Iris
Julio 2018
—¿Qué piensan hacer hoy? Tendré la tarde libre y tengo ganas de ir al cine—Claire se levantó de la mesa, con su plato casi vacío del desayuno.
—Puedo ir contigo—Fred bostezó desde el otro extremo de la mesa, aun en pijama y con sus manos manchadas de pintura tras haber pasado casi toda la noche en vela en un proyecto.
—Yo haré tarea, pero puedo hacer espacio de un par de horas en mis deberes—Silver hizo lo mismo—. Oh, mierda—se fijó en la hora que marcaba su teléfono—, no sé cómo hago para llegar tarde siempre. Creo que es una maldición—lo tomó.
—Yo lo lavaré por ti—Claire dijo deseando que se negara a aceptar esa ayuda y Silver sonrió en grande dejando sus trastes sucios. Se puso de pie y fue hasta la rubia dejándole un sonoro beso en la mejilla.
—Eres la mejor mamá postiza—siguió caminando con intención de ir al baño pero se detuvo al ver como Fred se ponía de pie y tomaba el mismo camino que ella—. ¿A dónde vas? —él paró.
—¿Al baño? — señaló.
Ambos intercambiaron miradas por medio segundo, escucharon el lamento de Claire ante la situación y eso fue como un disparo de salida con esperanza de ganar. Silver fue tan rápida como escurridiza pero Fred la empujó fuertemente cuando estuvo a punto de tocar el picaporte y lo siguiente que se oyó fue el portazo que los aturdió.
—¡Fred! —golpeó la puerta—. ¡Sabes que voy tarde! —ésta vez la pateó.
—¡No patees la puerta! —Claire regañó al instante y Sil se detuvo.
El teléfono de Claire sonó y con eso lo ruidosos trastes siendo dejados con violencia en el lavabo con ella maldiciendo por no encontrarlo.
—Me falta poco, no dramatices—Fred reía del otro lado y esto la hizo enojar más.
—Llegaré tarde, y ya me condicionaron sobre eso. No puedo perder mi empleo solo porque me empujaste, te detesto—refunfuñó.
—Odiarme no hará que me apresure.
El ruido del agua del inodoro hizo acto de presencia y ella recargó su frente en la puerta, suspiró:—Te voy a arrancar la cabeza.
—Hey—la puerta se abrió, Fred se recargó en el marco de ésta—. ¿Desde cuándo usas falda para trabajar?
—No he lavado mi ropa, no me queda más—lo empujó para entrar y él la siguió con la mirada.
—Te ves bien.
—Es para que mis piernas tengan mayor libertad de patearte—tomó su cepillo de dientes.
Fred comenzó a reír, casi llega a contagiarle la gracia sino fuese porque Claire apareció ahí, con un gesto de estupor en su rostro mientras seguí escuchando lo que la persona le decía por teléfono.
—¿Qué pasa? —preguntó Silver, algo asustada.
—Gracias, Roel—Claire solo miró a Fred deseosa de que él le leyera la mente para evitar dar la noticia. Apartó el teléfono de su cabeza e intentó acomodar el cabello detrás de sus orejas algo nerviosa—. Tenemos que comunicarnos con la familia de Oliver.
—¿Qué pasó? —Silver dijo con un tono más fuerte.
—Bien, yo...—Fred comenzó a tartamudear—, creo que... tengo el número de su hermana por ahí sino le preguntaré a Wesley, él debe de saber—se apartó de ahí, comprendiendo ante la incertidumbre que Claire desprendía y que comenzaba a envolverlos.
Silver lo había hecho también, pero no quería creerlo hasta que saliera de la boca de Claire
—Él estará bien—fue lo único que dijo yéndose de ahí.
—¿Estará bien? —la siguió—. ¿Por qué simplemente no lo dices? Tenemos que aceptarlo de alguna manera.
—¡Bien! —se giró hacia ella deteniéndose—: Ahora mismo va en camino a urgencias porque Roel lo encontró inconsciente en su habitación de hotel después de no saber de él durante horas la noche anterior. ¿Podrías dejar atrás tu ira por un momento? Intento buscar una forma de decirles a los padres de mi amigo que su hijo está en peligro mortal pues aún intentan reanimarlo en una ambulancia por las calles de alguna ciudad de Estados Unidos de la cual no recuerdo el nombre—cerró sus ojos y respiró hondo—. No me vengas a decir que no te importa, porque eso ya ni te lo crees tú... Oh, por Dios, Sil—sintió caerse por un momento como si analizara bien lo que dijo, digiriendo en su totalidad la noticia.
—Yo tengo los números—fue lo único que ella respondió, yendo hacia la mesa donde su teléfono celular quedó—. Yo les diré—juntó toda la sensatez que parecía quedarle.
Cuando tomó el teléfono eliminó todas las notificaciones de llamadas perdidas que Oliver le había hecho la noche anterior. No quería esa imagen de él estancada en su cabeza.
Iris - Goo Goo Dolls
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