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19. PASANDO LISTA

Ahora toca hacer un recuento y Sabinael atraviesa su portal. Raquel y Jacob están a punto de abordar el avión de regreso de Francia. La fila es un tanto larga, pues tuvieron que tomar la clase económica, por lo imprevisto del vuelo.

De pronto, ven a un hombre robusto salir en sentido contrario tropezando con algunos pasajeros. Se ve muy apurado y Jacob cubre a su dama para evitar que la atropelle en su carrera. Tan pronto llegan a la entrada del avión, una elegante azafata de cabello negro les detiene.

—Disculpen — les dice —. ¿Andan juntos?

La pareja asiente sonriendo y tomándose de la mano.

—Ha habido un abandono de última hora en primera clase — les avisa — ¿Les gustaría tomar dos asientos disponibles?

Tanto Jacob como Raquel se sorprenden y se miran.

—Por supuesto — contestan casi a la misma vez.

Una vez acomodados en los amplios y cómodos asientos de primera clase, la azafata les brinda a cada uno la champaña de cortesía que la pareja acepta gustosa chocando sus copas.

—¿Se lo imaginan? — comenta la azafata —. Un solo caballero separó ambos asientos para estar aún más cómodo.

"Viejo egoísta."; piensa la azafata en medio de su sonrisa. "Ahora el único asiento que debe estar usando es el del baño del aeropuerto. Que... "raro" que no quiso usar el del avión."

Jacob y Raquel se miran como jóvenes enamorados y comienzan a charlar sobre sus planes de boda. El avión acelera los motores.

La azafata ha desaparecido; y la demonio contempla su éxito. La resentida Raquel y el culposo Jacob.

—Disfrútenlo chicos. Se lo han ganado — dice.

Atraviesa el fuselaje y una vez fuera, en medio del cielo francés, cruza el portal llameante.

Matthew North, se apura el trago de whiskey, lamentando la decisión que acaba de tomar, pero si quiere al menos que la compañía que heredó de su padre tenga futuro, no le queda otra opción.

Es en ese momento de derrota, que Joseph Messer abre la puerta y cruza, plantándose frente al presidente de TechNorth, con una sonrisa de triunfo.

—Después de esto querrás besarme, pero te advierto que ya tengo pareja.

—Joseph. No estoy de humor para tus arranques optimistas — hizo una pausa y luego añade —: ¿Cómo es eso de que tienes pareja?

—Así es. Tengo una relación con una hermosa mujer que estaba justo frente a mis narices — responde el abogado entusiasmado.

—¿Y se puede saber quién es?

—Tú la conoces. Es Elizabeth.

—¿Elizabeth? ¿Me has robado a mi asistente? — pregunta Matthew sorprendido.

—No te apures, seguirá siendo tu asistente, pero ahora sabes que será mi esposa.

—Vas en serio.

—¿Sabes cuando sientes que la vida te ha puesto frente a la mujer adecuada? Eso es lo que siento.

—Claro que lo sé. Pero no se lo digas a Vivian. No dejaría de molestarme con eso — comenta Matthew riendo, contagiado con la alegría de su amigo.

Luego cambia su semblante.

—Espero que los nuevos dueños, te consideren y se queden contigo.

—¿De qué hablas? Te traigo buenas noticias. Y no sé cómo tomarás las otras.

Tocaron a la puerta y con cierto melodramatismo, Joseph la abre. Tras esta, un nervioso Michael, aparece parado. Elegantemente vestido con pantalón y saco, aunque la nota se ve interrumpida por los zapatos tenis.

—Te presento a Michael Donner. Él tiene algo interesante que contarte.

Matthew North mira a ambos extrañado y Joseph hace pasar al joven para cerrar la puerta tras él.

Horas más tarde, Hope charla animada en el porche de su casa con Michael. Está muy impresionada con lo que el chico le ha contado. Y ve al joven como el salvador de toda una empresa de irse a la quiebra o de ser comprada.

Resulta que Carl, el contable, había preparado un esquema, para hacer creer que las torres de enfriamiento habían salido defectuosas. Vulnerable, otra empresa compraría TechNorh, con sus acciones desplomadas. Pero Michael evitó todo eso y Joseph, descubrió el engaño a tiempo.

Y por supuesto el joven está muy contento de ver el jugoso cheque. El primero de muchos, porque tanto el licenciado Messer, como el Señor North, lo quieren en la empresa.

—Estoy feliz por ti, Mich.

—Entonces estarás feliz... por los tres.

Michael le cuenta sus planes, comprar un auto para poder llevarla a ella y a la bebé a paseos más largos. Ayudarla para que se inscriba y vaya a la universidad a estudiar lo que sueña, medicina. Imagina toda clase de planes junto a ella y su hija. La chica se recuesta de su chico emocionada por ver que, lejos de querer apartarse de ella por su hija, quiere ser parte de la vida de ambas. Sus palabras le muestran que está dispuesto.

Hope se recuesta del hombro de Michael y entrelaza sus dedos con los de él.

—Mich — dice suavemente sin mirarle, suspirando antes de seguir —. Creo que te amo.

El corazón de Michael da un brinco en su pecho y rodea con su brazo a Hope.

—Lo crees — responde —. Yo estoy seguro y te lo demostraré.

Ella se incorpora y sus miradas se toparon a escasos centímetros. Cuando sus labios se juntaron, lo hicieron con algo más que simple pasión y ya no querían despegarlos.

La madre de Hope los observa desde la ventana con la bebé en brazos que gime y balbucea por lo bajo.

—Mejor nos retiramos, Faith — dice la señora Lant —. Aún estás muy pequeña para ver estas cosas.

Afuera Sabinael, con sus manos sobre sus caderas, contempla complacida la escena. "Van dos, falta una"; piensa. El tímido Michael y la desconfiada Hope.

Elizabeth está sola en el apartamento de Joseph, luego de tomar una refrescante ducha, espera por la cafetera, para tomar su café y salir a su cita anual. Examina los anaqueles en busca de una taza, pero al dar con estas, descubre algo más.

Siete marcos de fotos en las que la difunta esposa de Joseph posa con esa sonrisa sincera que estruja el corazón al pensar que ya no está con vida.

Por un momento se siente culpable de que Joseph las haya ocultado, pero comprende que fue para no hacerla sentir fuera de lugar. Piensa por un momento y toma una decisión.

Más tarde, cuando el abogado llega, ella no se encuentra. Y se lleva tremenda sorpresa al ver los marcos de las fotos de Ángela acomodadas cuidadosamente en toda la sala. Bajo uno de los marcos, encuentra una nota. Preocupado la abre.

Joseph:

No deberías ocultar a Ángela, entiendo que fue parte de tu vida y que ella te hizo muy feliz. Espero llegar a llenar sus zapatos y que me veas sonreír junto a ella; porque de algún modo, pienso que desde donde esté, nos da su bendición. Nos vemos luego. Te amo.

Elizabeth.

Joseph no pudo evitar que sus ojos se humedecieran con imprudentes lágrimas que volvieron borrosas las palabras en la nota. Miró la foto de Ángela y estuvo totalmente de acuerdo con Elizabeth.

Tras su hombro Sabinael lee la nota y sonríe algo melancólica. El desconsolado Joseph y la insegura Elizabeth.

—Te has ganado un ángel de mujer — comenta.

Joseph siente que su cuerpo se estremece, siente una enorme felicidad; y toma eso como una señal de que su nueva vida ha comenzado muy bien.

Sabinael está por retirarse, luego de haber besado a Joseph en el cuello, le mira una última vez.

—Te has ganado dos ángeles.

Al cruzar su portal, la demonio nota que no ha llegado adonde esperaba encontrarse con Fanuel. Su esencia se estremece al ver la penumbrosa cueva entre mundos de Lillith.

—¡Maldita puta traicionera! — escucha a la reina de la perversión gritar.

Antes de poder reaccionar toda su esencia vibra con asombrosa velocidad. Toma su forma real, pero sus seis alas, que han dejado de verse oscuras, no responden y los ojos en estas permanecen cerrados. Su cabeza real flanqueada de dos rostros adicionales, miran a la nada. Toda ella se ve más iluminada, se ha estado convirtiendo en ángel. Fanuel había cumplido su palabra, pero en ese momento está rodeada por tres caídos; y Lillith.

—¡Eres demonio Sabinael! — escucha la voz de Yekún reclamándole — ¿Adónde crees ir con lo que has estado haciendo?

Sabinael trata de moverse, pero es inútil. La oscura esencia de los demonios la restringen.

—He sido... he sido perdonada... — alcanza a decir.

Los demonios se miran entre ellos. Y Lillith se acerca para tocar su esencia.

—Entonces — le dice — ¿Por qué puedo tocarte?

—Te han mentido Sabinael — la voz retumbante de Asbalot resuena en toda su esencia y la demonio, se siente confundida.

No sabe qué responder.


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