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A veces, mientras nosotros estamos concentrados en una cosa, en secreto están pasando otras muy raras
NOLAN. (Días antes de lo que sucede en el capítulo 10)
Varias cosas habían quedado sin contexto:
¿Por qué Nolan tenía un misterioso plan con Gesher?
¿Por qué iban por un pasillo juntos a «matar a alguien en específico»?
Y, ¿por qué Nolan se había desmayado sin explicación?
Para darle respuestas a estas preguntas hay que hacer dos regresiones:
Primero hay que ir varios días atrás hacia ese tenso y sensible momento entre Vyd y Nolan en las celdas de la organización, justo después de la desastrosa cita doble.
Más específico: a aquella noche en la que Ax causó un caos de destrucción por los celos de ver a Dan con Mack.
Se suponía que Nolan, arrepentido, había ido a sacar a Vyd de esa celda en la que Gesher lo había mandado a meter por "sospechas de causar el desastre".
Pero Vyd, sintiéndose traicionado, había mostrado su lado más desafiante y frío, y luego había desaparecido sin explicación.
Tras eso, Gesher había entrado de forma inesperada junto a varios soldados y le había dicho a Nolan:
—Quiero que me ayudes con algo. Algo secreto entre tú y yo.
Bueno, pasaron muchas más cosas después de esa frase. Vamos a verlas:
En aquel instante, tras escuchar esas palabras, Nolan tragó saliva, paralizado.
Había quedado con un caos mental y un desastre de emociones por la conversación con Vyd. Así que, que Gesher apareciera frente a él y le solicitara participar en un plan juntos era inesperado y raro.
Es decir, ¿por qué? ¿para qué?
No tenían casi confianza y tampoco habían cruzado mucha palabra porque Gesher solía ignorarlo...
Además, tras todo lo sucedido, Nolan prefería irse a ordenar su mente para procesar lo que Mack le había dicho cuando se llevaron a Vyd injustamente:
«—Las personas que de verdad te quieren son más importantes que las que crees que necesitas.»
Frase que ahora tenía mucho sentido, porque ver a Vyd así: sin su usual ánimo, herido y decepcionado le había sacudido todo internamente.
Había sido como una bofetada emocional ver el cambio. Y sí, a Nolan le había quedado una intensa sensación de culpa. Una impresión de desaprobación hacia sí mismo y hacia la actitud que ahora veía con mayor claridad.
¡¿Qué demonios había hecho?! ¡Ni en sus momentos más estúpidos había sido tan estúpido como ahora!
No apoyar a Vyd de inmediato había sido un gran error.
Es decir, su idea siempre había sido poner límites que Vyd no pudiera cruzar para que no saliera lastimado, pero todo se le había salido de control...
Por cierto, él no había hablado de eso con nadie. Ni siquiera con Mack. No había confesado sus verdaderos pensamientos acerca de Vyd porque había decidido que no lo dejaría acercarse para evitarle dolor.
¡Pero precisamente eso había pasado! ¡Precisamente lo había herido!
Aunque había estado a punto de decirlo durante la conversación...
Como fuera, trató de evadir la situación con Gesher (que ni idea de por qué le estaba diciendo algo así) para largarse a buscar a Mack y admitir que estaba liado por haberse comportado como un idiota. Y en especial, para admitir que necestiba ayuda para saber qué hacer.
Pero...
No se lo permitieron.
Al parecer, Gesher tenía otros planes.
—No patalees ni hagas un escándalo —le advirtió a Nolan.
Y entonces, sin ninguna explicación, los soldados de Gesher se lo llevaron del área de las celdas.
El suelo de los edificios que conformaban la organización seguía sacudiéndose. Las paredes aún temblaban. El caos producido por el poder caótico y oscuro de Ax aumentaba, amenazando que pasaría a un nivel destructivo.
¡Parecía que la tierra se iba a partir y que todos caerían en el centro de la tierra que debía estar lleno de fuego! (Ese era un miedo real para Nolan, ¿okey?).
Pero lo sacaron a la fuerza por la parte trasera de los edificios, hacia un área solitaria y medio oculta que parecía un jardín.
Él hizo mil preguntas en el camino sobre por qué estaban haciendo eso, claro.
Pero tampoco le dijeron nada.
Solo lo soltaron un rato en ese jardincito. Custodiado. Confundido. Sin aclaraciones. Y sobre todo preocupado por no saber nada de Mack, ya que la situación se veía grave.
Es decir, los soldados corrían por todas partes para ayudar a salir a los empleados a desalojar.
¡¿Y si a Mack le caía un techo encima?!
Estaba aterrado por esa idea hasta que, de repente, de alguna forma, todo se calmó.
El piso se quedó quieto. Las cosas pararon de sacudirse. Las luces que se veían en las ventanas de los edificios y que habían estado parpadeando como en sucesos paranormales, dejaron de hacerlo.
La noche volvió a la tranquilidad habitual sin que nadie se lo esperara.
Y aun así no lo dejaron ir. Todo lo contrario, lo hicieron esperar más horas en el mismo sitio.
Horas aburridas, silenciosas, casi desesperantes en las que Nolan solo caminó de un lado a otro sin saber nada de nada.
Hasta llegó a pensar que estaba apresado...
Pero los guardias volvieron casi en la madrugada para trasladarlo de nuevo. Esa vez lo llevaron (sí, aún sin explicaciones) hasta una de las azoteas de los edificios de la organización.
A una MUY alta.
Fue aterrador cuando atravesó las puertas de la azotea. Primero, porque estaba bastante oscuro. ¿O sea, por qué no había ni una bombilla?
Segundo, porque el viento frío le movió con fuerza el cabello. Hasta podía escuchar un zumbido en sus oídos de lo concentrada e intensa que era la corriente a esa altitud...
Nolan tuvo que frotarse los brazos erizados, nervioso, ya que su camisa era de mangas cortas.
—Oh, Dios, ¿será que me van a lanzar desde aquí? —murmuró con una voz medio aguda mientras caminaba en medio de los guardias, consciente de la mortal altura marcada por los bordes cercados—. Será doloroso...
—Nadie te va a lanzar, deja el miedo.
La voz de Gesher lo sorprendió, porque no había visto a nadie más en la azotea.
Pero sí estaba allí. Si entrecerraba los ojos, podía notarse la silueta alta y entrenada cerca del borde de seguridad, medio oculto por la negrura de la noche.
Los guardias lo situaron ante él, y acto seguido se fueron.
—¿Que deje el miedo? —soltó Nolan en un resoplido absurdo—. ¡Me dejaron solo por horas durante el caos y no entiendo qué está sucediendo! —Apretó los labios y hundió las cejas, enojado—. ¡Tampoco sé dónde está Mack! ¡Primero que nada, necesito saber que está intacta!
—Ella está bien justo ahora, pero podría no estarlo en poco tiempo. —Gesher fue directo—. Así que te traje aquí para que entiendas el por qué.
Nolan quedó confundido.
—¿Eh?
—Esta azotea es la más alta y nunca está custodiada, por lo que es difícil que alguien nos vea desde abajo o desde el resto de los edificios —aclaró Gesher—. Y te hicimos esperar porque esta es la hora indicada para verlo todo. Antes no habría sido posible.
Nolan entendió menos.
—¿Verlo todo? —repitió sin encontrarle sentido. Igual todo se sentía muy absurdo, por lo que añadió con tono de demanda mientras afincaba el dedo índice en la nada—: ¿Podrías ser más claro y decirme de una vez si me estás encarcelando por el hecho de que Vyd se escapó o qué? Porque no sé a dónde rayos fue.
—No, Nolan, no estás encarcelado o atrapado o en peligro, al menos no aquí conmigo —suspiró Gesher, y luego le ofreció unos binoculares especiales que traía consigo. Pero Nolan estaba tan confundido y nada enterado de la situación que dudó en tomarlos, así que Gesher le explicó—: Debes usarlos para mirar hacia el edificio oeste o no comprenderás nada de lo que necesito que comprendas.
Mm...
Podía tomarlos o aprovechar que los guardias no estaban para huir...
Pero Nolan admitió que todo estaba tan oscuro que, capaz si corría, solo terminaría cayéndose como plasta por uno de los bordes.
Así que no, mejor no correr como tonto.
Tomó los binoculares —con desconfianza, claro— para buscar el edificio oeste. Pensó que le sería difícil encontrarlo por la negrura de la noche, pero al instante en que se los acercó a los ojos, descubrió que eran binoculares de visión nocturna.
Todo el panorama de los edificios y estructuras que conformaban los amplios terrenos de la organización, se vieron verdes y claros a través de las lentillas.
—Cuando ubiques el edificio, dime qué ves en su azotea —pidió Gesher.
—Okey, lo veo —respondió al encontrar la azotea—. Hay un guardia allí. Tiene su arma y está vigilando, supongo.
—Sí, hace su trabajo con normalidad.
—¿Es lo que debo ver? —Nolan no le hallaba el punto a lo que observaba.
—No, ahora enfoca solamente la entrada a la azotea y espera un minuto.
—De acuerdo...
—Y cuando veas que pasa algo, dímelo.
Nolan vio que la puerta de la azotea estaba cerrada. Todo normal.
Esperó...
Esperó...
Esperó más...
—Pues se acaba de abrir la puerta —avisó Nolan al ver la escena a través de los binoculares.
—¿Reconoces a la persona que está entrando a la azotea? —preguntó Gesher, parado a su lado.
Nolan hizo un poco más de zoom y enfocó mejor el área de la puerta. Vio la figura avanzando.
—Mm, espera —dijo, analizando lo que contemplaba—. Lleva falda, es... Ah, es Madelein, la directora.
—¿Qué hace? —siguió Gesher.
—Parece que va a hablar con el guardia.
—¿Camina normal?
—Sí —respondió Nolan, aunque al detallar mejor su forma de caminar, notó algo diferente y se corrigió—: No, de hecho... parece un poco cuidadosa. Sus pasos son discretamente lentos.
—Y el guardia no ha notado que ella entró a la azotea, ¿no? —señaló Gesher.
—No —confirmó Nolan—. Él sigue de espaldas, vigilando hacia el borde.
—De acuerdo, ahora de nuevo fíjate en Madelein y dime qué va a hacer —le indicó Gesher.
—Hablará con él, supongo.
Es decir, ¿qué más podía hacer? Era la líder, de seguro iba a darle alguna orden.
Eso pareció en primera instancia, porque ella siguió caminando y el hombre se mantuvo haciendo su trabajo de vigilancia.
Hasta que Madelein se detuvo detrás de él.
Y pasó algo muy extraño.
¿O tal vez «extraño» era una palabra leve para describirlo?
Porque sin que el guardia notara que Madelein estaba a centímetros detrás de él, ella puso sus manos a cada lado de su cabeza y entonces se vio a la perfección cómo le rompió el cuello. Fue un giro rápido, perfecto y mortal.
—¡¡¡Lo acaba de matar!!! —soltó Nolan al momento, exaltado y horrorizado—. ¡¿Lo viste?! ¡Ella acaba de matar al guardia!
Así de simple.
Esa mujer le partió el cuello de forma antinatural a un hombre entrenado y físicamente más formado.
Sí, «extraño» era una palabra muy leve para describirlo, porque tras eso Madelein se giró y se fue caminando de vuelta a la entrada de la azotea como si nada hubiera sucedido.
—¡¿Q-qué...?! —Nolan apartó los binoculares de sus ojos, boquiabierto—. ¡¿Qué acaba de pasar?! ¡¿Sí lo viste?!
—Lo he visto varias veces, porque Madelein viene casi todos los días y mata al guardia que esté de turno en la madrugada —reveló Gesher para el doble de asombro de Nolan—. Luego se va y nadie se da cuenta de nada, justo como acaba de hacer.
Él solo pudo pestañear, atónito.
—¿Qué? —Estaba frío y aterrorizado—. ¿Por qué...?
—No lo sé. —Gesher fue honesto—. Ese es el punto. Madelein ha estado haciendo cosas que no tienen sentido, y eso es parte de lo que necesitaba mostrarte. No sé qué le hicieron, pero algo ha cambiado en ella. Ahora es agresiva, tiene una fuerza inusual, actúa de forma errática, tiene comportamientos desagradables y, por supuesto, mata en secreto.
Bueno, después de conocer a una raza de gente con poderes, Nolan ya hasta sentía que podía aparecer un Minion poseído por un espíritu maligno. Esto no era lo peor.
Pero sí era extraño y espeluznante, sobre todo porque ni él ni Mack habían notado algo raro en ella antes...
¿O habían estado tan sumidos en sus problemas que habían ignorado que la directora estaba medio loca?
—Un momento... okey, ya va... —Nolan estaba tan confundido que no podía ordenar bien todas las dudas que acababan de despertársele—. ¿Esos cambios de actitud que dices pasaron así de la nada? ¿Esto es algo repentino?
—Esto lleva tiempo pasando y yo llevo tiempo investigándolo —reveló Gesher.
Nolan no podía ni parpadear.
Sí, en definitiva Mack y él habían estado demasiado distraídos.
—Una semana después de que ustedes llegaron comencé a notar los cambios raros en su comportamiento —empezó a contar Gesher, con las manos detrás de la espalda y su postura recta de soldado—. Cuando teníamos reuniones privadas con los directivos, se enojaba con mucha facilidad. También empezó a amenazar y en ocasiones era difícil saber en dónde estaba porque no aparecía por horas, así que comencé a vigilarla. Noté que estaba muy atenta por si alguien intentaba espiarla, y luego descubrí que había pedido que casi nadie patrullara ese edificio en el que suele aparecer de madrugada para matar. Las cámaras de esa área también fueron desactivadas por ella. Ya después cuando se me ocurrió venir aquí solo por probar alguna opción, la pillé haciéndole eso a los guardias.
Nolan volvió a mirar por los binoculares hacia la azotea. El cuerpo del soldado estaba tendido en el suelo con el cuello en un ángulo desagradable, y ya Madelein no estaba por ninguna parte.
Qué cosa más loca...
—Pero, ¿en serio los mata así sin razón? —No terminaba de procesarlo.
—Sí, y también me pregunté el porqué, pero no lo tengo muy claro —expuso Gesher, pensativo—. Podría ser que lo disfruta. A mí me lo parece, porque solo hace eso y se va. Aunque también la he pillado haciendo otras cosas aún más extrañas que me hacen dudar de su cordura. Como por ejemplo, el otro día la vi vomitar y comerse su propio vómito.
Nolan abrió mucho los ojos del impacto.
—¿Qué...?
—Pero aunque hace muchas cosas sin sentido, noté que también tiene la extraña habilidad de actuar de una manera muy cuerda si tiene a personas importantes alrededor, supongo que para que nadie sospeche nada —asintió Gesher, pensativo—. Solo que el resto del tiempo es como si le estuviera fallando la cordura...
Nolan en serio estaba tan atónito que ni sabía qué decir.
—Esto es... tan perturbador —fue lo que salió de su boca.
—Y es solo una pequeña parte —dijo Gesher, como si lamentara lo serio del asunto—. Ahora vamos a lo otro: esa misma Madelein que viste ha estado planeando asesinarlos a todos desde que llegaron.
Aquello era bomba tras bomba, ¿no?
—Y no lo ha estado planeando sola —añadió Gesher.
Nolan dejó caer los brazos. ¿Era posible que alguien se desmayara de tantos impactos mentales?
Lo de Vyd, el caos producido por Ax, ver a Madelein matando...
Definitivamente ese bombardeo de información y de sucesos hizo que le empezara a dar vueltas todo. Un malestar inquieto lo atacó. Hasta tuvo que tragar saliva porque súbitamente se le secó la boca.
—No entiendo nada —admitió Nolan. Sentía que podía comenzar a hiperventilar.
Gesher lo observó con curiosidad, aunque Nolan no lo notó por lo oscuro de la azotea.
—Espera, ¿estás bien? —le preguntó, haciendo un paréntesis en el tema.
—Sí —fue lo que pudo soltar. Pero como Gesher hizo un silencio que dio a entender que no le creía, Nolan respiró hondo y se pasó la mano por el cabello—. No, bueno, es solo que no me esperaba nada de esto... y estamos como muy alto, ¿no?
Abrumado, se aireó el cuello de la camisa y miró hacia los lados.
—¿Te dan miedo las alturas? —Gesher preguntó sin dejar de contemplarlo.
—Ya estoy seguro de que le tengo más miedo a los secretos... —murmuró Nolan en un lamento.
Porque todo aquello se debía a los secretos del padre de Mack.
Y todos llevaban a esas condenadas situaciones de peligro a las que aún no se acostumbraba...
De forma inesperada, Gesher se acercó un poco a él para decirle algo más confidencial. Nolan se preguntó con cierto nerviosismo por qué hacía eso si ambos estaban solos en la azotea.
No era necesario... ¿O sí? ¿O no?
Ah... toda la realidad se sentía rara para él. De repente muy sofocante.
—Mira, Nolan, a lo único que deberías tenerle miedo justo ahora es a Madelein. —Gesher fue directo—. Primero, porque tu padre golpeó a un guardia frente a ella para ayudar a que Mack llegara al número uno de STRANGE, lo cual la hará desconfiar de él; y segundo y más importante porque ella es la que piensa matar a Mack.
Nolan soltó un jadeo de aire por la boca.
—Dios, claro que esto iba a ponerse peor...
Entonces Gesher lo dijo sin vueltas:
—Por eso te traje aquí. Necesito que me ayudes a asesinar a la directora.
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Holi, por favor no se enojen con Nolan. Su personaje tiene un desarrollo con el de Vyd y van a pasar cosas inesperadas ;) tengan paciencia, vale la pena, lo prometo jajaja.
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