LI - Steve Rogers
51.- Pupilas IV (Continuación OS XXXIX - XLI y XLIII )
(Narra Steve)
La tristeza, estaba seguro había inundado la anatomía de Sharon cuando murmuré, apesadumbrado, que ya no sentía lo mismo por ella como hace un año atrás. Había expulsado las palabras tan repentinamente, que hasta yo quedé impresionado por lo que había dicho apenas ella entró a la oficina y se acercó para poder besarme.
La situación nos obligó a quedarnos en silencio; en uno muy frío y molesto. Al principio sonrió, divertida, pero luego, su sonrisa se esfumó cuando vio que yo permanecía impasible. La rubia me miró directo a los ojos y yo, no hice más que rehuir su mirada, apenado y avergonzado ante el error que había cometido.
Si, había cometido un error, y de ello me di cuenta cuando __________ anunció su relación con Bucky. Habían sido como si un sinfín de dagas, golpes y patadas daban de lleno en mi cuerpo; había sido peor que sentir las agresiones del enemigo, peor que las palabras de Romanoff al reprocharme el daño que le había hecho a ____________ cuando le confesé amar a Sharon. El dolor que sentí cuando los vi, no se comparaba con ningún otro dolor sentido a lo largo de mi existencia pues, fue allí cuando clarifiqué mis sentimientos, dándome cuenta que mi supuesto amor por Sharon era un mero capricho.
Sharon se parecía a Peggy. Mismos ideales, mismo sentido de empoderamiento, pero no era Peggy, y Peggy, lógicamente no era como __________. Estaba seguro que el Steve de los años cuarenta no habría reconocido al Steve de ahora pues, ni si quiera yo me podía reconocer. Había destrozado dos corazones y ello, jamás me lo podría perdonar.
—Bien, si es lo que quieres... —Se encogió de hombros, casi mostrando desinterés. Frunció la comisura de su labio y añadió: —Así será, Steve Rogers. —Dijo la rubia. Esbozó una sonrisa, tomó un par de carpetas que yacían en el escritorio y abandonó la habitación sin decir ninguna palabra más. Cuando cerró la puerta, me dejé caer sobre la silla, abatido y con una sensación agria que bien no pude descifrar.
Me tomé unos minutos antes de salir de la oficina. Cuando lo hice, caminé por los pasillos en dirección a la salida, mi intención era desaparecer del lugar e irme a mi hogar lo antes posible, pero María Hill me detuvo metros antes de poder llegar a la salida.
—Rogers, ¿te unes? —Me preguntó y yo fruncí el ceño. —Tony ha propuesto hace una pequeña reunión. Ya sabes, por la misión de ayer. Creo que todos merecemos un respiro...
—¿Una reunión? —Inquirí, con una ceja en alto.
—Eso es lo que me dijo Tony. —Se encogió de hombros. —Yo paso el dato. —Rio Hill.
Suspiré.
—No prometo nada. —Le dije. Y seguí mi camino hacia mi departamento, con la intención de no volver a salir.
******
Tomé un sorbo del licor y lancé un suspiro hondo y cargado de agobio. Miré a mi alrededor desde la barra; volví a darle al licor un sorbo y arrugué la frente al percatarme de que ésta, tenía gusto a agua. Dejé el vaso a un lado, con la mitad del contenido intacto.
—Te lo digo y te lo vuelvo a decir, quedarte encerrado en tu departamento no es bueno. No después de haber terminado una relación. —Me decía Sam. El moreno tomó un sorbo de su bebida y me miró insistente. — Te creí más indolente.
—Ya ves que no lo soy. —Murmuré. — Tengo sentimientos, Sam. Y, por primera vez en mi vida deseo no tenerlos. —Suspiré. El moreno posó una mano en mi hombro y lo presionó ligeramente.
—De los errores, se aprende. —Dijo, para luego fruncir el ceño. —Me impresiona que no lo sepas. Teniendo en cuenta tu edad...Deberías saberlo.
Definitivamente, mi lugar esa noche, era mi departamento. Pensé.
Sam se alejó de la barra y se mezcló entre la gente. Quedé solo, rumiando mis pensamientos. Observé a las personas, y tuve la esperanza de poder verla entre ellas, bailando o simplemente conversando. Pero no la encontraba por ningún lado. Creí, por un momento que no había asistido a la supuesta reunión. Pero no fue así. Ella estaba allí, justo a mi lado.
—Exististe mejores elecciones... —Dijo, entre risitas divertidas. Aún con el volumen alto de la música, pude percibir la voz, justo a metros de mí. Alegre y armónica. —Dame un tequila... —Le dijo al barman. —Mejor que sean dos.
—Insisto, el vodka es mejor que eso. —Le dijo Romanoff.
—Ya verás que no. —Repuso _____________. — Si a Bucky le ha gustado, tengo esperanzas de que a ti también te guste.
Mi anatomía tembló cuando escuché el nombre de Bucky salir de su boca. Pude percibir la tonalidad utilizaba como la de alguien quien nombra a lo mejor que le ha sucedido en su vida. Mi corazón golpeó mi pecho con fuerza y ello, era la peor sensación que jamás imaginé sentir; la chica que realmente amaba, amando a otro hombre que no era yo.
Es tu culpa, me dijo alguien en mi fuero interno. La voz de la razón, asumí. ¡Ya vaya que estaba en lo cierto! El culpable de mi sufrimiento, era yo.
—Aquí estas. —Ahora era la voz de Bucky la que retumbaba en mi psiquis. Miré, desde mi puesto, la escena de arrumacos entre ambos mientras Romanoff asentía al probar de su tequila. Tal parecía que ellos no me veían, y lo encontré lógico. Ellos no tenían más ojos que sólo para ellos, tal como lo sentí en algún momento de mi vida junto a _____________. Mi atención sólo estaba en ella. En nada más que sólo en ella.
Fue Romanoff quien se dio cuenta que a metros de ellos me encontraba yo, sentado, observando con disimulo a los jóvenes enamorados. Minutos después, la atención de los tres se enfocó en mí. Bucky susurró algo en el oído de ____________ y ella y Romanoff se retiraron de la barra, perdiéndose entre el tumulto de personas que ahora, comenzaban a bailar.
—¿Estas bien? —Me preguntó Bucky. Me miró atento.
—Debo estarlo. —Musité. — Supongo que ya saben lo que sucedió con Sharon...
Bucky asintió.
—A algunos les ha parecido curioso no verte con Sharon esta noche. —Dijo y yo asentí, desganado. —Lo siento...
Esbocé una sonrisa, a duras penas. Bucky sonrió de igual forma, y volvió a mirar hacia el frente. A lo lejos, _____________ le miraba con unos ojos que dictaban mucho el amor que sentía por Bucky. Ello no hizo más que devastarme, pero, aun así, me mantuve firme sobre mi lugar.
—Es hermosa, ¿no? —Comentó el castaño. Fruncí el entrecejo. — Cuando llegué a la Torre, no creí que encontraría a alguien que me amara tanto como lo hace _____________. A decir verdad, no creí que nadie lo pudiese hacer, sabiendo mi pasado. Es extraño, ¿sabes? Con ella siento que renací nuevamente...
—Buck...
—Sé lo que sucedió entre ustedes. Y sé que estas sufriendo al verla conmigo. —Sus palabras me habían enmudecido. —E visto como la miras; aún la quieres, y no te culpo. Es única.
—Lo es. —Asentí con pesadez. La mirada de Bucky me escudriñó, como si esperara a que yo le dijera algo al respecto. Y sí, con mucho esfuerzo, se lo dije: —Cometí un error, Buck. Un gran error al dejarla por Sharon. Aún la amo, con toda mi alma... Y-yo...—Suspiré. —La amo tanto...
Bucky no respondió de inmediato. Reflexionó unos segundos para luego decir:
—Creo que, si la amaras, dejarías que ella sea feliz con otra persona. —Dijo. —Tú has cometido el error de no darle lo que ella tanto te dio a ti: Amor incondicional. Preferiste ir tras la sobrina de Peggy, Steve. ¿Qué esperabas, que ___________ te esperara y te recibiera con los brazos abiertos cuando te dieras cuenta del error que habías cometido? — Cuestionó Bucky. Negué cabizbajo. —__________ necesita ser feliz... Y yo te prometo, que la haré feliz.
Mire a Bucky, un tanto confundido, pero abierto a su propuesta. Despues de todo, lo único que podía hacer era aceptar que ella era feliz con él.
—¿Me lo prometes?
—Te lo prometo. —Afirmó el castaño. Se levantó del asiento y se dirigió hasta la pista de baile donde __________ lo recibió con un abrazo y un beso. Tragué saliva, tratando de no desmoronarme.
Ambos comenzaron a bailar el son de la melodía que inundaba el lugar, abrazados, mirándose fijamente, regalándose sonrisas que demostraban lo ameno que se encontraban junto al otro.
Recordé, entonces, que alguien me había dicho que una mirada dice mucho más que las palabras. La mía había hablado por si sola el día en el que todo había terminado con ___________ y ahora, la de ella hablaba de igual forma. Ella amaba a Bucky. Realmente lo hacía y él, le correspondía el sentimiento.
Fue tu culpa, volvió a insistir la voz en mi interior. "Si". Respondí a la voz interna, "fue mi culpa, pero ella es feliz ahora"
➤➤➤➤➤➤➤
Final de este Os. Todo era una capricho but, el cap tarde se dio cuenta :(
Aviso de utilidad pública: A petición del pueblo, el Os anterior tendrá segunda parte >:) En cuanto me llegue la inspiración, lo subiré <3.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro