XIV - Chris Evans
14.- Surprise
Chris reposaba en uno de los sofás que el programa de televisión le ofreció cuando entró al estudio de grabación; el público aplaudió y la animadora comenzó comentando su trayectoria y lo buen actor que era. Le hizo algunas preguntas con respecto a películas antiguas en las que él participó y otras con respecto a la que faltaba poco para estrenar y, por las que toda fan esperaba con ansias; Avengers Infinity War.
El ambiente era ameno y totalmente eufórico, Chris era un caballero de aquellos que sólo existía en lo denominado ficción. Sus fans le miraban embelesadas y aplaudían si estimaban conveniente. Chris respondía sus preguntas con alguna estupidez que causara gracia entre la multitud, todo para eludir las preguntas acerca de la película, pues, como era obvio, no podía revelar nada al respecto. Debía ser muy cuidadoso.
—Pobre Chris. —Dijo Elizabeth Olsen a mi lado, observando la pantalla gigante frente a nosotras; nos encontrábamos en la sala de grabaciones juntos al personal encargado de manejar todo lo referido con las cámaras. —No se hace idea de lo pérfida que es su novia. — Y me miró con diversión. —Eres bastante cruel. —Me acusó y yo reí.
—Tú no sabes todas las veces que me ha asustado en casa. —Le dije, volviendo a observar al rubio quien, entretenido le comentaba a la animadora la técnica que utilizaba para familiarizarse con sus personajes. —Le llegó la hora. —Sonreí maliciosa.
Mientras llegaba el momento de la sorpresa, le miré cautivada desde mi escondite. No podía negarlo, estaba completamente enamorada del actor, con quien, ya iban a ser cuatro hermosos años de relación.
La idea surgió luego de hablar con Elizabeth sobre la posible ida de Evans por más tiempo para terminar de grabar Infinity War. Él tenía contemplado regresar luego a casa, pero se le habían presentado otros inconvenientes y entre ello, su participación en la película por más tiempo. Entonces, vi la posibilidad de viajar a España y verlo al menos por unos minutos antes de que él partiera de regreso al set de grabación. Tuve el apoyo de nuestra amiga en común, quien, obviamente no se negó en ningún momento.
—Dime, Chris. —Le dijo la entrevistadora. Una mujer caucásica y de cabello negro amarrado en una trenza elegante. —Sabemos que estás actualmente en una relación. —Chris carcajeó y la gente reaccionó con grititos eufóricos desde sus puestos. —¿Qué nos puedes decir de ella?
Y rápidamente el proyector emitió fotos de ambos tomados de la mano mientras caminábamos por las calles de New York. Otras eran de los paseos en la playa durante nuestras vacaciones en Brasil. ¿Cómo es que nunca vi aquellos fotógrafos? Me pregunté y reí desde mi escondite.
—Es la mujer de mis sueños. —Rio cohibido. Los presentes exclamaron gesto de ternura. —Ella sabe que lo es. Y si está viendo el programa en estos momentos, quiero decir que la extraño demasiado. —Suspiró y la entrevistadora frunció sus cejas denotando empatía. —¡Diablos! se me ha hecho difícil estar lejos de ella. —Exclamó. — Algún día tienes que conocerla. —Le dijo a la mujer, quien reía divertida. —¡Es fantástica!
—No dudo de ello, Chris. —Asintió la mujer, observando las fotos proyectada. —¡Mira que hermosos se ven! —Expresó, observando al público. —¿Esto fue en algún país latinoamericano? —Inquirió la mujer. Chris Asintió.
—Brasil. —Aclaró el rubio. —Fueron las mejores vacaciones que tomé en mi vida.
—¿No son tiernos? —Dijo la mujer y el público afirmó en un griterío eufórico. —Tal parece que te apoya bastante en tu carrera, ¿no es así?
—Ha tenido la paciencia que jamás creí encontrar en alguien. —Afirmó. —No creí encontrar el amor en ella, y puedo hablar también por Dodger. —Todos rieron, incluso Elizabeth junto al personal que nos cubría. —No sé qué más decir al respecto. —Suspiró. —La amo, la extraño y le agradezco su paciencia.
—Pero Chris. —Le dijo la mujer con una sonrisa en su rostro. Entonces, supe que allí debía actuar yo; era la señal. —Te tenemos una sorpresa, porque sabemos que la extrañas y lloras por las noches su ausencia. No lo puedes negar. —Le apuntó con su dedo índice, burlesca.
Chris carcajeó avergonzado.
—¡Llegó la hora! —Exclamó Olsen con el entusiasmo de una niña pequeña; ojos relucientes y sonrisa amplia. Le seguí hasta la otra habitación, donde todo se encontraba perfectamente ordenado, simulando el living del hogar que compartíamos con Evans. —Chris no verá venir esto. —Rio pérfida, haciendo destellar aún más su mirada. —Vamos, siéntate. —Alentó. Me senté frente a la cámara del notebook y esperé a que me dieran la señal.
—Siento que me dará un ataque de risa. —Dije ansiosa, temiendo echar todo a perder. Y es que ya me podía imaginar el rostro de Evans en cuanto me viera cara a cara.
La imagen de Chris apareció frente a mí y su expresión fue de asombro. Se tapó la boca y comenzó a reír nervioso. No pude evitar soltar un par de lágrimas, la que, dejaron en evidencia cuánto lo extrañaba. Estaba tan cerca, demasiado cerca y yo lo único que deseaba era correr a sus brazos y besarle.
—Amor. —Gimió Evans, emocionado, retirando las lágrimas de sus mejillas. Sus ojos no podían dar crédito a lo que veía proyectado. —¡Diablos! Parece un sueño. —Carcajeó el rubio entre suspiros. —Ojalá pudiera traspasar la video llamada y llegar a ti.
—¡Sería asombroso! —Dijo la animadora. —Si fuera así, estaría con mi mamá en estos momentos. —Carcajeó. —¡Pero dile algo! ¡No te quedes callado! —Alentó la mujer, con bastante alegría, tanta como el público irradiaba.
—Te amo. —Me dijo. —Y cuento los días para volver a tu lado.
—Cariño, estaremos juntos. —Afirmé. —Muy pronto. —Elizabeth soltó una risita, la cual, logró tapar con su mano.
Fui partícipe de la conversación entre Chris y la entrevistadora, donde se nos preguntó acerca de nuestra vida y mi profesión como fotógrafa profesional. No había mucho que contar, pero les parecía curioso saber el cómo nos conocimos en una sesión de fotos que le tuve que realizar a Evans. La historia del inicio de nuestra relación finalmente salió a la luz, causando un revoloteo entre sus fans.
Cortaron la señal una vez me despedí de Evans, donde me prometió que nos veríamos luego. Elizabeth se acercó y me tomó del brazo para guiarme hasta el estudio, donde se encontraban ambos individuos interactuando sobre temas variados.
—Grabaré todo. —Aseguró Elizabeth con la misma sonrisa pérfida e infantil. —¡Ya quiero ver su reacción! —Chilló mientras daba pequeños saltitos. —¿Crees que se desmaye? Eso lo haría más divertido.
—¡Elizabeth! —Reí. —¡Qué mala eres! —Le reprendí entretenida. La castaña se encogió de hombros y soltó otra risita más. Estaba tan entusiasmada con la sorpresa, que me parecía que ella estaba mucho más emocionada que yo.
Caminamos hasta el lugar, entre el pasadizo sin fin del programa televisivo; Elizabeth iba tras de mí con su teléfono en manos, grabando todo.
Se le hizo una señal al público para que se mantuvieran en silencio y fingieran que nada extraño sucedía; entonces entré y con bastante sigilo me acerqué hasta Chris, quien estaba de espalda hacia a mí. ¡Oh, pero que mala novia me sentí en ese entonces! Asustar a Chris me era divertido, pero no tanto si sabía los estragos que realizaría en su anatomía producto del susto que le daría.
Entonces, tomé el suficiente aire y grité.
— ¡CHRISTOPHER! —El cuerpo del rubio brincó sobre su puesto al mismo tiempo en el que el público gritaba y reía. El rubio se levantó de su asiento lo más rápido posible, exaltado.
—¡Mierda! —Exclamó el intérprete del capitán américa, posando una mano en su pecho, pero con una sonrisa en sus labios, la cual, era una mezcla entre felicidad y desconcierto. — ¡____________!
—¡Lenguaje! —Reprendí juguetona. Chris quería hablar, más el ataque de risa no le dejó expresarse normalmente. —Cariño... —Le abracé finalmente, besándole su mejilla barbuda. —Te extrañé. —Murmuré.
La animadora nos dio la bienvenida junto a Elizabeth, quien grabó todo y cada una de las expresiones del rubio. El ambiente se había tranquilizado, pero no las carcajadas de la muchacha Olsen; ella fue la que más gozó la broma.
—¡Elizabeth! ¡Tú lo sabías! —Exclamó Chris, acusándole entre risas. —Debí saber que estabas detrás de todo esto. —Elizabeth no hacía más que reír. —Es que yo sabía que algo raro había en esa video llamada. —Dijo.
—¿Qué cosa? —Le preguntó la animadora, y todos miramos al rubio en espera de su respuesta.
—Dodger. —Respondió y yo reí estruendosa. —No estaba y no apareció cuando yo hablé. Él siempre aparece cuando escucha mi voz. —Explicó. —Me pareció extraño, pero asumí que estaba durmiendo o jugando con sus peluches. ¡Mi voz interna me lo advirtió!
El programa dio finalizado su trasmisión después de minutos hablando y riendo sobre lo sucedido. Nos encaminamos hasta la oficina que nos tenían asignado y, en donde se encontraban nuestras pertenencias. Allí pude besar a Evans con total libertad y mencionarle cuanto me hacía falta. Evans carcajeó entre besos, sin poder creer que me encontraba a su lado.
No separamos unos centímetros para poder respirar después de las sesiones de besos que nos dimos con tanta vehemencia y efusividad.
—Es venganza, ¿no? —Inquirió el rubio, dando un casto beso en mis labios. Asentí en respuesta.
—Exacto. —Afirmé. —Es una venganza.
—¿Tregua? —Alzó una ceja el rubio y sonrió.
—Lo pensaré. —Sonreí.
—¡Oye! ¡Casi me matas allí fuera! —Se quejó. —Pero me lo merezco, creo que te he jugado bromas desde que nos conocimos. —Recordó el rubio y yo asentí en concordancia con él. —Te amo, _________.
—El sentimiento es mutuo, Evans. —Le besé. —Te amo.
➤➤➤➤➤➤➤
Hace tiempo había visto un video en donde Evans asustó a Johansson en una entrevista, so, me acordé y me inspiré en ella. Por cierto, tal parece que al señorito le gusta asustar jaja Olsen tampoco se salvó.
Ste men es muy especial.
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