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59


Un momento, aún hay una cosa más


MACK

Ax, todavía en su estado oscuro, se giró. Sus ojos teñidos de negro contemplaron a sus hermanos parados en ese patio, detrás de él.

Me pareció que ni él entendía cómo es que se habían manifestado, porque por un momento no pudo moverse, solo pudo estar ahí, respirando, cansado.

Hasta que la forma más cercana a él, la que tenía esa silueta femenina y que lo ayudó a comprimir a la criatura, caminó hasta detenérsele en frente.

Ax extendió su mano hacia ella, pero de una forma en que la palma quedara hacia arriba. Ella también la extendió, pero con su palma hacia abajo. Y antes de hacer algo, él miró de nuevo a los demás que estaban quietos.

Una lágrima negruzca se deslizó como una línea por una de sus mejillas. Eso convirtió la escena en algo tan conmovedor. En especial porque yo, después de oírlo en el avión culparse por sus muertes, de llorar por no haber estado ahí para defenderlos, entendía bien la razón de esa lágrima:

Primero, por el shock y la nostalgia de encontrarse con ellos, sin vida. Unas vidas que jamás se volverían a recuperar. Unas vidas que a él le dolía haber perdido.

Y segundo, por la realización de que ellos no lo culpaban por sus muertes. La realización de que no lo habían abandonado. La realización de que su deseo de justicia no fue en vano porque ellos también habían aparecido para hacer justicia por él.

A pesar de que nueve de ellos se habían ido, siempre estarían conectados, no solo por su naturaleza como STRANGE, sino también por su lado humano. Por su lealtad.

Así, los dedos de ambos se tocaron, y sin más, las siluetas se desvanecieron dejando en claro que como la lucha por la vida del número uno había terminado, su energía y su presencia también.

En todo el patio quedó un silencio. Ese de cuando se ha enfrentado un peligro tan grande que la alerta de que pueda surgir de nuevo sigue dentro del cuerpo.

—¿Terminó...? —fue la voz de Nolan, cargada de duda y temerosa expectativa, la que lo rompió tras unos minutos.

Todos, aun parados en nuestros lugares, volvimos a recorrer el patio con la mirada. No había ningún soldado alrededor. El cuerpo de la criatura ya estaba calcinado por completo.

Ax se giró hacia nosotros. Salió de su estado oscuro y toda su piel volvió a su color normal. A la vez, Vyd y la chica también dejaron de ser controlados y recuperaron sus consciencias.

Fue allí cuando Nolan lo entendió. Cuando sus ojos se abrieron muchísimo de realización.

—¡¡¡TERMINÓ!!! —Un salto de emoción acompañó a ese repentino, triunfal y exaltado grito que dio. Una emoción que jamás había sentido, una felicidad que iluminó su rostro sucio y le dibujó la más amplia de las sonrisas—. ¡¡¡Se acabó!!! ¡¡¡Esta horrible mierda se acabó!!! —Alzó los brazos con la cabeza inclinada hacia el cielo—. ¡¡¡SE TERMINÓÓÓÓÓ!!!

Dan y Gesher se miraron uno al otro. Bajando sus armas lentamente, de seguro todavía nerviosos, soltaron unos suspiros entre de risa y alivio.

Yo volví la cara hacia donde estaba Ax, tan conmovida que sentí acumuladas en mi pecho las ganas de llorar. E igual salieron: lágrimas y una risa al mismo tiempo.

—Terminó... —susurré en un aliento quebrado.

Su lágrima oscura se había quedado en su mejilla, pero él extendió una mano hacia mí y sorprendentemente esbozó la más mínima pero significativa de las sonrisas: la del alivio, la de «estoy casi hecho polvo por todos los golpes, por las heridas y por toda esa endemoniada lucha, pero hemos ganado», así que no lo dudé ni un segundo más y fui hacia él.

Primero lento y luego muy rápido, hasta que llegué y lo besé.

Con mis manos alrededor de sus mejillas, las inevitables lágrimas saliendo de mis ojos, besé cada una de las partes de su cara, amando que estuviera vivo, amando que su respiración golpeara mi rostro, amando que pudiera envolver mis caderas como en ese momento.

A él le encantó porque fue la primera vez que lo escuché soltar una risa. Sí, una con los labios extendidos, de modo que sus dientes pudieron ser visibles. Descubrí que sonreía hermoso, por lo que yo reí también.

Aunque de repente su sonrisa desapareció y emitió un quejido de dolor. Ambos bajamos la mirada. Claro, mi pecho estaba rozando todas las grandes y aun sangrantes herida del suyo.

—Lo siento —me disculpé con él, separándonos un poco. Con cariño limpié su lágrima oscura—. Creo que necesitarás un baño y muchas puntadas.

—¡Vyd! ¡Vyd! —escuchamos a Nolan gritarle de pronto—. ¡¡¡Vyyyyd!!!

Giramos la cabeza hacia él. Su emoción era tan grande que con euforia y su amplia sonrisa aun grabada en su cara corrió desde donde estaba hasta el centro del patio. Llegó de una forma tan ágil que sus rodillas se deslizaron muy rápido sobre la grama, hasta que quedó arrodillado frente a él.

Vyd, obviamente sin haber esperado que Nolan alguna vez se encontrara en esa posición ante él, abrió mucho los ojos amarillos con asombro y lo contempló desde arriba.

—Perdóname —le pidió Nolan. El profundo arrepentimiento en su voz sustituyó la felicidad, aunque parte de esta se quedó en un curioso brillo en su mirada—. Perdóname por todo: por haber querido alejarte de mí, por haber puesto mis miedos por delante y por no haber tomado la oportunidad que me diste. Fue el peor error que he cometido. El más grande, y lo sé porque vi una vida sin ti y no la quiero. Cuando estuve allá frente a tu cuerpo lo único que quise fue despertarte y oírte de nuevo. Solo quise que te levantaras y fueras tú otra vez. Solo deseé haber podido evitar que te lastimaran. —Tomó aire y las siguientes palabras fueron aún más sinceras que las otras—: Vyd, ninguna de las heridas que recibí peleando contra el tiempo, ninguno de los golpes que recibí peleando contra los soldados, se comparó ni se comparará jamás con el dolor de no poder volver a hablar contigo o estar cerca de ti. Si me miras a los ojos en este momento lo sabrás. Sabrás que ahora uno de mis peores miedos es perderte. Por favor, dame otra oportunidad.

Por lo que pude ver, Vyd quedó petrificado. Ni parpadear pudo. No, seguramente ni pudo respirar. Nada. Casi que de la misma forma que quedé yo al escuchar la confesión de Ax, aunque el doble de impactado.

Porque sí que lo era. Yo, que conocía muy bien a Nolan Roberto, podía asegurar que él jamás habría hecho una declaración pública a alguien.

¿Con todos escuchando y mirando como estaba sucediendo en ese momento? Jamás se lo habría permitido a sí mismo. Jamás habría tenido ni el deseo.

Pero acababa de suceder, y significaba mucho. Lo significaba todo. Tal vez Vyd aún no era de Nolan; pero Nolan ya era de Vyd.

Por eso, flotó una expectativa mientras se esperaba alguna reacción de Vyd. Inevitablemente, mis labios se fueron extendiendo con lentitud en una amplia sonrisa de labios pegados. Ax me miró confundido, pero solo yo lo sabía. Solo yo sabía lo que estaba chillando internamente, la emoción que estaba fluyendo por mis venas, el entusiasmo que estaba a punto de hacerme saltar.

—Mi ship... —murmuré en un tonillo muy agudo—... se hará realidad...

Fue lo que esperé.

Aunque en ese momento no lo supimos, porque algo horrible interrumpió el momento:

Dan cayó al suelo, soltando quejidos de dolor. Así, de repente, el arma se le cayó de la mano y él se desplomó, retorciéndose con gestos y sonidos de sufrimiento atroz.

Sin idea de nada, pero alarmados por los gritos que se oían como si estuvieran arrancándole la piel, todos corrimos de inmediato en su dirección. Aunque Nolan lo hizo más rápido.

—¡¿Dan?! —Nolan trató de sostenerlo apenas se tiró de rodillas junto a él. Un temor agudo llenó de horror sus ojos.—. ¡¿Dan qué te sucede?! —Aunque esperar una respuesta era absurdo porque solo se retorcía sin poder hacer más que emitir los fuertes quejidos de aquel inexplicable martirio. Nolan entonces buscó desesperado la ayuda de todos, pasando la mirada de unos a otros—. ¡¿Qué le sucede?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Se lastimó?!

—No, no vi que lo hirieran —respondió Gesher, también consternado por la brusquedad de su desplome.

Al nosotros llegar nos agachamos a su lado, rodeándolo. En cuanto lo vimos más de cerca, descubrimos que su piel ya no estaba pálida, sino de un gris antinatural, y que se estaba convulsionando tanto que la saliva le salía de la boca. Sus extremidades estaban rígidas, y el resto del cuerpo tensado. Parecía que iba a reventarse.

—¡Oh Dios, ¿por qué su piel está gris?! —solté, asustada por él.

—¡¿Por qué parece que está muriendo?! —preguntó Nolan con pánico. Sus manos no sabían qué hacer porque Dan solo se estremecía sin control. Creo que llegó hasta tal punto de desesperación que solo lo soltó—: ¡Llevémoslo al hospital! ¡Deben salvarlo! ¡Esto no puede pasar otra vez! ¡Yo lo evité, yo lo evité!

La chica número dos, también arrodillada junto al cuerpo, alzó la mano y negó con la cabeza. Sus ojos estudiaron al Dan que sufría. Pareció analizar su color, sus venas tensadas, su rostro que lucía a punto de explotar. Todo.

—Esto... esto lo he visto antes —reveló ella, algo desconcertada.

—¡¿De qué hablas?! —Nolan alternó la vista entre Dan y ella. Respiraba muy acelerado. No soltaba a Dan. Temblaba—. ¡¿Qué es?!

—Es un virus y solo aprendimos de él mientras éramos entrenados por Mantis —respondió ella rápidamente—. Se usa para que cuando un enemigo toque un objeto en específico, este le introduzca el virus a través de una micro aguja. Se aloja en el sistema circulatorio y empieza a afectar en un periodo de cuatro días. Va deteriorando el cuerpo y el cerebro de la persona para que pierda control de su mente y posterior a eso, su cordura. Solo que algo así ya no existe considerando que... —Iba a completar lo que estaba explicando, pero de pronto abrió mucho sus ojos heterocromáticos, entendiéndolo—. Godric. Godric pudo tener acceso a todo eso. Seguramente en algún momento lo instaló en la seguridad de la caja para que, si alguien se acercaba e intentaba tomarla, fuera inyectado.

—¡El bichito! —exclamé yo. El recuerdo vino a mi mente—. ¡Cuando apareció en La Organización, Dan intentó agarrarlo! ¿Entonces ahí lo pinchó? ¿Por eso fue cambiando progresivamente del tranquilo Dan al agresivo? ¿Y por eso también cambió todo su aspecto a uno raro y enfermo?

La chica asintió.

—Sí, es uno de los efectos, así predomina el enfado y así pierde el interés en el objeto o misión. Fue una de las mejores creaciones de MANTIS, en realidad.

—¡¿Entonces va a morir?! —Nolan estaba al borde de un llanto. No sabía a quién mirar. No sabía qué hacer—. ¡¿Mi hermano va a morir?!

La chica tragó saliva. Compartió mirada con Ax. ¿Por qué estuve segura de que debían decir que sí pero que no sabían cómo?

Dan estaba poniéndose más gris, miraba al cielo entre los brazos de Nolan, retorciéndose de un dolor que provenía de su interior. Era angustiante.

—¡¡¡Dímelo, por todos los cielos!!! —chilló Nolan.

—Es que la mayoría de las personas que fueron infectadas por el virus en las pruebas de Mantis, murieron —confesó ella—, y luego en las misiones también.

La boca de Nolan se extendió hacia abajo. Sus cejas se arquearon más y las lágrimas finalmente salieron desbordadas de sus ojos.

—Pero si yo lo evité —las palabras salieron llorosas y cortadas de su boca—, nadie debía morir. ¡Tú no debías morir! —Inclinó su cabeza hacia él, apretándolo contra su cuerpo como si así pudiera protegerlo de las garras de la muerte.

Una tristeza honda flotó entre todos, oyendo los sollozos de Nolan. Yo tuve que tragar saliva porque hasta ganas de llorar me dieron también de verlo destrozado, y de ver a Dan sufriendo de esa manera.

—P-puedo intentar algo, aunque... no puedo asegurar nada —titubeó la chica de pronto.

Nolan alzó la cara hinchada y rojiza muy rápido.

—¡Sí! ¡Lo que sea, inténtalo! ¡Sí por favor! —Nolan aceptó en un segundo sin saber qué era, desesperado, pero no lo juzgué porque yo también habría aceptado cualquier cosa que detuviera ese horror.

—Okey, recuéstenlo en el suelo —asintió ella—. Lo que haré será tratar de arrancarlo.

Todos ayudamos a recostar a Dan en el piso. A pesar de sus sacudidas y de cómo su cuerpo se arqueaba entre ellas, lo hicimos con cuidado para que no se lastimara.

Ya en esa posición de inmediato me ubiqué junto a Nolan. Tomé su mano en apoyo, porque estaba pálido, tembloroso, con la respiración entrecortada. Sus ojos irradiando el paralizante miedo de perder a alguien que amas. En su caso, de vivir eso otra vez.

No sabía qué sucedería si Dan moría. El impacto que sería para Nolan. Cuánto lo dañaría.

La chica número dos se ubicó arrodillada junto a Dan de modo que podía ver perfectamente la longitud de su cuerpo.

—Ax, marca el sistema circulatorio de cuerpo con oscuridad, pero no demasiada como para matarlo —le pidió ella—, así podremos ver en dónde está alojado el virus.

Ax asintió. Se arrodilló detrás de la cabeza de Dan y la tomó con sus manos, inmovilizándola. Sus pulgares quedaron sobre su frente. Lentamente, en los nudillos y los dedos de Ax fueron brotando esas venas oscuras características de su poder.

De fondo estaban las bajas súplicas de Nolan:

—Por favor, Dan... Por favor no mueras... Debo hablar contigo...

De cada pulgar de Ax salió un hilo de oscuridad. Viajaron por las mejillas de Dan hasta que llegaron a cada lado de las comisuras de su boca desde la que salían los quejidos. Por ahí entraron, rumbo a su garganta.

Luego, mientras fluía por la sangre, la oscuridad fue resaltando absolutamente todas sus venas.

A mí me impresionó tanto ver todas las ramificaciones de venas que se extendían por los brazos, piernas, conectando con el corazón, órganos y con el cerebro, que ni siquiera noté en dónde estaba lo que se buscaba, hasta que la chica lo anunció:

—Ahí está. —Señaló una gruesa arteria que pasaba por el hombro—. Al menos no tan abajo.

En ese punto, la oscuridad de Ax bordeaba algo visualmente extraño que tenía largos y cortos ramales adheridos a las partes interiores de la arteria. O bueno, creo que la forma más simple de describirlo es que era como una especie de araña irregular alojada allí.

—¡Es horrible! —Nolan ahogó un grito, mirándolo también. Pero luego volvió a ver el rostro de sufrimiento de Dan, y sollozó—: Mierda, Dan, si estuvieras despierto te diría que se parece a ti. Por favor no te mueras. Por favor.

—Voy a intentar desprenderlo —anunció la chica—. Vyd, Nolan y Gesher, inmovilicen sus brazos, porque el virus va a resistirse y eso hará que él reaccione agresivamente. Ax, sigue manteniendo la oscuridad.

A pesar de que seguía retorciéndose, Nolan lo agarró firme por un brazo. Gesher por el otro. Vyd por ambas piernas.

Lista para usar sus poderes, la chica alzó una mano sobre el hombro de Dan, y empezó a mover sus dedos lentamente hacia abajo, un gesto de alguien que intenta tomar algo cuidadosamente.

Todos miramos, callados, aunque yo sentí los nervios y la tensión que sentiría una sala de cirugías en la que estaban varios doctores a punto de hacer una riesgosa operación cerebral que podía ser un éxito o una fatalidad.

Los dedos de la chica se apretaron un poco y luego en ese mismo gesto se fueron alzando lentamente hacia arriba. Pudimos ver cómo la oscuridad de Ax fue atravesando la traba con mayor facilidad, lo que significaba que varias de las ramificaciones del virus se estaban separando del interior.

Dan se quejó y gruñó, apretando los ojos desorbitados.

Más ramificaciones se despegaron. La línea de oscuridad de Ax fluyó mejor.

—Voy a tratar de deslizarlo hasta que llegue a su boca y sacarlo a través de ella... —susurró la chica, muy concentrada.

En cuanto ella empezó a hacer eso, despegando el virus por completo de su ubicación para deslizarlo por la vena en dirección al cuello, Dan abrió los ojos, furioso. Fue un enfado brusco, tan monstruoso que se vio en su mirada.

Una persona poseída por un demonio, así lo habría visto de no saber de qué se trataba.

—¡¡¡Suéltame!!! —gritó, iracundo. De inmediato quiso dar golpes, porque con una rabia desmedida intentó zafarse de los agarres de sus extremidades—. ¡¡¡Suéltame!!! ¡¡¡Suéltame!!!

—¡Dan, no, no te muevas! —le dijo Nolan, aún asustado. Lo sostenía fuerte, pero también miraba cómo iba la chica.

A pesar de las violentas sacudidas, ella trataba de no perder la concentración y la estabilidad de su poder que movilizaba al virus a través del torrente sanguíneo.

—¡Suéltenme! —Dan se enojaba más y más. Logró arquearse, ya que la cabeza no podía moverla porque Ax la tenía retenida—. ¡Suéltame! ¡Voy a matarte, suéltame!

—¡No, por favor, estamos tratando de ayudarte! —Nolan seguía tratando de hacer que entrara en razón, que surgiera un poco de su verdadera consciencia—. ¡Escúchame, estamos ayudándote!

—No dejen que se mueva más en estos momentos que subirá por la garganta... —pidió la chica.

Todos afincaron el agarre. La ira de Dan explotó con mayor ímpetu. Se sacudió pero hacia los lados, de nuevo como poseído, con los ojos inyectados en sangre y la boca soltando gritos, gruñidos.

—¡Dan, ya basta por favor! —sollozó Nolan.

—¡No lo suelten! —gritó la chica, deslizando más las ramificaciones del virus.

—¡¡¡Los mataré a todos!!! —gritó Dan lleno de odio.

Yo sí lo creí capaz de hacer eso. Ese no era el Dan que conocíamos. Y temí. Me dio mucho miedo. De hecho, mi corazón latía tan asustado como el de Nolan y estaba tan nerviosa que no podía dejar de pasar la mirada de una cosa a la otra:

Las convulsiones.

La mano de la chica con sus dedos tensados hacia abajo usando sus poderes.

Las lágrimas que ya Nolan estaba derramando mientras seguía repitiéndole a Dan que no muriera, que lo estaban ayudando.

El esfuerzo concentrado de Ax para que su oscuridad fuera equilibrada y se mantuviera marcando las venas.

La fuerza que estaba requiriendo Vyd para evitar que Dan se liberara de una patada.

La ayuda de Gesher, sumada a sus cejas arqueadas porque jamás había visto algo así.

Si la chica no sacaba el virus, Dan se convertiría en un monstruo más al que destruir. Ese era mi miedo.

—¡¡¡TE MATARÉ!!! —El grito rasgado de Dan fue dirigido precisamente a la chica, sabiendo que era ella la que estaba arrancándole aquel mal, y fue acompañado de tanta fuerza que logró liberar su brazo del agarre de Nolan.

Nolan no pudo volver a sostenerlo aunque lo intentó, por eso la mano agresiva de Dan fue directo a agarrar el cuello de la chica, y yo pensé: «listo, habrá que pelear» porque hasta Ax soltó su cabeza, alertado, mientras todos reaccionábamos de forma diferente.

Pero en cuestión de segundos, con un ágil gesto de sus dedos, la chica aceleró el deslizamiento del virus y este llegó a lo que sería el inicio de la garganta. Ella inclinó su rostro hacia el suyo, fue su mano la que le agarró el cuello él, inmovilizándolo con el simple toque, y así, sin que nadie se lo esperara, acercó sus labios entre abiertos a los de Dan hasta que las pieles de ambos quedaron a un milímetro del contacto.

Como Dan también tenía los labios entre abiertos, la chica número dos aspiró con suavidad su aliento. Eso hizo que las ramificaciones del virus salieran como arañas de la boca de Dan. Como atraídas, se trasladaron instantáneamente a los labios de la chica y se perdieron dentro de su boca.

Ella cerró los labios, se enderezó y vimos el movimiento de su cuello tragar.

Dan quedó desmayado, quieto, y se acabaron los gritos y las convulsiones. Se acabó toda la desesperación.

Pero...

Di-os-mi-o.

El silencio que quedó tras todo ese caos fue de hielo. No se pareció al silencio tras la batalla con la creación de Jael. Aquí cada cara quedó sin expresión, y todo lo dijeron los ojos. Todos fijos en la chica. Sin palabras. Sin pensamientos.

Solo... ¿qué?

—¿Te lo... acabas de... comer? —Nolan lo preguntó lento, en shock.

—Si lo sacas se adherirá a cualquier cosa que esté cerca —asintió ella, tan neutral como siempre—. Funciona para sobrevivir así que busca cuerpos donde alojarse. Pero nosotros somos inmunes, así que morirá en mi interior al cabo de unas semanas. —Bajó la mirada a Dan para comprobarlo y luego miró a Nolan—. Ahora deben darle atención médica para monitorear su corazón y ver qué daños hubo durante el alojamiento del virus. Pero pude comprobar que su mente no está dañada. Estará bien.

Lo entendimos, pero todos pestañeamos. Hasta Gesher. Hasta Vyd. Hasta... Ax.

—Ah, okey... —asintió Nolan. Se pasó la mano por la cara, limpiado sus lágrimas, aunque su mirada no dejaba de posarse sobre la mía con los ojos muy abiertos. Era esa de que había que hablar sobre eso—. Sí... muchas gracias, de verdad gracias...

La chica solo se levantó con tranquilidad. Todos como que hicimos lo mismo por verla a ella hacerlo. No lo sé, es que, ¿cómo habíamos quedado? ¿Qué palabra era más grande que «impactados»?

Yo no pude evitar inclinarme hacia Nolan.

—¿Soy la única que lo vio muy raro...? —le susurré muy bajito, aun impactada.

—Lo absorbió de su boca... —susurró él, más impactado todavía.

—Sí, con los labios rozándose, casi que pegados... —susurré.

—Eso en mi pueblo se llama beso... —asintió Nolan en un murmullo.

Ambos nos quedamos mirando un momento. Nos dijimos todo con los ojos. Nos comunicamos con los párpados Nos hablamos con las pupilas. Fue el mismo pensamiento. El mismo instinto chismoso y shippeador.

«¿Crees que podrían...?».

Lo consideramos...

Pero recordamos que se trataba de la chica que odiaba a todo lo que se le detuviera al lado, así que hicimos el gesto muy bajito al mismo tiempo:

—Naaah.

—De acuerdo —suspiró Gesher en su lugar luego de volver a comprobar el perímetro, haciendo un gesto de que sí, ya había visto todo en la vida después de ese virus—. Vayamos al avión. Tal vez pueda contactar a algunos médicos que puedan ayudar al número uno y a Dan con sus heridas.

—Y primero deberíamos ir a un lugar seguro, ¿no? —pregunté, preocupada—. MANTIS todavía puede aparecer en cualquier momento.

—Oh no, no, no hay que preocuparse por MANTIS. —Nolan negó con la cabeza, haciendo un gesto de que le restara importancia—. Olvidé que nunca te enteraste de eso porque ese pasado se borró. —Miró a la chica, pero ella desvió la mirada—. Creo que ambas deben tener una conversación a solas.

Miré a ambos, confundida. La chica siguió evadiendo.

—De acuerdo...

—Podemos volver a La Organización —propuso Nolan—. Sin Madelein, sin MANTIS y sin Jael, Ax y Dan podrían recibir atención allí. Bueno, si es que quedan doctores...

Gesher bajó la mirada hacia Dan. Seguía desmayado sobre la grama, pero al menos respiraba.

—Cox, ayúdame a trasladarlo —le pidió.

—No —intervino Ax. Avanzó hacia Dan y se agacho hacia él—. Yo lo llevaré.

Tomó su cuerpo con facilidad y se lo echó al hombro como solo una fuerza sobrehumana podría permitir.

Tuve la impresión de que así quería disculparse por casi haberle roto el cuello. Solo formas raras de Ax de quedar a mano.

—Oigan, ¿y cómo saldremos? —preguntó Vyd de pronto, rascándose la cabeza—. La mansión está en llamas.

Por suerte, a mí se me ocurrió una forma. Me giré hacia lo que era la casa de al lado y señalé esa parte del muro.

—Una vez tuve una vecina muy valiente y curiosa que quiso descubrir qué cosa rara estaba pasando aquí —conté con una sonrisa—, ella hizo un agujero bajo el muro y pasó hasta este lado. Por desgracia fue asesinada por el fallo. No tenía ni idea de que nos ayudaría al final.

Así fue. Usamos el agujero debajo del muro tal y como aquella vez lo atravesamos Nolan y yo, intentando investigar dentro de su casa. Seguía teniendo un tamaño ideal para que una persona se arrastrara. Entonces, uno a uno fuimos atravesándolo.

Gesher fue primero y desde allá arrastró a Dan. Luego le tocó a Vyd.

Mientras esperábamos el turno, yo me giré hacia la mansión que ya ardía por completo en llamas. Estas producían un humo denso y negro que se elevaba hasta el cielo nocturno.

—Deberíamos llamar antes a los bomberos —me dijo Nolan, notando que yo la miraba.

—Sí, deberíamos —estuve de acuerdo. Aun así, sentí su mirada sobre mí—, está totalmente destruida.

—¿Y estás bien con eso? —La voz de Nolan fue suave, de apoyo.

Suspiré con los ojos fijos en el fuego y en las ventanas frente a las que me había parado muchas veces. Pensé en los pasillos que había atravesado, en mi habitación, en el sofá donde habíamos visto muchas películas. Y sí, un nudo hecho de nostalgia se formó en mi garganta, y mi pecho se apretó de algo pesadumbre. No pude negármelo.

—Mi madre construyó esta mansión según los deseos de mi padre —dije después de tragar saliva para que mi voz no se oyera afectada—. Ella estuvo orgullosa de cada detalle, de cada esquina. De hecho, nuestra casa fue uno de los proyectos que más expuso durante sus viajes, el claro ejemplo de su talento. —Asentí para mí misma—. Yo también amé este lugar. Amé jugar en este patio, amé lo grande de mi habitación y todas las habitaciones en las que podía esconderme. Pero... —Giré la cabeza hacia la chica número dos que se había quedado parada frente al agujero, también mirando hacia las llamas—... aunque esto fue un hogar, también fue una cárcel. Mientras yo era feliz arriba, alguien sufría abajo. Mientras yo jugaba libremente, alguien no tenía libertad alguna. Está llena de recuerdos felices y al mismo manchada de recuerdos dolorosos. Nadie debería volver a vivir allí. —La chica número dos pasó la mirada desde la mansión hacia mí. Yo no leía mentes, pero supe que ambas estábamos de acuerdo—. Así que sí, estoy bien con esto.

Nolan asintió y pasó a atravesar el agujero arrastrándose.

Antes de nosotras hacerlo, la chica número dos y yo dimos un último vistazo a la estructura y al fuego, hasta allí iluminadas por él.

Hogar.

Cárcel.

Fue la última vez que cada una la vio como la conoció.   


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Hey, quedan 2 capitulos y luegos los extra :D

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