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Capitulo 1

—Estás jodido—afirmaba ciegamente Nanami viendo a su compañero de trabajo, hace tiempo que trabajaba con Toji y había visto como siempre las cuidadoras, como, niñeras renunciaron por una de las travesuras de Megumi.

—Carajo, dime algo que no sepa—le recriminaba Toji, sabía cómo era su hija, pero no pensó de qué fuera capaz de hacer una broma que dejará sin sensibilidad en la parte de un brazo a una de sus niñeras —¿Dónde conseguiré una niñera que pueda cuidar a Megumi mientras trabajo?

—Puedes buscar en una aplicación de niñeras que se hizo popular en estos días o publicar un anuncio de buscas una niñera en un grupo de compra-venta en Facebook.

—Parece que sabes del tema, así que busca buenas candidatas y me traes sus currículums mañana, ¿qué opinas?— mencionó sarcásticamente el hombre, a veces pensaba que Nanami le tomaba el pelo en algunas ocasiones.

Antes de que Nanami dijera algo, la voz de una infanta se escuchó.

—Ya llegué—la pequeña niña de cabello alborotado del mismo color de su padre, venía usando su gabacha del kínder llena de pintura, también tenía pintura en el rostro y en sus manos, miraba a su padre mientras ponía una de sus manos en su cintura—. Se te olvidó ir por mí.

El golpe que se escuchó en la habitación, era Toji dándose un golpe en la mesa, solo a él le sucedían esas cosas.

—Te haré el favor, y te traeré los currículums mañana, estás en un buen lío—fue lo único que dijo el oficinista antes de despedirse de Toji y de la pequeña niña. Toji vio fijamente a su hija, la niña fruncía el ceño idéntico a él. A veces odiaba esas similitudes.

—El hermano de Yuji me vino a dejar—fue la única explicación que dio la niña a su progenitor. Choso era alguien muy agradable aunque cantaba horrible cuando en la radio pasaban su canción favorita.

—Perdón

La niña ignoró a su padre y fue a dejar sus cosas a la habitación. A pesar de tener 5 años, la pequeña era muy independiente de su padre. Tal vez porque Toji no es el mejor padre de todos.

Minutos después la niña venía vestida con ropa de casa y su cabello alborotado que cubría su rostro, Toji tomo una diadema negra con un adorno de papel de color plateado, la diadema había sido un regalo de Itadori a Megumi, el mayor le coloco el adorno a su hija, para que se le mirara la cara, ya que su cabello caía por todo su rostro luciendo como la llorona.

— ¿Quieres comer algo?

La pequeña asintió con la cabeza.

—¿Aún buscas trabajo?—La voz de Nanami se escuchó en la habitación llena de mujeres jóvenes. Había un desfile de modas en ese momento y la mayoría eran modelos, pero el oficinista hablaba con una chica albina que era la que ayudaba a una mujer con su vestido de un color verde jade y llevando a las demás a la pasarela.

—Eso ni se pregunta—fue lo que dijo la joven mientras despedía a la última. Solo tendrá unos minutos de paz antes del cambio de vestuario. Odiaba ese trabajo.

—Te interesa ser niñera.

La ceja izquierda de la chica se alzó con curiosidad. Es muy interesante la propuesta.

—¿De qué edad?

—Será de solo una niña de 5 años, Satoru.

La mujer asintió con la cabeza en compresión, si solo era una y de esa edad, estaría más que bien.

—Estoy dentro—fue lo único que dijo antes de que la primera modelo entrara a la sala nuevamente, mientras se quejaba de sus tacones rojos, Satoru dio un suspiro cansado y dijo: —Si me disculpas tengo que terminar de trabajar.

Nanami asistió con la cabeza hacia su amiga y le tendió una tarjeta de contacto, era el número de teléfono de Toji, la chica la recibió observando el número para luego guardarlo en sus bolsillos, un "adiós" fue la única despedida que se dieron.

Satoru ha estado intentando encontrar trabajo, desde hace un tiempo o mejor dicho, desde que entró a la universidad, los gastos de su estudio, departamento y alimento habían subido igual que la canasta básica, pero el problema de que se saliera de cada trabajo era por sus problemas de visión.

Trabajó en una sastrería, por error cosió tres vestidos juntos, trabajó en una editorial, confundió proyectos y así sucesivamente. Ella puede ser buena en algo, pero su hiperactividad y falta de vista siempre la perjudican. Incluso su apariencia; la sacaron de varios trabajos por su apariencia, hasta la acusaron de brujería, solo por padecer albinismo.

Pero allí iba de un lado a otro en su actual trabajo, sabía que no estaba en las mejores condiciones, lo notaba por el enrojecimiento en sus ojos, las pastillas de acetaminofén en su bolsillo y la falta de sus lentes de sol. Ella usaba esos lentes para que su fotofobia no le causará problemas.

Suspiro, se dio la vuelta del lugar y se marchó, ese al final de cuentas no era su problema.

Satoru terminó su turno casi a las 2 de la mañana o más tarde, ella no lo recuerda muy bien.

Se fue a su departamento encontrándose con las cartas de deuda, la luz, el agua, el gas, incluso uno del arrendador que le cobraba lo del mes. Suspiró profundamente, y sacó de su bolsillo la tarjeta de contacto, mordió una de sus uñas nerviosa, no sabía si era buena hora para llamar.

En serio necesitaba el dinero, observó el reloj por demasiado tiempo del necesario, tal vez se quedó dormida en el suelo sin darse cuenta, pero cuando reaccionó la luz del sol entraba por una de las ventanas del lugar. Pensó que era la mejor hora para llamar a su contratista o futuro contratista.

Marco el número de teléfono mientras llevaba el aparato a su oído derecho, esperó un momento hasta que la voz de un hombre al otro lado la hizo reaccionar.

— Buenos días — la voz era profunda y ronca, las mejillas de Satoru se tiñeron al pensar quien era el dueño de esa voz.

— Buenos días, soy Satoru Gojo, Nanami me pasó su número, él me comentó que buscaba una niñera.

El hombre al otro lado dio un largo suspiro como si alguien le estuviera quitando una gran carga de encima.

— ¿Cuándo puedes iniciar?

— Disculpé…— Satoru se había perdido un poco en la conversación.

— ¿Cuándo puedes iniciar a trabajar? — volvió a repetir el hombre.

— Lo antes posible si se puede — Satoru no quería sonar desesperada pero lo estaba.

— Puedes hoy — La chica parpadeó varias veces, era demasiado pronto, pero necesitaba el dinero.

— Claro que sí.


Bueno, se que tengo que actualizar mis demás historias pero no podía dejar esta así nomás así que la publique jsjsjs

Pueden comentar lo que les gustaría ver, además he querido explorar Satoru fem así que será interesante

Sin más

Besos Mágicos y Abrazos Peligrosos La Autora

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