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Carraspeo, sonriéndole aún más a Taehyung.
—Del norte, por la zona que queda entre Blackburn y Dispersia —imagino que tengo el mapa de Cradaia frente a nosotros y voy señalando el lugar con el índice—. Tardaría como seis horas en llegar. Seis horas en auto —río un poco, con tintes de cansancio—. Y no tengo un auto, así que estoy encerrado aquí por el resto de la eternidad... O hasta que me gradúe —me volteo hacia él. Tiene la vista fija en mi dedo—. ¿Y tú?
—¿Conoces la zona del oeste? —me mira, tomándome de la muñeca para mover mi mano, haciendo que mi dedo se mueva sobre el mapa invisible. Sus manos están calientes, sus uñas me rozan la piel, y siento una ola de electricidad recorrerme toda la parte interna del antebrazo— Tearslam.
—Lo vimos en clase de geografía alguna vez—vuelvo a recabar en mis recuerdos, y la verdad es que nada sale a la luz. Tengo memorias más vívidas de encuentros sexuales que de las clases, porque el maestro de geografía tiene una voz equivalente a un somnífero. Hago una mueca, aunque un atisbo de información aparece como un salvador en mi archivo mental— Aguarda, ¿no es la zona protegida? Solo hay humanos en ese lugar.
—Exactamente —sonríe, orgulloso de que recordara algo, y me suelta la muñeca—. Solo hay humanos en Tearslam.
—¿Eres de ahí? ¿Pero cómo... ?
—Solo hay humanos en esa zona, sí —repite, y la sonrisa se le desvanece—. Pero hay pequeñas y agridulces excepciones de vez en cuando. ¿Alguna vez escuchaste sobre la Cacería del 94? La vemos en primer año, en Historia de los Seres Oscuros.
—No recuerdo una mierda de las clases de ayer, mucho menos las de primer año.
Me juzga profundamente con la mirada.
—¿Alguna vez atiendes a las clases, Jungkook?
—A veces, cuando el tema es interesante —me golpeo la cabeza con los nudillos—, pero prefiero usar mi limitada capacidad de recordar para cosas más... Productivas.
Luce confundido, y eso solo logra hacerme gracia. Es el demonio más limpio que he conocido desde que entré al Chadburn (si ignoramos que tiene matar conejos —y comerlos— en su historial criminal).
—¿Qué clase de cosas pueden ser más productivas que una clase?
Lo miro de arriba a abajo, sin molestarme en disimular. Porque la posibilidad de que nos volvamos invisibles el uno para el otro cuando salgamos de aquí me aterra, pero sigue presente. Ese escenario en el que Taehyung continúe el resto de sus días encerrado aquí. Y, si no voy a volver a ver a este chico, lo mínimo que puedo hacer es darle una buena mirada, para al menos recordarlo en un futuro.
Para reírme con mi madre al recordar que ese demonio extraño que conocí en la Habitación del Diablo es lo más cercano que he tenido a un amigo de verdad, porque ya he hablado con él sobre cosas de las que nunca he hablado con mis supuestos mejores amigos (mi primera conversación con Yujin fue sobre a qué integrante de My Chemical Romance me cogería, por Santalan), aunque llevo años con ellos y solo unas horas con este idiota.
Porque no solo es lo más cercano a un amigo real que he tenido, sino que también es uno de los chicos más lindos que he conocido en toda mi miserable vida. Y tengo una lista larga que analizar.
Porque no quiero salir de este cuarto sin hacer que cierre los ojos y me conceda la oportunidad de besarlo, justo sobre los párpados. Primero en el ojo negro, y luego en el de la cruz.
Y, si Santalan se apiada de mí, tampoco me quejaría si pudiera besarlo en los labios.
—Hay cosas más memorables que una clase de historia, ¿no crees? —le digo, sin dejar de mirar sus labios. Fijándome más en el labio superior, noto que tiene forma de arco de Cupido.
Maravilloso, un demonio con labios de ángel.
—La Cacería del 94 fue cuando un grupo de seres oscuros atacaron Tearslam —empieza su relato, y mis ojos suben en cuestión de segundos hasta sus ojos. Ha ignorado mi sutil insinuación, o no la ha captado, otra vez. Me volveré loco, pero asiento para que continúe, porque me interesa saber su historia—. Un enorme grupo de demonios y vampiros demasiado poderosos. Arrasaron con la ciudad. Hacían arder todo lo que encontraban a su paso, quemando iglesias aún cuando habían personas dentro realizando misas. Saquearon orfanatos, les arrancaron la cabeza a los bebés y pintaron las calles con la sangre de los inocentes —con cada palabra, los ojos se le abren más—. Violaron a las mujeres vírgenes, e hicieron un millón de cosas más durante un infierno que duró una semana entera. La Semana del Demonio.
No digo nada, principalmente porque no sé qué responder. El estupor está acumulándose en mi garganta y no dejará que ni una sola palabra salga. Empiezo a recordar que han mencionado una tal Cacería en alguna clase, pero estoy seguro de que nunca darían una clase tan detallada sobre las atrocidades de los seres oscuros en una clase del Chadburn. Los maestros aquí suelen concentrarse más en remarcar las hazañas de las criaturas mágicas que relatar los horrores que han cometido los seres oscuros.
¿Ha habido un sucedo tan horrendo en la historia de Cradaia? Seguramente, la verdadera pregunta sería: ¿Nos han hablado en alguna clase sobre la verdadera historia de Cradaia?
Lo más cercano sería la Gran Guerra contra los Seres Oscuros, pero las clases del señor Brightblood son más como una lectura de cuentos de hadas en voz alta, una sesión de lectura grupal. Todas sus clases sobre la Gran Guerra se resumen en: ¿Demonios? Los antagonistas absolutos. ¿Vampiros? Los lacayos de los demonios. ¿Ángeles? La luz que nos salvó de la oscuridad. ¿Hechiceros? La mano derecha de los ángeles.
¿Seres oscuros? La escoria más baja del mundo mágico.
¿Criaturas mágicas? Los héroes de la historia.
Pero, mierda, ¿cómo se supone que limpiemos el nombre de los seres oscuros si lo que hacían nuestros antepasados era violar vírgenes?
Pensar en esto hace un pequeño y doloroso click sonar en mi cabeza, y mi expresión se vuelve una horrorizada cuando mis ojos se encuentran con los dolidos de Taehyung.
¿Podría ser... ?
—¿Tu madre? —alcanzo a decir, y agradezco que nos hayamos acercado más, porque pronuncio cada palabra con un hilillo de voz. Él asiente.
—Mi madre fue una de las víctimas —vuelve a señalarse el ojo de la cruz—, así que los tarados tienen razón, parcialmente. No soy un demonio de verdad.
Me acerco, solo un poco más, hasta que la mano que tengo apoyada en el suelo se encuentra con el borde de su suéter y los hilos que se descosen. Y de repente tengo ganas de abrazarlo, pero Taehyung no parece necesitar un abrazo. Quiero consolarlo, pero él en serio luce como si acabara de leerme algo tan mundano como el horóscopo del periódico cuando en realidad acaba de confesarme que su nacimiento fue producto de uno de los puntos más bajos de la historia de Cradaia. Me sorbo la nariz y trago saliva.
—¿Y a quién mierda le importa que no lo seas? Si tu padre fue un monstruo, la parte oscura que cargas de todas formas es una mierda. La parte humana de tu madre es mucho mejor, es muchísimo mejor, mierda. Deberías estar orgulloso —me cubro el rostro con ambas manos, porque ya no sé lo que estoy diciendo, y tengo la esperanza de que me detendré si lo hago. Pero continúo. Y, quizás es el hecho de que me he enterado de que este chico-demonio también es un chico-humano, porque maldigo de la forma más humana que hay —Por Dios —Taehyung se ríe. ¿En serio acabo de mencionar a Dios? Son los programas de televisión de humanos que veía mi madre cuando yo era pequeño, porque en Chadburn ni siquiera hay muchos humanos que puedan influenciarme con su jerga—, los seres oscuros de verdad son una mierda.
—Has dicho mierda como cuatro veces.
—Estoy enojado.
Vuelve a reírse, de una forma tan suave que fluye en el aire hasta danzar en mis oídos y hacerme sentir un cosquilleo. No dejo de cubrirme el rostro con las manos, aún con la necesidad desesperada de verlo reír. Como se contraen los músculos de su cara, como su sonrisa se expande y sus ojos se vuelven dos arcos y sus mejillas toman un tono carmín. Aplasto los dedos contra mis párpados, ¿Taehyung tendrá hoyuelos?
Quiero salir de este lugar.
Y quiero llevarme a Taehyung conmigo.
:(
¡Nos leemos luego! ♡
[ Noduru, 2023 ]
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