19.
-Kely muevete-
-No quiero, dejame seguir durmiendo, no me jodas Lia- me cubrí por completo con las sábanas.
-Que te levantes te digo- quitó las sábanas por completo y yo intenté tapar mis ojos con mis manos, y me di cuenta de que me dormí con la mascarilla puesta aún en el rostro.
Hice una mueca de dolor al quitarla de mi piel.
-Te pareces a fiona- me senté en la cama y sonreí con sarcasmo sin llegar abrir los ojos- Vamos levantate -
-¿A donde vamos?- quitó las sábanas de mi cuerpo.
-A un salón de belleza- se puso unos zapatos altos.
-¿Para qué o qué?- me senté en la cama mientras me estiraba y que de mi boca saliera un bostezo.
-Tenemos mucho que arreglar - tomó mis manos y me levantó de la cama- Ahora vaya al baño, se da un baño rápido, que yo la espero afuera.
Hice sonar mis dientes y caminé con pesadez hacia el baño.
Demoré como una media hora, si adoro molestar a mi amiga y más cuando está apurada.
Terminé de ponerme mis zapatos y ya ella estaba entrando a la habitación.
-Cuando te dije que entraras al baño, no era para que te demoraras tanto- le sonreí y me levanté de la cama.
-Sabes como soy Baby- abrí mis brazos
-Odiosa- tomó mi cartera que estaba encima de la cama- Vamos- me agarró del brazo y a rastras me sacó de la habitación.
-¡No se metan con nadie!- oí el grito de David en la cocina, pero no, seguimos de largo hasta la puerta, saliendo así del departamento.
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-No, con mis trenzas no, Lía sabes que no soporto peinarme- estábamos en frente de un salón de belleza.
-Pues qué triste a partir de ahora si tendrás que peinarte, así que andando adentro- tomó mi brazo y negué mientras empezaba a halarme para entrar a dicho lugar
-Así estoy bien en serio no quiero quitarmelas- empecé a lloriquear para ver si me dejaba en paz pero me ignoró por completo.
-Buenos días- dijo una chica acercándose a nosotros en su camiseta estaba el logotipo del salón.
-Buenos días, yo ayer en la tarde llamé e hice una reservación a nombre de Kely Brunet - mencionó la chica a mi lado mientras abría mis ojos de más.
-Si, las estábamos esperando, por favor acompañenos- se hizo a un lado y mi amiga me siguió arrastrando.
-No te quejes el salón tiene Spa- me susurró.
-Si, pero todo lo tendré que pagar yo- la miré y ella me sonrió mientras mostraba sus dientes.
-No te quejes tanto, ralajemonos solo por hoy, ya a partir de mañana tenemos mucho trabajo por hacer- suspiró y me siguió arrastrando junto a la chica.
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Bebí de uno solo lo que quedaba en mi copa de vino para acercarme a mi cama en donde estaba aquella chica pelirroja completamente desnuda la cual ni su nombre sabía.
-Hey bella durmiente despierta- la moví un poco haciéndola despertar, cuando sus ojos toparon con los míos sonrió.
-La bella durmiente despierta con un beso- dios que asco, esa cursilería.
-Pues en este cuento es con varios toques, de pie, ya es hora de que te vayas- me repuse y fui hacia mi closet para tomar uno de mis suéteres y colocarmelo.
-¿Qué?- volteé a mirarla, al parecer estaba desconcertada. Rodé los ojos al presenciar que el espectáculo esta a punto de empezar-¿Quieres que me vaya?-
-En efecto- me crucé de brazos para luego recostarme a la cómoda.
-Pero yo pensé..- antes de que continuará la detuve.
-¿Cómo me llamo?- pregunté sin más y ella me miró por unos segundos para luego voltear su vista a las sábanas que la cubrían-¿Ves? Tú no sabes mi nombre, así como yo tampoco sé el tuyo, solo la pasamos bien un rato eso en todo muñeca- sonreí de lado para luego guiñarle el ojo- Tu ropa esta ahí, ya sabes donde esta la puerta ¿No?-
Tomé mi teléfono y salí de la habitación.
-¿Otra más pequeño?- me reclamó aquella mujer una vez que entré a la cocina.
-¿Qué te puedo decir? Soy así- sonreí y dejé un beso en su frente para luego tomar una manzana del frutero.
-¿Cuando traeras una novia de verdad? Esa chica que te haga sentir emociones - hice una mueca de disgusto.
-Aún no hay ninguna que me haga sentir esas emociones y dudo mucho que lo haya - di otra mordida a mí manzana y la mujer frente a mí entre cerró los ojos.
-Te quiero preguntar algo- asentí para que continuará - ¿Sabes que paso en el sofá?- abrí mis ojos de más- Este estaba cubierto de jalea de fresa y tenia cerveza, fuiste tú ¿Verdad?- me señaló y sentí mi móvil sonar, gracias diosito.
-Ahora no puedo responderte, es algo importante - dejé la manzana encima de la encimera y corrí con mi teléfono en mano para salir de aquel lugar.
Sí, no me voy a librar de que me hale las orejas.
Contesté mi móvil después de ver quien era mi salvador.
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-¿No crees que es mucho? Lía horita nos llevamos toda la tienda- levanté las bolsas en mis manos y ella negó.
-Sabes que después del concurso me iré de aquí, dejame ser feliz-
-El concurso va a durar unos tres meses, tal vez hasta más, hay tiempo de sobra para que te compres toda la ropa que quieras - proteste pero ella como anteriormente me siguió ignorando.
Hace dos horas habíamos salido del salón de belleza. Lloré como media hora al ver que quitaban mis hermosas trenzas.
Al final me gustó mucho el resultado, pero yo odio peinarme ¿No entienden eso? Bueno al parecer Lía no.
Bueno resulta que ahora estamos en un súper mercado y aquí mi querida amiga anda llevándose toda las prendas de ropa.
-¡Ah!- su grito me hizo detener y cerrar los ojos mientras contaba infinitas veces para no decirle miles de palabrotas- Amo estas medias -
-¿Es en serio? ¿Por una medias gritaste de esa manera? No ya esto es demasiado- dejé las bolsas en el suelo- Iré a tomar algo en la cafetería del piso de abajo, cuando te aburras de compar, me llamas- comenté mientras enarcaba una ceja para luego ir hacia las puertas de la tienda y salir de esta.
Caminé por los grandes pasillos con gran aglomeración de persona, para bajar las escaleras hasta llegar al primer piso.
Soy alguien a quien le gusta comprar ropa, osea demorar horas y horas en las tiendas probandome prendas, pero ya lo de Lía es pasarse.
Entré a la cafetería y me acerqué al mostrador para ver que ofrecían.
-¿Desea algo?- me preguntó el chico detrás de aquel semimuro y abulte mis labios mirando aquella pantalla.
-Un sándwich de pavo y una soda- le comenté mientras lo leía en aquella pantalla digital.
-Por favor sientese mientras esta su pedido- asentí y caminé hacia una de las mesas que estaban cerca de las grandes ventanas de cristal.
Me quedé mirando hacia afuera a través de estas, y una figura masculina que conocía perfectamente se iba acercando cada vez más.
Sonrió al sus ojos toparse con los míos y se acercó al cristal agachándose a la misma altura en la que estaba y posó sus labios encima de este como si esperara un beso, sus ojos estaban cerrados.
Apreté mis labios para no reír y mi vista varió entre las personas del lugar que murmuraban cosas o suspiraban mientras nos miraban.
Al voltaer nuevamente para verlo, me llevé la sorpresa de que ya no estaba.
Había entrado a la cafetería. Pero no se sentó junto a mi o delante, sino en otra mesa. Lo miré y el hizo lo mismo que anteriormente pero lanzándome el beso mientras me guiñaba el ojo.
-Su pedido señorita- el chico se interpuso en mi campo de visión dejando las cosas en la mesa.
-Gracias- él asintió y se marchó.
Me dispuse a devorar mi comida, solamente tenía en mi estomago un jugo de naranja desde la mañana.
Le di un bocado a mi pan y mi vista se volvió a fijar en aquel chico, pero no estaba solo, había una chica sentada, enfrente de él.
Una chica de cabellos largos de color negro.
Este le dijo algo a la mujer y ella asintió levantándose de su silla caminando hacia el mostrador, puse mi codo derecho encima de la mesa mientras lo seguía observando, él me miró y levantó su mano derecha mientras señalaba su anillo y hacia una mueca con la boca.
Reí y levanté la mía izquierda mientras también le señalaba mi anillo en mi dedo anular. Levantó su pulgar mientras asentía y volvió a sonreír cuando la chica volvió con él.
Después de terminar de comer dejé el dinero encima de la mesa y me levanté de la silla.
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-Siento mucho que mi padre te haya hecho venir aquí por gusto Nao. En realidad yo ya estoy casado, es más ahí está mi esposa- señalé detrás de ella hacia Kely la cual se acercaba a nosotros, se que lo único que hará en pasar por nuestro lado para salir de la cafetería pero espero que me ayude.
-Hola amor- comenté cuando la tuve cerca de mí pasando mis manos por su cintura. Había una sonrisa picara en su rostro, lo cual me da a entender que captó lo que pasaba.
-¿Estas casado?- aquella chica se levantó de su silla- Esto es lo único que me faltaba, que me hicieran perder mi tiempo- comentó molesta para empezar a caminar y salir de la cafetería.
-Me debes una grande chico poker - dejó un corto beso en mis labios- Ya veré después como te la cobro- mordió su labio inferior y pasó por mi lado para de igual manera salir del lugar.
Maldije por lo bajo al sentir mis huevos doler. ¿Cómo es que esta mujer me puede calentar tanto con solo rozar sus labios con los míos?
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