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Todos estaban reunidos en el gran comedor, ambos padres estaban en cada punta de la enorme mesa, al lado izquierdo estaba Namjoon y al derecho Tae y Jin.
Habían preparado un gran desayuno, todos disfrutaban amenamente de este, cuando Yeonsung fue quien rompió el silencio, el cual no era incómodo.
-Tae cariño, es mejor que hoy no salgas – decía dejando el vaso con jugo de naranja a un lado mientras Tae había volteado a verlo – tu cuerpo debe acostumbrarse a la nueva energía que fluye en ti, también los poderes que se te fueron otorgados se irán manifestando de apoco y como no sabemos cuáles serán, es mejor que te quedes acá – explicaba con una calma y dulzura que a todos dejó pasmado pues él había sido muy rudo siempre.
-Puedo ir al jardín- pidió tímidamente.
-Sí puedes, pero mejor si estás en el invernadero, es espacioso, prefiero que estés protegido aún hay peligro que debe estar acechando en los alrededores – decía retomando los cubiertos para continuar con su ensalada de frutas – Por lo tanto Seokjin, te pido por favor que no lo dejes solo, hoy más que nunca debes permanecer a su lado ya que eres quien despertó sus poderes, espero no sea un problema para ti – lo miraba fijamente.
-No hay ningún problema Señor Kim – respondía amablemente.
Tae por otro lado estaba que moría de los nervios, ¿tenía que estar todo el día con Jin cerca suyo? ¿Cómo lo soportaría? ¡Si ni siquiera podía mirarlo a la cara!
No tenía el valor suficiente para hacerlo después de lo que vivió anoche, fue su primera vez si, pero había resultado mucho mejor de lo que había imaginado y leído.
Esas caricias en su piel, esos ojos que parecían devorarlo con la mirada, esos labios, mierda que eran deliciosos, sentía que quería probarlos ahora mismo, ¿cómo podían ser tan suaves y deliciosos? Debería ser un delito tener esos labios tan tentadores.
Esos hombros tan anchos que deseaba no dejar de morderlos jamás, hacían un juego excelente con esa estrecha cintura que se sintió tan suave a su tacto. Pero lo que más lo dejó traumado y embobado, fue esa polla que se cargaba el desgraciado, creyó que moriría cuando lo estrenó, pero extrañamente no había dolido tanto como lo imaginó, o quizás era porque él ya estaba mareado de tanto placer que le dio, nunca creyó que existiera alguien tan jodidamente caliente en el universo.
Eso lo asustaba más, ahora no se sentía capaz de vivir sin él. Pero ¿por qué? ¿Sólo era atracción física? Debía ser sólo eso … porque sino...Estaba jodido muy jodido.
Terminaron el desayuno, los padres de Tae se fueron a su trabajo, Namjoon tenía que ir a supervisar el café de la familia, así que en casa quedaron Tae y Jin solos.
Jin podía sentir los nervios del menor, estaba evitándolo a toda costa. Él también se sentía nervioso, pero quería conocer más al muchacho, claro que sólo para realizar su plan a la perfección y no ser descubierto.
-Hoy es un día muy bonito, no quieres ir al jardín? – preguntaba Jin rompiendo el hielo llamando la atención de quien parecía huir como si tuviera repelente.
-Papá dijo que no debo salir – respondía con la mirada gacha y la voz nerviosa.
-Pero dijo que podemos ir a su invernadero, tengo curiosidad, no me lo quieres mostrar? – insistía, tenía que ganarse su confianza, cueste lo que cueste.
-A… sí… sí… claro – sin verlo a la cara fue directo a la puerta que daba al jardín siendo seguido por Jin.
El camino hacia el invernadero Tae lo sintió sin fin, su corazón aún no paraba de latir de los nervios por estar con Jin pegado a él como una sombra todo el día. Regañándose mentalmente, pues debía parar esos estúpidos nervios, además seguro pronto se iría y con los días lo olvidaría.
Sería sólo un lindo recuerdo de su primera vez y ya.
Tae abrió la puerta del invernadero, una gran edificación de metal y cristal.
-Adelante- decía Tae invitándolo a pasar.
Jin no podían creer lo inmenso que era ese lugar, ni su casa en Japón se comparaba con el tamaño de esta casa.
Dentro pudo ver un sinfín de diversas plantas, a lo lejos vio que había sillas y una mesa, unas escaleras en caracol en la parte derecha.
Definitivamente quería ver todo el lugar y usaría eso para romper esa barrera que Tae estaba creando entre ellos.
-No vas a mostrarme el lugar? – Preguntaba juguetonamente.
-Oh si claro – “maldita sea” pensaba mientras ingresaba después de cerrar la puerta.
-Este lugar es enorme – Jin miraba el techo que igual estaba forrado con enredaderas y hermosas flores.
-Sí, me gusta la naturaleza y desde pequeño no podía estar mucho fuera, así que mis padres crearon este lugar – respondía sintiéndose más calmado por estar rodeado de sus bebés florecitas a las que amaba con el corazón.
-El decorado es sorprendente, lo hiciste tú? – Jin no dejaba de preguntar al recorrer el lugar, no quería que Tae vuelva a cerrarse a él.
-Sí – respondía tímidamente
-Me gusta pasar la mayoría del tiempo acá, en especial cuando estoy nervioso o triste –
-Es tu lugar de relajación? – Jin sentía que Tae estaba rompiendo esa barrera, eso le gustaba.
-Sí, las plantas hacen que me sienta más relajado – confesaba
-Se nota, ya no estás evadiéndome – decía coqueto guiñándole un ojo
-Disculpa por eso, no soy muy sociable que digamos, yo solo no soy bueno hablando con la gente – mentía, aunque no del todo, pues era verdad que no hablaba con la gente, aunque con ellos no era por nerviosismo. Simplemente no le interesaban y ya.
-Oh no lo sabía, pareces alguien muy amiguero –
-No, la verdad es que sólo tengo a Jimin, él es todo para mí.
-Jimin?- “bravo Jin hazte al idiota”
-Oh no te lo he presentado no? Es mi mejor amigo, aunque tengamos peleas siempre está para mí – Tae respondía con una gran sonrisa cuadrada recordando a su amigo, porque pese a que hayan tenido ese feo problema, sabía que podía contar con él, ya lo había perdonado, aunque aún tenían una conversación pendiente. Tenía que dejarle en claro sus sentimientos.
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Holas acá les dejo un nuevo capítulo 😏😏
Las amito 😘💜 gracias por apoyar este Fic.
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