—Noticia de última hora, se descubre una grabación misteriosa de la nave S.S. Thunder, nave que la NASA había perdido comunicación hace tres días —dijo la periodista.

—¡Mamá, descubrieron algo de papá!

En la pantalla de la televisión comenzó a salir el vídeo.

—Soy Ross Koch y este es un... —hubo un momento de silencio, como si estuviera pensando las palabras que usará—... es una grabación de prueba que no estamos solos en este sistema solar. Mis compañeros Jake Wells de Estados Unidos, Sabin Serghei de Rumanía y Taavi Korjus de Finlandia estábamos yendo hacia Calisto, uno de los tantos satélites naturales de Júpiter... —se escuchan ruidos de fondo—. Cuando llegamos, estaba todo desierto, no había vida... pero... luego de un tiempo, unos... no lo sé, dos días creo, algo pasó.

>>Alguna cosa rompió el mini laboratorio que habíamos puesto en Calisto. Primero pensamos que podría haber sido destruido por un asteroide o algo similar... pero no había una roca ahí —de pronto, los ruidos que se escuchaban hace rato, se detuvo—. ¿Se fue? —murmuró—. Simplemente lo ignoramos y lo volvimos a construir, pero dentro del S.S. Thunder —de pronto, entra Taavi, asustado y pálido.

—E-esa cosa afuera está aun —dijo en un inglés un tanto malo, con un acento finlandés.

—Aún no llegué a esa parte —rió nervioso—. Como sea. Seguimos haciendo investigaciones, buscando vida microscópica, como microorganismos. Algo con vida. Y lo hicimos, encontramos una especie de araña algo... rara. Primero pensamos que era venenosa, ya sabes, era una araña... Cuando lo picó a Jake...

—Pensamos que morir iba —dijo Taavi.

—Sí... pero no lo hizo por suerte. Solo estuvo enfermo unos días. Luego estuvo fenomenalmente bien. No tenía síntomas de envenenamiento o sarpullidos ni nada.

—Jake bien estaba.

—Pasaron las semanas y ya se estaba acercando el día de volver. Pero Jake... comenzó a sentir un dolor horrible en el estómago. Su panza comenzó a hincharse y... —puso una cara de asco, no podía decirlo.

—Explotó.

—E-eso... Había sangre por todos lados y... arañas, arañas como la de hace semanas. Tuvimos que huir porque comenzaron a juntarse, como si se fusionaran. Pudimos escondernos en un cuarto pequeño, o bueno, solo yo. Taavi acaba de llegar. No sabemos que pasó con Sabin... —de pronto se escuchó un grito masculino lleno de agonía.

—Mierda...

—Esas cosas nos cazan.

—Lo sé... tal vez si llegamos a la sala de control...

Se miraron y asintieron. Ross tomó la cámara y salieron del cuarto. Caminaron por un pasillo muy estrecho y largo hasta llegar a una puerta blanca con manchas rojas, posiblemente sangre.

Al entrar, cerraron la puerta. Taavi tomó la cámara y Ross se sentó en la silla y trató de usar la radio.

—Hola, aquí Jackson McCormick.

—¡Tenemos problemas, unas arañas nos están cazando!

—¿Hola?

—¿No me está... oyendo?

—El cable de ida roto está.

—Mierda, mordisquearon el cable... eso significa que... hay que salir de aquí.

Ross volvió a tomar la cámara y ambos procedieron a intentar salir de aquí, pero algo tomó a Taavi del pie.

—T-Taavi... ayúdame —era Sabin con un enorme agujero en su estómago.

—Sabin... Herranjumala.

De la nada, un montón de arañas salieron de Sabin y atraparon a Taavi.

—¡Mierda! —Ross salió del cuarto.

Comenzó a correr hacia un cuarto cerca, el cuarto de comunicación de reserva. —Debo enviar la cinta... espero que llegue porque sino... si lo ven, no vengan a buscarnos. Calisto no es seguro. S.S. Thunder no tiene salvación. E... hija... Sarah... lo siento. Lo siento Sarah por no ser un buen padre. Lo siento Marissa por no ser un buen esposo. Espero puedan escuchar esto... las amo.

Fin de la grabación.

—Oh por dios... esto... esto no puede ser real...— la televisión fue apagada bruscamente.

—Mamá...

—Sarah... diablos... Tranquila, todo estará bien, ¿okay cariño?

Ahora todo será diferente.