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57

Lo que logró ser evitado

Y lo que no lo será

NOLAN

Funcionó.

El espantoso presente de las muertes se borró.

El futuro en donde Nolan era asesinado desapareció.

Solo quedó el pasado, listo para ser reescrito.

Ya el número tres no podía cortar la línea y reiniciar todo acabando con la vida de él, porque en ese momento del tiempo en el que Nolan apareció gracias a su orden y a su poder de número uno, el individuo encontraba aún congelado en su celda subterránea, sin capacidad de intervenir en nada.

Y no, demonios no, claro que no iba a sacarlo como ya lo había hecho, porque este Nolan lo sabía todo, y tenía una oportunidad de hacer cada cosa diferente.

Aunque lo primero que sintió al aterrizar de boca en la grama, fue dolor.

Y no, no un poquito de dolor. Un dolor INMENSO, similar a hierro caliente contra su piel, a ardor sobre sus heridas abiertas, a rasgaduras, a golpes contra sus músculos, por lo que, retorciéndose en el suelo, soltó varios quejidos sonoros y un semi grito con los dientes apretados.

—¡Ahhh, por la injusta madre que me...! —ni siquiera puedo completar el quejido y el jadeo porque estaba demasiado adolorido.

Aun así, se arqueó hasta quedar de barriga. Ya en esa posición, mareado y tomando aire a bocanadas por la boca, contempló todo:

La noche lucía terrorífica y lóbrega; el cielo denso y sin estrellas, pero las débiles hojas de los árboles del jardín de la mansión Cavalier se balanceaban por el viento nocturno. La blanca niebla también se movía suavemente como humo y nubes a la vez. Se oían algunos grillos. Se sentía frío sobre la piel.

Nada estaba paralizado.

Nada estaba detenido como cuando el individuo número tres lo había pausado todo, incluso cualquier dolor físico.

Que ya el mundo estuviera en movimiento explicaba por qué ahora su cuerpo SÍ estaba reaccionando a todos los golpes y heridas que había sufrido desde entonces.

Que eran, pues... bastantes.

Básicamente estaba apaleado, como para ir directo al hospital.

Pero no había tiempo para hospitales o para puntadas. Con los brazos temblando, los quejidos tratando de ser contenidos y a punto de desplomarse, Nolan logró ponerse en pie.

Solo pensaba: «oh Dios, ¿será posible? ¿He retrocedido al momento correcto?».

En ese caso: ¡yei!

Pero al mismo tiempo: oh no...

Porque si todos estaban vivos, la creación de Jael también...

Sin embargo, con todo lo que había pasado ya no consideraba que ese monstruo fuera lo peor. Así que primero debía comprobar si estaba en donde había deseado estar, por lo que, aun con la brújula desorientada, echó a correr hacia adelante, rumbo a la estructura de la mansión.

¿Que si mientras corría la esperanza de haber podido salvarlos a todos le hacía latir el corazón con frenesí? Sí.

¿Qué si tenía miedo de ver cadáveres otra vez? También.

Porque ambas cosas eran inciertas, pero ya algo era seguro: se enfrentaría a lo que fuera que viniera. Ya no había cobardía dentro de él. Estaba dispuesto a todo.

Es decir, había enfrentado a un individuo con tres aterradoras cabezas que lo había perseguido con una oleada de sucesos pasados y que después se le había transformado en otra cosa más horrible, pero aun así él le había clavado un escarpelo por detrás...

Sí, ya nada podría asustarlo más. Y ya nada podía evitar que él hiciera hasta lo imposible por traer a todos de vuelta.

Así que el correr pareció eterno...

Hasta que Nolan chocó con algo.

O más bien con un cuerpo.

Pero no un cuerpo en el suelo.

Un cuerpo de pie.

La colisión entre ambos atontó al Nolan apaleado por un momento, pero unos segundos después miró con asombro a aquel que estaba vivo y agitado, con su ametralladora en mano:

—¡Cox, necesito refuerzo, porque esa cosa me viene persiguiendo!

—¿Gesher? —Nolan no podía creerlo. Hasta sonó muy asombrado, pero luego al procesarlo soltó—: ¡Gesher!

Porque lo que lo llenó de emoción ni siquiera fue que él estuviera vivo (okey tampoco era tan insensible, incluso Gesher merecía vivir), pero el punto es que, ¿eso significaba que los demás también?

—¡¿En dónde está tu arma?! ¡¿Y qué demonios te pasó?! ¡¿Luchaste contra él?!—lo regañó Gesher, alternando la mirada entre él y la lejanía trasera del patio, alerta—. ¡Creo que podemos debilitarlo si ambos le disparamos, y luego podemos inyectarlo!

Eso despertó a Nolan de su emoción. El trauma vivido le recordó lo que pasaría si no evitaba los enfrentamientos.

—¡No, no vamos a dispararle ni mucho menos a enfrentarlo! —Nolan negó rápido. Señaló en dirección a la estructura que apenas era visible entre la niebla—. ¡Corre hacia la mansión ya mismo y sube las escaleras principales! Si las cosas salieron como debían salir, encontrarás a la chica número dos atacando a Ax. Detenla con estas palabras: hay una solución, nadie tiene que morir.

—¿Qué? —Gesher lo miró como si estuviera loco—. ¿Eso qué significa?

—¡Haz lo que te digo, dile que hay otra solución!

—Pero...

Nolan lo tomó por el cuello del uniforme sin importarle que fuera más experimentado o que se creyera el líder. No perdería esta oportunidad para salvar a todos.

—¡¡¡Corre ya, Gesher, o te cobraré la que me hiciste con Vyd y te entregaré yo mismo a esa cosa!!! —le soltó la fuerte amenaza.

Gesher quedó algo sorprendido por la osadía. Aunque quizás vio que Nolan hablaba en serio, sin una verdadera locura, así que sin protestar más no fue a enfrentar a la criatura, sino en dirección contraria a la mansión.

Muy bien, uno vivo.

Nolan pensó. En orden de cadáveres, la muerte de Gesher había sucedido primero, pero los siguientes cadáveres que había encontrado fueron los de Ax, Mack y Dan. Sin embargo, más cerca del de Gesher había encontrado el cuerpo de Vyd.

Es decir que el siguiente era Vyd, por supuesto.

Nolan percibió a la peligrosa creación de Jael acercarse entre la niebla. Salió corriendo, ansioso de encontrar a Vyd vivo también. Más ansioso que nunca, de hecho. Por eso aceleró sin importarle si chocaba con un árbol o no.

«Por favor necesito que estés vivo» pensaba con su anhelante y desesperado corazón «por favor debes estar vivo».

La figura fue distinguible entre la niebla a medida que se le fue acercando. Nolan vio que estaba en posición de defensa, mirando hacia todos lados, como esperando que el monstruo se lanzara contra él, y sobre todo dispuesto a morir en defensa.

Pero lo que se lanzó contra Vyd fue Nolan.

Al verlo vivo, al ver su gabardina vieja, su cabello blanco, su rostro semi normal, semi modificado y sus ojos amarillos que destacan entre el blanco de la niebla, solo se lanzó con sus brazos extendidos, le rodeó el cuello con ellos y no, no lo abrazó porque no le pareció suficiente, sino que directamente lo besó.

Obviamente esa unión de labios tomó a Vyd por sorpresa. Abrió mucho los ojos, con la reacción de sus brazos extendidos sin saber qué pasaba.

Aunque por un momento le devolvió el beso también, porque se debilitó apenas se dio cuenta de que era Nolan, de que era su olor, su cuerpo y sus labios que se sentían tan anhelosos, sedientos, amorosos, como si aquel jardín no fuera un campo de batalla sino un lugar seguro solo para ellos dos, y en especial como si Nolan hubiera pasado una eternidad sin verlo.

—¡Nolan, ¿qué demonios haces?! —Vyd rompió el beso, tomó sus brazos y creó distancia al volver a la realidad.

—¡Estás aquí! ¡Estás vivo! —Contrario a la confusión de Vyd, Nolan lo soltó feliz, entusiasmado e incluso con los ojos algo humedecidos.

Intentó volver a acercarse, esa vez para tomarlo del rostro y palpar su existencia, su forma corpórea, su vida, pero Vyd lo tomó por los hombros y lo detuvo porque de repente se dio cuenta de su estado, de la ropa rota, de todas las heridas.

—¡¿Pero qué te pasó?! —Vyd abrió mucho los ojos amarillos. Sus cejas se arquearon, susto y preocupación en su cara—. ¡¿Esa cosa te hirió?! ¡¿Luchaste tú solo contra él?! ¡¿Por qué te arriesgaste así?!

—¡No, no fue eso! —Nolan le aseguró rápido. Lo tomó del antebrazo que tenía extendido hacia sus hombros para mantenerlo a raya, y tiró de él—. ¡Y prometo explicarte luego, pero tenemos que ir a la mansión a detener a la chica número dos!

Solo que Vyd se soltó del agarre.

—¡No, debo evitar que llegue hasta Ax, así que lo defenderé! —dijo, desconcertado por la actitud de Nolan ante algo que él ya había dicho: que pelearía para distraer a la creación y así ganar tiempo.

—¡No defenderás nada porque tengo la solución a esto! —Negó Nolan con la cabeza, y volvió a jalarlo.

—¡No, Nolan, y no sé de qué hablas! —Esa vez Vyd se zafó con mayor fuerza, negación y... molestia. O, de hecho, enojo, dando la impresión de que lo quería lejos.

Nolan lo recordó de nuevo. Las cosas no se habían quedado solo en las muertes, sino también en el enfado de Vyd por lo que Gesher había dicho sobre haberse besado con él. Eso lo había lastimado mucho.

Aun así Nolan ya había visto un dolor peor. Uno irremediable.

Tomó a Vyd de nuevo por el antebrazo y lo jaló hacia él para que no fuera a ningún lado. No quiso ser rudo, pero le salió imponente, como se toma algo que no se piensa soltar jamás. Lo miró a los ojos. En el amarillo vio su propio miedo a que todos vivieran muertes horribles, pero al haberlo presenciado ya, eso no lo debilitó.

—Escúchame, no voy a permitir que mueras —le dijo a Vyd con firmeza, tan serio que también sonó igual a una determinación que nadie podría hacerle perder—. No pienso dejar que eso suceda de nuevo. Y no pienso dejarte defender nada, así que vamos ya mismo a la mansión o te llevaré sobre el hombro si es necesario.

—Básicamente tengo más fuerza que tú, así que... —Vyd parpadeó.

—No, no tienes ni idea de la fuerza que tengo ahora. —Nolan negó con la cabeza, serio y seguro. Por un momento la cercanía lo afectó y lo hizo bajar la mirada a los labios de Vyd, delgados y de color carne, por lo que suspiró hondo y su propio pensamiento salió en un murmullo—: fuerza que quisiera usar contigo de otra forma que no sea esta... —Solo que volvió a concentrarse en los ojos y en lo importante—: pero si tengo que llevarte obligado a la mansión, lo haré.

Tardó un momento, Vyd incluso dio indicios de querer volver a zafarse.

—Solo confía en mí, sé cuál es la solución para que ni Ax ni nadie muera. —agregó Nolan.

Algo dudoso, Vyd terminó por asentir. Entonces Nolan se lo llevó jalado del brazo, y juntos corrieron hacia la mansión.

Nolan ya sabía con exactitud cómo y en cuáles partes de la casa había sucedido todo, por eso, en cuanto a Dan, sabía que lo encontrarían dentro de la mansión, ya que su muerte no pasaba pronto.

Así fue. Llegaron sanos y salvos, cruzaron la puerta trasera del patio, la más cercana a la piscina, pasaron la cocina, el largo corredor y llegaron vestíbulo. Allí encontraron a Dan, que estaba como esperando algo, y no hubo tiempo para decirle nada a pesar de que lo preguntó, por lo que Nolan solo lo jaló del brazo para llevarlo con ellos.

Los tres subieron las enormes escaleras, luego las siguientes hacia el segundo piso y luego las otras hacia el último.

Allí los encontraron, y pues la escena no era muy buena:

La chica número dos, con las piernas separadas en una posición de ataque y su cabello negro y salvaje dándole un aire de villana, tenía a Gesher flotando de cabeza, con las manos inmovilizadas y cruzadas detrás de la espalda. (Bueno, ¿qué había esperado Nolan de un humano contra una STRANGE?).

En cuanto a Ax, tenía los antebrazos cruzados frente a su rostro y estos bordeados de hilos oscuros, porque ella estaba a punto de lanzarle una bola de energía concentrada.

Mack estaba detrás de Ax, a punto de correr hacia la escalera que tenía unos pasos atrás.

Así que Nolan tuvo que gritar rápido para detener todo antes de que empeorara:

—¡¡¡Detente, tengo la solución y no es que te sacrifiques o que sacrifiques a Ax!!! —Fue tan fuerte que la chica número dos quedó con la bola de energía concentrada en la mano. Giró la cabeza hacia atrás para ver a Nolan, sorprendida porque él acababa de mencionar el sacrificio que ella, de alguna forma, entendía que debía hacer.

Ax también se le quedó mirando, aunque con el ceño fruncido. Por otro lado, a Mack se le alteraron hasta los pelos al verlo.

—¡Nolan, ¿qué te sucedió? ¡¿Por qué estás tan herido?! —gritó ella desde el otro lado, y casi corrió dispuesta a llegar a él para obtener una respuesta sobre su estado y comprobar que no tenía huesos rotos.

Pero Nolan alzó la mano en un gesto de «detente» y volvió a dirigirse solo a la chica:

—Escucha, no tengo miedo de ti. Sé tu verdad, sé lo que has ocultado todos estos años y lo que quieres hacer, pero no es necesario. Nadie tiene que morir como crees.

Por un momento todo se mantuvo en silencio, y una expectativa flotó en el pasillo. En Nolan, una esperanza, porque pareció que la chica número dos estaba pensando y procesando aquello que él le había dicho.

Y por eso creyó que la había convencido...

Hasta que ella volvió a fruncir las cejas, lo ignoró y volvió a tomar impulso para arrojarle la bola de energía de Ax. Mack y Vyd gritaron de pánico al mismo tiempo.

—¡¡¡No, joder no!!! —Nolan se apresuró a tratar de detenerla de nuevo con su grito ya como un ruego—. ¡¡¡No estoy mintiéndote, sé lo que hay dentro de la caja, eso que tú y Godric querían evitar que se libere!!!

Ya con el «», la chica, otra vez con la bola de energía en la mano, se giró lentamente sobre sus pies descalzos hacia Nolan. Olvidó que Ax podía atacarla por la espalda en ese caso, o quizás estuvo segura de que él no lo haría.

De todas maneras a pesar de que ella ya era pálida, gracias a la luz de la linterna de Dan se notó que palideció incluso más, como si su rostro y su sangre se hubieran congelado.

—¿Qué? —pronunció ella. Sus ojos mirándolo con incredulidad lucieron más grandes.

—Solo lee mi mente, ¿sí? —le pidió Nolan, porque gracias al cielo recordó que ella podía explorar hasta los recovecos más recónditos de la mente humana. Encontrar los miedos, los pensamientos, todo lo grabado allí—. Por favor mira en mi mente lo que viví. Entra en mis recuerdos para que entiendas que descubrí la verdad.

Miró a Nolan directo a los ojos. No superficialmente al igual que una persona mira a otra y se topa con sus iris, sino directo hacia su pupila como si esta fuera el túnel que daba entraba a su mente.

Y solo le tomó un momento. Ella lo escaneó todo a una velocidad que superó el tiempo que cada evento había tomado en suceder, y cuando observó hasta la última imagen de él llegando a ese pasillo, ante ellos, se horrorizó.

Incluso uno de sus pies dio un paso hacia atrás y ella giró la cabeza a un lado, entre desconcertada (por la verdad del número tres), avergonzada (porque Nolan sabía el secreto su pasado) y molesta (por no haber podido detener ella misma todo aquello).

—Pero yo... yo no pude... no lo supe nunca... ¿cómo? —La bola de energía desapareció de su mano, demostrando que el mismo asombro había casi apagado su ira.

A un lado, Gesher cayó contra el suelo en un golpe seco que, a ser sinceros, merecía. Pero bueno, al menos fue liberado.

—Tu poder tiene unos cuantos límites, aunque no lo creas —le dijo Nolan. De nuevo, muchas de las cosas que Godric había entendido ahora estaban en su cabeza—. Puedes entrar en cualquier mente, pero no en una inactiva. Ni siquiera el número tres se enteraba de lo que pasaba afuera. ¿Por qué crees que nunca supiste en dónde estaba? Godric sabía que jamás ibas a hallarlo, aunque fuera aquí abajo. —Aunque decidió ser sincero, confirmándole que él también se había sentido muy sorprendido en aquellos momentos—. Pero no te juzgo, a mí me pasó lo mismo al enterarme.

Nolan le dio un momento para procesarlo bien, porque el espanto no se fue de su cara. Entonces, pasó su atención a Ax, quien seguía quieto sin entender nada al otro lado del pasillo:

—Ax, no te equivocaste al sentir que ella te estaba ocultando o algo. De hecho, tu seguridad de que ella no era malvada tampoco fue una equivocación, porque no es una villana como creímos. No quiere matarte porque te odia o porque quiere robarte sus poderes. Quiere hacerlo para salvar al mundo entero. —Y finalmente la mirada pasó a Mack—. En especial para salvarte a ti.

—¿Eh? —Mack tampoco entendió nada. Solo había confusión en su cansado pero intrépido rostro.

—El verdadero villano lleva años bajo esta casa —le reveló Nolan a todos los presentes—. Siempre lo estuvo, y es el individuo número tres, ese capaz de controlar el tiempo.

—¿Qué? ¿Está aquí abajo? —Ahora fue Vyd el incrédulo y perdido—. Pero nunca pudimos sentirlo.

Eso Nolan lo explicó también:

—No pudieron porque Godric se aseguró de bajar su ritmo cardiaco al máximo, y porque cuando Ax llegó aquí estaba extremadamente débil debido a dos razones: por la muerte de los demás individuos que estaba llevando a cabo Jael, y por la herida que se hizo la chica número dos a sí misma para atraerlo hacia ella. Por eso sus poderes nunca alcanzaron ese rango. Desde que lo conocimos, Ax nunca ha estado al cien por ciento.

—Pero todo esto, ¿cómo lo sabes de repente? —preguntó Mack desde el fondo, más liada—. ¿Qué descubriste? ¿Cómo? ¿Y estás muy estás seguro?

Nolan volvió la atención a la chica, que no podía ni decir palabra dentro de su prolongada perplejidad.

—Por favor, ya no tienes que fingir que eres nuestra enemiga —le dijo. Sonó a una petición amable de tregua, de acabar con la guerra de una vez por todas—. Deberías mostrarle a Mack la verdad sobre tus sentimientos luego, pero justo ahora, ¿puedes poner el resto de la verdad en sus mentes? Ya sabes que es cierto y que es muy largo de contar, así que haz que lo vean como si fueran sus propios recuerdos.

Como era impredecible, Nolan no supo si aceptaría o no.

Pero realmente... ya no había nada a lo que negarse. Ella había comprobado que Nolan en serio poseía la verdad y la solución. Incluso que había adquirido más sabiduría que ella, y que en ese momento tenía el poder del número uno.

Suspiró, y lo aceptó. Así de rápido como había leído la mente de Nolan, le tomó un momento repartir entre las mentes presentes lo que él había vivido desde que había sacado al número tres de su celda. De hecho fue solo con mirarlos a todos a los ojos y hacer un movimiento de la mano que semejaba a una caricia sobre la frente.

Las reacciones fueron casi iguales: sorpresa y ojos muy abiertos. Mack ahogó un grito. La cara de Ax hasta denotó un horror incrédulo, y eso que alguien como él ni siquiera demostraba sentir miedo.

—¿Esto es una línea... alterna? —Vyd fue el primero en expresar eso con pasmo. Luego miró a todos y entre el silencio añadió con mayor horror—. Hay una original y de esa salieron dos... ¿así... así es?

Nolan se fijó en que Dan seguía con su mal aspecto, pero ahora también estaba impactado y al parecer tratando de ordenarlo en su mente:

—Si entiendo bien, en la línea original Nolan no abrió la caja, pero todos morimos. A partir de esa original, el número tres creó una primera copia, pero se robaron la caja y los mismos humanos liberaron una parte del gas; otra vez sin rendirse, el número tres volvió a sacar otra copia de la original, que es esta a la que pertenecemos nosotros y que siempre estuvo en un bucle.

—Pero si la respuesta era que Cox iba al pasado y daba la muestra de piel, generando así su nacimiento, ¿pasó lo mismo en la línea original? —Gesher se rascó la cabeza, también muy asombrado.

—No, hay muchas diferencias entre las líneas, es decir, que en las tres puede haber orígenes muy distintos. —Nolan pasó a explicar, tratando de analizar sus infinitos pensamientos—. No hay forma de saber con exactitud las diferencias, claro, a menos estuviéramos en ellas, pero cuando tuve el poder del tiempo capté algo: en la línea original, Godric no intervino en mi nacimiento. Nací naturalmente hasta que Ax me cedió su energía, llenado así mis células de oscuridad. Luego llegué hasta el punto en el que debía abrir la caja o no. Como yo no era el protector de Mack allí, por mi propia bondad elegí a la humanidad y acepté con tristeza sus muertes. Ese era el destino principal, lo que debía suceder. Luego el número tres creó la primera copia y aquí está la clave: él dijo que las copias venían con marcas INDELEBLES de la original, es decir que en ese duplicado yo sí nací con las células ya dentro de mi cuerpo, pero tampoco fui el protector. En esta línea otra vez vine con las células, pero fue que por fin Godric intervino en mi nacimiento y se creó el bucle.

—Entonces esas dos líneas, como eran copias, salieron con muchos errores —teorizó Vyd, pensativo. Era una discusión colectiva, porque el resto también sabía un poco de lo que Nolan había presenciado. No toda su nueva sabiduría, claro, pero era más fácil de llevarle el ritmo—. Me refiero a que sacar duplicados de la original no es tan sencillo. Puede causar defectos, y por esa razón los sucesos variaron y no pasaron como número tres quería. Así se vio obligado a crear más.

—Exacto —aseveró Dan, alzando los hombros. Sus ojeras estaban más marcadas y él más pálido, con un aspecto arisco—. No importaba con cuanto esfuerzo lo plagiara, sus resultados nunca eran iguales a la principal, lo cual tiene sentido, porque nada nunca superará lo original por más que traten de copiarlo. Podemos admitir que el número tres era poderoso, pero no tanto como el supremo tiempo, así que al final solo se vio estúpido intentando imitarlo.

—Dios, qué fuerte... —Vyd se puso las manos en la cabeza, parpadeando como si le fuera a explotar el cerebro—. La cosa es que estuvimos viviendo y viviendo y viviendo lo mismo quien sabe desde cuándo.

—Y muriendo —añadió Gesher, importantísimo.

—Y Nolan enfrentándose a ello sin recordarlo —agregó Dan.

Mack salió de su perplejidad rápidamente al oír esa parte. Por supuesto, la hizo reaccionar su conexión emocional con Nolan, y sabiendo lo que debía hacer, avanzó directo hacia él, ya sin miedo de pasar junto a la chica número dos.

—Oh, Nolan... —Se le detuvo en frente y le puso las manos a cada lado del rostro. Al instante, su toque fraternal, cariñoso, y en especial ese tono de voz que solo ambos entenderían que significaba «por Dios, pasaste por mucho», finalmente vulneró a Nolan, rompió la armadura del guerrero contra el tiempo.

Nolan le puso las manos en los antebrazos. Sus pulgares se aferraron a ella. Se le humedecieron los ojos y se le curvó la boca apretada hacia abajo. Siempre, la única capaz de hacer ver su corazón, sería ella.

—Los vi muertos a todos... —La voz de Nolan salió quebrada, conteniendo un llano que ya había estado reprimido, mientras la miraba a los ojos nobles, capaces de comprenderlo—. Por un momento los perdí. Te perdí, y primero no supe qué hacer. No supe qué hacer sin ti.

—Pero sí supiste. —Mack lo contradijo con una negación de cabeza, sin entender por qué no lo veía—. Peleaste por la vida de todos nosotros, del mundo entero. No solo por la mía. Hiciste exactamente lo que se debía hacer. Lo más valiente.

—Pero torpemente, yo... —Nolan bajó la mirada y lo susurró—: casi fallo como las veces anteriores.

—No fallaste en esta. —Esa vez fue Ax quien le habló, y diciendo algo muy inesperado, como un reconocimiento y aprobación.

Mack asintió con una sonrisa, de acuerdo con las palabras de Ax.

Aunque la sonrisa no le duró mucho porque de repente el cristal de la ventana de ese pasillo se rompió en pedazos. La creación de Jael la atravesó, aun invisible, pero dispuesto a destrozar todo.

—¡Corran abajo! —gritó Gesher, de nuevo con su arma lista para disparar.

Y sí, abajo era la mejor opción, por eso Vyd jaló a Nolan. Nolan jaló a Dan con una mano y con la otra a Mack. Mack jaló a Ax. Ax no jaló a nadie. Dan y Gesher corrieron por su cuenta, pero todos escaleras abajo.

Antes, extendiendo los brazos hacia arriba y luego halando hacia abajo, la chica número dos se aseguró de que cayeran trozos de techo para impedirle al monstruo que los alcanzara, y delante de ellos expandió un campo de energía protector que a pesar de que no duraría mucho, lo detendría para darles tiempo. Luego ella también corrió.

Detrás se oyeron las fuertes rasgaduras de esa criatura a los escombros, sin poder traspasar el campo.

—Hay que salir de la mansión —jadeaba Nolan con cada escalón que bajaban—. Esa cosa es capaz de trepar lo que sea y rasgar y romper lo que sea, ya vi cómo es. Está incluso diseñado para que nada lo atraviese, así que no vale la pena dispararle.

En el pasado que Nolan no había cambiado, ese del bucle, el vestíbulo y la mansión entera se habían colmado de ramificaciones provenientes del desatado e inestable poder oscuro de Ax, pero estas ya no estaban, ya que el enfrentamiento entre él y la chica, que lo había descontrolado todo, no se había dado.

Aunque en este presente algo sí estaba diferente. Algo con lo que no habían contado: la creación de Jael había roto gran parte de la fachada de la mansión (tal vez al treparla) así que la que había sido la imperiosa y hermosa entrada principal de la casa estaba bloqueada por un montón de escombros y vigas derribadas.

Desgraciadamente, no se podía huir por allí.

Y la verdad tampoco había tiempo para intentar apartarlo todo incluso con la fuerza de Vyd, Nolan y Ax, así que en necesidad de sobrevivir corrieron en dirección contraria hacia la salida trasera de la cocina. Era la peor porque el jardín estaba lleno de niebla, pero también era malo quedarse dentro de la casa.

«¿Morir rápido o morir luego?». Habría pensado Nolan. Solo que en ese momento su mente solo pensaba: «¡vamos, vamos, vamos rápidoooo!».

Salieron al jardín. La fría niebla seguía extendida sin dejar ver ni una otra casa, nada más que blanco en la lejanía, como si el mundo estuviera hecho de ella para permitir que cualquier atrocidad se ocultara allí y saliera de la nada a comérselos a todos.

Pero corrieron hasta la mitad del patio.

—¿Podemos rodear la mansión? —preguntó Gesher, pensando en una salida rápida. Su resistencia era alta, por lo que apenas lucía o hablaba cansado.

—No, mi padre pidió a mi madre que no hubiera forma de rodearla, solo se puede salir atravesando la entrada de la cocina, que acabamos de cruzar, y luego el vestíbulo —respondió Mack, por el contrario, agitada, soltando y tomando aire—. Y ya sabemos por qué.

—Entonces yo puedo subir las escaleras, distraer a la creación de Jael y... —Ya Vyd estaba ofreciendo a sacrificarse, pero Nolan lo interrumpió:

—No. —Negó con la cabeza. Tomó aire. Lo soltó. Había esperado que pudieran huir, pero todo los estaba llevando a los inevitable. A lo que él ya sabía que, para llegar a la solución, debía suceder—: Nadie va a distraerlo. Ya tenemos que dejar que la creación de Jael llegue aquí.

—Pero viste lo que pasó porque Ax y Vyd lo enfrentaron: morimos —le recordó Mack, espantada al escuchar eso.

—Esta vez no será igual —replicó Nolan. Su intuición, una que ya no provenía de vestigios sino de seguridad, se lo decía—. Eso sucedía en el futuro del bucle, ese que el número tres quería. Yo acabé con ese futuro, así que en este momento, en este presente, no hay ninguno. Por eso el tiempo supremo nos está dando una oportunidad de ganarle a la creación de Jael, y de que todos nos salvemos para continuar una línea completa. —Entonces giró la cabeza hacia el número uno, y lo dijo—: Pero Ax tiene que pelear.

—¡Nolan! —exclamó Mack. Estaba dispuesta a regañarlo y a oponerse, pero Nolan la ignoró y se giró hacia Ax. Esta vez, solo con él debía hablar. Esto no era con nadie más que entre ellos dos:

El protector: Nolan con su uniforme raído y sus heridas frescas, que le dolían pero que por la adrenalina del momento ya no sentía.

Y el número uno: Ax con solo su pantalón, sus pies descalzos y sus moretones rojizos y violáceos repartidos por su piel llena de cicatrices.

Dos soldados provenientes de batallas diferentes, si se miraba bien.

—Escucha, Ax —empezó a decirle Nolan, mirándolo a los ojos y a la cara inexpresiva, finalmente compartiendo una parte de lo que ahora estaba grabado dentro de él—. El número tres nunca reveló la razón por la que por primera vez me pasaste tus poderes en la línea original, pero creo saber cuál fue el motivo gracias a algo que Godric le explicó una vez a la chica número dos: muchos años atrás, la criatura que los engendró empezó a morir debido a esta atmosfera, ya que su naturaleza no estaba diseñada para ella. Como su muerte inminente no le permitiría cumplir su misión de abrir la caja, lo que hizo fue alojar sus moléculas en los fetos de las mujeres que los dieron a luz. Él sabía que su vida se estaba acabando, y la única forma de preservar sus poderes fue repartiéndolo entre ustedes. Tú hiciste lo mismo. Estabas muy débil, a punto de ser consumido por tu propia oscuridad, y sabías que podías morir pronto, así que alojaste tu poder en mí para preservarlo, para que éste no muriera con tu cuerpo físico. Tu decisión fue inconsciente, pero consciente a la vez, porque al igual que tu padre deseaste con desesperación que tu poder no muriera, pero con tu juicio me escogiste a mí para portarlo. No se lo diste a Mack porque tu corazón temía mucho que ella fuera lastimada. —Los labios de Nolan esbozaron la sonrisa de un amigo hacia otro—. Se lo diste a la siguiente persona en la que confiabas: yo. Tú sabías que además de Mack, yo podría usar tu poder para el bien, así que me lo cediste voluntariamente. ¿Y sabes qué pasó gracias a tu decisión? Que se regeneró, justo como se regeneró el poder de la criatura en esos bebés.

Mack hundió un poco las cejas, aunque estaba asombrada.

—Dices... ¿como recargarse? —preguntó ella. Nolan asintió.

—Sí, su poder está recargado —asintió Nolan. Sus ojos que en el pasillo se habían humedecido frente a Mack, ahora se llenaron de esperanza y entusiasmo entre la niebla frente a Ax—. A pesar de que tus hermanos no están, tu energía ya no es frágil ni está en peligro, porque tras aquel día se alojó en un cuerpo que no estaba herido ni debilitado: el mío. Entonces yo fui solo un contenedor, algo como un cargador que conectas a tu celular, y me alegra mucho que fuera así, porque ahora tu oscuridad puede activarse de nuevo en las moléculas que siempre han estado y estarán en ti. Ya puedo devolvértelo, tal y como lo necesitas. —Nolan extendió un brazo y lo afincó en su hombro—. Porque esta pelea es tuya, Ax. Este enemigo solo puede ser vencido por ti. Yo ya rompí el bucle y acabé con el horrible pasado. Ahora tú, el número uno original, el que nació con la oscuridad, el único que sabe perfectamente cómo dominarla, debes crear nuestro futuro.

Aquella última frase sonó increíble. Y Nolan y Ax no lo vieron porque se estaban mirando el uno al otro, pero los ojos amarillos de Vyd, presenciando aquella conversación, se habían conmovido hasta el punto en el que había alzado los puños y los tenía contra sus comisuras, fascinado, encantado con los dos.

Hasta Mack, a un lado de ambos, pasaba la mirada de uno a otro con la boca entreabierta. El brillo fascinado y enamorado para Ax; el brillo de adoración fraternal para Nolan. A ambos los amaba de formas diferentes, pero los amaba y admiraba. Y pensaba que eran muy geniales.

—Pero, ¿cuál sería el plan completo si Ax pelea? —preguntó Dan, trayendo al momento heroico algo lógico que habían olvidado—. ¿Solo lo atacará y ya? ¿Y nos quedaremos mirando eso?

—Bueno, es cierto, aunque el poder de Ax esté completo, la creación de Jael tiene casi todos los poderes de los STRANGE dentro de él —reaccionó Vyd, rascándose la nuca—. Es decir, la batalla sería bastante dura y larga.

—Es lo que intenté decirte, Cox. —Gesher entró en escena, tipo: «si al menos me consideraran un poco, verían que puedo aportar algo». Paseó la mirada sobre todos—. ¿Recuerdan la inyección creada por Madelein para inhabilitar a un STRANGE por cierto periodo de tiempo? Bueno, antes de que subiéramos al avión yo traje una jeringa en mi cinturón, porque pensé que sería útil si la individua número dos nos atacaba. Pero está intacta. Ahora podemos usarla contra esa cosa, ¿no? Si fue creado a base de ustedes, si usaron su sangre en él, también podría anular sus habilidades.

—Espera un momento —pidió Nolan. Miró a la chica número dos—. ¿Le hiciste algo a mi padre antes de escaparte del avión?

Ella negó con la cabeza y volvió a desviar la vista de todos hacia el suelo con los labios fruncidos. No lucía muy contenta, pero siempre estaba así, ¿no?

—Gesher, intenta hablar con mi padre por el comunicador —le ordenó Nolan—. Ve si responde, y si lo hace pregúntale si la inyección podría funcionar.

Gesher lo intentó. Le habló varias veces, pero solo se recibía mucha interferencia y pitidos agudos. Nada.

—De todas formas, a este punto tendremos que intentarlo, y al inyectarlo Ax podrá darle con todo. —Vyd alzó los hombros, resignado a una pelea que era obvio que también lo entusiasmaba, porque sorpresivamente se despojó de la gabardina y la lanzó al suelo, como listo para lo que fuera.

A Nolan casi se le cayó la barbilla al verlo en su camisa negra de mangas cortas, con esos músculos delgados y los cableados notables debajo de la piel. Su fantasía de ciencia ficción favorita.

Solo que se obligó a centrarse.

—Pero eso significa que antes hay que distraerlo para que no perciba quien se acerca. —Dan volvió a resaltar los hechos lógicos.

Obviamente habló el que tenía que hablar, imponente.

—Yo lo distraeré peleando contra él —decidió Ax. No, más que una decisión, era algo indiscutible.

—Y yo lo inyectaré... —Ya iba Nolan con la barbilla en alto a decidirlo también, pero fue interrumpido:

—No, yo lo haré.

Fue Mack. Ella lo dijo.

—¡¿Estás loca?! —A Nolan casi se le salieron los ojos.

—No. —A Ax se le salió su lado más dominante.

Pero Mack hundió las cejas y les dedicó a ambos una mirada dura.

—No les estoy preguntando si me dejan hacerlo, estoy diciendo que lo haré —aclaró ella. Era más baja pero sus palabras la hicieron percibir intimidante.

—Pero es que eres...

—¿Débil? ¿Sin poderes? —completó ella a lo que Nolan intentó protestar. Pasó la mirada de Ax a él con la seguridad de que ambos estaban pensando lo mismo—. Sí, llegué a sentirme mal por eso, pero ya entiendo que no lo soy y que no los necesito. Aunque no lo quise, también entrené como Nolan, así que sé defenderme y no voy a quedarme escondida o parada echándole porras a todos los hombres para que ganen. —Formó un puño con su mano, retándolos—. Y si alguno tiene problema con eso, aviso que no me importará darles un puñetazo.

Nolan alzó las manos y se echó para atrás, medio temeroso porque en su caso conocía los golpes de Mack. Esa mano no era grande, pero por alguna razón el golpe que ella propinaba quedaba ardiendo en la piel por horas. No gracias.

En cuanto a Ax, él sí dio un paso hacia ella. Contacto visual fijo. Casi que eléctrico de un lado a otro.

—Mack... —Él dijo su nombre como si le advirtiera algo.

—Ax. —Ella le devolvió el suyo como si le asegurara que lo desafiaría.

—Oigan... —intentó mediar Nolan, ya que la cosa se estaba poniendo rara, porque era obvio que Ax, ese hombre alto y capaz de destrozar a cualquiera, estaba sacando su lado muy protector, pero también era obvio que ella no quería eso en ese momento.

Por eso Mack siguió centrada en él. Todos miraban en silencio.

—¿Me conociste siendo una tonta, Ax? —le preguntó ella. Un dejo de molestia y de confusión se vio en su rostro. Apuntó su dedo índice directo a su pecho desnudo—. Te encontré en este mismo patio y contra la razón que tuvo Nolan al decir que eras un extraño, y en especial contra y lo que mi madre podría hacerme si me descubría, te metí a mi casa. En cada momento que hubo peligro me arriesgué por ti. Engañé a un policía, engañé a mi propia madre, te enseñé a hablar para que pasaras por un chico normal, a ser un amigo para que no asesinaras más, me esforcé en descubrir toda la verdad sobre los STRANGE, enfrenté las consecuencias de lo que hizo mi padre con ustedes, aguanté ir a esa horrible organización y estar presa allí, no revelé ni una palabra a pesar de la tortura, te defendí ante cualquiera que dijera que eres monstruo, hui de mi ex novio modificado, traté de calmarte cuando casi derrumbas ese avión, me puse a buscar una caja que no sabía en dónde estaba, y ahora estoy parada aquí, en medio de esta niebla que cagaría a cualquiera hasta el culo, pero aun así dispuesta a luchar a tu lado, tal y como te lo dije. Tal vez lo hice sin armas, tal vez sin viajar en el tiempo, tal vez sin poderes, tal vez sin matar a un individuo o hacer explotar una organización entera, pero nada me ha detenido y nada me detendrá si se trata de que estés a salvo. —Con cada palabra siguiente afincó la punta de su dedo sobre su piel, retándolo a contradecir esto—: Así que si tú crees que debes protegerme porque soy tu chica, te informo, Ax, que en realidad fui yo la que te protegió a ti todo este tiempo.

Todos quedaron boquiabiertos. Nolan ni podía parpadear.

—Uy... —fue lo que salió de la boca de Vyd, impresionado.

Cada par de ojos se deslizaron desde Mack para detenerse en Ax, a la espera de su reacción.

Él serio, inalterado, solo contemplando a Mack con esos ojos heterocromáticos y ese cabello oscuro desordenado. ¿Qué diría? ¿Qué haría? ¿Pelearían porque Mack acababa de dejar en claro que él nunca la había protegido? ¿Se enojarían hasta que la creación de Jael apareciera para matarlos?

Esas preguntas pasaron por las mentes de todos...

Hasta que de pronto, en un segundo, Ax la agarró por la parte baja de la espalda, la pegó a él y le estampó un ardiente beso en los labios. Los de ella se separaron al instante, recibiéndolo y poniéndole una mano sobre la mejilla. Ante todos se vio romántico, pero arriesgado, pero apasionado y al mismo tiempo como de final de película de guerra.

Todos parpadearon, desconcertados. La expresión más obvia de confusión fue la de Vyd, que no entendía qué había pasado, pero tampoco podía dejar de mirar.

—Es que a ellos los calienta el peligro... —Nolan se inclinó para susurrarle a Vyd y sacarlo de su desconocimiento—... y ni sabes lo que han hecho en los peores momentos, porque mientras más se pone peor más se desean...

—Já, qué curioso... —Vyd estaba perplejo—, debe provenir de algún trauma, o que creen que están a punto de morir y sienten la necesidad de vivir lo que no podrían vivir...

Ambos apartaron sus bocas, algo jadeantes, pero aun con Ax manteniéndola contra él. Se miraron, enamorados de una forma tan pasional que fue como que no existieron los demás. Hasta el aire entre la niebla se sintió íntimo.

Y por primera vez, una de las comisuras de Ax se alzó un poco, en una sonrisa medio orgullosa, medio satisfecha.

—Protejámonos el uno al otro —le dijo él a ella. Mack sonrió, medio embobada también. Aunque hasta ahí Ax volvió a ponerse serio, y añadió—: Pero si intenta lastimarte igual lo voy a matar.

—Lo sé. —Ella, también orgullosa con esa sonrisita, le acarició la mejilla a su chico salvaje.

—¡Bueno ya, ya! —intervino Nolan en un regaño. Los separó agarrándolos por los brazos y creó distancia—. ¡Los extrañé, pero no tanto como para que piensen que todos estamos en un hotel! —Ya con los tortolitos traumados separados, Nolan puso su atención en Mack. Tomó sus manos, su voz se suavizó y sus labios formaron una cálida sonrisa—: Pero es cierto. Tú has hecho más de lo que parece. De hecho, sin tu valentía y tu determinación de proteger a Ax, esta historia, esta versión, jamás habría empezado, porque yo con mi cobardía solo lo habría entregado a la policía. Pero tu familia se rompió, pusiste tu vida en peligro, te enfrentaste a la verdad de Godric, enfrentaste a la chica número dos aunque ella parecía dispuesta a matarte, pero en cada momento, ante cada espantosa situación, seguiste recordándome que estábamos ahí para ayudar a todos los STRANGE, y a todos los que pudiéramos. Seguiste recordándome que nos tenemos el uno al otro. Sí, yo rompí el bucle, tuve mi momento, pero lo logré porque tú me aseguraste que yo no era un monstruo. Entonces no necesitas armas o poderes, porque en todo este tiempo fuiste la que más perdió, la que más sufrió, y la que aun así nunca se rindió.

—Nunca me juzgaste —añadió Vyd, de acuerdo con las palabras de Nolan—. Fuiste amable, y la primera en llamarme amigo.

Nolan asintió con una emoción conmovida.

—También sentiste empatía por Jaden. Sentiste empatía por mi padre. Me amaste cuando mi madre nunca lo hizo. Amaste a Ax cuando cualquiera le habría tenido asco. —Apretó sus manos con suavidad y cariño. Quería abrazarla, pero eso lo dejaría para después, por ahora solo necesitaba dejárselo en claro—. Tu corazón es inmenso, Mack. Tú nos has sostenido a todos de esa forma. Tú eres la protagonista que nunca permitió que esto se acabara o que huyéramos. Así que Ax peleará, tendrá su momento, y luego tú lo inyectarás, y tendrás el tuyo, porque yo no tengo ninguna duda de que podrás lograrlo.

Los ojos de Mack no estaban humedecidos, pero brillaban viendo a su mejor amigo decir todo eso. Dentro de ella, el valor aumentó, porque en cierto momento se había sentido inservible solo por ser humana.

Pero era precisamente eso lo que la hacía importante y esencial. Su humanidad mantenía el perfecto equilibro con la oscuridad de la que estaban hechos los STRANGE.

Ya tampoco tenía ninguna duda de que podía hacerlo.

—Bien, Dan, y yo iremos por los laterales izquierdos por si se necesita apoyo con armas para distraer a esa cosa, y usaremos las gafas térmicas para detectarlo —indicó Gesher, lo cual no era una mala idea—. Tú, Cox, ve con Cavalier para que ella pueda pasar desapercibida e inyectarlo, y el número uno irá al frente con sus hermanos.

Ax asintió.

Gesher me entregó la jeringa y la guardé en los compartimientos seguros de mi cinturón.

De pronto se escucharon un montón de escombros siendo golpeados. Una pared rota. El campo de energía creado por la chica número dos se acababa de romper. Ya venía.

Nolan pasó a ponerse a junto a Ax para que ambos miraran de frente hacia la densa niebla en la que pronto aparecería aquel monstruo. Le puso la mano de nuevo en el hombro.

—Muy bien, Ax, ahora vas a pelear como nunca nadie ha visto, con tu poder al cien por ciento —le dijo finalmente, extendiendo su sonrisa con la emoción del que está listo para triunfar—, y nosotros estaremos a tu lado.

—Yo estaré a tu lado —se sumó Mack, apareciendo junto a su otro hombro. Y simplemente se le ocurrió porque quedaba perfecto con el momento en donde el verdadero final iba a suceder, juntos—: Aquí.

—Aquí —asintió Vyd, parándose junto a Nolan.

—Aquí —asintió Dan repentinamente, ubicándose junto a Vyd con su arma lista para disparar.

—¿Aquí...? —incluso dijo Gesher al lado de Dan, pero levantando su arma también.

Y por último... Mack miró hacia atrás, en donde ella estaba parada, sin haber pronunciado ni una sola palabra. La encontró mirando hacia abajo con el ceño y los labios fruncidos en un gesto de... ¿molestia? ¿vergüenza? ¿Molestia por sus acciones? ¿Vergüenza por haber guardado aquellos secretos? Todo al mismo tiempo.

Además ahora tenía que tomar una decisión en ese momento. Una que por alguna razón pareció difícil, pero a la vez fácil.

¿Era como Nolan lo había dicho?

Lo era.

La chica alzó un poco la mirada. En ese momento, Mack le sonrió, y de la forma más gentil del mundo se hizo a un lado para hacerle un espacio junto a Ax, y en especial junto a ella, en donde consideró que debía pertenecer no solo para luchar, sino para ser aceptada y querida.

Una de sus manos formó un puño, y entonces sus pies descalzos avanzaron. Finalmente, la chica número dos se situó junto al número uno. Alzó la cara, ya poniendo su característica expresión de cejas hundidas y fiera valentía.

—Aquí —se sumó ella.

Nolan alzó la mano que no estaba en el hombro de Ax y se la ofreció.

Ambos se las estrecharon.

Apenas sucedió el contacto, emergieron unos hilos de oscuridad del brazo de Nolan, se deslizaron como serpientes hacia el antebrazo de Ax y seguidamente hacia su pecho. Entonces todo su cuerpo se llenó de esas características venas negras que solían poblar su piel cuando él estaba usando sus poderes. Sus ojos se tiñeron de un negro azabache tan intenso como la profunda oscuridad de un abismo. Sus cejas también se fruncieron y sus dientes se apretaron con la rabia y la sed de venganza que había estado conteniendo.

—Aquí morirá —sentenció Ax. 

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