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꒰ ⌗ Gris 🩶 ! ꒱

El gris es un color neutro, suele representar la madurez y la inteligencia, así como un estado de ánimo bajo. De ahí la expresión "Días grises". Para Taehyung, algunos de sus días son así.

Para este capítulo si les recomiendo escuchar esta canción: She's in the rain, de The Rose. La versión instrumental es mejor, está en la playlist. Igual si quieren ver la letra, pueden hacerlo. Es preciosa. Les dejo la primera versión.

Taehyung sabía que aquel relajante sonido que escuchaba, eran las gotas de lluvia impactando contra el suelo. Probablemente ya pasaba del medio día, pero él seguía incluso sin bañarse, ni desayunar.

No tenía ganas de hacerlo.

Hace apenas dos días estaba riendo con Jungkook, disfrutando de un concierto de música clásica. ¿Qué había pasado?

Simplemente, a veces los días eran tristes.

Grises.

Para muchos tal vez no tenía motivo, razón alguna por la cual debería sentirse así. Taehyung no buscaba ser comprendido, sólo quería que respetaran sus sentimientos.

Siempre habrá días donde te sientas gris.

Pasaron dos horas, y el rubio seguía sentado en su ventana, perdido en su propio mundo. En sus recuerdos.

Trataba de recordarse siempre que no era necesaria la vista, pero gran parte de su vida; no pensó así.

Después de que terminara la lluvia, Taehyung caminó por su habitación, tratando de despejar los sentimientos negativos de su cabeza.

Su espacio estaba acomodado de la misma manera, siempre. Así el rubio no tendría que pedir ayuda para saber dónde está cada cosa, encontrando lo que necesitara por su propia cuenta.

Había muchas cosas de las que se arrepentía a lo largo de su existencia. Se había encerrado en su mundo, muchas veces sintiéndose inútil para todo. Era uno de esos días, donde deseaba cambiar su pasado. De buscar vitalidad incluso donde muchos sólo vieran lo contrario. Pero sabía que el pasado no podría cambiarse, así lo desearas con todas tus fuerzas.

Alguna canción sonaba de fondo, una de las tantas que el pelinegro le enseñó. Sonrió por primera vez en el día al recordarlo.

Sólo por un momento, su día dejó de ser gris.

Decidió que era tiempo de bañarse, pero prefirió relajar sus músculos usando la bañera. Estuvo al menos otra hora en el baño, acompañado de sus pensamientos y canciones de fondo.

Esa tarde, todas las canciones pintaban melancolía, y Taehyung estaba cansado de pelear con ella. La dejó flotar en su mente, dejándose abrazar por ella.

Salió del agua cuando ésta comenzaba a enfriarse demasiado para su gusto, cambiándose de pijama. No se molestó en secar su cabello, no tenía ganas de hacerlo. No tenía ganas de nada.

Supuso que el sentimiento incómodo en su pecho duraría al menos una semana, a veces duraba más. Lo único que lograba calmarlo era dormir, a veces dormía más de 15 horas al día, levantándose únicamente cuando el hambre era demasiada.

No habían pasado ni cinco minutos desde que se acostó, cuando unos toques a la puerta lo trajeron de vuelta a la realidad. Supuso que era su hermana.

-Adelante.

La mayor de Taehyung, entró a la habitación, observando a su hermano bajo las cobijas, casi en completa obscuridad. Arrugó la frente en señal de preocupación, no quería ver a su hermano triste. Estaba acostumbrándose a un Taehyung brillando en colores, y temía que se apagara en escalas de grises.

En la mano derecha traía el teléfono celular, la persona del otro lado de la línea esperaba pacientemente.

-Taehyung—habló con suavidad la rubia—Te habla Jungkook.

El chico asomó la cabeza por encima de la cobija que lo cubría, sacando su mano para recibir el teléfono.

-Gracias, Yeri.—puso el teléfono en su oreja, tapándose de nuevo.— ¿Bueno?

-Hola, Taehyungie.

El mayor no lo sabía, pero su voz logró relajar en demasía al rubio.

-Hola, hyung.—el profesor notó de inmediato el tono decaído, alarmándose.

-¿Está todo bien?

-Sí, no te preocupes.

-Te hablo porque me gustaría saber si quieres ir a cenar conmigo. Yoongi me recomendó un restaurante de comida italiana, y quiero ir contigo.

-Gracias, hyung. Pero, uh... Me siento bastante cansado. ¿Vamos mañana?

Jungkook estaba atacando su dedo pulgar, preocupado al escuchar a su rubio tan triste. Tan gris.

Supo que debía hacer algo.

-Está bien, iremos mañana. Te quiero mucho, Taehyungie.

En medio de la obscuridad de su cuarto, el rubio sintió su sonrojo extenderse por sus mejillas y cuello.

-Yo también te quiero, hyung. Nos vemos mañana.

-Nos vemos, lindo.

El chico le regresó el celular a su hermana antes de volver a su posición original, y ella salió del cuarto. La llamada seguía en curso.

-Está triste, ¿verdad?
M-Sí, lo está.

Yeri suspiró, mirando la puerta que daba acceso a la habitación de su hermano. Normalmente estaba abierta, pero ese día no.

-¿Qué pasa?

-Algunas veces tiene sus recaídas, pero me preocupa porque la mayoría de las veces le dura días, a veces semanas.

Eso fue suficiente para que el mayor saliera casi corriendo de su salón.

-Voy para allá.

Yeri colgó, esperaba que la visita del chico animara a su hermano. Cosa que no dudaba, ya que siempre lograba hacerlo.

Jungkook llegó la vivienda de los Kim una media hora después, siendo recibido por la rubia y su hijo.

-Profesor Jeon, ¿Viene a ver a mi tío?

-Hola, pequeño. Sí, vengo a verlo a él.

El sobrino del rubio tomó la mano del pelinegro, llevándolo a la habitación que permanecía cerrada. Yeri venía atrás de ellos, sin decir palabra alguna, abrió la puerta del cuarto.

-Gracias.

La rubia asintió con una sonrisa, dejándolos solos. Jungkook ingresó a la habitación, tratando de adaptar su vista a la falta de luz. Sus ojos captaron un bulto debajo de las cobijas, y cuidadosamente destapó la cabeza de Taehyung. Estaba dormido.

Acarició con suavidad el rubio cabello, bajando lentamente por su cara. Adoró ver como los gruesos labios eran aplastados contra sí, amó ver la serenidad en su rostro.

No se atrevió a despertarlo, así que con suma delicadeza, se quitó los zapatos y movió a Taehyung, para poder acostarse a su lado.

Rodeó el cuerpo del menor con sus brazos, apoyando la cabeza contra su pecho. Estuvo así una hora, escuchando la respiración ajena, sintiendo el calor que el chico le ofrecía.

Dolía que su Taehyungie estuviera triste, odiaba ver esa emoción gris atravesar su rostro.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos leves quejidos, ahora poniendo su atención en el rubio que lentamente comenzaba a despertar.

-Buenas noches, bello durmiente.

Taehyung de inmediato reconoció la voz ronca que le habló, sintiéndose un poco perdido. Lo último que recordaba antes de caer dormido era haber estado llorando.

-¿Jungkook hyung?

-El mismo, pequeño.

El rubio no quiso que el chico viera su condición, así que volvió a recargar su cara en el pecho cálido. Adoraba la sensación de seguridad que sentía al estar entre brazos del mayor.

-Taehyungie... Mi Taehyungie, ¿Qué pasa, pequeño?

La voz suave y ronca, la calidez de sus palabras y su piel, era lo que el menor necesitaba.

-N-nada, te juro que no me pasa nada.

-¿Ah, sí? Pues no te creo.

-Sólo abrázame, por favor.

Jungkook no dijo nada, él entendía que muchas veces uno no tenía ganas de hablar, simplemente quería estar acompañado de alguien. Así que rodeó de nueva cuenta el cuerpo del rubio, dejando varias caricias en su espalda, bajo la sudadera que llevaba puesta.

Pasaron unos minutos hasta que el mayor sintió como Taehyung se relajaba de nuevo, aprovechó aquello para hablar.

-Cariño—habló con la voz más suave que le fue posible—Quiero que sepas, que cualquier cosa, aquí estoy para ti. Te quiero mucho.

El color gris, poco a poco dejaba a Taehyung.

-Yo también te quiero, y mucho.

꒰𝓣𝓣𝚊𝚎 ♡︎...

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