Algún día

Tres meses después de Cool song no 5 | Mess is mine

30 de Marzo de 2018

—No debes preocuparte mucho, su médico es  amigo mío, es excelente.

—No los conocía—le miró, ignorando lo que ella había dicho. Wesley sonrió de lado hacia la chica que se detuvo a su lado—, y aun así me aterraba pensar que pudieron no estar.

Claire vio lo que él vigilaba como si fuese un halcón, y sonrió igual. No era raro encontrarlo ahí, había pasado poco más de una semana desde que ellos llegaron pero no pudieron salir del hospital como esperaban. Y ella, aunque no fuese su trabajo, intentaba verificar sus cuidados como si en verdad fueran suyos. No se había topado con Wesley de frente, pues intentaba evitar las horas de visitas porque sabía que estaría ahí, pero hoy fue casi inevitable caminar hasta él cuando lo vio de pie frente al cristal que lo separaba de sus hijos.

Ella sostuvo mejor su pequeña maleta donde mantenía su ropa de guardia y artículos personales con los que cargaba todas las noches en su turno y respiró hondo imaginando que tomaba una taza grande de café. No sabía qué decir ni cómo tomar lo que él dijo; porque no fue exactamente tristeza lo que emanaba de su voz, tampoco miedo o esperanza. Era un sentimiento que salía de sus palabras que no reconocía en él.

Lo observó por su reflejo en el cristal; no se veía mejor que los días anteriores pero sin duda aparentaba más lucidez que en aquel momento en el que le dijeron que los gemelos habían tenido un problema al nacer. Probablemente no había podido dormir desde entonces y sus horas libres las ocupaba preocupándose por ellos.

—Están bien, Wesley—sonó convincente para sí misma, y supo que para él también cuando lo vio sonreír nuevamente sin dejar de ver al par de bebés que dormían plácidamente en una de las cunas del centro, envueltos en mantas azules y que se veían tan pacíficos que nunca nadie notaría que fueron retirados de una incubadora esa misma mañana. —¿Cómo está Camille? —preguntó.

—Bien, está en casa y más nerviosa de lo que estaba cuando fue el parto—rio—. Pero está mucho mejor, su madre está con ella y—se encogió de hombros— está fuera de peligro, eso es lo que importa.

—¿Y a quién crees que se parezcan más? —quiso bromear.

—Creo que solo quiero tener el poder de diferenciarlos—rio.

Y ella lo hizo por unos segundos hasta que la broma fue opacado por el silencio.

—Wes...

—¿Sí? —le miró.

Claire contuvo la respiración por medio segundo analizando el pequeño momento de valor que le había llegado como si ahora tuviese relevancia lo que sentía. Y no lo entendía, porque nunca iba a saber la verdad ni el cómo serían las cosas si todo hubiese sido diferente. Preguntárselo ya era una pérdida de tiempo y retroceder ya no era una opción, pero aún no podía sacarse esa espina que llegó a ella esa vez en la que recibió una llamada de Wesley cuando sus amigos se lo llevaron en contra de su voluntad la noche antes de casarse.

Tal vez él no lo recordaba o no quería hacerlo, pero ella aún tenía grabado en sus recuerdos su voz alimentada por reproches y tristezas que el alcohol sacó; pidiéndole perdón por lo que iba a hacer como si fuese el peor pecado del mundo. Y ese era un secreto que le tocaba llevar sola, razón por la cual aún no podía sacarlo de ella por completo por más que lo intentara.

Quizá le tocaba solo ser el amor de su vida, y no para su vida; y eso también le pasaba a ella con él, pero por tontos, y por no llamarse idiotas, se merecieron sólo quedarse con los recuerdos.

—Nada—sonrió—. Iré a dormir, estoy exhausta.

—Ah. Está bien, ojalá descanses.

—Ojalá descanses también pero dudo que lo hagas.

—Ya tengo práctica.

—Felicidades, papá—chistó.

—Van dos—metió las manos en sus bolsillos del pantalón—, ¿deberían ser seis?

—No ayudarás con el calentamiento global, ¿eh?

—Es mi destino—se encogió de hombros—, no puedo cambiarlo.

—Claro que puedes, todos pueden—enarcó una ceja.

Wes entrecerró sus ojos e hizo una mueca—: Lo pensaré.

Hold back your love - White Lies