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Capítulo VI

- ¿En serio? ¿Todo eso ocurrió?

- ¡Claro que sí! No te hubiera llamado si tan solo hubieran sido ilusiones mías...

- ¡Ahhhhhhh! ¡Por fin están progresando!

Vale y yo estábamos sentadas en mi cama. Después de llamarla, llegó a mis aposentos :v (de hecho, cuando yo apenas estaba por llegar a mi casa, a ella la vi sentada en la puerta, y me dijo que en cuanto la llamé salió corriendo de su casa para llegar lo más pronto posible a la mía v:). Y desde entonces, le estuve contando lo que ocurrió esta tarde con Sakeno-kun.

- Yo... no creo que lo llamaría progreso... - confesé con un poco de vergüenza.

En realidad, entre él y yo, solamente estoy segura de que yo soy la que está detrás de él día y noche sin parar ni una sola ocasión, conociendo desde lo secreto todo acerca de él. Así que usar la palabra "están" creo que es fuera del contexto.

- ¿Por qué dices eso? ¡Absolutamente están progresando!

- Diría más bien... "Estoy progresando", ¡Él...! Yo he estado detrás de él, él no de mí...

- ¡Pero te invito a una cita! Sin que tú le dijeras nada, a excepción de un simple "Hola" o "Adiós" durante 2 semanas... ¡Definitivamente algo está cambiando! ¡No puede negarlo!

- ¡Es que no lo sé! - replique algo molesta - Puede que solamente me lo haya dicho... Porque alguno de sus amigos con los que estaba en nuestra... primera reunión... Simplemente lo haya obligado...

- ¡O porque quiere estar contigo un rato!

- ¡Ah! ¡No lo sé! ¡Es muy confuso! - me tomé la cabeza con bastante molestia, acompañándolo con un par de palmadas en mi cabeza de parte de Valeria.

- Pobre niña mía... Me das lástima...

- ¡Oye! - le grité de modo enojado, mientras levantaba mi mirada hacia ella - ¡No digas eso! ¡Es demasiado cruel!

- Es porque realmente es lo que estás provocando en mí... ¡Deja de pensar en todo lo malo, y concéntrate en qué te invito a una cita entre tú y él!

- ... Supongo que tienes razón - jugueteé un poco con mi cabello, y entonces dirigí mi vista hacia Vale - ¡Tienes razón! Debo dejar mis inseguridades de lado. ¡Lo importante es que Sakeno-kun me invitó a una cita!

- ¡Siiiii! - aplaudió con bastante emoción Valeria.

- ... ¡Por cierto! ¡Ay, soy una tonta! - me removí el pelo y escondí la cara en una de mis almohadas.

- ¿? ¿Qué tienes?

- ¡S-Sakeno-kun descubrió que lo llamo Sakeno-kun!

- ¿Qué? ¿En serio te quedaste tan en shock?

- ¡No esperaba que me hubiera visto en el entrenamiento con el equipo de voleibol! ¡Creí que estaba con la subdirectora, o la directora! ¡No lo sé, pero no esperaba que estuviera cerca de ahí! ¡Fue muy vergonzoso!

- Y, hablando de vergüenzas... - la voz de Vale no suena nada bien - ¿Acaso te vio tu equipo con él?

- ... ¡Oh rayos! ¡Es cierto! ¡Me vieron con él cuando salieron de los vestidores! ¡Me siento tan avergonzada en este momento! - apreté mi cara contra las almohadas.

- ... Pero, ¿Acaso eso no es algo bueno? - Vale se acercó a mí, poniéndose en la misma altura a la que yo estaba - ¡Yo creo que deberías alegrarte! Ahora, los chicos y chicas de tu equipo van a saber que andas de noviera... ¡Digo! Qué andas con Sakeno-kun...

- ¡Pero si apenas hemos tenido nuestra primera cita!

- ¡Y piénsalo bien! Serán indirectas que le estarías dando... cosas que meterías en su conciencia de manera constante, a tal grado de que eso, combinado con tus encantos y la forma en que lo trates, llegara el punto en que... ¡Te verá como su novia! ¡Y no solo eso: si no lo son, te lo pedirá!

- ... - Vale... hasta cierto punto tiene razón.

Si empieza a estar con él más tiempo, y actuar como una novia, al tiempo de que ahora lo sabe el equipo de voleibol, podría estar orillándolo para que en algún momento... ¡Seamos novios oficiales! Pero...

- ¡Ah! - me apreté aún más en las almohadas - ¡Estaría todo el tiempo con él! ¡Inevitablemente, se dará cuenta de mis intenciones! Además, estar todo el tiempo con Sakeno-kun... ¡Todo el tiempo estaría nerviosa! ¡Y podría decir cualquier tontería! ¡Y entonces, Sakeno-kun perdería la imagen que tiene de mi! ¡Sería muy horrible que llegase a ocurrir eso!

- ¿Entonces qué? ¿Crees que estoy pintada o qué? ¡Para eso estoy aquí, en este preciso momento, hablando contigo! ¡Yo te ayudaré a conquistar a ese hombre!

- ... ¿En serio? - dejé las almohadas y miré a Vale.

- ¡Obviamente! ¡Seré tu entrenadora; algo así como en el voleibol, pero más intenso! ¡Te enseñaré las bases, los pases, las jugadas impresionantes, y los tiros necesarios para que alcances como trofeo el corazón y la voluntad de Sakeno-kun! ¡Seré tu maestra!

- ... Pero... Haz andado con otros chicos, ¿Verdad?

- ¿? ¿A qué te refieres?

- Si no mal recuerdo, en todo el tiempo que llevamos de conocernos, no recuerdo que tú estuvieras involucrada en alguna relación con algún chico... Entonces, ¿Has andado con alguien secretamente como para enseñarme lo necesario para cumplir mi objetivo, o...?

- ¡L-Los detalles no importan! ¡Tampoco el pasado! ¡Lo único que importa es el presente!

- ... Si tú lo dices... - me levanté de mi sitio, y entonces me senté acomodando mis piernas debajo de mi - Entonces, ¿Cómo comenzamos?

...

Honestamente, no tengo ni la menor idea de cómo lo que ella me dijo fue capaz de tener efecto en Sakeno-kun.

Ahora que lo medito de manera más tranquila, estando sentada de la misma forma en que estuve sentada cuando hable con Vale, sus consejos definitivamente no fueron los mejores: seguir acosando a Sakeno-kun, estar con él en los salones de clases, aunque eso afectara mis calificaciones; estar con él en los castigos y no solo hablando de presencia: literalmente obligar a los profesores a qué me castiguen para que esté con él. Actuar de manera más femenil y acentuada cada que habló con él, reírme exageradamente de sus chistes, prácticamente tener mis ojos pegados a él en todo momento.

Bueno, muchas de esas cosas las hice cuando estaba en la escuela con él, como acosarlo. Pero, acosarlo intensamente, y con menor discreción (ella me lo recomendó al decir que si Sakeno-kun sabía que lo acosaba entonces las indirectas de que quiero algo con él comenzarian a soltar efecto de manera más rápida y progresiva). Sin embargo, mi mente tan inocente y contaminada con mi obsesión masiva por Sakeno-kun hizo que le hiciera caso ciegamente, durante unos largos años.

Pero, ese no es el punto aquí. El verdadero punto es hablar de nuestra segunda cita... ¡Ay, que emoción!

...

- Repasemos todo lo que haz aprendido bajo mis enseñanzas, Misti, antes de que te aventures sola a encontrarte con él.

- ... Está bien...

- ¿Qué debes hacer en cuanto lo veas?

- Saludarlo... con una beso en la mejilla. - sentí como mis mejillas se sonrojaron al decir eso.

- ¡Exacto! Y, ¿Qué harás después?

- ... Sentarme, pegado a él... - mis mejillas siguieron adquiriendo color.

- ¿Y entonces?

- ... Le daré del almuerzo que compré para los 2... - al decir esto, apreté la bolsa que sostenía en mis manos, con un par de almuerzo sencillos, ¡Pero bastante caros! ¡Un total de 1200¥ me costó esto! ¡Espero está vez no olvidarlo!

- Bien, bien... ¡Esas son las bases! ¿Y qué harás mientras hablan?

- ... Le hablaré de mi persona... mis gustos personales... mi familia... mi interés... Eh... - oh rayos. Olvidé lo último - ¿Mi interés en los chicos guapos como él?

- ¡No! ¡Eso todavía no! ¡La respuesta era tu interés en el deporte!

- ¡! ¡Es cierto! Y, también le contaré... ¿Eh?

- Olvídalo, en 20 minutos que dura el descanso, esas cosas son suficientes... ¿Qué harás cuando haga un chiste?

- Reírme... ¿Levemente?

- Preferiría sin discreción. Así darás a conocer que te gusta su sentido del humor.

- De acuerdo.

- ¿Y si el habla de algo que le guste?

- En silencio, y atento a cualquier cosa que pueda usar para empatizar con él...

- ... En realidad era conseguir cualquier cosa que diga para tener una tercera cita. Pero, esa opción me gusta. Haz ambas... - Vale levantaba su semblante con bastante orgullo - Y al finalizar su cita... ¿Qué harás?

- ... Eh... Despedirme de él con educación, de manera respetuosa... Y darle un beso en la mejilla.

- Sería mejor... un beso de media luna.

- ¿? ¿Beso de media luna?

- ¡No hay tiempo de explicaciones! ¡Ve a esa banca, siéntate, y aguarda a qué aparezca tu príncipe azul!

Vale me empujó con algo de brusquedad, y entonces salí del escondite donde estábamos las 2: detrás de la misma columna que estaba cerca de donde se sentó Sakeno-kun con sus amigos hace unas semanas; o sea, el mismo sitio de nuestra primera cita...

¡Ah! ¡Cada vez que digo la palabra "cita" mi corazón no para de latir, y siento que pierdo mis fuerzas! ¡Siento como si me fuera a dar un paro cardíaco!

- ¡Eso es! ¡Siéntate en la banca y espéralo! - con sus manos y estando en las sombras que la ocultaban, Vale me indicó que fuera hasta la banca.

Respiré hondo un par de veces, y encaminé mis pasos hacia ese sitio de manera tranquila... hablando externamente, ¡Por dentro, el miedo y los nervios estaban consumiéndome muy salvajemente! ¡Estaba muriendo del miedo!

- Vamos Misti... - susurré para mí misma, mientras volvía a respirar hondo - ¡Tú puedes hacerlo!

Caminé un tanto de pasos hasta llegar a la banca. Estaba completamente vacía, aunque era obvio pensarlo al considerar que el receso comienza en un par de minutos.

Si: a mí me dejaron salir temprano al receso por mis buenas habilidades de estudio que no sabía que tenía :v. Pero, no fue el caso de Sakeno-kun: observando desde la distancia, me enteré que el grupo de Sakeno-kun no hizo la tarea y entonces se quedarán a hacerla arriesgando su tiempo de receso. Pero, los tiene así desde que comenzó su clase, o sea hace una hora; hice un rápido cálculo mental, y entonces terminé deduciendo que su grupo, cuando hayan transcurrido al menos los primeros 10 minutos de receso, habrán acabado todos. Por lo que, aunque no sea completo, tendré un total de 10 minutos con Sakeno-kun antes de que comience la siguiente clase.

Tengo absolutamente todo el tiempo medido. Lo único que hace falta en todo mi plan majestuosamente realizado... es Sakeno-kun. Solo falta que él realice todo lo que tengo planteado, y podremos disfrutar de nuestros 10 minutos perfectamente...

Me quedé sentada en la banca, con la bolsa de comida apretándola de vez en cuando.

- ... H-Hola... - comencé a balbucear un poco, hablando conmigo misma, a modo de poder tranquilizar mi corazón frente a la idea de hablar con Sakeno-kun - Hola Sakeno-kun... ¡No! Solo debo decir 'Sakeno' no 'Sakeno-kun'... ¡Debo tranquilizarme!

Respiré hondo, y volví a hablar.

- H-Hola Sakeno... - dejé una pausa, que era el momento en que le daría su beso en la mejilla - Hola, estaba esperando aquí para... - sentí de inmediato como mis mejillas comenzaron a arder - Para nuestra... segunda cita... ¿Pero si es una segunda? Bueno, yo considero que cuando nos hablamos era la primera, y puedo suponer entonces que estamos en la segunda, pero no sé qué es lo que piensas sobre esto... ¡Si quieres, que está no sea una cita sino una simple reunión de amigos! ¡No tenemos que forzar las cosas! ¡Prefiero que vayamos lento!... ¡P-Pero, si tú quieres ir más rápido, tan solo pídemelo y podremos arreglar las cosas! ¡No tenemos que actuar tan...! - después de tanto estresarme con una sencilla presentación, suspiré muy pero muy hondo - Definitivamente soy pésima en esto...

Seguí esperando por Sakeno-kun, mientras de vez en cuando seguía balbuceando diciendo todas las tonterías que entraban por mi mente infinitas veces.

Estando ahí, lograba ver el salón de Sakeno-kun. Bueno, no del todo: lograba ver cuándo alguien salía o entraba al pasillo donde se encuentra su salón, pero no podía ver la puerta de su salón. Solamente veía quien iba y venía.

Seguí ahí, totalmente quieta y mirando tanto hacia la dirección de su salón cómo por el patio donde ya estaban todos los chicos y chicas que ya habían bajado de sus salones para disfrutas de la paz y tranquilidad qué puede llegar a ofrecer este lugar.

Pero, pese a todo lo que estaba esperando, pese a mis predicciones, y a lo que tanto estaba planeando desde ayer...

No llegó. Sakeno-kun no llegó...

Pero, tampoco es como si no hubiera entrado a clases: recuerdo perfectamente el instante en que entró a la escuela, unos 5 minutos después de que se cerrará, y por lo que tuvo que perder toda su primera clase en biblioteca para no volver a llegar tarde.

Mi única explicación lógica para esto... es que simplemente no quiso venir...

Una lágrima corrió por mi mejilla derecha cuando pensé en aquella teoría. Me la sequé pasando la mano sobre esta, y miré a otro lado con algo de esperanza.

« Vamos, Misti Takenaka... ¡No seas tan aguafiestas! Seguramente está hablando con alguno de sus amigos... además, aún no sé acaban nuestros 10 minutos; tenemos tiempo de sobra. »

Seguí ahí sentada, mirando todo lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, con la esperanza de que Sakeno-kun aparecería en algún lado, abriéndose el paso entre los chicos, exclamando "¡Lo siento Misti! ¡Estuve ocupado, y no pude atender siquiera al llamado que yo mismo te hice! Por favor, te pido que me perdones...", y finalmente sentándose junto a mi para que me diga "¿Cómo te lo puedo recompensar, princesa?" y entonces pueda pensar con codicia algo que él pueda conseguir, sea barato y útil para mí casa... Pero, embobada entre mis pensamientos y sentimientos, un sonido extraño y ajeno para mi mente ocupada me interrumpió con mucha brusquedad.

< El receso ha llegado a su final el día de hoy. Favor de pasar a sus salones de manera ordenada. >

Finalmente... Sakeno-kun no llegó.

Lancé un largo suspiro de decepción, el cual pude notar que llevaba un poco de voz quebrada. Un par de lágrimas salieron de mis ojos, y me las sequé con la misma mano derecha. Me levanté rápidamente de esa banca, y caminé mostrando molestia hacia Valeria, quien aún seguía en su escondite. Por lo que... vio todo lo que pasó...

- Misti... - por primera vez en mucho tiempo, la alegre, traviesa, shippeadora, extrovertida y activa Valeria Nakahara estaba mostrando un semblante de tristeza. No, eso no era: estaba transmitiendo algo aún más profundo que una simple tristeza. Compasión combinada con decepción. - Y-Yo...

- Te puedes quedar con esto. - con algo de brusquedad, le di el almuerzo que había comprado - Ya no lo necesitaré...

Sin voltear a verla, me di la vuelta y me dirigí hacia las escaleras de la escuela, dispuesta a seguir la rutina que todos los días realizó: entrar a mi salón, enfocarme en mis clases restantes de aquel día, y finalmente salir en la tarde para llegar a mi casa.

La única cosa que haría diferente sería recostarme por media hora en mi cama mientras derramó mis lágrimas, el poco maquillaje que me puso Vale, y mis sentimientos quebrados en una almohada, para después pensar de nuevo en Sakeno-kun, enojarme con él un poco, y finalmente continuar como si nada regresando a la Misti acosadora. Si, más o menos ya había simulado una situación parecida en mi mente.

Estaba a punto de llegar a las escaleras, pensado en todo esto, pero entonces choqué con la espalda alguien que estaba subiendo, y me perturbé muchísimo.

- ¡Ay!

- ¡! ¡Lo siento!

La persona con quién choqué volteó para disculparse, o yo que sé, y entonces... en ese momento deseaba que me tragara la tierra: era Sakeno-kun.

- ¡! Misti, hola...

- ¡! ¡H-Hola S-Sakeno!... - ¡Ahhhhh! ¡No lo puedo creer! ¡Si bajó de su salón!

- Oh, oye... quería hablar contigo... - me tomó de la mano, y ambos subimos las escaleras al ritmo de que todos los demás compañeros de clase lo hacían.

¡Ahhhhh! ¡Realmente impresionante! ¡Todo mi enojo, molestia, y mis planes de llorar media hora con mi almohada se han esfumado, y ahora solo puedo fijarme en el calor de mis mejillas provocado por la mano de Sakeno-kun que está tocando mi mano! ¡Ahhhhh, que suave es su mano! ¡Realmente lo amo!

¡Espera! ¿Qué acabo de decir?

- Oh si, quería decirte algo. Aquí, dónde no estorbamos en las escaleras... - subimos a primer piso, en dónde se sitúa mi salón, y me llevó a un lado de las escaleras, que estaba vacío... ¡Vacío! - Quiero... pedirte una... explicación...

- ¿? ¿Explicación? - un poco de mi orgullo me decía que tenía que actuar molesta por haberme plantado en la banca... ¡Pero, simplemente verlo y orilla hacia que todo ese orgullo se esfumara y actuara como una princesa indefensa que quiere a su caballero que está frente suyo!

- Si... verás, ayer te invité a salir... - comentó con una voz llena de curiosidad - Y habíamos quedado de vernos en la cafetería... Pero, no llegaste...

- ...

Espera... ¡Rayos, es cierto; acabo de recordarlo! ¡Me invitó a salir el día de hoy, y cuando estábamos quedando de acuerdo en dónde vernos, yo solté "cafetería"!

¡Maldición! ¡¿Cómo pude olvidarlo!?

- ¡! ¡A-Ah!... E-Es que... y-y-yo... - ¡Por favor! ¡Que alguien me salve de esta situación, por favor!

- ¡Sé honesta, Misti!

Oh mierda. Qué alguien me mate...

Sakeno-kun y yo volteamos hacia la dirección de la tercera voz que se involucró, y entonces nos encontramos con una chica que para él era completamente nueva para sus ojos, pero para mí bastante conocida: Valeria.

- Oh, Vale... no... - los ojos de súplica que puse en ese momento junto con mis susurros que solamente yo escuchaba pero quería que también escuchará ella rogaban que no dijera nada fuera de lo ordinario.

- ¿? ¿Quién eres?

- ¡! ¡Tú debes ser "Sakeno-kun"!... - ¡Mierda! ¡No lo digas Vale! - Mi nombre es Valeria Nakahara, soy amiga de Misti.

Vale le extendió la mano a Sakeno-kun, quien la estrechó con confianza.

- ... Hola... Y, pues parece que no necesito presentación...

- ¡No del todo! ¡Misti me ha hablado bien de ti! - Por favor Vale... ¡Sé que pedí ayuda, pero no me estas dando lo que necesito! - Y Misti... ¿Por qué no le dices la verdad de por qué no lo viste?

- ¿La verdad? - ¡Vale! ¡Por favor, detente! ¡No sig|!

- ¡Si! Que nuestro profesor de matemáticas nos dejó muchísimo trabajo, y por ello no pudimos bajar.

Espera... ¿Qué acabas de decir Vale?

- ¿? ¿En serio?

- ¡Si! ¡Ese molesto calvo si es un dolor de cabeza auténtico! ¡Ninguno pudo terminar sus ejercicios del demonio, y no pudimos bajar del salón durante todo el receso!

- Oh, entonces ustedes tienen al calvo... - ¡El calvo de matemáticas! ¡Profesor de segundo año, odiado por todos por ser demasiado exigente! - Ya veo... Entonces, creo que no necesitamos más explicaciones...

- ¡S-Si! ¡Tiene razón Vale, fue ese calvo! ¡Jajajaj! - Ay... estoy tan nerviosa por lo que acaba de pasar que simplemente estoy balbuceando... ¡Que alguien me saque de esto!

- Pero, ¿No sería bueno que recuperaran el tiempo perdido de su "cita" ahora? - Espera, ¿Qué estás diciendo ahora Valeria Nakahara? - Después de este receso, tenemos una hora libre. Bueno, mejor dicho educación física, pero eso es hora libre... - ¡! ¡Es cierto! ¡Lo había olvidado! Una hora de educación física, en la cual aprovecharía el tiempo al máximo para mejorar mi rendimiento, considerando que ayer termine como un completo desastre - ¿Que te parece si te la llevas a tu salón esta hora? Yo me encargaré de que pase desapercibida... - Espera, ¿Qué?

- ... Me parece una buena idea... - Sakeno-kun posó sus ojos en mi - ¿Qué te parece?

- ... - ¡Diablos! ¡Tengo muchas ganas de ir a entrenar, después de que ayer casi me desmayé! Pero. - ¡Si! ¡Acepto! - grité con mucha emoción, al tiempo que cerraba mis ojitos.

- ... Esta bien, pero... no es necesario que grites...

- Tienes razón... - ¡Dios! Cuanta pena estoy pasando ahora mismo...

Sakeno-kun me tomó de la mano del mismo modo que hace unos segundos, y entonces sentí como mi cara se sonrojaba aún más que todas las veces en que había estado con Sakeno-kun.

Volteé, y me encontré a Valeria levantando su pulgar en señal de aprobación, y yo solamente le respondí aquel gesto de manera más disimulada.

ASFD ❤️

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