Capítulo 7
✳RECIBIMIENTO✳
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El móvil de Leonard emitió un sonido de notificación, y lo sacó del bolsillo. Más gentío que quiere trabajar como empleado. A muchos les interesaba la propuesta de hacer las labores en un hogar más grande de lo normal, a cambio de una buena paga. Cosa de dinero. Siempre y cuando sea educado con los habitantes.
Detrás de él oyó un bostezo.
-Buenos días Leonard. ¿Qué haces?... ¿Ya hay alguien que quiera trabajar aquí? -mencionó Carrie en pijama aún, párpados caídos y con el cabello que parecía una gran melena.
-Son muchos, vendrán después del desayuno.
-Okey, después del ...-abrió los ojos- ... Debo estar presentable, le voy a avisar a Eavan
Salió corriendo del lugar.
-Pero si la comida ya está lista... Oh no, ya se fue.
Abrió la puerta de la habitación de Eavan, aún oscura. Seguía durmiendo con la sábana casi en el suelo y sin cubrirlo. Le recordó un poco a ella por esa manía de patear mientras duermen, y eso que cuando compartían la cama hasta que el mayor cumpliera los diez años, discutían por su propio espacio.
-Despierta, y alístate.
Leonard regaba las orquídeas con cuidado, que no escuchaba que alguien tocaba la reja desde afuera. Alzó una oreja, y observó a un sujeto observando absolutamente toda la construcción en frente de él como si no quisiera perderse ningún detalle. Leonard le hizo pasar, no obstante que nada más se sentara en la camilla de sol del jardín hasta que Carrie y Eavan le ordenaran pasar.
Luego de tomar una ducha y vestirse, salió de su habitación, dio unos pasos por el pasillo y apareció su hermano mayor, que tenía puesto con una camisa y pantalón de vestir.
-¿Estás emocionada?
-Un poco nerviosa, espero encontrar al indicado o indicada.
Al menos ocuparse de otros asuntos, hacía olvidar la pena de Carrie.
...
La Universidad portaba de una infraestructura moderna, en la torre principal, al medio había un gran reloj el cual no tenía números, pero sí manecillas, de seguro para los que llegaban tarde como Killian, que por el apuro, se llevó solo dos barras de granola. La manera en que llamaban a aquel lugar, hasta un despistado lo podía notar: Ibrook. Killian sabía que tenía prestigio en el país.
Había entrado al aula. No se fijó en nadie, solo fue a un asiento vacío entre los otros, que conversaban ya que todavía no empezaba. Estaba un poco nervioso, recordando todo lo aprendido.
Los hermanos Vanderdud revisaban los registros y antecedentes de los que ya esperaban afuera.
Cuando Leonard abrió la puerta entró el mismo que había tocado la cerca, un lagarto de cabello atado, que miraba a su alrededor, principalmente el candelabro que brillaba sobre ellos.
-Buenos días, señor. Mi nombre es Eavan y ella es Carrie, puede tomar asiento.
La joven cruzó las piernas cubiertas por su pantalón de cintura alta ajustado con un lazo. Al ponérselo, le había quedado un poco más arriba del tobillo, por culpa de sus caderas anchas. Eavan revisaba su perfil en su aparato electrónico, evitando la forma antigua, donde se presentaban con papeles.
- Por lo que veo, usted salió de prisión hace unos meses por intento de secuestro.
Un escalofrío recorrió su espalda dentro de la blusa. No supo que cara poner ante el sujeto. Carrie lo recordó claramente, al saber que él trabajaba para el mismo jefe. Fue arrestado al tratar capturar a una pequeña canario, y que falló en el intento según lo que Kenny le había contado en medio de una de sus hazañas. Ahora estaba aquí. Qué pequeño es este mundo.
-Es cierto, pero ya no soy el mismo -pasó una mano por su nuca.
Prácticamente, era imposible saber si hablaba con certeza. Su mirada tan fría, al igual que su sangre. Sin inmutarse, a pesar de ser un reptil, no siempre eran alguien de fiar.
Las preguntas continuaron, entre psicológicas y dificultosas. Afuera, esperaban alrededor quince o veinte más. La entrevista iba para todo tipo de especies: mamíferos, roedores, reptiles, primates, etc. Otro grupo de herbívoros se sentían avergonzados al estar rodeado de su opuesto. Más tarde, al fin habían terminado.
El examen, de igual manera llegó a su fin. Killian estaba sentado pensativo en el auto al lado del conductor, en que si respondió correctamente, no obstante también se sentía aliviado. Podía divertirse toda la tarde. Ahora, comenzó la plática al costado de su padre.
Una hora después. Ambos llegaron a casa, pasando por un extremo de esta, para llevar el auto al patio trasero, junto con el de Eavan.
Tardaron más de lo debido, por llevar a Killian a un restaurante, ya no quedaba nada por hacer más que pasar el rato dentro. El hijo entró por la parte posterior, desde lejos vio a Eavan conversando con una señora aproximadamente de treinta y cinco años. Era un ciervo, de cabello pelirrojo, sujetada en un moño. De la misma estatura del felino, si no fuera por sus pequeñas astas detrás de las orejas caídas.
-Buenas tardes -se inclinó.
-Hola Killian, ella es Yuno, viene de Asia y va a ser la nueva empleada.
-Ya veo. Bienvenida.
Leonard se acercó, y al estar en frente de ella, tomó su mano antes de agachar solo la espalda.
-Buenas tardes, madame. Usted, será muy bien recibida aquí. Él es mi hijo Killian. Ya debe conocer a los Vanderdud.
-Si, gracias.
Dicho aquello depositó un beso en el dorso de su mano delgada.
-Tendrá una semana de prueba, Leonard muéstrale su uniforme de trabajo. -señaló Eavan.
-Por supuesto, acompáñeme por favor Yuno.
Eavan, después de notar que se fueron, Killian se acercó.
-¿Cansado, verdad?
-Sonrío- Un poco, no siempre mis días son así -apretó una mejilla del zorro- ¿Te fue bien no es así?
-Supongo que si - llevó su palma a posarse en la mano de Eavan, el cual la hacía frotar de manera delicada en el pelaje de su rostro, para luego encontrarse en una mirada-.
Eavan le dio un corto beso, luego le habló en voz baja.
-Debo hacer un contrato, te veo luego, ¿si? -estuvo por irse-.
En la escalera, ella bajó, alzó el pulgar y apuntó hacia atrás, -Eavan, ven un momento, necesito hablar contigo.
-¡Hola Carrie! -saludó el menor.
Cuando Eavan pasó por su lado, la menor siguió bajando, para una mejor comunicación.
-¿Cómo vas con mi hermano?
-¿Ya lo sabes? -rió nervioso con un leve sonrojo.
-Killian... no dudes mi buen ojo.
-Qué curioso, ¿no crees? -puso las manos debajo de sus brazos-. Pues... ¿cómo así lo sabes?
Ella tocó los hombros de Killian.
-Tranquilo, sé que me pediste los consejos por él.
-Ah... era por eso. Gracias de nuevo.
Carrie luego de ver sus ojos azules, cambió la mirada a la cola del zorro que empezaba a menearla en un lento vaivén, causando una sonrisa en ella, al enterarse de sus emociones realmente.
-Y te lo agradezco, de hecho ya nos conocemos por casi dos meses. ¿No te sientes incómoda, cierto?
-No, si te gusta estar con Eavan -iba retrocediendo aún dirigiéndose a él- No puedo impedirlo -extendió sus brazos.
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-¡Carrie, no insistas te está engañando!
-Él quedó en lo iba a entregar.
- ¡Te está usando solo para sus crímenes! -calmó su voz- Ya está... muerto.
- ¡No te atrevas a decir eso, Eavan!
- Solo estoy siendo realista. Estás perdiendo tu tiempo.
- Allá tú. No me rendiré hasta comprobarlo.
-Al menos idea un plan. Pero ten mucho cuidado, no quiero que mi hermanita muera por alguna estupidez.
Carrie, con la ira dominándola lanzó un cuchillo a la pared, que por falta de concentración se clavó en la segundo círculo de la diana.
-Debes trabajar en esa puntería.
De mala gana, sacó el arma de la pared.
-¿Estás bien con tu nueva relación?
-Así que ya sabes la última noticia.
-Como no iba a saberlo, Eavan. Se nota que lo quieres mucho.
-Escucha -tocó su nuca- Lo que pase entre Killian y yo, es muy aparte. Pero si tuvieras una oportunidad con él, lo estarías involucrando con la mafia en la que estás.
-¡¿Acaso lo hago por las puras?! Al menos reconócelo. Todo será mejor cuando termine con esto.
-Pero... mejor olvídalo.
-Ya puedes irte.
Dicho y hecho. Carrie fue al baño y lavó su rostro, cuando terminó, apoyó sus brazos en los bordes del lavador entre la pesadez de sus pensamientos ¿Por qué Killian? Miró al espejo.
-¿Por qué eres así? .
En la planta baja, se oyó a la puerta ser golpeada. Se supone que afuera hay una reja que rodea toda la casa, además al final de cada fierro es filoso, y que se las ideó para pasar sobre ellas. Yuno, era consciente de eso pero de todas formas abrió la puerta.
-Muy buenas noches ¿Quién es usted?
Su apariencia la intimidó por completo, en ese momento prefirió no haber abierto la puerta, en una noche de viento como esa.
-Hola... -detrás de ella vio a Carrie pasando por allí- ...Disculpe ya la vi.
Rodeó a la empleada, y continuó caminando.
-¡Oiga, no puede entrar así!
Killian, atraído por la exclamación, desde arriba de la escalera, trató de espiar atisbando lo que pasaba en la sala.
La joven volteó por el grito de Yuno, y en su lugar vio a un tigre un poco más alto que ella.
Te agradezco por leer. Me agrada la idea de una estrella. Nos vemos luego. Bye bye ✋✋
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