LX - Chris Evans
60.- Unexpected visitor III (Continuación Os XLVIII y LVI)
Johanna parpadeó rápido, entreabrió la boca, pero enmudeció; quiso decir algunas palabras, pero su confusión y sorpresa era tanta, que no pudo manifestar nada. Al menos no por algunos minutos.
—No. te. Pases. —Dijo mi amiga, volviendo en sí. Lanzó un gritito y comenzó a aplaudir con cierta emoción. Fruncí el entrecejo y reí extrañada. —¡___________! ¡Tienes que ir a esa fiesta! Quien sabe, quizás vaya Andrew y te vea compartir con el amigo de tu hermano. —Sonrió pérfida.
—Imposible encontrarme con Andrew en esa fiesta. —Reí. — A menos que Andrew tuviese amigos en común con mi hermano y eso, es imposible. De todas formas, espero no encontrármelo jamás. Siento que volveré a llorar si lo veo...
—¿Con el amigo de tu hermano al lado? —Alzó una ceja y sonrió burlona. —Con todo respeto, eres tan tonta algunas veces. —Rodó los ojos. —Si por cosas de la vida, Andrew aparece en esa fiesta y tú estás socializando con... ¿Chris? como se llame... tu ex novio verá que dejó ir a una mujer maravillosa. Se verá arrepentido, pero eso a ti, lógicamente, no te debe importar. —Explicó entusiasta.
—Insisto. Es imposible encontrarme a Andrew allí. —Reiteré. Johanna alzó su mano y golpeó mi brazo. —¡Hey! —Me quejé.
—Da lo mismo si te lo encuentras o no. Ve y disfruta esa fiesta, habla con Chris y bailen, rían, ¡hace algo, __________! Si tu hermano te quiere ayudar, aprovecha su ayuda. —Exclamó, excitada. —Mi hermano jamás hizo eso por mí, y jamás lo haría. —Carcajeó. — ¡Aprovecha mujer!
Contarle a Johanna sobre el plan que llevó a cabo mi hermano hace años atrás, dio pie a que ella apoyara la moción y me incitara a acercarme a Chris. No quería dar el paso, evidentemente. Terminar mi relación con Andrew aún me dolía. Había días en donde me cuestionaba si había sido yo el problema o es que nuestra relación ya tenía un límite del cual ni si quiera yo podía hacer perdurar.
Comenzar algo con Chris, si es que se pudiera realizar, sería extraño y poco honorable de mi parte, considerando que llevaba apenas tres semanas de haber roto con Andrew. Pero pese a ello, al poco tiempo transcurrido, tanto John como Joahanna me aconsejaban acercarme al rubio y probar suerte.
Ni si quiera pude entender cómo es que, a pesar de mi negativa a aceptar probar suerte, terminé desordenando mi closet en busca de un vestuario cómodo para la ocasión. Escoger ropa había sido un afán que llevé durante tiempo atrás cuando la vanidad gobernaba mi ser. Más, había cesado cuando comencé a salir con Andrew, y ahora, aquel acto, había vuelto con el propósito de verme bien para Chris.
¡Si! porque, pese a que no quería ir a la fiesta, en el fondo, muy en el fondo, quería ir e impresionar al rubio con mi presencia.
—¡____________! —Llamó mi hermano. Me miré por última vez al espejo y sonreí dándome apoyo a mí misma.
Todo saldrá bien, te divertirás y olvidarás lo que sucedió con Andrew. Me dije a mi misma. Y, dando un suspiro profundo, tomé mi chaqueta y bajé al primer piso donde me esperaba John.
Había quedado en reunirse con Chris en la casa de un amigo en común en donde se realizaría la fiesta. Por cuestión de convenio, fui invitada. Y ello, supuse que era la oportunidad de John para retomar su tarea como cupido. Aquella que quiso realizar pero que, tanto Chris como yo, frustramos al no cooperar conscientemente.
El hogar donde se realizaría la fiesta era enorme. Estaba perfectamente equipada para recibir una gran cantidad de personas que, obviamente yo no conocía. Me sentía extraña, pero me esforcé por parecer a gusto entre tantos seres que jamás creí ver en algún momento de mi vida.
—Hermana, yo que tú me apresuro en hablar con Evans. —Me dijo mi hermano, cerca de mi oído para que le escuchara. La música era alta en volumen, por lo que John tuvo que gritar ligeramente para que yo pudiera entender lo que me decía. —Hay algunas muchachas que lo han estado observando...
—¡John! —Chillé, avergonzada. Mi hermano negó con cierta indignación, alzó la mirada y, con una sonrisa en su rostro, levantó la mano y saludó a quien se hallaba a metros de nosotros. Volví a mirar a John, esta vez con molestia, pero también cohibida. Chris se acercaba a nosotros con una sonrisa amplia en su rostro, mostrando su perfecta dentadura y sus ojos azules brillar producto de la dicha que, posiblemente sentía al vernos allí.
—¡Eres el peor hermano, John! —Gemí.
—Te equivocas. —Repuso. —Soy el mejor. Me lo agradecerás luego. —Me guiñó un ojo.
Saludó a Chris, compartieron un par de palabras y luego, mi hermano, como debí predecir, me dejó sola con quien consideraba su hermano.
Miré a Chris y sonreí tímida. Más él, se veía bastante relajado e inclusive, confiado en sí mismo. Me mordí el labio, ansiosa, y miré hacia otro lado, como si buscase un lugar hacia donde pudiera escapar. Aunque bien sabía que no lo iba a hacer. La sensatez predominante en mí me impidió salir corriendo en ese mismo instante.
—¿Quieres bailar conmigo, ___________? —Me preguntó. Tendió su mano y esperó a que la tomara para ir a la pista en donde todos bailaban.
El impulso dado por mi cerebro fue directo hacia mi mano, quien tomó la suya, aventurando a mi anatomía moverse en conjunto con la de Chris. Para cuando quise huir, yo estaba bailando con Evans en medio de las personas, haciéndome imposible mi huida. Sujetó mi cintura con sus manos y me movió junto a él al son de la melodía. Lento y pasional, pero sin ninguna otra intención más que sólo disfrutar del momento.
—Estás tensa. —Me dijo. Su aliento chocó contra mi mejilla y mi cuerpo, como reacción innata, se remeció.
—No sé bailar. —Musité avergonzada. Chris sonrió tierno. Presionó aún más su agarre en mi cintura y me apegó a él.
—Te puedo enseñar. —Propuso. Noté el calor bochornoso subir rápidamente por mis extremidades. —Aprenderás rápido, ___________. Soy buen profesor. —Me guiñó un ojo y soltó una risita.
—Pues, yo te aseguro que soy la peor alumna. —Reí. —Tuve clases de baile. A decir verdad, quise aprender a bailar ballet...
—Lo recuerdo. —Afirmó Chris. —John me lo comentó cuando me fui. Un día me llamó y me dijo que eras pésima. —El rubio sonrió de lado y yo no hice más que agachar la mirada y reí avergonzada. —¡No te avergüences! ¡A muchos les pasa!
—No puedo creer que esté viviendo con el enemigo. —Reí. Chris tomó mi mano y me hizo girar sobre mis talones para luego, regresar a él de una forma suave y delicada. Volvió a tomarme de la cintura y mi cuerpo volvió a moverse junto al de él en un ritmo único y privado.
—Estás aprendiendo... — Sonrió, dando un ligero asentimiento. —No eres tan mala bailando, despues de todo. —Dijo y ambos reímos.
—Me has subido el ánimo, Evans. —Reí con cierta ironía.
Chris rio, para luego enmudecer y sólo mirarme.
—___________, lamento irme de sus vidas. —Dijo con un tono de voz culposo, distinto a la tonalidad utilizada anteriormente; risueño y melodioso. Fruncí el ceño, extrañada por lo dicho.
—Era tu destino, Chris. Todos en algún momento debemos dejar lo que queremos por seguir nuestros sueños. —Expliqué. Pero Chris negó.
—Es cierto, pero, a decir verdad, ustedes eran la única familia que tenía. Me sentía a gusto, podía ser yo mismo. Los extrañé tanto, ____________. —Suspiró.
—¿Pero ahora no te irás, cierto? —Inquirí.
—Me iré por unos meses, pero a buscar mis pertenencias para volver a la ciudad. He encontrado un lugar donde poder vivir. Queda relativamente cerca de ustedes, sólo a dos horas. Lo mejor de todo, es que podré verlos. —Rio. —No se podrán librar de mi tan fácilmente. —Mencionó con triunfo. Reí divertida, pero también encantada por saber que él se quedaría en la ciudad.
—Me alegro que hayas tomado esa decisión, Chris.
—¿Te puedo hacer una pregunta, ___________? —Preguntó. Tomó de mi mano y nuevamente me hizo girar. Mi cuerpo quedó apegado al de él, más no me moví. Esa cercanía comenzaba a agradarme.
—La que quieras. —Murmuré.
—¿Me extrañaste? —Alcé una ceja. —Cuando me fui, ¿me extrañaste?
Lancé una risita. Me acomodé frente a él y le miré desde mi posición, directo a los ojos. Las luces cambiaban a distintos colores y dependiendo del ritmo de la canción que se podía apreciar, por lo que sus ojos, adquirían los diversos colores que aparecían y desaparecían. Noté que Chris sonreía, y que su rostro estaba bastante cerca del mío. Pero él no hizo absolutamente ningún movimiento.
De repente, las palabras de Johanna y de John comenzaron a manifestarse en mi mente con la intención de hacerme actuar de una buena vez. Me alejé un poco, sólo un poco pues, Chris me tenía sujeta de la cintura y, por mucho que quisiera alejarme, no podría. Más, tampoco intenté alejarme del todo. Rodeé mis brazos alrededor de su cuello y asentí en respuesta.
—Te extrañé, Chris. —Le dije.
Él no se hacía una idea de cuánto extrañé su presencia en casa cuando decidió irse.
➤➤➤➤➤➤➤
Esto, obviamente no termina así >:) soy mala, lo sé, but hoy quería ver el mundo arder ah
No me odien :(
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro