04.
— Bueno, pasemos a la mesa, se enfría la cena.
— Madre, yo no acepto esto, ¿quién te da el derecho de comprometerme sin mi consentimiento?— estaba tan enojada que no me importaba esas personas que estaban presente— Yo le dije que no estoy interesada en nada que tenga que ver con chicos, que le cuesta entenderme ¿a caso cree que yo soy un títere o un juguete con el que puede hacer lo que quiera? ¿No le importa mi opinión o qué?
— Kim DaeNim, está hablando con su madre no con una de sus amigas, así que contrólate— respeto mucho a mi padre, pero esta vez ni a él quería ver.
— ¿Y usted padre?¿ Por qué permitió esto? ¿No soy su hija? ¡Me está vendiendo! Son unos padres de...
— ¡Qué te calles!— me abofetearon y en ese mismo instantes las lágrimas acumuladas en mis ojos comenzaron a salir.
— ¡Los odios!
Fui corriendo hacia mí habitación, tropecé con el último escalón pero no me llegué a caer. Al estar dentro puse el seguro a la puerta y me aventé en mi cama.
No me lo podía creer aún, mi madre hizo lo que me dijo aquel día en el auto. No le importó lo que le dije, prefirió hacerle caso a sus amigas. Nunca se lo voy a perdonar, si sigue con esto, voy a odiarla el resto de mi vida.
Sentí varios toques en la puerta, alcé mi torso para gritarle al que estuviera afuera que se vaya.
— DaeNim, soy yo, HaMin— pero al escuchar la duele voz de ella, solo corrí abrir, necesitaba alguien que me consolarla o al menos que me escuchara.— ¿Estás bien?
— No, cómo voy a estar bien si me han vendido.
— No te han vendido cariño, solo te están llevando a tener un buen futuro con alguien de confianza y que de seguro te cuidará tanto como ellos lo hacen, no se quieren arriesgar a que tú te busques un chico con el cual sufras, eso es lo que quieren evitar ellos, porque te aman.— agarré el oso de peluche y lo abracé, para después colocar mi cabeza encima de la de él.
— Eso no es así Unnie, ellos solo quieren hacer negocios ¿no te lo dijo mi madre? Ella te dijo que la cena de hoy cambiaría la vida de todos eso quiere decir que hay algún negocio en medio.
— Ella nunca dijo eso, yo lo inventé.
— Quieres decir que...¿Tu sabías todo desde el principio?— no me lo esperaba de ella, esto ya es increíble.
— Lo siento.
— No lo puedo creer— iba a tocarme pero yo la esquivé— Vete HaMin.
— No te lo podía decir, sabes que si te lo decía me iban a echar.
— Lo entiendo, pero ahora ya no te quiero ver, fuera de aquí— alcé un poco mi voz y no lo acostumbro hacer, pero ya estaba en mi límite, todo estaba en contra de mi.
Al salir volví a colocar el seguro. Me quité el vestido, lavé mi rostro y después que tuve mi pijama me fui a la cama. Sentí el sonido de notificación de mi móvil y vi que tenía un mensaje de JiSoo.
«Oye, por fin que hay en tu casa?»
«mañana te cuento, ahora no tengo ánimos»
«De acuerdo, hasta mañana»
(…)
Salí de la habitación pasando por la mesa en donde desayunaba mi grandiosa familia. Ni siquiera los miré, solo pasé de largo y me dirigí hacia la puerta.
— ¿No vas a desayunar?— preguntó mi madre.
— No tengo hambre.
— Ey, ven a la mesa— habló fuertemente mi padre.
— Ya dije que no tengo hambre.
— ¡Qué vengas a la mesa te dije!— casi me hago pis, pero lo pude controlar.
Caminé mancita hasta la mesa y me senté al lado de mi hermano NamJoon. Él me miró de reojo y me hizo una seña, diciéndome que me estuviera tranquila.
— Ni creas que por el berrinche que formaste anoche se canceló el compromiso, todo sigue en pie y no hay manera de que te niegues— habló el señor sin mirarme siquiera.
— ¿Por qué me tienen que hacer esto? También NamJoon puede asumir esto, él es mayor que yo y está soltero, busquen alguna chica que se quiera casar con él y déjenme a mi tranquila, soy una adolescente aún, tengo mucho que vivir.
— Ey ¿por qué me hechas esto para arriba a mi? si te eligieron fue por algo.
— DaeNim, cariño esto no lo hacemos por dinero ni por negocios, lo hacemos por tu futuro, solo nos importa eso, queremos que tengas una vida así como la tuvimos nosotros, que estés feliz y que no tengas que sufrir por nada, ese es nuestro propósito no hay nada más, te lo juro— esta vez habló mi madre, tan dulce que hasta me hizo olvidar que fue ella la que me dio la tremenda bofetada.
— ¿Por qué no me dejan hacer eso a mí? Yo sé quién me conviene y quien no, además no han pensado en ese chico, de seguro no quiere tener de prometida a alguien como yo, el de seguro tampoco quiere seguir con esto.
— No, él está de acuerdo, anoche nos lo dijo y por eso estamos insistiendo en que aceptes el compromiso, ese muchacho es bueno y se que te cuidará tanto como nosotros.— mi padre coloca su mano sobre la mía— Piénsalo hija, no encontrarás a nadie como él.
— Puede que tengas razón, nadie aceptará a una gorda como yo.
— Noona, es gorda pero es muy linda— balbuceo mi pequeño hermano.
— Tu hermanito tiene toda la razón, eres muy bonita cariño, e inteligente, para nada tienes que ser delgada para llamar la atención de un chico.
— Ya me voy o llegaré tarde.
— Te llevo.
— No, esta vez iré sola, quiero pensar en todo esto.
Me levanté de la mesa y salí de la casa. Comencé a caminar mientras mi mente pensaba en varias cosas, entre ella lo dicho por Jungkook ¿de verdad quiere comprometerse conmigo? De seguro lo están obligando porque dudo que sea por su propia voluntad. Él es muy guapo, debe de tener un montón de chicas guapas a su disposición, ¿Por qué aceptó comprometerse con alguien como yo? Solo le traeré vergüenzas. Hablando de vergüenza ¿como lo voy a mirar ahora? Me moriré de la vergüenza si intercambio alguna mirada con él. Joder, no pensé en esto antes, hoy no debería de ir al colegio.
— DaeNim, por fin te alcanzo, llevo rato gritándote y tú ni caso— era JiSoo, yo solo la miré y volví a lo que estaba.
No puedo llegar al colegio, tengo que devolverme a mi casa. Aún estoy a tiempo.
— Y no me contarás sobre la cena que hubo en tu casa ¿tus padres hicieron nuevos negocios? ¿serás millonaria?
— No, la cena era para...no sé, yo solo saludé y subí a mi habitación, me sentía mal y aún me siento, creo que no iré al colegio. — excusa perfecta.
— No pero hoy no puedes ausentarte, tendremos pregunta escrita de matemática, la que hacen antes del examen, esa que si la apruebas te convalidan.
— Cierto— lo olvidaba, joder, tendré que ir obligado— Entonces, tendré que ir así mismo.
— ¿Pero que te sientes? ¿es gripe o otra cosa?
— No, de seguro es esa migraña que me da, nada importante— agarró mi brazo para entrelazarlo con el de ella.
— Yo te ayudaré a llegar, vamos.
Al llegar al colegio, nos encontramos con SuKim, ella también enlazó su brazo con el mío y de ese modo subimos al salón. Olvidé que en mi casillero tenía unos libros de matemáticas que me harían falta para repasar algunos detalles y salí a buscarlos.
Abrí mi taquilla dejando caer todas esas notas estúpidas y saqué los dos libros. Cuando regresaba al salón, pasó corriendo el otro chico nuevo llamado Jimin y se detuvo para girarse.
— ¡Eres una tortuga, Kookie!— eso quiere decir que más detrás viene Jungkook ¿que hago?— No me vas a atrapar.— Jimin siguió corriendo y yo de torpe quise doblar para el otro pasillo, pero en ese intento Jungkook chocó conmigo.
— Oh, perdón— agarró mis hombros, para no hacerme daño.
No quise mirarlo, la vergüenza me atacó. Recordé el escándalo que hice anoche, recordé lo que le dijo a mis padres, recordé todo en ese instante y me puse tan roja que sentía mis mejillas arder.
— ¿Te hice daño?— negué rápidamente alejándome de él.
— E-estoy...bien— abracé los libros y me dispuse a caminar, pero me llevé una tremenda sorpresa cuando sentí su mano agarrar mi brazo.
— Creo que tú y yo deberíamos hablar.
— Lo siento pero...
— Te espero en el jardín a la hora del recreo ¿de acuerdo?— luego de eso emprendió carrera— ¡Jimin-ssi, espérame!
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