Ya no me pediras más en el cuarto de invitados?"

Una oleada de culpa recorrió su cuerpo inmediatamente, « no » fue la palabra que pasó por su mente - al igual que por la punta de su lengua- al observar el lugar donde se encontraba; no quería - o más bien dicho no podía- defraudar a la única chica que le había brindado apoyó en su vida.

"- ¿Ya no hablas? - Mascullo con seriedad el pelirrojo mientras cerraba la distancia que tenían- Oh, claro, ese día solo decías mi nombre entre gemidos.

- Fue, fue un error señor. - Susurro al dar un paso hacía atrás, intentando huir de lo que se venía- Yo me deje llevar y por eso sucedió.

- No me molestaría que otra vez te dejaras llevar. - Respondió, con simpleza al dar grandes zancadas y tomarlo de la muñeca- Vamos, Nagisa, estoy seguro que quieres hacerlo."

Un suspiro de placer se dejó escuchar en el momento que aquel hombre - tan ajeno- tomo sus labios, el beso le implicaba demanda, autoridad y posesión; y claramente él estaba dispuesto a darle todo lo que le pedía.

Las ligeras succiones que le eran dadas en el labio inferior lograban que pequeños - deliciosos y anhelantes- gimoteos se hicieran presentes; no lo entendía - o mejor dicho no quería comprender- el porque se estaba permitiendo hacer eso.

La mordida en forma de permiso hizo que todos aquellos pensamientos salieran corriendo, la persona que tenía frente a él le estaba pidiendo hacer aquel acto más pasional y estaba seguro que no iba a negarselo.

Una descarga se dió la tarea de recorrer su columna en el momento que la pelea por el liderazgo del ritmo se hizo presente, era tan delicioso, tan anhelante, tan prohibido - tan caprichoso-.

La lengua ajena parecía - o tal vez ya lo era- tan experta que no tardo nada en recorrer su pequeña cavidad bucal, degustando con ahínco como pequeños sonidos eran emitidos en aquella acción; « Ante todos es de la señora Manami y aquí es tan mío» se dijo al abrir un poco los ojos y ver cómo Akabane se entregaba por completo en la acción, eclipsandonlo al verlo.

Las fuertes manos se apoderaron de su cintura logrando que la cercanía - que ya era demasiada- incrementará inmediatamente, notando, como cierta parte del pelirrojo empezaba a despertar; haciéndolo sentir deseado.

"- Ka... Karma. - Lo llamó, esperando que no fuera uno de sus tantos sueños-

- Nagisa. - Murmuró el mencionado, dándole la seguridad de que está vez era real, tan real que no podía dejarlo pasar-

- Más. - Pidió deseoso, al sentir los labios del ojicobre recorrer su cuello- Más por favor."

El gruñido - involuntario - que recibió como respuesta lo hizo temblar, sintiendo como las fuertes manos que en algún momento sostuvieron su cintura viajaban con lentitud hacía sus piernas; podía sentir la fuerza que Karma ponía en su tacto, posiblemente - para asegurarse como la última vez- para dejar marcas de sus dedos como recordatorio.

"- Ratoncito. - Soltó el mayor de repente al cargarlo- Necesito estar dentro de ti.

- Hazlo. - Contesto entre suspiros al sentir como su creciente erección chocaba con la de su contrario- No debes pedirme permiso."

Un nuevo beso fue el causante de que el oxígeno escapara de sus pulmones, lo disfrutaba - en serio lo estaba disfrutando- hasta que la imagen mental de cierta pelirroja con iris lilas se cruzo por su mente « ¡Nagisa! ¿Vamos por un helado?»; el claro dolor de sentir como estaba traicionando a Urame Akabane lo hizo terminar inmediatamente con ese beso mientras empujaba fuertemente los hombros del dueño del lugar.

"- No. - Susurro al momento de ver la cara de incredulidad del pelirrojo- Esto no está bien, no podemos.

- ¿Que demonios?

- ¡No puedo hacerle esto a Urame! - Gritó al sentir como la persona que lo tenía en brazos restregaba sin piedad sus erecciones sobre la ropa- ¡Es mi mejor amiga! ¡Es su hija!

- ¡Por el infierno Nagisa! - Contesto en el mismo tono de voz el Akabane mayor al atacar su cuello con la clara intensión de marcarlo- Por ahora no es así, olvídate de todo.

- Señor...

- Karma. - Aclaró con frustración el más alto retomando el camino hacía la habitación que había sido testigo de su anterior encuentro- No soy el señor Akabane, soy Karma, ahora cállate y déjame disfrutarte."

Los alocados latidos de su corazón después de escuchar aquellas palabras, hicieron - sin dificultad alguna- que su mente terminará de nublarse debido a la exitacion.

"- Bien. - Susurro como respuesta ante lo anterior moviendo sus caderas- Tómame."

La sonrisa lasciva que le regaló el más alto hizo que una punzada recorriera su cuerpo terminando en la punta de su miembro, no podía evitarlo - y en esos momentos tampoco queria-; se estaba embriagando con la persona que lo sostenía y recorría su cuerpo con fuerza.

El ligero vaivén sobre la ropa hacía que gemidos escaparan de sus labios al igual que suspiros de placer eran dados- claramente bien recibidos- en su rostro por el burócrata.

Con desesperación volvió a tomar los labios de aquel hombre que había sido protagonista - y era sin mentir- de sus sueños más húmedos, aquellos dónde despertaba jadeando debido al orgasmo que tenía entre las sábanas de su habitación.

La superficie suave en la que fue depositado hizo que por fin culminará con aquel beso, uno de los tantos que esperaba recibir en ese momento - y claro si podía en más ocasiones-; un delicioso - al igual que placentero- escalofrío recorrió su cuerpo al sentir las manos del dueño de los iris cobre colarse bajo su playera, levantandola, dándole la clara invitación de que se la quitará para que su contrario se deleitará con su pequeño cuerpo.

Sin protestar se dejó hacer, disfrutando - por segunda ocasión- como Karma lo desvestía lentamente para plantar húmedos y placenteros besos en la piel expuesta que alcanzaba; logrando que las punzadas en la punta de su núcleo de placer fueran aumentando rápidamente.

"- Tan delicioso. - Escuchó decir a su acompañante al momento que retiro el pantalón que portaba junto a su ropa interior- Tan lindo."

«Tan tuyo» pensó inmediatamente al escucharlo, la ligera presión que ejerció la gran mano que sostenía su erección logro - claramente y como el esperaba- que un gemido se escuchará en el lugar, retumbando en las cuatro paredes que anteriormente habían contemplado lo mismo.

Con esfuerzo y tratando de que su vista no se nublara debido al éxtasis que sentía en ese momento, se apoyo en sus codos; logrando que la imagen más erótica del mundo - o mas bien su mundo- fuera presenciada fuera del mundo de los sueños.

Akabane Karma se había despojado de la playera que portaba - la cuál no había notado por lo concentrado que estaba en devorar aquellos labios-, dejando expuesto su trabajado torso; mientras que una de sus manos - la que estaba disponible, aquella que no se encargaba de masajear su miembro- había descendido a desabrochar su pantalón, mostrando un fino boxer negro que se amoldaba perfectamente a la erección que estaba dentro de el.

La sonrisa llena de deseo que le estaba regalando el pelirrojo le arrebató la cordura al igual que percibir como el anheló estaba plasmado en los iris mercurio que en ese momento se dedicaban a recorrerlo sin pudor.

"- Oh, que grata sorpresa. - Soltó sin vergüenza alguna el más alto al tenerlo a su disposición- Ya estás tan mojado, que sigo pensando que fue una alucinación el rechazo de hace rato.

- Lo... Lo siento... - Balbuceó al sentir como un vaivén era puesto para la masturbación que el pelirrojo le estaba brindando- Pero... Urame...

- No, no, no Nagisa. - Lo interrumpió, mostrándole un pequeño bote de gel transparente- Cuando estés conmigo no te permitiré que pienses en alguien más, en estos momentos lo único que debe rondar por tus pensamientos soy yo.

- ¿Entendiste? - Le cuestionó cuando terminó de esparcir el líquido frío en una parte de sus glúteos - Quiero una respuesta.

- Si, lo entendí. - Respondió en automático, al dejarse eclipsar por la manera en la que el pelirrojo empapaba sus dedos con la sustancia del bote-

- Entonces, déjame llevarte al paraíso."

Una bocanada de aire fue la única aprobación que pudo dar al sentir como un intruso se adentraba a él, el largo falange del mayor hizo que todo el aire escapara de su cuerpo; sentía la necesidad de rogar - simplemente para ver la reacción del otro- porque se apresurará.

Los ligeros movimientos circulares que sentía, lograron - en cuestión de minutos- que la sensación de incomodidad se desvaneciera como si nunca hubiera existido; por lo cual cuando el segundo dedo llegó a continuar el trabajo un ligero quejido salió de sus labios.

"- No, aún no tienes permitido quejarte. - Le dijo con voz ronca, haciendo que el simple hecho de escuchar ese tono lo hicieran estremecer- Lo único que quiero escuchar de esos bonitos labios es la palabra más, rápido y claramente mi nombre.

- Karma. - Lo llamó para darle satisfacción al contrario-

- Bien ratoncito, estamos en la misma sintonía."

El agresivo osculo que llegó después de la frase lo tomo - completamente- desprevenido, acabando con la poca cordura que aún conservaba; dejándose llevar por sus instintos, restregando sus caderas para que la intromisión del pelirrojo siguiera.

Un gritó fue amortiguado por los labios de Karma al momento que ingreso un tercer dedo, la clara sensación de estar acostumbrándose a esos falanges adentrarse en su interior se esfumó - por el dolor y la sorpresa-; las lágrimas empezaban a amontonarse en sus ojos mientras se dedicaba a buscar aire en la boca del contrarió.

Sin aviso alguno, los ayudantes a su preparación abandonaron su entrada; dándole la anticipación de lo que venía.

El dueño de la casa se alejo un instante de él - haciéndolo sentir por un momento solo-, con los ojos empañados trato de dirigir la mirada hacia la persona que buscaba pero la fuerte estoncada que le permitió a Akabane entrar en su pequeño cuerpo hizo que se curveara dejando que las lágrimas por fin bajarán por sus mejillas.

"- Esperaré. - Murmuró el mayor al apoyar uno de sus brazos a un costado de su cabeza, permitiendo que su peso no lo lastimara- No llores, esa bonita cara angelical no debería tener lágrimas."

Sin poder detenerse, sintió la mano izquierda de su - posiblemente- amante sostenerlo por la cintura; logrando que su llanto se intensificará.

La argolla de matrimonio que tenía el pelirrojo parecía arder contra su piel, podía sentir los claros relieves de ella situarse en su piel blanca mientras la persona que la poseía trataba de repartir besos cariñosos dónde pasaban sus lágrimas.

"- Continúa. - Ordenó entre sollozos, al sentir el arrepentimiento carcomerlo- Rápido, hazlo.

- Nagisa, si te duele...

- ¡Continúa! - Exigió desviando la mirada hacia un costado- solo, continúa Karma."

El ritmo que empezaba a establecer Akabane lo hacía temblar, era lento, tranquilo, sin preocupaciones; como si quisiera - o simplemente pensaba- no hacerle daño.

Tenía miedo en esos momentos, ya no podía disfrutar, ya no quería hacerlo ¿Cómo podía llegar tan bajo? ¿Cómo dejó que sus deseos lo consumieran sin permitirle pensar en lo que ponía en juego?

Se estaba arrepintiendo - no había duda de ello-, no podría ver después a su amiga a la cara y mucho menos podría pisar nuevamente ese lugar; eran tan tonto, tan idiota porque dejó que su pequeño capricho llegará demasiado lejos está vez.

"- Ratoncito, calma. - Le dijo con tranquilidad el mayor al detener las estoncadas que estaba llevando acabo- Estás temblando.

- Lo siento. - Susurro cuando sintió las intenciones del contrario de abandonar el acto- Creó que es el aire, sigue.

- Nagisa, si quieres parar...

- Quiero que me disfrutes Karma. - Le aclaro al mover sus caderas para él poner el nuevo ritmo- Hazme tuyo."

Sin ninguna respuesta verbal, sintió como una nueva embestida llegaba a él, tan profunda que llegó a su punto de éxtasis; logrando - inevitablemente- que un gemido, agudo y alto se escapara de sus labios.

El fuerte agarre de su cintura se intensificó mientras escuchaba atentamente como pequeños suspiros — de placer claramente— eran soltados por el pelirrojo conforme arremetía contra su cuerpo.

El ambiente empezaba a asfixiarlo debido a la carga de placer, exitación y deseo que se sentía en el; no había duda de que interiormente se sentía arrepentido de lo que estaba haciendo pero físicamente podría jurar que lo estaba disfrutando — más de lo que podría admitir—.

Escuchar sus gemidos junto a los gruñidos de Karma, al igual que el sonido de sus pieles chocando hicieron que su libido subiera; sentía como el torso del mayor trataba de acercarse lo más posible a él — si eso aún se podía— para apresar su necesitada erección entre sus cuerpos logrando que la deliciosa sensación de estar a punto de terminar se presentará.

"– Más, más. — Dijo cegado de placer al sentir como estaba a punto de explotar— Karma, por favor."

Un casto beso le fue plantado antes de que el vaivén aumentará, golpeando — sin parar— su punto dulce; aquel que lo estaba volviendo loco.

Sin saber el tiempo, la corriente eléctrica que lo recorrió logro que el ansiado orgasmo explotará entre su pecho y el de Akabane, sintiendo como su semilla era esparcida entre ambos cuerpos.

"– Na... Nagisa. — Lo llamó el mayor antes de explotar en su interior, llenandolo con el líquido que salía de su erección—"

Un jadeó escapó de sus labios al sentir como bombeaba el intruso en su cuerpo, logrando que la necesidad de quedarse ahí naciera.

"– Urame y Manami no llegarán hasta mañana. — Le dijo el pelirrojo recostandose en su pecho— No tienes que aceptar si no quieres pero, podríamos quedarnos en un hotel.

– ¿Quieres pasar la noche conmigo?

– Claro..."

El sonido de su celular logro que Karma soltará una maldición antes de salir de su interior, conocía perfectamente ese tono y lo sabía porque su mejor amiga — o tal vez su ex mejor amiga— lo había puesto especialmente para ella.

"– Urame. — Contestó dándole a entender al pelirrojo que guardara silencio— ¿Qué sucede?

– ¿¡Qué sucede!? ¡No me llamaste al llegar a tu casa! — Le gritó con preocupación la chica que se encontraba del otro lado del teléfono— Y mi papá no contesta su celular, ni el teléfono de la casa.

– Perdón, me quedé dormido en el sillón. — Mintió mientras intentaba sentarse— Estoy muy cansado.

– Está bien Nagi. — Escuchó un suspiro por la bocina de su celular— Solo era para eso.

– Bueno, quiero seguir durmiendo Urame ¡Cualquier cosa me marcas! ¡Te quiero!

– ¡Yo también te quiero Nagi! ¡Descansa!"

Al finalizar la llamada pudo observar con atención a la persona que tenía frente a él, ciertamente Akabane Karma era un dios a pesar de su edad; y algo tenía en claro.

Él era suyo, no importaba si Urame se enteraba después, tampoco si destruía a su familia y mucho menos si la sociedad lo veía mal.

Akabane Karma era su mejor capricho de años y ahora que lo tenía no iba a soltarlo.

Porque estaba seguro que entre las sábanas era la única manera en tener al burócrata que siempre denominó imposible.

Hola, hola personitas ❤️.

¿Cómo se encuentran el día de hoy?

Bueno en este OS les ruego e imploro su opinión, realmente estoy tratando de mejorar mis narraciones de smut así que les agradecería mucho su apoyó.

Gracias por seguir aquí ❤️.

Nos vemos en la siguiente actualización 😜.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro