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—Lo he hecho varias veces —añado—. Cruzar los límites... ¿Conoces a Park Jimin?

—¿El ángel imbécil de cuarto año? —asiento con la cabeza, y el finge soltar algunas arcadas. Río nasalmente— Maldición, ¿no es el tarado que entró porque la directora es su tía? ¿El que se cree el salvador del colegio? Una criatura mágica y un bebé del nepotismo. Ew.

—Bueno, puede decirse que... Me he metido con él, unas cuantas veces —entrecierra los ojos, juzgándome sin filtros, y yo levanto ambas manos—. Es lindo, no puedes juzgarme.

—Es un tarado.

—Un tarado con las mejores caderas de todo el Chadburn.

Ríe con una sorpresiva ofensa saliendo desde el fondo de su garganta. Se cruza de brazos y gira la cabeza. El cabello le cae sobre el rostro, cubriendo ambos ojos, y casi logro ver como las mejillas se enrojecen bajo la luz amarillenta de la lámpara.

—Yo también tengo una cintura minúscula, y eso no me da el derecho de ser un imbécil.

Carraspeo, cogiendo mi camiseta del montón de ropa que dejé sobre la cama, solo para concentrarme en algo más. Juego con la tela conteniendo el déjame comprobarlo, que ya cuelga de mis labios.

—En fin, puede que ese tarado le haya dicho a su tía que está harto de mí —digo, porque realmente es una opción viable, ahora que lo pienso. Aunque no puedo imaginar a Jimin delatándome. Sentía a kilómetros que miraba de más en las duchas, cuando los oscuros y los mágicos aún compartían ciertas clases. Aún si sus miradillas fueron hace años (ahora apenas nos vemos por nuestros horarios)... ¿Él en serio me iba a delatar?—. O quizás solo fue obra de Pusset. No importa. Ya estoy aquí, ¿no? No importa mucho el cómo llegué.

Hace un ruidito gutural sin abrir la boca y alza los hombros, como dándome la razón pero restándole importancia al mismo tiempo. Golpeo el suelo con la punta de mi pie una y otra vez, seguramente ensuciando mis calcetines. Miro alrededor de la habitación un poco, veo cada esquina manchada con humedad, el patrón de rombos del cuerpo de la lámpara. Carraspeo, me pongo los zapatos y me levanto, llamando la atención de Taehyung. Me limpio las manos en el pantalón y señalo una de las puertas.

—Usaré el baño —digo, como si tuviera que darle una explicación.

Él asiente y continúo con mi camino, sintiendo sus ojos quemándome la nuca hasta que cierro la puerta, con un chirrido metálico y agonizante.

◇ ◆ ◇

El cambio de escenario es refrescante, aunque esta nueva habitación es aún más minúscula que la anterior. Solo hay un lavabo y un retrete, ambos con más de cien años de antigüedad y con manchas horriblemente dudosas sobre la losa. Me acerco al lavabo y miro el reflejo en el espejo diminuto y circular que cuelga de la pared. Aplasto el interruptor, esperando una iluminación decente, pero sobre mí cuelga un pequeño bombillo que apenas emite luz alguna. Quiero reírme, pero la mueca del reflejo es deprimente. Esto realmente es una prisión.

¿Cómo es que Taehyung ya ha estado aquí antes? Yo definitivamente no volveré.

Abro una de las llaves. No cede al inicio, sol emite un sonido horroroso, como una persona ahogándose. Pasan unos dos segundos cuando el agua por fin empieza a salir, pero la cierro al instante al notar que es demasiado espesa y tiene un vomitivo tono marrón. Suspiro, apoyándome sobre el borde del lavabo.

Me acomodo el cabello, y me doy otra mirada en el espejo. Me acerco demasiado a la puerta e intento ver a Taehyung a través de la pequeña abertura. Muerde la punta del lápiz con impaciencia y mira consecutivamente a la cama y a su cuaderno.

Me siento sobre el retrete, preguntándome si alguien ya habrá notado mi ausencia en el Chadburn. No tengo ni la menor idea de qué hora es (debe ser una de las torturas psicológicas que buscan inducirte con el hecho de que no hay ventanas, ¿cómo Taehyung no ha enloquecido aún?), pero si ha llegado la hora de la cena, está claro que mis amigos ya debieron darse cuenta de que no estoy (o eso espero). ¿Taehyung tendrá amigos?

Discutí con Jungwon hace algunos días, así que mi repentina ausencia probablemente sea como un respiro de aire fresco para él. Solo he conseguido entablar amistades duraderas con vampiros desde que llegué al Chadburn, en segundo año, y no es tanto porque esté en contra de las otras criaturas que estudian aquí. Es solo que ellos parecen estar en contra de nosotros. Los vampiros son un poco la escoria de la jerarquía social. Los ángeles están en la punta (Oh, Jimin, tan inalcanzable. Pura mierda). Los hechiceros les siguen, y se creen superiores a todos por ser capaces de manipular directamente la magia.

Aún recuerdo mi primer día en el Chadburn. La chica que me guió por todo el colegio era una hechicera. Me dio la bienvenida de la manera más cálida, con una sonrisilla llena de hoyuelos, e hizo aparecer un ramo de flores con su varita como regalo de nuevo ingreso para mí. Por un momento, mi mente idiota de vampiro puberto creyó que estaba coqueteando conmigo, pero su comportamiento era tan abrumadoramente amistoso que descarté esa idea al instante.

Creo que su nombre era Jang Kyujin. Solía salir con nosotros (con los vampiros excluidos de la clase: Jungwon, Yujin y yo) en segundo y tercer año. Pero entonces la política del Chadburn se volvió mucho más estricta con el tema de los límites, y nunca volví a verla.

Se fue del Chadburn en cierto punto. Ni siquiera sé cuándo.

Ya del otro lado de la pirámide, los eslabones más bajos, están los seres oscuros. El Chadburn solo acepta vampiros y demonios, aunque tengo bastante claro de que allá afuera hay muchas otras criaturas oscuras, y muchos otros seres mágicos también. El Chadburn solo es una pequeña parte de Cradaia, y estoy seguro de que es su parte más elitista y asquerosa.

Incluso aquí, en la parte más baja, hay rangos. Los demonios están, por mucho, más arriba que los vampiros. Más poder oscuro, más resistencia, incluso su constitución física ya es mucho más intimidante que la de un vampiro. Los demonios son hijos directos de la oscuridad, los primogénitos del Gran Demonio, esculpidos a su imagen y semejanza. Los vampiros fueron hechos con las sobras de esa creación, con el único propósito de servir y obedecer.

El único atributo de los vampiros es ser atractivos, es una completa mierda.

Si los imbéciles (mis amigos) se saltaron la hora de la cena, porque son muy capaces, lo más probable es que Yujin se haya dado cuenta de que estoy llegando a nuestra habitación más tarde de lo normal. Al Chadburn no le importa mucho dividirnos por géneros (la mayoría de los estudiantes le dan a todo lo que se mueva, para ser sincero), así que se concentran mucho más en el tema de dividir por especie.

Aún así, me sorprendí demasiado cuando me asignaron una compañera de cuarto en mi primer año aquí. Porque yo en ese entonces era (o creía ser) demasiado heterosexual. Una hechicera encantadora y una vampira con la sonrisa más hermosa que hubiera visto, el Chadburn me fue vendido como el verdadero paraíso.

Solo bastó con ver a Jimin para plantearme las cosas seriamente, para cuestionarlo todo.

Solo bastó soñar con él una vez para convencerme de que limitarme a las chicas del Chadburn era el mayor desperdicio.

Y desde ese momento fui un caso perdido.

No entiendo como Yujin y Jungwon siguen aguantándome. Son novios desde las navidades pasadas, así que básicamente he sido una tercera rueda que no los deja avanzar. En cualquiera de sus fugaces momentos románticos, yo estoy metido ahí. Incluso han habido noches en las que intercambio habitación con Jungwon para que... se ocupen de sus asuntos.

El compañero de habitación de Jungwon nunca está, de todos modos. ¿Por qué no lo hacen en su cuarto?

Supongo que tendrá su lado bueno que yo haya acabado en la habitación del Diablo. Ahora podrán tener sexo toda la noche sin siquiera tener que pedirme permiso para usar la habitación.

Por el Gran Demonio, ¿qué otra opción tengo? No tengo más amigos en el Chadburn, y aún faltan ocho meses para graduarnos.

Me levanto del retrete, y vuelvo a ver a Taehyung por la abertura. Está acostado sobre la pared, con las piernas extendidas sobre el suelo. Mueve con impaciencia los dedos de los pies, y levanta ambos brazos en el aire, desperezándose. Suelta un bostezo poco contenido, mostrando por completo esa dentadura parcialmente colmilluda, y no puedo evitar reír por lo bajo.

Quizás sí tenga otra opción. Porque este chico parece ser el demonio más amigable del Chadburn (de verdad, los estándares son bastante bajos). Quizás, si logro convencerlo de que deje de matar conejos para que salga de este lugar de una vez por todas.

Quizás, si no le pongo las manos encima antes.

Tomo una gran bocanada de aire y abro la puerta.

¡Nos leemos luego! ♡

[ Noduru, 2023 ]