-Jungkook,quieres....quieres ser mi novio?

Jungkook parpadeó varias veces sin entender lo que estaba sucediendo. Había escuchado a Jimin preguntándole si quería ser su novio. Se habría quedado dormido y estaría soñando?

-Jungkook?

-...Hmm?

-Sí o no?

-Eeh...cual era la pregunta?

Jimin estrechó los ojos antes de reírse.

-Eh! De que te ríes?

-Te hago la pregunta más difícil de mi vida y...-sus palabras se entrecortaban por la risa- y ni siquiera me atiendes, eres realmente Jeon Jungkook!!

Jungkook se quedó paralizado mirando como Jimin reía a su lado en la cama.

-Sí, si quiero.

-Vaya, pensé que no me habías oído, iba a retirar la pregunta.

-Te he oído, pero pensé que lo estaba soñando.

Jimin borró su perfecta sonrisa y se encogió ligeramente.

-Ojalá lo fuese, Jungkook. Me has vuelto jodidamente gay en poco más de una semana.

-Bueno, yo podría decir lo mismo.

-Tú me besaste primero.

-Tú me agarraste el paquete antes, y si mal no recuerdo fuiste tú el primero en besarme.

-....Tú ya eras tontito de antes.

Jungkook puso los ojos en blanco y Jimin rió.

-Entonces...estamos saliendo?

Jimin se encogió de hombros

-Si? Supongo, cuál es la diferencia con antes?

-Mmm...ahora puedes besarme en público. Si quieres, claro...

Jimin sonrió ante la voz nerviosa de Jungkook y atrapó sus labios con los suyos en un suave y dulce beso.

-Lo haré encantado, dónde y cuando tú quieras.

Jungkook pegó su frente a la de Jimin, y con los ojos cerrados preguntó:

-No habrá que guardar secretos?

-No, para que quieres que los guarde?

Jungkook se encogió de hombros ligeramente.

-Tenemos que contárselo a Taehyung...

Jimin retuvo su respiración.

-Lo sé...pero lo entenderá, él es mi mejor amigo, y siempre lo será.

-Tambien creo que deberíamos decírselo a la niña del parque- Jungkook sonrió y Jimin frunció el ceño.

-Que? Como...tú como sabes eso?

-Yo tambien me la encontré, y me contó vuestra charla.

Jungkook vio por primera vez a Jimin ponerse rojo de verguenza, algo que le solía pasar a él, pero no a Jimin. No pudo evitar sonreír y pellizcarle una de aquellas gordas mejillas de modo casi inconsciente.

-Te quiero Jimin.

-Ya...será mejor que durmamos, mañana tendremos un largo día de explicaciones al mundo.

Y dicho así, se durmieron de nuevo, abrazados el uno al otro.