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XVIII - Steve Rogers

18.- I think I've fallen in love with you


—Tenemos visita. —Anunció Dalia a mi lado, propinándome un leve golpe con su codo en cuanto vio entrar al joven de cabellos rubios y semblante de porcelana.

Steve Rogers solía recurrir a la cafetería cada tarde antes de cerrar el local. Exactamente una hora antes, el conocido capitán américa se instalaba en uno de los asientos y pedía su tradicional café de granos. No era tan asombroso que él estuviese sentado, degustando lo que el local le ofrecía; había dejado de ser una novedad cuando pasaron meses desde que había llegado por primera vez. Ahora todos los que trabajábamos allí lo veíamos como un cliente más.

—¡Hola, Steve! —Saludé con alegría. —¿Qué tal te ha ido hoy? ¿El mal se ha rendido al fin?

Steve soltó una risita que logró iluminar su rostro y también sus ojos azules. Eran bastante hermosos, tenían una tonalidad bastante tierna. Y su mirada, no era más que la de un hombre aún deshabituado en el mundo moderno.

—Deseo que el mal se rinda algún día, __________. —Carcajeó. — Pero cada vez que despierto pareciera que éste no terminará nunca. —Suspiró y curvando nuevamente sus labios, logró sonreír.

—¿No has pensado en tomar vacaciones? —Me encogí de hombros observando su anatomía que, revelaba en gran parte, su cansancio físico. Y es que cada vez que sucedía algo que pusiera al mundo de cabeza, ahí estaba Steve en televisión, salvando a los civiles y luchando por un mundo nuevo. No era extraño que después de cada combate Rogers viniese al local igualmente.

Así nos hicimos amigos; sus visitas diarias nos unieron en una amistad hasta el punto en donde comenzamos a confidenciarnos nuestros secretos y a aconsejarnos mutuamente. Con el tiempo conocí a un Steve lejos de ser quien demostraba ser en televisión; tosco y sin nada más que hacer que sólo pelear. Detrás de aquella mascara y vestuario que lo personificaba como tal, se encontraba un hombre con un gran corazón que deseaba no haber sido descongelado nunca.

—El equipo es lo que me mantiene con vida, _________. Si me voy de vacaciones las cosas serían distinta y peores. —Explicó. Dalia llegó a nuestro lado y dejó sobre la mesa lo que Rogers había pedido hace minutos atrás. Le dedicó una sonrisa que fue respondida por Steve y se alejó a paso apresurado, no sin ante guiñarme un ojo. Que tonta eres, pensé en cuanto percibí su seña y luché por no esbozar una sonrisa que me delatase.

—El equipo debe vivir sin ti, Steve. —Repuse. — ¿Y qué sucederá si te pasa algo? ¿O si decides renunciar? ¿O si encuentras alguien y decides formar una familia? —Pregunté. No podía negar que me llamaba la atención saber sus planes a futuro. Parecía ser alguien que no pesaba en nada más que su trabajo como vengador de la tierra. —¿No te has puesto a pensar en ello?

—__________, el hombre que quería una familia quedó en el hielo hace setenta años. —Contestó para luego darle un sorbo a su café.

—¿Nunca has deseado tener a quien dedicarle tus triunfos en cada combate ganado? —Inquirí. Steve no contestó de inmediato; tomó otro sorbo de café y observó unos instantes un punto fijo.

Por un momento creí que me estaba inmiscuyendo demasiado en su vida y que aquello le molestaría a Steve. Pero al observar que volvía en sí y, que su semblante inexpresivo cambió a una totalmente expresiva, pude entender que, muy en el fondo, él deseaba tener a alguien a quien dedicarle su tiempo libre y el amor que albergaba en su corazón.

—Nunca. —Dijo y yo sonreí. Rogers era muy recatado con sus sentimientos para admitir aquello.

Decidí ordenar el local antes de cerrar mientras él se servía su segundo café. Dalia se había ido por lo que en mi estaba la responsabilidad de asegurarme que el local quedara bajo llave.

Steve permaneció en silencio por unos segundos, abstraído en sus pensamientos. Sus dedos largos y finos jugueteaban con la cuchara al lado de su taza. La movía de diferentes formas sin darse cuenta que a lo lejos lo observaba atenta.

¿Qué era exactamente lo que atravesaba por su mente? ¿Qué tipo de pensamientos eran los que le invadían? Ciertamente me parecía un misterio que aquel hombre no tuviese a nadie en su vida más que solo su equipo. Decía que era feliz, y yo le creía; Steve amaba su trabajo y se regocijaba en su propia dicha al ver cómo el peligro se alejaba de los civiles. Aquello, le mantenía en pie, luchando por un mundo mejor y exento de amenazas. Pero, aun así, podía inferir que él, no se sentía completo.

Vi la posibilidad de ser yo quien pudiese acompañar al capitán en cada aventura. Escucharlo y aconsejarlo, como solía hacerlo cada vez que llegaba con alguna inquietud a la cafetería. Y, aunque sabía que yo no era nada más que una más del montón, tenía esperanzas de que él se diese cuenta que mis intenciones para con él eran totalmente sanas. Lo quería, y temía que aquel cariño no fuese correspondido.

Steve se levantó de su asiento y se dirigió hacia a mí. Lo único que nos separaba era la barra de tonalidad caoba. Le sonreí y éste me respondió de la misma forma. Sin embargo, noté que algo me quería decir.

—¿Sucede algo, Steve? —Inquirí. Dejé a un lado los papeles en la que mostraba la ganancia del día y presté total atención a su agobio. Realmente actuaba extraño.

—Tengo una misión. —Suspiró con pesadez. —Y por primera vez siento miedo, _________. —confesó y de inmediato bajó la mirada, avergonzado. Fruncí el entrecejo sin saber a qué se refería con temer. Me era casi imposible creer que sintiera miedo, pero estaba claro que no eran dioses ni seres extra galácticos; eran humano y temía tanto o incluso más que yo.

—Steve... —Murmuré. Por primera vez no sabía qué decirle. —Es una misión más. Ve y salva el mundo, como siempre lo haces.

—No entiendes, _________. —Musitó. Seguía con su mirada en el suelo. —Temo no verte más.

—No te e-entiendo. —Balbuceé.

—Te he mentido... — Dijo y alzó su mirada pudiendo ver al fin su rostro. — Creo que me he enamorado de ti. — Una mezcla de aflicción y terror se alojó en su mirada y pude entender que Steve por primera vez, no quería ser partícipe de otra misión más. 





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¿segunda parte con smut? >:)   


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