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Capítulo 6

✳EUFORIA✳

Manteles lisos y blancos en cada mesa, un menú extenso, la bebida en copas, cheffs cocinando platillos y los mozos que vestían con elegancia. Un restaurante de la alta sociedad, en el que estaban sentados en lados opuestos.

-Se ve agradable. ¿Siempre vienes aquí, Eavan? -se recostó en el espaldar.

El mesero llegó a servir el menú principal, después de la entrada.

-Exacto, la comida de aquí es lo mejor. Tú solo relájate, Killian. Yo me encargo de todo.

El menor miraba solo su platillo. El nerviosismo se le notaba en la cara.

-¿Pasa algo? -Eavan hundió el tenedor en los boñuelos.

-Hmm... -dijo con desánimo.

Eso último, le hizo cambiar el semblante a Eavan, tal vez no quería nada. Aunque solamente usando un poco de empatía, podría adivinar que es su primera vez.... En una cita.

-Oye... -Eavan lo llamó.

Lentamente de la nada, Killian desvío los ojos azules de Eavan, y se dirigió a sus orejas, mientras seguía comiendo.

-¿Ah?

Llevaba dos aretes negros y un piercing en cada oreja, pensó que eran sus manchas, aún así no los vio cuando él besó su mejilla.

-¿Por qué te mudaste a una nueva ciudad?

Le quedaba tan bien, Eavan movió una oreja, comprobando que les daba mucha atención.

-Hey -chasqueo los dedos- mis ojos están aquí.

-Perdón. Es que... Hay cosas que no debo confesar.

-Es una lástima.

Era un asunto personal, seguir preguntando. Ahora, si iban a salir juntos tendrían que pasarla bien.

-Killian... te dije que podías estar tranquilo, sin presión, no te pasará nada malo -señaló con el tenedor- ¿Qué te preocupa? Dime...

Se avergonzó, a la vez se sorprendió un poco cuando se dio cuenta. No quería ser el débil entre los dos, pero tampoco el más confiado, al lado habían cubiertos de diferentes tamaños, y tomó el correcto. Creyó que Eavan lo estaba mirando.

-No conozco nada de esta ciudad, no me tomé el suficiente tiempo para ver sus alrededores, y siento que este no es mi lugar. Todo es tan costoso, yo no podría pagar ni por la bebida, pero tú sí, y me hace sentir diferente...

El zorrito tenía un punto, a Eavan no le enloquecía lo material, pero disfrutaba de lo que tenía, entonces Eavan supo que era el momento.

-Killian... -musitó dejando de comer.

El mencionado giró hacia él.

-Desde que llegaste, no he podido hacer algo, buscaba el momento para entregártelo, así que preferí esperar -sacó un pedazo de hoja del bolsillo y se lo entregó-. Ahora quiero, que lo veas.

Killian se sintió más cómodo y alzó la mirada.

-Ya lo creo -lo abrió con las manos debajo de la mesa.

Killian echó un suspiro de alegría y en su mente se leyeron las palabras.

Bienvenido a la ciudad, Killian. Grandes cosas te esperan en la utopía. Esperábamos tu llegada, y ahora que estás aquí, es como un sueño. Te queremos mucho.

Eavan y Carrie .V.


El leopardo ártico podía ver su ojos iluminarse en él. Hasta que.... Sus relucientes facetas de Killian se combinaban con tristeza, apretando su mandíbula. El resto de la carta continuaba, esta vez, en el apartado de solo Eavan:

Ahora que sabes eso, debes sentirte tan feliz como yo. Apuesto a que tienes al verdadero Eavan frente a ti, quien escribió esto. Déjame contarte que buscó en su corazón la manera de decirte de que no sabe cómo pudo ver algo especial en ti. ¿Eran tus ojos, o tu físico? No lo creo, esa sonrisa que siempre llevas pegada al rostro sonriéndole a la vida. Eso hace que me sienta feliz de estar vivo, para verla todos los días. No lo olvides, Killian. Algún día te llevaré a conocer todo lo desconocido, y quiero hacerlo a tu lado.

Eavan Vanderdud

Escuchaba su corazoncito latir con fuerza, no se había dado cuenta de lo carmín que sus mejillas se pusieron, no tenía tiempo para esconderlo. Al chico frente a él, le pasaba lo mismo. Sus orejas descendieron y sus pómulos se alzaron, y ladeó la cabeza apoyándola en su hombro. Eavan y Killian se sonrieron a la par.

-¿Puedo preguntarte algo?

Eavan asintió.

-¿Me llevarías de la mano a pasear en la ciudad, contigo?

-Killian... -se levantó dejando el dinero-. Fue mi error traerte aquí.

Recorrieron ferias, parques a detenerse por unos helados, y al terminar seguir el camino, pasando por plazas turísticas. Killian estaba emocionado.
Si volverían a salir, cada uno se aseguró que la risa no faltaría. Aquella ocasión le demostró un cosquilleo en el estómago vuelve a aparecer en su estómago. Y se sentía bien.

Para dejar ir sus ráfagas eufóricas por medio del viento y la relajación, se encontraban acostados sobre el césped de un bosque, observando las copas de los árboles desde abajo. Respirando la pureza del aire, a cada momento.

-Me encanta venir aquí, debemos venir más seguido por acá.

-Creo que a mí también me empieza a gustar estar en este bosque.

Eavan inspiró. ¿Debía hacerlo? Luego parpadeó unas cuantas veces.

-Perdóname si te hice sentir incómodo con ese beso.

Killian salió de sus pensamientos, elevando las orejas, creyó que ya era cosa del pasado, y que nunca más iba a volver a ser mencionado. Al parecer no puede escapar de su incomodidad "¿Cuál fue la broma cuando fijaste tus ojos en mí?"  Pensó. Era lindo y parecía ser un buen sujeto, le sorprendía como hablaban, es tan relajante aunque a veces lo veía serio, conseguía que pudiese sonreír y eso hacía de sus emociones, un caos.

-Está bien, pero no quiero volver a recordar -miró a un lado diferente, oponiéndose a Eavan, para luego ponerse más nervioso-ñ.

-¿Tan malo fue para ti?

-No -se sonrojó- Quiero decir. No estuvo tal mal -levantó la espalda- Es que en ese momento me tomaste de imprevisto, y no quiero pensar algo que no debería

Eavan pudo llegar a sentirse tan culpable, se preguntaba el porqué no podía decir lo que siente, si es solo amor, y eso lo puso tonto. Vio que Killian se quedó sentado mirando al frente. Con todo lo que habían pasado en día conoció lo mejor de su personalidad alegre. No conocía chicos así como él, la mayoría eran deprimentes por el dolor que sienten en la adolescencia. Killian... mueve mucho la cola, lo hizo cuando una mariposa pasó en frente de él, o cuando estaban en la plaza y vio una tienda de muchos dulces, y para complacerlo compró algunos. Tenía las enormes ganas de abrazarlo y decirle todo lo que sentía. Eavan se levantó de igual manera.
Tal y como aquella vez, volvió a tocar su cabello.

Killian lo miró directamente a lo ojos, pidiendo sinceridad.

-Eavan... ¿Hay algo que quieras decirme?

El peliblanco, pasó una mano por la zona que se volvió rojiza, y apoyó la otra en el suelo.

-¿Crees que sí?

-No lo sé, simplemente dilo y ya -formó puños arrugando su pantalón.

El sol se iba despiendiendo lentamente, haciendo que sus sombras bajaran.

-Killian... ese momento en que te acompañé a tu habitación no tenía nada planeado, solo lo hice hice lo que mi corazón me dijo que haga. Me importas mucho, me pareces alguien interesante y estoy feliz que te quedaras con nosotros. Pero entenderé si no quieres saber más.

Su voz estaba desanimada, fue entonces que su torso fue rodeado por un par de brazos y una cabeza apoyarse en su hombro.
Al leopardo le tembló la mandíbula y los ojos, era confortable su calidez, mejor aún cuando lo abrazaba con esa  chompita, luego vio que el mismo chico se separaba de él tomando de sus brazos.

Y lo besó. Había besado a Eavan.

Killian confirmó todas sus dudas con un acto, a pesar que la mayoría de sus gustos eran con chicas, a él lo veía de otra forma, a ver qué de nuevas se traía estar con un muchacho. Eavan correspondió e inclinó su cabeza.

-¡Cielos, ese fue el beso más lindo de toda mi vida! -achinó los ojos, meneando la cola.

El rubor de Eavan salió a flote.

-¡Siente como late mi corazón! -animado, llevó la mano de Eavan a su pecho-. Siento que voy a estallar.

El corazón de Eavan, rebozaba de alegría al comprobar que era muy cierto. Pero, Killian calmó sus facetas cuando sus ojos azules se conectaron con los de él. Arrastró sus manos a las mejillas del zorro, quien no le quitaba la mirada de encima; y sus labios se unieron denuevo. Esta vez, a Killian lo tomó por sorpresa, su sabor dulce de estos, lo embriagaron tanto que sucumbió ante ellos.

Se separaron en una sonrisa, y se daban pequeños besos en pausas. El impulso le había ganado a Killian, que obligó al leopardo de las nieves a tirarse en el césped. Como mejor forma de continuar el beso.

Eavan se sujetó de sus hombros, atrayendo a Killian al mundo de vuelta.
Se miraron de una forma tierna, empezaba a oscurecer, y las luciérnagas iluminaron el ambiente, a lo que la nueva pareja contempló. Y
Eavan puso un dedo en frente del hocico de Killian, antes de que quisiese decir algo.

-Se hace tarde ¿No crees?

Pudieron hacerse novios, así se sentía cuando tu corazón le pertenece a la persona que amas. Porque el amor es como un juego, que merecemos jugar en voz alta. Y si quieres jugar... Es mejor que beses al chico.

La puerta se abrió, Eavan y Killian ingresaron masticando unos caramelos.

Leonard apareció, saliendo del baño.

-¿Qué horas son éstas de llegar?

-Leonard, no solo fuimos a almorzar -Eavan guardó su bufanda en el perchero.

-No te molestes papá, porfa

-Claro que no, pero deberían avisar. Y habló por ti Killian, aún eres menor.

-Okey, prometo que no volverá a pasar.

-Killian, tengo algo que mostrarte -dijo Eavan llevándolo de la muñeca.

-Y... ¿Dónde está?

Lo llevó al patio trasero, pasando la puerta deslizante de vidrio, había una piscina, y un par de autos a un lado. Uno de ellos era rojo.

-No sabía que tenías un auto, Eavan. Pensé que eran de tus padres.

-Me cuido de delincuentes, Kili.

Entre las aguas de la piscina, salió la chica.

-Ya deja de prevenir tanto -dijo Carrie apareciendo su medio cuerpo, para luego sentarse en la orilla, haciendo notar que también traía pantalones cortos, agitándose un poco y pasando una mano por su cabello húmedo, hasta que alzó el mentón -¿Por qué tan callados?.

-¡¿Qué hacías ahí?! -exclamó su hermano- ¡No espantes!

-Solo nadaba un poco, Eavan -salió del agua- Hola Killian... -saludó calmada.

Este último tenía los ojos tapados, de verla en sostén de baño.

-Déjalo, está avergonzado.

-Ya veo. Y dime ¿Qué tal les fue? -llevó sus manos a la cintura y se puso una playera encima por el momento.

Eavan staba obligado a omitir lo que pasó en el bosque, ella se sentiría muy mal si lo supiera, todo por su bien.

-Fuimos a almorzar, después fuimos a pasear por ferias y parques. La pasamos muy bien -le codeó a Killian un par de veces-. ¿No es así?

Carrie supo que mentiría, estaba segura. Sin embargo le dolía aceptarlo. Si algo conocía de su hermano es que tiene el don de mentir bien en el mejor momento, aunque solo en el adecuado. ¿Adecuado?, ¿por qué adecuado?

Cuando se quitó las patas del rostro, ella tenía puesta la playera, y un short con el que había nadado.

-Killian, hablé con Leonard y mi madre en que íbamos a contratar un nuevo personal de limpieza.

-Gracias Carrie, mi papá si terminaba el día cansado. Pero no podré estar allí.

-¿Por qué?...Oh ya entiendo -recordó- buena suerte en tu examen de ingreso.

-Es hora de irnos -Eavan rodeó el  cuello del zorro, llevándolo adentro -Tengo una última pregunta que hacerte, Kili- le susurró al oído.

-Bueno... ¡Bye Carrie, hasta mañana!

Un fuerte viento pasó por Carrie, a consecuencia, se metió en una bata y se cruzó de brazos.

Pensándolo bien. No podía asegurar nada. De repente Eavan no mentía.
Claro que no. Tenía una gran evidencia para demostrarlo.

Recordó exactamente las palabras de Killian, durante su abrazo, antes de partir con él: Gracias por ayudarme. Ya sé lo que debo hacer.

Suspiró afligida, al entenderlo todo, pues su error fue enamorarse de alguien, sabiendo que ahora su felicidad es con otro.

Desde el patio, observó la habitación de Killian, que se había encendido la luz.

"Yo solo quiero tu felicidad".

Capítulo dedicado a AliceBloodyMaid

Te agradezco por leer, si te gustó me encantaría tu apoyo. Nos vemos luego. Bye bye ✋✋

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