✠ 27 ✠
[ 5:2 ]
Lo imaginé varias veces. Pasar tanto tiempo con Taehyung lo hizo inevitable. Tenerlo como parte fundamental de mi vida me hacía pensar qué había sido de Kim Taehyung antes de conocerme. Nuestra primera conversación en la Habitación del Diablo daba vueltas en mi cabeza, sus palabras aparecían en el momento menos esperado. La razón por la que él estaba en ese lugar, la razón macabra que, de alguna forma u otra, fue la responsable de presentarnos en esa casucha asquerosa.
—Yo hice que desaparecieran los animales, Jungkook. Fui yo, por eso estoy aquí.
A medida que me acerco a la puerta del establo, más sonidos se hacen presentes. Pusset no grita, sino que recupera la compostura y ahora solo está dando un sermón. Yuqi y la chica que estaba con ella, un ángel llevando una caja enorme en los brazos, aparecen también.
—¿Pusset está aquí? —dice Yuqi en un susurro. Mira al ángel con expresión preocupada—. No será bueno si nos encuentra. Tenemos que huir.
—Ella es la encargada de cerrar el establo, pero supongo que algo pasó mientras revisaba —dice Minnie. Yuqi le quita la caja y la deja en el suelo, limpiándole el sudor de la frente y soltando un suspiro—. Cuando llegué, había un sonido extraño adentro. Animales gritando, pero eran más como chillidos. Algo debió suceder con los conejos. Creí que Pusset ya se había ido, porque nadie sería tan tonto como para hacer algo sabiendo que ella aún no lo revisaba. Es una sentencia de muerte asegurada.
Sus palabras se hunden en mi pecho como estacas, teniendo más y más sentido con cada segundo. Mierda. No puede ser, él no es tan imbécil (sí lo es, pero ha hecho esto tantas veces que es imposible que no se sepa los horarios de Pusset). La única respuesta lógica, si realmente es el idiota de Taehyung (porque aún tengo esperanzas de que sea un vampiro haciendo su última hazaña de fin de año), es que lo hizo a propósito. Porque quería volver a la Habitación del Diablo.
Todo el mundo sabe cómo funciona la graduación en el Chadburn, porque hemos visto generaciones irse de aquí por años: El último día de clases siempre es un viernes, para que el sábado por la mañana los estudiantes puedan empacar sus cosas y que así estén listos para ser recogidos por sus padres a la hora del almuerzo. Los de último año, por otro lado, tienen que quedarse el fin de semana para los preparativos de la graduación. Nos obligarán a ensayar la ceremonia toda la mañana y la tarde, y nos liberarán más o menos a las ocho.
Sigue habiendo un toque de queda, pero los portones son abiertos para que los estudiantes puedan hacer lo que quieran ese fin de semana, así que todo el mundo sale a hacer lo que nunca pudieron por las puertas cerradas (o lo que ya hacían antes, pero esta vez saliendo por los portones y no escabulléndose como criminales).
Así que esos días, los únicos estudiantes que quedarán en el colegio somos nosotros. Si Taehyung entra a la habitación del Diablo ahora, quiere decir que lo dejarán salir mañana a las seis y treinta, aproximadamente. Eso sin tener en cuenta que puede que hagan una excepción y lo saquen antes. Y yo a esa hora estaré ensayando para la ceremonia de graduación.
Pusset lo obligará a empacar sus cosas, y lo sacarán a patadas del Chadburn. Y yo no sabría nada de Taehyung ni de su paradero.
No sabría nada de él, incluso si hoy pasara la noche entera buscándolo. Porque él estaría tranquilamente encerrado en esa casucha horrorosa. Porque no pensaba decírmelo.
Rodeo el establo con pasos temblorosos. No quiero verlo, aunque sé bien lo que encontraré. No quiero mirarlo, no sabiendo lo que estaba a punto de hacer. No siendo consciente de que está haciendo todo esto para no volver a verme. Con cada paso, el olor a sangre me quema las fosas nasales. Tengo que taparme la nariz para no enloquecer.
Las puertas están abiertas de par en par. Me asomo con cuidado. Doy un paso, silencioso, dentro. Pusset me está dando la espalda, tan concentrada en lo que dice que no nota mi repentina presencia. Taehyung está arrodillado frente a ella, con la ropa y el rostro cubiertos de rojo. Mira al suelo, con gotas de sangre goteando desde su mandíbula. Observo los alrededores sin aliento. Estoy por soltar una carcajada, parece que alguien salpicó un balde entero de pintura roja en este maldito lugar.
Todos los animales están muertos. Todos, no hay rastro de vida en este establo aparte de nosotros. Apesta a sangre y a muerte, y a oscuridad. Hay cadáveres de caballos formando hileras, echados a un lado y con heridas enormes en el torso. En los negros, no se distingue tanto, pero en los blancos la sangre es inconfundible, las vísceras esparcidas sobre el suelo son grotescas. Sé que algunos de estos pertenecían al club de equitación, así que este problema va mucho más allá de lo que cualquiera esperaría, por eso Pusset está tan alterada. Por todo el suelo están esparcidos pequeños conejos inmóviles, rodeados de un charco de sangre que humedece su pelaje.
—Vámonos, señor Kim. Espero que esté feliz, este es el último acto vandálico de su parte hacia el prestigio del Chadburn —hace un ademán para que Taehyung se levante, pero él no se mueve. Pusset suspira—. Lo mantendré en la Habitación del Diablo hasta que se me ocurra qué hacer con usted. Lo mejor será llamar al Aquelarre y dejar que ellos se encarguen —Taehyung se encoge con sus palabras, pero no refuta. Está aceptando su destino. Un par de conejos bastaban para armar un escándalo, ¿por qué tenía que acabar con todo?—. Su edad será un problema, pero ellos tomarán la mejor decisión.
La mejor decisión...
Lo llevarán a la Correccional de Tearscolm.
Siento un jalón en mi brazo. Es Yuqi.
—¡Jungkook! ¡Tenemos que salir de... ! —exclama en un susurro, pero se queda en silencio al ver el paisaje sangriento frente a nosotros.
Cualquier pensaría que un demonio (o un vampiro) enloquecería con este festín, que el instinto se apoderaría de nosotros y nos lanzaríamos a engullir los cadáveres, a dejarlos secos. No nosotros. Yuqi y yo estamos aterrados. Pusset agarra el brazo de Taehyung y lo obliga a levantarse. Ambos notan nuestra presencia enseguida. La mirada de Taehyung se encuentra con la mía, y lo puedo ver entrar en pánico. La pupila dilatada, las manos temblorosas dentro del suéter, los labios que se contraen sin saber qué decir. El arrepentimiento, la culpa, apenas perceptible. Parece querer susurrar que lo siente, pero sus labios no articulan nada coherente.
—¡Jeon, Song! ¡Salgan de aquí! —Pusset suelta a Taehyung para correr hacia nosotros y empujarnos fuera del establo— He tenido suficiente por hoy, no quiero más incidentes. Sería un gran problema si un vampiro y un demonio se involucran.
—¿Cree que somos animales? No nos lanzaremos sobre los cadáveres —dice Yuqi con sorna. Pusset gruñe y se acerca a ella. El moño de cabello blanco empieza a deshacerse en su nuca.
—Espero que no me provoque, señorita Song. Una palabra más será suficiente para entorpecer su ceremonia de graduación.
—¿Me está amenazando? —se burla Yuqi. Mira por sobre el hombro de Pusset, y su entrecejo se relaja al ver a Taehyung. Gruñe una última vez y me agarra del brazo— Nos iremos ahora, inspectora Pusset. No tiene por qué preocuparse.
Dejo que me jale fuera del lugar, aunque mis ojos siguen clavados en los de Taehyung. Pusset también lo arrastra, murmurando lo problemático que será limpiar todo el desastre de cadáveres. Continuamos haciendo contacto visual hasta que Yuqi acelera el paso y tengo que ver al frente si no quiero tropezar. Minnie, que se mantuvo a una distancia considerable de todo el incidente, se une a nosotros.
Lo último que veo de Taehyung es una lágrima rebelde que cae desde su ojo negro. Es un río oscuro, igual a la de Yuqi horas atrás, la lágrima de un demonio. Y otra, que cae un segundo después, por el ojo de la cruz. Esta es cristalina, más humana que nada, y ambas se unen en su mandíbula.
No volveré a verlo.
Tengo que morderme el labio para reprimir las ganas de soltar a Yuqi, de correr hacia él y tomar su mano. Llevarlo lejos de aquí, donde nadie pueda encontrarnos.
Donde seamos solo nosotros.
Eso va a pasar. Es muy tarde.
Cuando vuelvo a girarme, Taehyung y Pusset se han ido.
¡Nos leemos luego! ;)
[ Noduru, 2023 ]
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