I
Jungkook se levantó con una sonrisa cuando una dulce fragancia entró en sus fosas nasales. Quito la enorme sábana de encima lanzándose al suelo de un golpe, se estiró haciendo algunos quejidos de satisfacción cuando su cuerpo se relajó. No pudo quitar la boba sonrisa de su rostro pues se sentía muy feliz, solo faltaban unas horas para su cumpleaños número quince y como todo buen joven actual sabía lo que eso significaba.
— ¡Tendré mi propio Pierce!— Sonrió gustoso mientras se dirigía a su armario, colocó sus pantalones más gruesos de mezclilla con una camisa de color blanco bastante holgada para su delgado cuerpo. Sonrió cuando se vio a sí mismo en el espejo una sonrisa enorme adornaba su rostro, pero no podía evitarlo pensar en tener su Pierce era algo que lo emocionaba y asustaba en ambas partes, tal vez a sus padres la idea no les agradaba pues sabía sobre la degradación social que sufra las personas con un Pierce y su preocupación era obvia. Además la idea de tener un Pierce sonaba descabellada para algunos, sin embargo estaba feliz pues quería un poder distintivo de él, aunque las leyes prohibían hacer uso del fuera de su hogar no lo iban a detener para usarlo en ciertas ocasiones.
Bajó las escaleras con una sonrisa, viendo la hermosa cocina que su padre le había construido especialmente a su madre hace ya varios años, los decorados con flores el color celeste contrastando con los blancos porcelana de la vajilla. Ella con una sonrisa giró viendo a su hijo quien la miraba con una sonrisa de clara felicidad.
— ¿Bien Jeon Jungkook que hiciste?— Dijo ella alzando una ceja dando una mirada. Su hijo sonrió alzando los hombros sin darle mucha importancia y corriendo a abrazarla de la cintura enterrando su rostro en su cuello, la mujer sorprendida soltó un gemido del susto por ese acto tan tierno y fugaz por el ególatra de su hijo, quien no le demostraba cariño muy seguido.
Él negó restregando su cabeza en el cuello de su madre.— Solo estoy muy feliz mamá— .
Ella sonrió a sabiendas de la emoción de su hijo. Hizo un movimiento con su mano y los platos del desayuno flotaron como si tuvieran cuerdas en el aire y aterrizaron con mucho cuidado y delicadeza en la mesa. Jungkook amaba mirar a su madre haciendo uso de su Pierce. Ella le sonrió e hizo un movimiento de cabeza y las tazas de café flotaron con la misma parsimonia que los platos. Jungkook río cuando su madre hizo marchar los cubiertos hacia la mesa.
Nunca podría aburrirse de ello. Jeon Somin río viendo a su pequeño reír cuando usaba su Pierce siempre intentaba que su hijo se sintiera cómodo con la diferencia de los poderes, ellos seguían siendo humanos solo que con una peculiaridad que no los hacía demasiado diferentes del resto. Aunque no todos pensaban como ella, su sonrisa se borró un momento cuando este apenas había aparecido. Las palabras monstruo de parte de las personas fue un duro golpe, pero le dolió más escucharlo de sus propios padres quienes la miraron con odio, decepción y hasta tristeza. Ella huyó de esa vida, del dolor odiaba en lo que se había convertido. Detestaba su poder, todo pero al final había encontrado como amarse así misma y a su poder.
—Ustedes sí que hacen un escandalo muy temprano, me despertaron— El par de castaños que se abrazaba miro a las escaleras se rieron bajito viendo a un hombre alto con una linda sonrisa, Minhyuk bajaba con tranquilidad abrochando los botones de su camisa. Somin con un movimiento de dedos hizo que se terminaran de abrochar en cinco segundos. A pesar de que su Pierce pareciera algo como Telequinesis, no era así, ella en realidad podía engañar a cualquier cosa o persona. Hacer que una persona saltara o de vueltas como perro, que los platos flotaran, así como llegar al extremo de que una persona ponga una pistola en su cabeza claro, que eso era una exageración.
— Cariño, te he dicho muchas veces que no hagas eso, prefiero que lo hagas con tus manos— Dijo el acercándose al par, con una sonrisa, depositando un beso sobre la frente de Jungkook y un beso en los labios a su esposa, ambos sonrieron al contacto descansando sus frentes y cerrando sus ojos, compartiendo un momento tímido. Jungkook hizo una mueca de asco, cuando su papá mordió sus labios.
— Y yo te he dicho, mil y una veces que amo hacerlo así— Minhyuk río viendo a su bella esposa con un mandil de flores color celeste característico de ella. No podía dejarla siempre de lado por lo que sonrió acercándose para darle un beso a su amada esposa cuando un quejido se escuchó en la cocina.
— Heyyyy.. ¡adolescente hormonal que es su amado hijo frente a ustedes!— Ambos padres rieron con fuerza mientras miraban a su hijo con una sonrisa mientras este hacía una mueca de asco. Los tres se sentaron para desayunar en una mesa de clase rústica. Jungkook tomó su plato y sus palillos mientras su madre le pasaba algo de pescado con un cubierto. Minhyuk solo los miraba con una dulce sonrisa, su familia estaba bien y esperaba que siguiera así los desayunos siempre eran amenos y familiares tan tranquilos a comparación de la situación afuera.
— ¿A que hora debo regresar mamá?— Preguntó el castaño con la boca llena haciendo un ruido gracioso. Somin lo regañó haciéndole cerrar la boca de golpe con un movimiento de ceja, Jungkook tragó la comida con una sonrisa viendo a su madre molesta. Minhyuk solo sonrió tomando una servilleta y dándosela al menor.
— Perdón— Somin sonrió y le contestó su duda — Naciste a las 3:45 de la tarde debería estar bien que estés aquí antes de las dos— Jungkook asintió con una sonrisa radiante, con el tiempo los científicos habían dado por hecho que la epidemia había sido en un solo día afectando a los jóvenes y que no volvería a pasar. Pero no fue así, sus estudios después de meses revelaron que los únicos afectados eran niños de quince años entrando a su pubertad, toda una generación de jóvenes con nuevas habilidades y así cada año aparecían casos de niños con la "aparición de su singularidad". Y sucedería siempre en los jóvenes no en los adultos, cada que un joven llegará a los quince años empezarían sus síntomas.
El dato más interesante fue que la aparición en todos sus casos había sido en un día especifico para todos los afectados, el día de su nacimiento fue también el día de "Aparición". Su cumpleaños, en la fecha y hora exacta de los quince años los jóvenes atravesaban la peor semana de sus vidas.
— Ya he dado aviso al colegio de tu presentación con el Pierce, ellos ya están al tanto de eso, así que la semana que pasarás estarás en casa—Minhyuk le sonrió a su hijo mientras ambos tomaban agua, Minhyuk miró su reloj con una sonrisa.
— Debemos irnos, gracias por el desayuno cariño, ve por tus cosas hijo— Dijo el hombre levantándose con una sonrisa. Jungkook le sonrió a su padre imitándolo, yendo a su habitación por su mochila. Somin sonrió con felicidad, pues esos dos hombres le hacían sentir amada y protegida. Solo dejó un rastro de tristeza en su sonrisa por que su único hijo se presentaría con su Pierce. Y cabía, en la más mínima posibilidad de que no sobreviviera.
Después de la "aparición" existían tres posibilidades, sobrevivías a duras penas sin mostrar una singularidad, sobrevivías mostrando una "singularidad" o morir en la horrible semana de dolor agonizante que era la "aparición".
Ambos subieron al carro mientras veían a su madre sonreírles desde la puerta. Jungkook sonrió moviendo su mano efusivamente y exagerando como siempre, Somin solo pudo sonreír al verlos partir deseando que ambos regresarán a salvo a casa.
Jungkook acomodó su mochila en sus piernas viendo a su padre arrancar el automóvil en dirección al colegio. Vio las casas pasar, todas con lindos jardines, flores y árboles los minutos pasaron hasta que se detuvieron en la enorme reja de metal que los separaba de la otra mitad de la sociedad. Las rejas se abrieron después de que su padre colocará una tarjeta de identificación en una pequeña ranura. Jungkook suspiró él no lograba comprender que pasaba con el pensamiento de las demás personas. Las tarjetas solo servían como una identificación y distintivo entre un singular y un normal.
El gobierno había decidido dividir a la población en dos partes. Los "normales" y los "singulares". Hasta los quince años los jóvenes entraban en la sociedad normal en una escuela común como los demás, cuando era fecha de la aparición o eras degradado o promovido de acuerdo a lo que obtuvieras. Aquellos que no obtenían ningún "Pierce" eran llevados del lado normal de la sociedad, mientras que los "singulares" eran separados y llevados a la escuela encerrados detrás de una reja electrificada. Era obvia la distinción de clases, las personas sin una "singularidad" tenían más oportunidades, salir del país, mejores escuelas y colegios, diferentes opciones sobre cómo llevar una vida plena.
En cambio los jóvenes que obtenían una singularidad, no podían tener un cargo alto pues estaba prohibido, no podían usar sus habilidades fuera de casa, no podían salir de noche teniendo un extremo control pues fuera de las zonas "singulares" existían soldados con armas dispuestos a tirar a matar ante cualquier indicio de amenaza, los singulares podían estudiar pero no salir del país, bastante injusto para muchos, otros no lo tomaban ni en cuenta ni les importaba y varios creían que el gobierno había tomado la mejor decisión.
Hasta ahora el menor había estado estudiando en un colegio "común", ahora que se presentaba quedaba en duda. Si él obtenía alguna singularidad tenia que ir a otra escuela para "singulares" mientras que si no obtenía nada, podría seguir estudiando con el resto de los estudiantes.
—¿En que tanto piensas hijo?— Jungkook miró a su padre y con un suspiró regreso su mirada al camino.
— ¿Cómo te sentiste?— Jungkook apretó sus labios nervioso, esperando la respuesta.
— ¿Estás pensando en todo lo negativo que conlleva tener un "Pierce"?— Jungkook asintió sin voltear a ver a su padre Minhyuk habló para disipar los nervios de su pequeño.
— No estoy seguro de cómo decirlo, nunca pensaba que me ocurriría algo así, de hecho te sorprendería saber que fui de los primeros casos en ser tratado, como sabes van ya dos generaciones de singulares— Jungkook abrió los ojos mirando a su padre, la mayoría de las veces sus padres habían evitado tratar ese tema con él, por que "Jungkook más adelante te lo diremos"
Minhyuk río cuando su hijo se quedó callado. —Si te soy sincero ese día estaba emocionado sin saber lo que me ocurriría. Mis padres casi nunca estaban en casa y bueno la mayoría de las veces estaba solo haciendo alguna tarea, rapeando o alguna tontería típica de esa edad. Tus abuelos me prometieron que estarían conmigo ese día así que te imaginas mi emoción—Jungkook sonrió al ver a su padre con un extraño brillo en sus ojos, sus abuelos vivían fuera de las zonas de singularidad pues eran personas comunes. Solo se les permitía verse dos veces cada año.
— Estaba feliz, iríamos al parque de diversiones para celebrar, teníamos todo un plan y estábamos montados en el carro cantando a todo volumen sin importar nada. Recuerdo que después de unas horas dije que tenía que ir al baño pues sentí un horrible mareo a mitad del camino — El mayor suspiró — Mi padre se detuvo en medio de la carretera, yo para ese momento ya estaba perdido, eran exactamente las doce con tres minutos siendo la hora de mi nacimiento, un dolor que para el día de hoy no puedo describir recorrió cada parte de mi, no recuerdo si grité, lloré o me retorcí de dolor— Minhyuk se detuvo en la acera pues habían llegado, aunque su hijo menor no lo había notado.
— Cuando desperté, me sentía tan cansado que no podía ni pararme, mis padres lloraron mucho pues les habían dicho que yo tal vez no despertaría, había pasado una semana. Me sentí fatal por ellos pues toda esa semana no se separaron de mí, no comieron, ni durmieron.— Jungkook apretó los labios pensando en lo que sus amables y adorados abuelos debieron pasar. —No me di cuenta de mi singularidad ni lo habría notado por los cambios que hubo en mi vida. No me quejaba mucho por atención de ellos, pero cuando regresé mi padre había renunciado, mi madre había vendido todo y nos mudamos a un pequeño pueblo en la costa, ellos habían visto lo que sufrí y cuando creyeron perderme pensaron que si yo despertaba necesitaba estar con ellos, y ellos a mi lado, en ese momento no había un termino para los singulares, y no había control sobre lo que ocurría—.
Minhyuk río. —Fue el mayor cambio de mi vida y también me ayudo. Los diferentes noticieros empezaron a hablar sobre el caos en Seúl, tu abuela siempre estaba feliz de alejarse de los suburbios. Pasaron unos meses cuando habíamos ido a la playa la arena era blanca y en la pequeña rocosidad había un enorme faro. Recuerdo que pensé lo genial que seria estar allí arriba, cerré mi ojos y cuando los abrí mi panorama había cambiado, ya no había arena, ni el sonido de las olas. Estaba el sonido del viento y yo en medio del faro con los ojos abiertos del susto— Minhyuk río contagiando a su hijo. — Tarde varias horas en bajar con mis padres gritando. Cuando baje mi padre me abrazó gritando !Minhyuk tienes poderes!, ellos estaban más emocionados que yo—.
— ¿No te atacaron como la mayoría de las personas?— Minhyuk hizo un sonido frustrado— Para nada, mis padres piensan que siempre hemos sido únicos en el mundo y que tener un "Pierce" solo te hace mas especial, así que no lo pienses mucho hijo, las personas podrán hablar sobre las diferencias, pero mientras tú sepas que eres único y especial nada, ni nadie podrá detenerte—.Jungkook sonrió a su padre dándole un abrazo que el otro recibió gustoso.
— Estaré contigo esta tarde hijo— Jungkook vio a su padre marcharse, sus palabras no solo lo habían motivado, estaba más que contento de tener un padre que lo aceptaría con o sin un "Pierce"
La tarde se había hecho eterna, nunca había tenido amigos en la escuela pues era un poco antisocial, prefirió no hablar con nadie del tema y desaparecer como fantasma.
Jungkook caminaba a casa con una emoción única e indescriptible. Su madre le abrió la puerta con una sonrisa y sus ojos rojos. —Si fuera por mi, el dolor que tendrás lo tomaría yo—Sollozó. Jungkook solo sintió en sus brazos apretó los labios y miró un traje en el sillón.
— Es para tu protección, póntelo— Somin le dio un beso a su hijo dejándolo en la sala. Con un traje puesto le sonrió a su madre. El traje era negro con diferentes marcas en los lados un poco holgado en algunas zonas de su cuerpo, los médicos lo habían hecho para soportar las singularidades que se salían de control, si detectaba cualquier indicio de peligro alertaría a los soldados y le daría una inyección mortal. Era algo como una sentencia de muerte si vemos que eres demasiado peligroso para nosotros.
— Estoy listo— Somin asintió y lo abrazó. Escucharon un automóvil estacionarse afuera y ambos sabían quién era. Se sonrieron y caminaron al sótano, ahí una gran cápsula de metal enorme estaba en la pared. Parecía bastante segura pues su padre la había comprado hace algunos meses para ese momento, los técnicos la habían instalado y gracias a que su padre obtuvo favores este proceso podían hacerlo en familia y no rodeados de extraños.
— Soporta toda clase de poder, esperemos a ello— Minhyuk sonrió abriendo la enorme puerta de metal que parecía bastante pesada, tenia varias maquinas médicas donde podía medir el estado del paciente dentro. Los tres entraron, una cama en el centro de metal sin ninguna decoración, era una cama médica. Sabía que estas medidas de encerrarlo eran por pura protección, había escuchado de personas que habían explotado sus casas cuando los primeros "Pierce" aparecieron.
Eran las tres en punto. Ambos padres miraron a su hijo con temor, la posibilidad de que no despertará todavía estaba, se sentaron cada uno a su lado dándole un abrazo con fuerza.
— Te amamos mucho. Por favor se muy fuerte— Somin sollozó abrazándolo con fuerza.
— Te esperaremos y pase lo que pase estaremos aquí— Minhyuk le dejó un beso en la frente. Jungkook solo tenía los ojos rojos, no podía mentir estaba asustado a morir pero también estaba ansioso. Somin fue sacada casi a la fuerza pues no quería dejarlo solo. Cuando la enorme puerta de metal se cerró Jungkook sabía que una nueva y diferente vida lo esperaba.
Sonrió pensando en lo afortunado que era. Cerró sus ojos recostándose y respiro profundamente un horroroso dolor punzante llegó a él, haciéndolo jadear del dolor, pudo escuchar a su madre llorar y después todo se obscureció.
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