
48
(... continuación de los recuerdos).
MACK
Muy bien, si para activar la caja se necesitaba al número tres y la sangre fresca del número uno, primero había que evitar a toda costa que estos dos individuos llegaran a ella.
—Necesitamos a un nuevo director en MANTIS, pero uno que nosotros podamos controlar para que nos dé los accesos necesarios —indicó Godric al haberse recuperado un poco. Había pasado a sentarse frente a la celda, por lo que miró a la niña con cierta preocupación, y fue muy sincero—: Controlar a alguien de forma permanente va a quitarte mucha energía, pero creo que podemos trabajar juntos para que seas más fuerte y puedas mantenerlo. Esto será difícil y tomará mucho tiempo.
Claro que sería difícil y ella misma lo sabía.
Pero estaba dispuesta a ayudar.
Unos días después, lograron que una persona muy manipulable se convirtiera en el nuevo director. Era un hombre débil de mente que nunca iba a representar algún peligro para ellos.
Y con él en el puesto, procedieron a cumplir el paso uno:
—Luego debemos sacar al individuo número tres de las instalaciones de MANTIS y trasladarlo a una celda especial —explicó Godric—. No suena muy considerado, pero no es un individuo activo así que podemos aislarlo para que no pueda acceder a la caja, o en todo caso para que no pueda ser encontrado por el número uno.
—Él puede sentirnos —le recordó la niña.
—En realidad, lo que el número uno puede sentir es el latido de sus corazones. Puede sentir a kilómetros de distancia si están vivos. Por esto la celda debe ser diseñada de una forma especial que aisle todo el ruido. Y el número tres debe ser ser puesto en la mayor inactividad posible.
—Casi como muerto —comprendió ella. Internamente no le gustaba la idea.
Godric la tranquilizó:
—Pero no lo estará. Lo único que necesito es que no sea detectado por el número uno, así que lo pondré en inactividad, pero te aseguro que estará vivo.
Tampoco era algo más justo, pero era lo mejor que se podía hacer.
—¿En dónde vas a construir la celda? —quiso saber ella.
—Confío en ti, pero solo por precaución no puedes saberlo.
Aunque no fue demasiado lejos. Godric construyó la celda especial debajo de su propia casa, ya que decidió que él mismo protegería al número tres y a la caja como dos peligrosos recursos a los que nadie debía acceder jamás.
—Luego, con el número tres aislado y protegido, tú y yo empezaremos a trabajar en tus habilidades para que logres quitarle sus poderes al número uno —le indicó a la niña.
El ambiente se tornó algo preocupante e incómodo, como cada vez que se tocaba ese punto.
¿Tal vez porque la idea de traicionar al número uno era muy seria y espantosa?
¿Tal vez porque la niña en el fondo no quería hacerlo?
¿Tal vez porque estaban implícitas las catastróficas consecuencias que eso podía traer?
En gran parte, eso. Se trataba de cruzar límites muy peligrosos. Ella sentía que su naturaleza tenía reglas, y que Godric le estaba pidiendo que las rompiera todas.
—¿Qué pasará con el número uno si hago que abandonen su cuerpo las moléculas que le dan su poder? —preguntó finalmente. Era la duda que más la carcomía.
—No lo sé... —Godric no le mintió. Era tan desconocido para él como para ella—. Hay probabilidades de muerte siendo éstas moléculas la naturaleza base de todos los individuos de STRANGE. Pero también podría pasar que él quedara siendo un humano común y corriente. —Apretó los ojos, frustrado y cansado—. Ah, es que es muy impredecible. Aunque tengo la fuerte sensación de que puede terminar bien.
Claro, también había otra duda importante. Ella se atrevió a preguntarlo:
—¿Y... si no logro hacer que su poder pase a mí?
Era algo que él también se había cuestionado muchas veces. Así que, por desgracia, tenía una respuesta más clara para eso.
Por supuesto, "respuesta clara" no significaba "mejor", y se notó en la expresión de Godric. Fue la forma en la que su mirada se perdió en el vacío y sus cejas se arquearon, como si pudiera ver esa tragedia ante él a la perfección.
En caso de fallar, la solución más efectiva al riesgo que suponía la caja para el mundo era matar al número uno. A su vez, eso iba a matar a todos los individuos.
Pero no pudo decirlo, por lo que Godric de inmediato borró esa expresión dramática de su rostro para dedicarle a la niña una mirada de esperanza y buenos pronósticos.
Incluso si era falsa y ocultaba la terrible preocupación y el casi paralizante miedo que estaba azotándolo en el fondo, la forzó para ella.
—Lo lograrás —prefirió decirle—. Yo te haré la número uno y tú nos salvarás a todos. Incluso a él. Lo prometo.
Bajo esa esperanzadora promesa pasaron años trabajando juntos.
A medida que la niña fue creciendo, Godric se enfocó en entrenar su mente, su energía y sus capacidades. Ambos se concentraron en encontrar la forma más eficiente y segura de movilizar el poder del número uno y de desconectarlo de los demás.
Ella entraba en la mente de Ax todo el tiempo. Veía lo que él veía. Escuchaba lo que él pensaba a las veinticuatro horas del día. Buscaba las fuentes de su energía, exploraba las redes de su cerebro, sus recuerdos, sus sentimientos mismos.
Llegaba tan profundo que era capaz de visualizar cada molécula y cada célula que conformaba su cuerpo.
Eso la llevó a conectarse tanto a él que muchas veces se encontraba con fuerza con las emociones relacionadas a Mack apenas Ax las estaba sintiendo. Y otras veces las experimentaba junto con él.
Fuera dolor, entusiasmo, ilusión, enfado, o hasta la misma felicidad, la chica lo sentía en su propio cuerpo como si fuera propio de ella.
Godric ignoraba que eso sucedía, por supuesto. Él, por su lado, no paraba de trabajar en su posible solución. No paraba de trabajar para encontrar la forma en que la chica pudiera tomar el lugar del número uno, evitara que la caja fuera abierta y salvara a la humanidad entera.
Días, noches, madrugadas, metido en el laboratorio.
Al principio, él en verdad había estado seguro de que lograría su objetivo, pero mientras más pasaba el tiempo, más quedaba demostrado lo difícil que era, incluso para un asombroso científico como él.
Entonces, tras varios fallos y frustraciones, empezó a admitir la desventaja de que el asunto fuera secreto, porque tal vez podía avanzar mejor si más mentes trabajaban junto con él.
Así que hizo un pequeño plan para presentarle a los socios secundarios de MANTIS un proyecto engañoso que no revelara lo de la caja pero que le ayudara a conseguir ayuda para lograr parte del objetivo:
Presentó la idea de buscar la manera de convertir a la niña número dos en el individuo número uno.
Explicó que aún teniendo al individuo número uno, la niña era la más fuerte de todos. También explicó su infinita capacidad mental y la amplitud de sus poderes con la intención de deslumbrar a los socios y hacerles entender que ella era aún más valiosa.
En cierto modo sí hizo que ellos se interesaran. El proyecto fue aprobado y se le dio a Godric un equipo de científicos expertos que trabajarían con él en esto.
Pero solo funcionó por un tiempo.
Porque unos meses después, con tanto trabajo, a Godric se le escapó algo de las manos:
El cansancio, las preocupaciones, los problemas con su esposa por su distanciamiento, el temor de que Jael lograra acercarse a los individuos, el constante delirio con la extinción de la humanidad, todo le jugó en contra.
Y pasó algo que lo cambió todo:
Él era cuidadoso para no revelar la verdadera intención del proyecto, pero uno de los científicos más jóvenes se dio cuenta de que el quitarle el puesto al número uno implicaba romper la conexión que éste mismo tenía con el resto de los individuos.
Lo cual, por supuesto, podía matarlo.
Eso significaba: sacrificar a un individuo por otro.
El científico fue hacia los socios secundarios, desconfiado de las intenciones de Godric y fiel a MANTIS, y les contó:
—Desconectar al número uno de su puesto no es tan fácil como Godric Cavalier lo presentó. El número uno necesita estar conectado al resto de los individuos para sobrevivir, y el resto de los individuos necesitan estar conectados a él. El solo tratar de cortar el lazo es muy peligroso. Tampoco es seguro que la niña vaya a convertirse en la principal si la desconexión se logra, porque no sabemos si el poder del individuo faltante va a alojarse dentro de ella o si simplemente morirá al mismo tiempo que él. En resumen: estamos arriesgando demasiado por esto, porque en el momento en el que ella intente romper la conexión podrían pasar tres cosas. Posibilidad uno: podría lograr cambiar las posiciones, pero eso mataría al número uno porque lo dejaría sin energía. Posibilidad dos: las células de poder morirían junto con el número uno al instante de romperse la conexión. Posibilidad tres: morirían todos progresivamente porque la propia naturaleza reconocería la falta de su energía, imposible de sustituir. Así que lo que está en riesgo es que podríamos perder a todos los individuos si una pequeña cosa sale mal.
Los socios, ya en alerta, solicitaron hablar con Godric. Y también solicitaron la suspensión inmediata de su proyecto.
Como Godric no se lo esperaba, acudió muy nervioso a la reunión. Intentó explicar de todas las formas posibles que cambiar la posición de los individuos podía ser un éxito, pero MANTIS vio amenazada su posesión más valiosa y le prohibió a Godric volver a trabajar en algo así.
Él no tuvo más opción que obedecer, porque no pudo acudir al recurso de borrar aquello de la mente de los socios secundarios, ya que la niña número dos estaba muy exhausta debido a todas las prácticas.
Además, la cansaba mucho la gran cantidad de control que debía ejercer sobre el nuevo director de MANTIS para mantenerlo cumpliendo sus deseos.
Por lo que, de nuevo, Godric tuvo que trabajar solo con su mayor preocupación: que la caja y el número tres estaban seguros, pero, ¿por cuánto tiempo sería así?
Empezó a vivir con mayor angustia por eso. Su mente siempre estaba atiborrada de información sobre cómo tratar de ampliar los poderes de la niña. Descansaba poco, trabajaba mucho, y todo ese estrés y sobrecargo llegó a impactar en sus nervios y en su capacidad de atención.
Tanto así que ignoró de forma inconsciente lo que estaba sucediendo con el otro niño al que cuidaba: el mellizo de Ax.
No notó que la transformación a un fallo estaba sucediendo lentamente. Y peor, que sucedía precisamente por la razón que él más temía.
Es decir, Godric sí se dio cuenta de los alarmantes cambios en el niño: su voluble humor; desequilibrio hormonal y sanguíneo; el cambio negruzco en la coloración de la piel que empezó en el área de la boca en donde se había quemado aquella vez que intentó extraerle sangre...
Pero su mente estaba muy ocupada en la niña y en aumentar sus poderes como para ahondar en las razones de esa transformación.
Por supuesto, se dio cuenta de su error años después.
Específicamente el día en el que el mellizo de Ax, ya adulto, se transformó por completo, dejando atrás todo signo de humanidad, y causó el caos en el que huyó del laboratorio de Godric.
Eso fue la misma noche del accidente de Mack y Jaden, el hijo de Jael.
Los signos vitales del mellizo empezaron a desestabilizarse. El sistema instalado en el laboratorio de Godric para monitorear los niveles de cada individuo, lo detectó y empezó a reaccionar, indicando que el mellizo estaba teniendo un paro cardíaco.
Godric dejó de inmediato lo que estaba haciendo y corrió a ponerse la máscara para poder entrar en la celda y salvarlo.
Claro que, sabiendo que estaba sufriendo un ataque, otra vez ni siquiera se preocupó por bajar los niveles de oxígeno. Solo desbloqueó la puerta e ingresó.
Pero en cuanto le puso una mano encima al chico con intenciones de hacer la reanimación...
Sucedió lo que Godric pudo haber evitado de no haber estado tan concentrado en el asunto de la caja: el término de la transformación.
El mellizo volvió a crear fuego con el oxígeno de sus pulmones. El fuego se expandió por el tubo. Hubo una explosión que lanzó a Godric hacia atrás, y luego el cuerpo entero del individuo se prendió en llamas.
La poderosa seguridad contra incendios en el techo del interior de la celda se activó antes de que pudiera extenderse. Los rociadores apagaron las llamas que se habían creado e incluso apagaron las llamas que ardían sobre el cuerpo del individuo.
Medio aturdido y apoyado en sus codos, Godric vio que, tras las llamas, toda la piel del mellizo quedó con una textura chamuscada y de un color carbón.
Y creyó por un momento que estaba muerto, que no había sobrevivido a su propio fuego...
Hasta que el chico se levantó de la camilla. Aún con el cuerpo enteramente quemado, se acercó a Godric y lo noqueó de un solo golpe.
Lo que sucedió después de eso, Godric nunca lo vio porque quedó inconsciente. Pero la chica número dos, que estuvo dentro de su celda todo el tiempo, sí.
El mellizo destrozó casi todo el laboratorio. Actuó erráticamente hasta que de alguna forma encontró la manera de salir, y escapó.
Sin saber bien qué hacer en esa situación a pesar de que ya era adulta, la chica intentó entrar en la mente de Godric para despertarlo de su inconsciencia.
Fue allí en donde algo raro sucedió.
Ella se encontró con que todos los accesos a los recuerdos de Godric estaban abiertos. La inyección que solía impedir su ingreso, había perdido todo efecto.
Eso la dejó perpleja. ¿Habría sido el golpe? No estaba segura, pero finalmente logró ver lo que él más había protegido durante esos años:
La verdad sobre lo que había dentro de la caja.
Pasmada, vio cada palabra que Godric tuvo con Jael aquella noche de la apertura de la caja. También vio absolutamente todo sobre el gas.
Y en especial: que los STRANGE estaban allí para usarlo porque ellos eran unos "monstruos", tal y como siempre los habían llamado.
La forma en la que el mundo pareció derrumbarse alrededor de la chica al descubrir la tan abominable razón por la que ella y los demás estaban vivos, la llevó a sentarse automáticamente en su camilla.
Allí quedó paralizada, repitiendo en su mente las revelaciones, tal vez con la aún inocente esperanza de que no fueran ciertas.
Aunque su inocencia murió en ese momento. Murió mientras ella repetía una y otra vez cada verdad que Godric le había ocultado. Y la realización la destruyó emocionalmente:
Al final resultaba ser cierto. Su monstruosidad pesaba más que su humanidad.
Todas esas veces que Godric le había dicho que era buena, que tenía un corazón y que no debía perder la esperanza de salir de esa celda y vivir una vida normal, habían sido mentiras, porque su naturaleza era esencialmente malvada.
Ella era un mal. Todos los STRANGE lo eran.
Lo peor era que él se lo había ocultado. La había hecho vivir entre posibilidades que nunca se cumplirían...
Cuando Godric despertó, desorientado por el golpe pero consciente de que el mellizo había escapado, ni siquiera le prestó atención a la chica que había quedado encogida sobre su camilla. Él solo salió corriendo fuera de la celda y se fue con urgencia del laboratorio.
Lo siguiente que sucedió fueron las llamadas de aviso sobre el accidente de Mack y Jaden. Una reunión entre Godric, la madre de Mack y el doctor Campbell. La confirmación de que Mack estaba bien a pesar de los golpes, pero que debía permanecer en el hospital esa noche.
Y la llamada de MANTIS a Godric para avisar que se había activado la alerta máxima, producida por los detectores que tenían instalados los individuos en su cuerpo, y que los equipos especiales estaban movilizándose para encontrar al STRANGE que había escapado.
Aunque lo que más puso a Godric en un estado de emergencia y frío miedo fue la noticia de que el hijo de Jael no había sobrevivido.
Él lo supo inmediato: el más grande temor de Jael se había hecho realidad. Lo mismo que le había mencionado años atrás:
"¿Qué pasará si un día despiertas y tu familia está muerta? ¿O la mía?".
Claro que en lo que Jael se enterara de que un individuo de STRANGE había causado ese accidente, haría hasta lo imposible por vengarse.
Así que Godric dejó a la madre de Mack en el hospital, aún con todos sus reclamos, y se fue rápido de vuelta a la mansión. Condujo como un loco, superando el paranoico pico de sus temores. Si él no tuvo un accidente fue de milagro.
Llegó a la mansión. Bajó al laboratorio, acelerado y nervioso por todas las terribles suposiciones que no paraban de llegar abruptamente a su mente.
Pero allí le esperaba otro problema:
—¿Por qué no me dijiste aquel día sobre el gas? —soltó con rabia la chica número dos apenas lo vio entrar—. ¿Porque soy un monstruo y temiste que lo usara?
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