Sede central de la organización Lemus.

Llamada confidencial.

3:00 AM.

-Los tenemos. Están con nosotros: el número uno, la número dos, el número diez, la hija de Cavalier y el hijo de Cox.

-¿Y piensas atacar a Mantis?

-No puedo comunicarte por llamada lo que pensamos hacer.

-Ah, vas a controlarlos.

-Eso es necesario. Si no lo hacemos, ellos podrían descubrir la verdad.

-¿Es tan terrible que lo descubran?

-Significaría el fin de... todo.

-Bien. Entonces estaré allí en unos días.

-¿Vendrás con tu hijo?

-¿Te sería útil? No ha madurado demasiado.

-No importa, no necesitaré su madurez, necesitaré sus otras habilidades, sobre todo porque ni siquiera te imaginas cuál de estos personajes es el más peligroso justo ahora.

-¿Cuál?

-El hijo de Cox.

-No me digas. Eso es... inesperado.

-El chico tiene un poder oculto. Es algo que Cavalier metió como una carta sorpresa y que no tenemos ni idea de cuándo va a salir a la luz.

-Ese bastardo... ¿Estás muy segura de eso?

-Tanto como que el simple hecho de estar cerca de él es un gran riesgo.

-¿Crees que siempre supo que los conseguiríamos?

-Creo que siempre supo que en algún momento el desafío sería intentar descifrar su juego.

-Estás asustada, ¿cierto?

-Jamás esperamos tener que enfrentarnos a algo así. Lo quisimos, pero si soy sincera, no tenía esperanzas de que sucediera.

-Vaya, yo al contrario estoy ansioso por ver más de cerca al número uno. He esperado por esto demasiado tiempo.

-De acuerdo, trae a tu hijo lo más rápido que puedas. Por ahora tengo todo controlado.

-Y supongo que también tienes un plan.

-Lo tengo. Para todos ellos.