Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

22

¡¿Es que todos tienen que estar a punto de morir?!

MACK

La adrenalina del miedo me sacó del pasmo y me hizo reaccionar.

La chica número dos estaba atacando a Ax. Había entrado a la sala mientras yo estaba atascada dentro de los recuerdos, y ahora lo tenía arrodillado frente a ella, violentando su mente.

—¡¿Qué estás haciendo?! —le grité en un reclamo asustado—. ¡Suéltalo, lo estás lastimando!

Las cosas ante mí aún estaban algo borrosas y en caos debido a la inyección y a la abrupta salida de los recuerdos.

Ya estaba en la realidad, pero me sentía dentro de una escena grabada en varios ángulos incómodos de cámara.

Además, mis músculos estaban temblorosos. Quería vomitar. Mi respiración también era dificultosa y tal vez estaba a punto de desmayarme.

Pero aun así me bajé de la camilla con toda la intención de interponerme entre la chica y Ax para que dejara de hacer lo que sea que le estuviera haciendo a su mente.

Solo que la chica aumentó la presión en el movimiento de sus manos. Eso al mismo tiempo aumentó el dolor en Ax y me dio a entender, como una advertencia, que si yo daba algún otro paso ella le destruiría el cerebro.

Por eso me detuve.

Ella volvió a mirar a Ax, muy enfadada.

—¡Te dije que no entraras en mi mente! —le reclamó. Cada palabra sonaba al límite de una ira violenta—. ¡Te lo dije y volviste a hacerlo porque crees que tienes el poder sobre todos!

—¡Él entró porque yo se lo pedí! —intervine con rapidez, aterrorizada pero valiente—. ¡No fue algo que él decidió, fue algo que yo le pedí que hiciera!

—¡Tú cállate! —me gritó como si aquello no fuera asunto mío.

Y claro que ella ni siquiera necesitó bajar las manos para que su poder me atacara.

Sentí un tirón de corriente en mis sienes y, como si fuera el peor estorbo, fui arrojada hacia atrás hasta que mi cuerpo golpeó contra una de las paredes.

El impacto en mi espalda fue fuerte, pero como seguía desorientada por la inyección y también en pánico por la situación, el dolor se mezcló con todo lo demás y no lo sentí al momento.

Así que por impulso traté de ponerme en pie de nuevo.

—¡Ya sé que estás enojada porque mi padre no te hizo la número uno! —solté de todos modos—. ¡Esos eran tus recuerdos, ¡¿cierto?! ¡Y aunque tú misma intentaste sacarme de ellos, lo vi todo!

No quiso responder a eso a pesar de que yo ya estaba segura de que había estado en su propio pasado.

Solo me ignoró y mantuvo la mirada iracunda en Ax. Movió los huesudos dedos de una forma mecánica y espeluznante, como si manipulara una bola invisible.

Ese movimiento retorció los hilos de su poder dentro de la cabeza de Ax, y él gritó por el dolor. Como estaba apoyado en sus rodillas se inclinó más hacia el suelo, doblegado por la fuerza que agredía su mente.

—¡Por Dios, para de lastimarlo! —no pude evitar gritarle. Era horrible verlo bajo esa tortura.

Pero ella no pensaba detenerse.

—Se acabó —la escuché decirle a él como una amenaza. O tal vez como un juramento siniestro—. Haré lo que tuve que haber hecho hace mucho tiempo.

¿Robar sus poderes? ¿Matarlo?

No podía creer que todo fuera cierto. Que ella fuera capaz de traicionar a Ax. Que todo se hubiera torcido de esa manera tan siniestra y repugnante.

—¡¿Cómo pudiste ser cómplice de Godric en esto?! —volví a gritar, porque no sabía qué más hacer, hacia dónde moverme si ella podía empujarme hacia atrás con facilidad—. ¡Él estaba loco y obsesionado con el proyecto! ¡¿Cómo dejaste que te metiera esas ideas en la cabeza?!

—¡¡¡Que te calles!!! —volvió a gritarme.

Y con su poder volvió a empujarme.

Pero otra vez me esforcé por levantarme a pesar de que esa vez sí empecé a sentir el dolor en la espalda y de que mis piernas temblaron al tratar de mantenerme en pie.

—Haré lo que ni MANTIS ni él me dejaron hacer... —agregó ella, concentrada de Ax.

El enfado y las codicia con las que pronunció cada palabra me dejó en claro que no importaba lo que yo dijera, ella sí sería capaz hasta de matarlo, porque aquello no era solo un enojo, sino una promesa de muerte.

Mi estómago se revolvió ante esa posibilidad, y mi corazón latió con un pánico que me hizo empezar a respirar por la boca.

Tenía que hacer algo. Tenía que evitar rápido que Ax fuera lastimado.

Entonces, me llegó una idea.

Dentro de los recuerdos que había visto, hubo detalles pequeños pero importantes como: la forma en la que ella se había reído con los chistes de mi padre; la forma en la que ella le había dicho que él era diferente; el obvio dolor emocional que le había producido que Godric dijera que prefería a su familia...

Usé eso.

—De todas maneras no puedo culparte, porque noté que él te trató como me trataba a mí, y eso te hizo quererlo tanto como para no dudar de su palabra —volví a hablarle a pesar de que ella me estaba ignorando—. No fue un Cuidador cruel o distante. Él creó un vínculo familiar contigo, ¿cierto?

Nada.

—Así que conociste lo feliz que él podía hacer a los demás —continué, dispuesta a hacerle despertar el lado sensible que como humana también debía tener. Pero de nuevo, nada, por lo que añadí—: Conociste ese lado gracioso y dulce de padre que también tenía, y eras una niña ansiosa de eso. Solo fuiste manipulada.

Sus ojos heterocromáticos y enfadados por fin me enfocaron, aunque no bajó las manos ni disminuyó la fuerza con la que apretaba la mente de Ax.

Pero quise hacer mi recurso un poco más personal con una verdad:

—Yo te entiendo, porque también estoy enojada —le confesé. Incluso sentí un súbito nudo en la garganta al estar soltando algo que no era mentira—. He estado muy enojada por eso durante estos meses. Solo pienso que habría deseado darme cuenta antes de que él no era una buena persona, de que era un mentiroso.

Ella hundió las cejas y apretó los labios, un gesto que solo me hizo pensar en mucho resentimiento y mucha historia contenida.

—Lo que mejor aprendí de tu padre es que todo puede ser una mentira —me dijo.

El aire sombrío que flotó tras la frase fue sustituido de inmediato por uno de caos, porque de pronto sus dedos apretaron tanto la bola invisible de poder que eso hizo a Ax caer al suelo en posición fetal.

Él se retorció entre horribles quejidos de dolor. Sus músculos se tensaron tanto que pareció que se le reventarían las venas, pero se cubrió los oídos como si así pudiera evitar que ella malograra su cerebro.

Y cada detalle y sonido de sufrimiento me desesperó tanto que lo único que quise fue correr a ayudarlo sin importar las consecuencias.

Pero ella leyó mi idea.

—Si intentas acercarte —me advirtió de repente, anticipando mis intenciones— te voy a dejar en estado vegetativo antes de que él muera.

La amenaza fue lo suficientemente intimidante como para contenerme.

Pero mi necesidad de que la tortura que le estaba imponiendo a Ax se detuviera fue tanta que decidí recurrir a la carta de la súplica.

Es decir, era ilógico correr e intentar detenerla. Solo iba a ser un movimiento estúpido, porque la chica podía lanzarme lejos como una piedra arrojada a un lago. Así que me pregunté si podía tratar de razonar con ella.

—¡Si lo matas, todos los demás morirán! —le recordé—. ¡No podrás ser la número uno de nada si ellos no existen!

Ella dio un paso adelante, poderosa y cruel. En sus pies también se veían las cicatrices y el daño de haber pasado toda una vida descalza.

Era aterradora, y alzó más las manos mientras sus dedos se retorcían, aún moldeando esa masa invisible de poder.

—¡Piensa en Vyd y en el número cinco que apenas rescataron! —insistí, aterrada, acelerada y llena de espanto—. ¡Todos ustedes son hermanos! ¡Vas a asesinarlos si Ax muere!

Ax se giró boca arriba. Gritaba con los ojos apretados.

Me estaba matando a mí el no poder detenerla.

—Todo su poder se trasladará a mí y yo haré lo que tengo que hacer —dijo ella, entre lo que podía ser la monstruosidad de la ira y el vacío de la insensibilidad.

—¡Pero no sabes si va a resultar así! ¡Mi padre lo dijo! ¡Podrías morir tú también!

Eso tampoco despertó su consciencia.

Sin compasión, dobló los dedos como si los clavara en algún lugar. Luego tiró de ellos para intentar jalar algo que solo ella podía ver.

Ante eso, los brazos de Ax cedieron y fueron inmovilizados en el suelo. Lo que pareció un hilo de sangre empezó a salir de sus oídos mientras gritaba.

¡¿Qué estaba haciendo?! ¡¿Le estaba reventando el cerebro desde adentro?! ¡¿Por qué sangraba?!

—¡¡¡Por favor no lo mates!!! —volví a suplicar.

Estuve segura de que ella lo haría. Sentí que de verdad lo vería morir ante mí.

Así que, a pesar de su amenaza, intenté llegar hasta él.

El impulso del temor a perderlo me empujó sin pensar, sin importar si seguía viendo borroso, sin importar si la chica me lanzaba hacia atrás o no. Solo traté de acercarme con rapidez.

Obviamente ella me dio otro golpe invisible de energía que me hizo tropezar.

Caí al suelo boca abajo. Me golpeé la barbilla contra el piso y me dolieron las rodillas.

—¡No hagas esto, por favor detente! —chillé.

Y, determinada, traté de seguir hacia adelante.

De nuevo sin importar qué me hiciera, comencé a arrastrarme hacia el cuerpo de Ax que se retorcía y gritaba sin parar.

Quería llegar hasta él para al menos tomar su mano o para colocarme sobre su cuerpo y protegerlo ¡¡¡o solo para hacer ALGO!!!, lo que fuera, pero que me ayudara a ganar tiempo si era que no podía impedir que lo matara.

Por supuesto, ella intentó evitarlo.

Otra vez sentí el tirón y la corriente en mi cabeza, como si su poder fuera una mano invisible capaz de jalar mi propia mente, y esa influencia empezó a contrarrestar mi avance.

A pesar de que yo quería ir hacia adelante, mi propio cuerpo intentó ir hacia atrás, por lo que el arrastre se convirtió en una lucha semejante a la de escalar una montaña en contra de un viento salvaje.

Pero tampoco me rendí ante ese obstáculo impuesto por ella.

—¡Solo no lo hagas sufrir así! —No me detuve, ya con la voz rasgada y llorosa—. ¡Ten el valor de hacerlo rápido!

Recurrí a todas mis fuerzas, pero no paró el ataque a pesar de mis gritos.

Ella no disminuyó la tortura a pesar de que él estaba sufriendo y sangrando por los oídos.

Ella no tuvo clemencia a pesar de que yo estaba luchando por arrastrarme con uñas y quejidos.

Hasta que...

De repente, como un milagro, como un envío divino de ayuda, el poder de la chica dejó de funcionar.

Eso fue lo que entendí durante los primeros segundos, que aunque ella movió sus dedos eso no le produjo ningún efecto a Ax.

Por alguna inexplicable razón le fue imposible seguir haciendo lo que quería hacer dentro de su mente.

Ella se dio cuenta de eso tan rápido que la horrorizó y confundió al mismo tiempo. Se miró las manos sosteniendo la nada, atónita.

Un segundo después escuché la mejor voz del mundo:

—¡¿En serio resultaste ser malvada?!

Y vi a Nolan parado detrás de ella.

Nolan, con su cabello despeinado pero maravilloso, su altura, sus ojos hermosos, su rostro capaz de embobar a cualquiera.

¡Creo que jamás lo había visto tan bello! Como un milagro divino, como enviado por Dios.

También noté que sostenía algo parecido a una jeringa de epinefrina.

Entonces conecté una cosa con otra y entendí que él había aparecido por detrás, muy sigiloso, y le había clavado eso en el cuello.

La chica se alejó de Nolan en una reacción defensiva apenas descubrió su presencia. Seguía viendo sus manos como si no entendiera por qué su poder había dejado de funcionar de repente.

—¿Qué...? —emitió ella, perpleja, retrocediendo. Se tocó el cuello, tal vez sintiendo el pinchazo un poco tarde.

Nolan también estaba asombrado. Miró la inyección con los ojos bien abiertos, medio fascinado.

—Vaya, sí funciona... —lo escuché decir.

—¿Qué es eso? —exigió saber la chica, ya a la defensiva al notar la jeringa—. ¡¿Qué hiciste?!

—La pregunta es: ¿qué demonios estás haciendo tú? —le rebatió Nolan, desconcertado por la escena en la que Ax y yo estábamos en el piso—. ¿No éramos un equipo? ¿Estás lastimando a Ax y traicionándonos?

—¡¿Qué me inyectaste?! —le gritó ella, furiosa.

Y con una súbita rabia, se lanzó contra Nolan para atacarlo.

Él no se lo esperó, por lo que retrocedió, horrorizado. Solo que echarse para atrás no le iba a servir de nada porque ella estaba tan enfadada que intentó arrojarle varios puñetazos.

Porque claro que además de tener poderes, los individuos de STRANGE también habían sido entrenados para pelear cuerpo a cuerpo.

Así que Nolan también tuvo que recurrir a lo que había aprendido para poder defenderse.

Y... bueno, Nolan peleando seguía siendo Nolan.

Cada esquive que logró fue con una expresión de horror estampada en el rostro. La desproporción entre las habilidades de él y las magníficas habilidades de ella, que parecía dispuesta a romperle la cara por haberla inyectado, habría sido un show chistoso de no ser por el verdadero contexto de la situación:

Que la chica en verdad quería herir, porque estaba poseída por un salvaje y descontrolado estado de defensa y agresión.

—¡Cálmate, no quiero lastimarte! —le dijo él, intentando mediar como si eso pudiera lograr algo—. ¡No estamos contra ti, ¡¿por qué ahora nos odias?!

Pero la chica le dio un golpe en la cara.

Nolan se balanceó.

Ella trató de golpearlo otra vez.

Nolan intentó evitarlo y pasó por encima de una mesa.

La chica trató de alcanzarlo.

Yo aproveché para llegar arrastrada hasta Ax. Puse mis manos en su rostro. Seguía vivo, pero desorientado. Parecía estar entre el desmayo y la consciencia.

—¡Aléjate de él! —gritó la chica de pronto.

Al voltear, vi que se había dado cuenta de que yo estaba con Ax. Su intención de lastimarlo entonces se fue al límite.

Ella cogió un trozo de vidrio de una de las muestras que estaban rotas en el suelo, y quiso venir hacia nosotros para clavárselo a Ax.

Como era muy rápida y su movimiento pareció definitivo, lo único que hice fue aferrarme a él y cubrirlo con mi cuerpo como si pudiera servir de escudo.

Solo que el ataque no llegó.

Lo único que escuché fue algo pesado cayendo de golpe seco al suelo.

Y cuando alcé la cara, aterrada, vi a Nolan parado junto al cuerpo noqueado de la chica.

—Soy torpe, pero aprendí a noquear personas de formas que ni siquiera puedo explicar —dijo él, agitado pero aliviado.

—¿Qué le inyectaste para que sus poderes no funcionaran? —solo pude soltar, impactada.

Nolan miró la jeringa que había soltado en el suelo.

—¡Ah! Es una cosita llamada: inyección que suspende los poderes a los STRANGE por un periodo limitado de tiempo.

Pero, ¿qué demonios...?

¿Había una inyección que les suspendía los poderes?

—¿De dónde la sacaste? —Parpadeé.

—Mack, es una larga historia —suspiró Nolan. Luego observó a la chica desmayada a sus pies—. Lo más importante ahora es... ¿ella siempre fue mala?

Pues...

Al parecer, ella era el mayor enemigo. 

*******

Ay Dios, ¿pero qué está pasando? Necesitamos más contexto... Lo tendremos próximamente.

Por cierto, ya se acerca mi cap favorito en donde Ax y Dan se ven por primera vez desde que Ax casi mata a Dan. Es MUY gracioso jsjkjsjd. 

Tal vez actualizaré otro cap más tarde, estén atentxs :)


Besos de ataque mental,

Alex

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro