Capítulo 1
❇ CUANDO LLEGASTE ❇
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•Trama: "Nueva vida, un amor por encontrar"
Escapó de ese lugar lo más antes posible. Regresaba a casa, rodeando a la gente para evitar ser golpeada en los hombros, cuando las nubes estaban llenas de amargura que avanzaban perezosamente hacia otro lugar. Se le pasó el tiempo en cumplir una orden.
El sudor empezaba a salir de su cuerpo, le molestó en que iba a llegar tarde a su reunión familiar con Eavan por el recibimiento de Killian y el regreso de su mayordomo luego de que los hermanos para los que trabajaba regresaran del viaje de un par de semanas.
Ambos eran padre e hijo, y de seguro ya habían llegado. Dobló en una esquina, alejándose de los ruidos, volvió a doblar otra esquina, en esa calle las casas tenían césped por adelante para decorar. Vio su residencia, donde la factura de luz debió ser elevada como para que casi todas las luces estuviesen encendidas en una tarde. Cruzó la caminata que atravesaba el jardín, al estar frente a la puerta, se acomodó su blusa, pasó su brazo por la frente y abrió la puerta.
Ya los tres, estaban cenando. Y Carrie bajó las orejas.
-¿Por qué te tardaste? -le reprochó su hermano mayor.
-Perdón, Eavan...
Cerró la puerta, en cuanto vio a su mayordomo, se emocionó por el cariño que le tenía.
-¡Leonard!
Fue hacia él para abrazarlo, tal era la emoción pues era apreciado en la familia con respecto a los hermanos desde hace años. Los educaba y los protegía de cualquier peligro, y no solo dedicarse a la limpieza, cocinar o fingir ser sordo, en otras palabras era un segundo padre mientras que los biológicos se ausentaban.
La leopardo albino, miró en los asientos de la si el hijo de Leonard estaba, pero no lo halló.
-¡Hey, hermanita! -llamó Eavan-. Quita esa cara de desánimo y ve a la cocina y trae un sobre más yerba de mate.
Carrie se se dirigió a la alacena, atentamente en las cosas dentro buscando la bolcita, apartando algunas cosas con una mano. Y se asustó cuando otra mano de pelaje oscuro se metió también.
-Disculpa, puedo ayudarte.
Ella dio un respingo y le pegó tan fuerte que el adolescente llegó rápidamente al suelo. Pero cuando lo vio bien, se quedó callada porque acababa de tumbar al nuevo inquilino de la casa, se arrodilló y se le acercó para apartar un mechón de su cabello café y verle los ojos.
-¡Carrie! ¿Qué le hiciste a Killian? -llegó el mayor arrodillándose a su lado-. ¿Así es como recibes a todos?
Tomó la cabeza del zorro, y la colocó entre sus piernas, haciendo aire con una mano.
Parece que daba efecto, porque ya habría los párpados de forma lenta hasta que su visión fue perfecta, otra vez. Abrió los ojos como platos, cuando el rostro de Carrie estaba cerca al suyo, mirándolo con curiosidad.
Killian miró hacia arriba, abriendo un poco el hocico y halló la imagen de Eavan mirándolo con una sonrisa, y se le encendieron las mejillas.
-Hola... -ella ladeó la cabeza-. No es la mejor bienvenida que te doy pero estoy feliz de tenerte en esta casa.
El chico volteó al frente, rostro se le enrojeció más, y seguía callado.
-H-hola... a los dos... Señorita Carrie, buenas tardes, es la primera vez que la veo -decía mientras era levantado por ella.
-Lo sé, pero ya todos se conocen. Vamos a la mesa, otra vez -se adelantó a decir, el mayor.
El platillo era tofu asado, cocinado por el hermano mayor. Killian hacia lo posible para saber qué tenedor usar entre otros dos y porqué no usar simplemente uno. Eavan, quien estaba cerca, pudo notar la confusión en su cara, como si se compadeciera, dirigió la mirada hacia la mano del otro, la tomó, y la llevó hacia el cubierto indicado.
-Perdón Eavan, no pensará que no sé comportarme en la mesa- justificó el huésped.
Eavan soltó su mano.
-La verdad son reglas que se aprenden fácil- lo pronunció en voz baja-. Si quieres, un día puedo enseñarte a usar los tipos de cubierto.
-¡Si, estaría bien! -se animó a decir.
Luego Killian miró a Carrie en busca de conversación con los demás.
-¿Y, viven con sus padres? -dijo ya empezando a comer.
-Un largo... viaje por trabajo- respondió la fémina, oscilando el tenedor-. Ya nos acostumbramos, y estamos bien.
-Pero. Saben que me quedaré... ¿A vivir aquí?
Aún no se convencía que estará en una casa rodeado de lujos, sentía que no se lo merece. El muchacho era consciente, con tan solo diecisiete años, que su otra casa le había dejado malos recuerdos, que estaba dispuesto a olvidar después de recordar la verdadera razón por la cual se mudaba, y que su padre le había dicho otra excusa los dueños de la enorme vivienda, o sea a los padres de Eavan y Carrie.
-Si, después de todo, queríamos conocerte. Leonard nos había hablado de ti -dijo Eavan mirando a su mayordomo.
Ya para más tarde, todos habían terminado. Y lo único que quedaba por hacer era dormir.
-Descansa bien pequeño- dijo Eavan sacudiendo el cabello del menor.
-¡Claro! ¡Además que puedo conocer ya mi nueva estancia! -exclamó sacudiendo la cola y metió la mano en su bolsila-. Es más, tengo un itinerario para mañana. Tengo una lista. Te la diré: Contar el número de habitaciones de la mansión, tirarme en el césped, saludar a mis nuevos vecinos...
Y la lista era larga que llegaba hasta el piso, Eavan se quedaba escuchando sus locuras. "Ver el parecido entre Eavan y Carrie". El mayor lo oyó decir, con una cara de traumado.
Killian alzó un poco la mirada, y le devolvió la sonrisa con esos ojos azules brillantes, como su piedra de zafiro le hubiese entregado tal detalle de belleza. Ni los de Eavan eran tan claros.
-Eavan... ya puedes dejar de mirarme... -le palmeó el hombro, pero el leopardo albino cambió la mirada, causando que se alejara.
-¡Ay, ven acá! Traerás felicidad en esta casa -le sacudió el cabello.
-Me despeinas... -empezó a reírse, volviendo a agitar la cola-. ¡Y ya tengo sueño...!
Eavan lo dejó y sacó las llaves de la habitación que le pertenecería a Killian.
Cuando llegaron al segundo piso a su izquierda habían tres puertas, todas del mismo color blanco, donde se alojaban los hermanos, enfilaron por el pasillo espacioso, y cada uno entró a su habitación.
Killian usó las llaves que le había dado, al abrir la puerta pasó por el umbral. Caminaba lento para adaptarse mejor, luego dejó su mochila y se dejó caer sobre la cama, descansando cada parte de su cuerpo, tirado con los brazos arriba.
Por toda la casa el aroma a manzanilla, era de algún aparato que lo expulsaba, pudo detectarlo con facilidad.
Abrió las ventanas, le emocionó al pensar en todo lo que haría.
Acomodó su ropa en el armario desde la que menos usada hasta las que más veces utilizaba, y algunos adornos en su escritorio, en el fondo de su mochila había un sándwich que había olvidado comérselo por días, y lo tiró a la basura. El cuarto necesitaba un poco de limpieza que él se encargaría, no quería darle más trabajo a su padre.
La cena fue maravillosa, el tofu asado fue un manjar, no pensaba encontrarse con un pedazo de carne en su plato, porque para eso debían...
En fin, comenzó a vestirse para dormir.
Se cambió los pantalones a algo más cómodo, se quitó la camiseta que tenía, sin contar de pronto entró Carrie.
-Killian, una pregun... -abrió mucho los ojos.
-¡Oye, pero que...!
-¡Ahhh! -gritaron ambos. Se sonrojaron, ella no logró evitar ver su medio cuerpo desnudo.
-Perdón, perdón -tapó sus ojos con el brazo- quería saber si necesitabas algo más.
-¡Okey, okey! -respondió buscando algo con qué cubrirse-. Pero gracias, Carrie. Estoy bien.
Se puso de inmediato la camiseta, y cerró la puerta, no pudo creer que haya pasado un momento tan bochornoso.
Ella se tumbó a la puerta, fuera de su habitación, al pensar en la imagen que apreció se volvía a ruborizar, y quiso reprimirse al ver que Eavan pasaba por allí.
-¿Qué te pasa?
-Nada, no es que haya visto algo suculento.
Sentado al borde de su cama, Killian continuaba recibiendo varios mensajes de despedida por parte de sus amigos, algunos eran textos largos, reflejando lo mucho que lo iban a extrañar. Estaba emocionado por su nuevo hogar, pero le apenaba en el corazón, despedirse de todas las amistades que había formado.
-Les deseo toda la felicidad del mundo, chicos -dijo mientras sonreía.
Terminó de acomodarse entre sus sábanas, esperando a que el sueño llegara.
Un auto que pasaba cerca, tuvo que detenerse forzosamente, provocando que las llantas emitieran un sonido agudo contra la pista. Killian levantó la mitad de su cuerpo, y vio por la ventana que estaba detrás de su cama, a una chica de cabello negro. Se trataba de Carrie, y le interesaba saber a dónde iría.
Volvió a recostarse, todo el piso estaba en un rotundo silencio, encima de su techo comenzaron a oírse ruidos, se preguntó a sí mismo si habría alguien más en la mansión, y porqué no se presentó antes. Sería alguien raro quien esté allí, o tal vez era un intruso. De todos modos más tarde lo descubriría.
Solo Eavan quedaba despierto, regresaba de lavarse los dientes. Supuso que nada malo pasaría cuando sigilosamente abrió un poco la puerta de la habitación de Killian. Estaba dormido, sonrío a penas y la cerró.
Preguntas por responder:
¿Qué hace Carrie, fuera de casa?
¿Cuál es el motivo de la llegada de Killian?
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