Taehyung había sido informado por su familia que en dos días se llevaría a cabo la ceremonia de su mayoría de edad negándole la posibilidad de seguir postergando el evento.

Taehyung era hijo único de la familia Kim perteneciente a la rama Principal, por lo que cargaba con más responsabilidades que cualquiera en esa familia, porque a parte de ser parte de la familia principal, era el último varón en el linaje. Desde pequeño lo habían cuidado excesivamente, no pudiendo ir al colegio como los demás niños de su edad, siendo educado con tutores personales.

Al terminar la preparatoria, la cual también lo hizo por internet; Taehyung ya no sentía absolutamente nada de interés por las personas, al estar prácticamente toda su vida en un aislamiento siendo su único contacto con el mundo socialmente hablando su amigo de infancia Park Jimin, el cuál se hizo su amigo por un accidente el cual agradece en el alma haya sucedido.

Cuando llegó el año de su mayoría de edad y le terminaron de decir los secretos de la Familia Kim, él no supo cómo reaccionar ante toda esa carga y lo único que había pedido era tiempo, pues había usado de excusa que su familia lo tenía prácticamente en cautiverio, por lo que no pudo socializar ni mucho menos conseguir alguna persona de su agrado a la cual entregar su virginidad.

Pero ya habían pasado casi 5 años, su familia ya no podía seguir esperando porque tenían miedo que nunca despertaran sus poderes, por eso ellos mismos se habían encargado de buscar a esa persona indicada según ellos. Cosa que enfadó más a Taehyung, odiando más que nunca su procedencia, su apellido.

Sintiéndose perdido, no había puesto atención a su celular, donde Jimin estaba volviéndose loco por su falta de respuesta luego de ver un mensaje de "despedida" en el Twitter de Taehyung.

En ese momento ingresó una llamada.

Jimin llegó al parque lo más rápido que pudo, no se encontraba tan lejos de su academia después de todo, el tiempo pasaba y no había rastro de Tae.

Mientras tanto Tae intentaba por todos los medios salir de casa, había alistado una pequeña mochila con un cambio de ropa, sus tarjetas y todo lo primordial, estaba triste por no poder llevarse su material de pintura.

Pero tenía suficiente dinero ahorrado, lo cual según él sería suficiente para empezar de nuevo en cualquier parte del mundo. Lo que sí no dejaría era su amada cámara fotográfica con la que había convivido tanto tiempo y disfrutado de maravillosas experiencias, si hubiera la posibilidad de escoger a su cámara como su eterno amor y lo dejaran casarse con su cámara pues lo haría.

Porque él sentía un apego muy fuerte a esa máquina que para cualquiera era una cosa más. Pero para Tae era su forma de poder disfrutar del mundo, ya que sin esta sentía la crueldad de la vida carcomerlo.

Al cruzar la puerta se encontró con su hermano, en ese mismo momento se sintió morir pues sentía que su mirada podía incluso ver su alma.

-Tae? A dónde vas a estas horas? – preguntaba con una mirada acusadora

-Tengo trabajo que hacer – respondió encogiéndose de hombros intentando sonar natural

-Pero es muy tarde- lo analizaba con la mirada como si supiera que su hermanito estaba planeando algo -Nuestros padres se enojarán si te ven a estas horas en las calles, sabes que vales mu… - fue interrumpido por un ahora furioso Tae

-Si lo sé no necesitas recordármelo cada cinco minutos ok?- respondía de manera cortante con un tono muy enojado – Es mi trabajo y no lo voy a descuidar por ellos – dijo esto último saliendo rápidamente de la casa, dejando a un consternado Namjoon

Finalmente Tae llega al encuentro con Jimin quien estaba bajo el árbol favorito de ambos prácticamente comiéndose las uñas por la ansiedad.

-Mochi~~~- gritaba Tae apenas lo vio mientras corría con lágrimas en los ojos haciendo saltar de un brinco a Jimin

-Boni…- no pudo terminar de hablar pues Tae había brincado sobre él poniéndose a llorar en su hombro sin soltar el abrazo que tanto necesitaba.

Las lágrimas de Tae, calaban en lo profundo del alma de Jimin, sentía que cada gota derramada en su hombro era lava ardiente que dejaba hoyos en su corazón. Con todas las fuerzas que pudo retuvo sus lágrimas pues no podría consolarlo si el también se ponía a llorar. Por lo que simplemente se puso a acariciar la espalda del menor para transmitirle un poco de tranquilidad.

Lentamente bajaron aún abrazados sentados a los pies de ese gran árbol de cerezo que había sido su fiel confidente todos esos años.

Pasaron así varios minutos así hasta que por fin Tae se había calmado, tratando de dejar de llorar se separó de Jimin y éste le acercó pañuelos desechables para que sorbiera su nariz.

Ante los ojos de Jimin no podía creer que Tae se veía incluso más lindo en ese estado. Su corazón empezó a enloquecer sentía que sus latidos eran escuchados por todo el parque.

-Lo siento – decía Tae sacando de su ensoñación al mayor

-No tienes por qué disculparte – respondía acariciando los cabellos de Tae – Estoy acá para lo que necesites lo sabes verdad? – recibía un asentimiento como respuesta – Esta noche te quedarás conmigo está bien? Y mañana por la mañana nos iremos lejos

- Hyung? – respondía con la voz rasposa- A dónde iremos? Vendrás conmigo? No puedo hacerte eso, tú tienes tu vida no quiero arruinar… - fue interrumpido por un dedo de Jimin el cual ahora estaba sobre los labios de Tae

- No digas más, tú eres importante para mí y no estaría perdiendo ni arruinando mi vida – respondía mirando fijamente a los ojos llorosos de Tae

- Eres un gran amigo Mochi! – decía Tae volviendo a abrazarlo poniéndose a llorar otra vez

-“Amigo”- pensaba Jimin-“esta noche dejaré de serlo, seré más que un amigo”- pensaba mientras separaba al menor para limpiar sus lágrimas

-Pero … a dónde iremos? – preguntaba Tae con la voz entrecortada

-Por el momento iremos a la cabaña de mi familia que se encuentra a las afueras de la ciudad, ahí podremos planear nuestra nueva vida – respondía con esa característica sonrisa que a Tae le brindaba paz
Luego de haber estado sentados por horas hablando cosas banales para distraer al menor, decidieron encaminarse a la casa del mayor.

Recorriendo las calles, charlando a momentos; quedando en silencio en otros, pero nunca de manera incómoda. A Tae siempre le gustaba admirar su alrededor, Jimin amaba esa parte de Tae, el cómo se quedaba admirando hasta la más simple cosa que encontraba en el camino; aunque ya lo hayan recorrido tantas veces.

En ese momento Tae recibe una llamada de su padre, quién sonaba un poco irritado, pero sobretodo preocupado pues ya era muy tarde.

-Papá cálmate, tengo mucho trabajo me quedaré en mi estudio porque debo entregar todo mañana a primera hora así que no me esperes- decía cortante terminando la llamada.

-Crees que se tragó el cuento? – preguntaba Jimin un poco preocupado

-Seguro que sí, muchas veces me quedé en el estudio debido a mi trabajo, así que no podrá dudar – respondía bastante confiado – Además mañana ya estaré lejos de acá y no podrá hacer nada – decía caminando de espaldas para no perder de vista a su amigo, dándose la vuelta, chocando bruscamente con un joven que al parecer estaba saliendo de un local bastante extraño

-Lo siento – ambos decían, desapareciendo rápidamente el chico que desconozco que había chocado con Tae, nadie pudo ver su rostro pues llevaba una gran capucha tapando su rostro.

Ambos no le dieron importancia y siguieron su camino.

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Acá les dejo el primer capítulo espero les guste 🥰

Ya saben que sus comentarios y votos me dan más fuerza e inspiración para seguir 🥰💜