Leí cada uno de los comentarios y sonreí al hacerlo, mi reseña tuvo éxito, solo necesito visitar otro lugares para poder tener más opiniones.

-Por lo que veo no te fue tan mal- despegué la vista del portátil para mirar a mi primo, pero estaba de espaldas a mi mientras cocinaba, hoy le tocaba a él hacer el almuerzo.

-Varios me preguntan que donde es el restaurante- apoyé mi codo encima de la isla mientras que mi cabeza la aguantaba mi mano.

-¿No pusiste la dirección?- este dejó de remover lo que hacía en la cazuela que estaba en la estufa para mirarme y negué- Esas fotos se la tomaste a la comida del restaurante de Taehyung ¿no?- fruncí el ceño sin saber de quien hablaba.

-El chico que casi te comes ayer- me recordó y reí.

-Si las tomé de ahí- volví mi vista al portátil.

-Pues entonces pública la dirección- se acercó a mí, recostándose en la isla.

-No lo sé, aún no estoy en ninguna editorial como para dar reseñas o críticas, esto lo hago para poder entretenerme, en lo que llega todo ese papeleo- llevé una de las bolitas de m&m a mi boca.

-No importa, hazlo, pon el lugar- me sonrió mientras cogía una de las bolitas. Dio media vuelta para volver a lo que hacía.

-Dicta la dirección- le lancé una bolita, para llamar su atención.

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Dios ni en el trabajo dejo de pensar en esa mujer. Le di el platillo al camarero frente a mí, para seguir preparando los demás.

Sentí unas manos deslizarse, de mi espalda hasta detenerse en mis hombros.

-Estoy ocupado Zoé, no molestes- la aparté un poco de mí mientras me movía por la cocina. Pero esta se detuvo delante de mí.

-Divirtámonos un rato, no hay muchas personas afuera- llevó sus manos  a mis hombros para después descender hacia los botones de la chaqueta, quitando los primeros de esta. Detuve sus manos.

-No estamos solos- susurré muy cerca de su rostro.

-Por eso- se mordió su labio- Lo mejor será ir a otro lugar- Volvió a abotonar los botones para empezar a caminar, yo acomodé mi chaqueta e iba a seguirla pero aquella otra presencia masculina, detuvo mis pasos.

-Por hoy te joderé el polvo- Zoé ya había salido de la cocina, yo enarque una ceja para que continuara-Bueno no del todo- rio de lado.

-¿Qué haces aquí?-

-Te vine a buscar- cogió una de la manzanas que llevaba una de las asistentes que trabajan en el restaurante.

-¿Par ir a?-

-Al bar en donde trabaja Jin Young, tengo muchas ganas desahogarme hoy- mordió de la manzana.

-¿Y yo tengo que ir porque?-

-Su prima también ira- me soltó sin más mientras levantaba y bajaba sus cejas. Yo reí mientras negaba, pasando mis manos por mi rostro, y aquellas imágenes de ayer se repitieron en mi cabeza.

-¿Irás o no?- reí de lado mientras lo miraba.

-Eso no se pregunta- empecé a desabotonar la chaqueta. Ambos empezamos a caminar hacia la salida de la cocina.

-¿Ya te vas?- Zoé se hizo presente en la puerta.

-Sí, tengo algo importante que hacer- di unos golpecitos en su hombro mientras pasaba por su lado.  

-Nos vemos- oí como Mingyu se despedía de ella.

-¿Tu auto o el mío?- no respondí-El mío-

-¿Quién conduce?- pregunté.

-Yo de ida, tú de vuelta, eso si no ando como una uva y si no me he enredado con una de esas chavas que hay en el club- este quitó la seguridad de las puertas y entré al auto, dejé la chaqueta en el asiento trasero.

-¿Estoy bien así?- volteó a mirarme.

-Haz ido en peores condiciones, así estas perfecto-acomodó mi cabello, asentí para luego ponerme el cinturón.

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La música se oía desde afuera, había una gran cantidad de personas de la parte de afuera. Jin Young bajó del auto, dejé mi teléfono en la pizarra del auto para después bajar. Una vez que cerré la puerta, este las aseguró.

-Vamos- ambos cruzamos la calle, yendo hacia aquel lugar. Al parecer el mujeriego de mi primo es bastante conocido, ya que cada pasó que dábamos para poder llegar a la puerta del dichoso club una mujer se detenía a saludarlo y no faltaba la mirada amenazadora hacia mí, y como soy tan buena a cada de una les sonreía de lado mientras ponía mi mano en el hombro de mi primo.

-Viene conmigo- nos tuvimos que detener delante de la puerta debido a que los de seguridad lo hicieron, estos me miraron de arriba abajo, yo extendí mis brazos.

-No tengo ninguna arma, pero si quieren pueden revisar – reí sin mostrar los dientes mientras ladeaba mi cabeza. JinYoung quien ya estaba del otro lado de la puerta me miraba sonriendo mientras negaba.

-Pase- bajé mis brazos completamente decepciona.

-Se lo pierden- me encogí de hombros mientras pasaba entre ambos y seguía a JinYoung.

-Vamos arriba, es en donde atiendo- el lugar estaba repleto, creo que el doble de personas que hay afuera, seguí a mi primo por aquellas escaleras.

La parte de arriba estaba menos habitada, solo habían una pocas personas sentada delante de la barra, otras sentadas en unos grandes sillones de terciopelo rojo. Desde el segundo piso se podía ver hacia el primero, en donde estaba otra barra y una pista de baile.

-¿Qué vas a tomar?- mi querido y hermoso primo estaba ya detrás de la barra, yo me senté en una de aquellas sillas frente a él. Observé a otros chicos detrás de esta.

-¿Qué me sugieres?-

-Como te conozco, te daré una cerveza, no es algo fuerte, ya que tú y la bebida alcohólica no son muy buenas compañeras- me dio con sus dedos en mi frente mientras me empujaba levemente para dar media vuelta.

-Disculpa- sentí una voz detrás mí, aún en la silla, volteo a mirar quien me solicitaba-¿Eres novia de ese chico?- señaló detrás mí, no volteé a ver de quien hablaba porque apostaría a JinYoung de que es a él a quien señala. Observé bien a la chica, y reí de lado, no estaría mal jugar un poco.

-Sí, es mi prometido- sonreí, enseguida la chica desvió su vista desde mi rostro hasta mi mano, y efectivamente tenía una sencilla sortija en ella. Levanté la mano enseñándosela, esta solo entrecerró los ojos y dio media vuelta, yendo hacia un grupo de chicas, sentadas en varios de aquellos grandes sillones.

-¿Cuándo nos casamos?- sentí la voz burlona de mi primo detrás de mí, me volteé.

-Tú fijas la fecha- ambos reímos, este me extendió la cerveza y la tomé.

-Puedes ir a divertirte, pero con control Kely, que te conozco- me señaló.

-Yo soy un angelito- le sonreí mientras pestañeaba varias veces.

-Que vinieras a Corea fue una bendición para todo- pasó su manos fría por mi rostro.

-Ah, asqueroso- quité el agua de mi rostro- Quien sabe dónde metiste tu mano- hice una mueca de asco, mientras me levantaba cogiendo mi cerveza para ir hacia el balcón, en el trayecto a este sentí unas miradas en mí. Miré encontrándome con la de aquella chica y otras más, extendí mi mano enseñando el aniño.

Reí mientras negaba para detenerme en aquel barandal, mirando la pista. Le di un trago a mi cerveza, sintiendo ese exquisito pero amargo sabor pasar por mi garganta.

Me apetecía bailar, pero a la vez no, nunca se sabe que baboso se te pega cada vez que ven una oportunidad. Seguí mirando el lugar topándome con aquel chico de restaurante y él de recepción. Acababan de entrar al club, caminaron hacia las escaleras, empezando a subirla mientras miraban a la pista, de seguro ya teniendo en la mira a cualquiera de aquellas chicas.

Solo me quedé recostada en el barandal mientras los miraba hasta que subieron, no se dieron cuenta de mi presencia ya que siguieron hasta la barra, en donde estaba JinYoung.

Al parecer preguntaron por mí, ya que mi querido primo sin disimulo alguno señaló a donde estaba, estos voltearon y yo levanté mi mano, sin llegar a agitarla, en forma de saludo, el chico de recepción levantó de igual manera la mano, mientras que el otro solo rio de lado recorriéndome con la mirada.

Ambos voltearon a ver a JinYoung, yo di otro trago a mi cerveza mientras los miraba. El chico del póker una vez que recibió su cerveza vino hacia a mí.

-Hola- dejó un beso muy cerca de mis labios, yo reí mientras ladeaba mi cabeza.

-Hola- lo recorrí con la mirada- ¿Ayer resolviste tu problema?- me mordí el labio, este paso su lengua por sus labios para luego reír.

-Si pude, solo, pero se arregló- asentí satisfecha.

-Me alegra- este tomó de su cerveza para segundo después hacer lo mismo, morderse el labio muy provocativamente.

-¿Quieres bailar?- señaló hacia la pista con su cabeza, miré hacia todas aquellas personas para después mirarlo a él.

-¿No tendrás problemas después?- puse mi mano derecha en su pecho deslizándola hasta el borde de sus pantalones. Levanté la vista para verlo.

-Si los tengo. ¿Me ayudaras?- me encogí de hombros.

-Tal vez- volví a morder mi labio mientras cogía su mano libre para ir hacia la pista.