Chloé miraba con desagrado como Félix entraba a la mansión Agreste.

Adrien con felicidad se dirigió a abrazarlo.

—¿No parecen gemelos?, recuerdo como se divertían haciéndose pasar por el otro, a ustedes los engañaron un fin de semana entero— dijo Amilie con diversión.

—No volverán a engañarme— habló Gabriel com seriedad.

—Oh, si recuerdo esos días, también hubo otro fin de semana que me lleve a Félix creyendo que era Adrien, lo hice tomar ocho litros de té— habló Chloé sin darse cuenta, recordando los viejos tiempo.

Los presentes la miraron.

—¡Chloé! — gritó Amelie— No te había visto, ¡haz cambiado mucho!

La rubia mayor se dirigió hasta la menor y la abrazó.

—Te estas convirtiendo en una digna mujer. — comentó sonriente, se alejó unos milímetros para observarla— Pero mira que hermoso cabello sedoso— dijo y comenzó a acariciar el rubio cabello de Chloé— seguro usas los mejores shampoos y cremas para tenerlo así.

—Es natural— comentó Chloé en susurros.

—¡Pero que delicada y suave piel, seguro la humectas todas las noches antes de dormir! — dijo mientras acariciaba y manoseaba las mejillas de Chloé.

—No en realidad...

Chloé ya se sentía incómoda por el contacto de Amelie, pero la rubia mayor no dejaba de acariciarla y observarla, describiendo como era.

—¿No creés que Chloé se está volviendo una mujercita, Félix? — dijo y miró a su hijo.

Félix la miró con desdén.

—Félix— nombró con reproche.

Por fin, Amelie dejó a Chloé y se fue a un lado de su hijo.

—Félix, hijo, no seas mal educado, saluda a Chloé que no la has visto en muchos años.

Félix rodó los ojos, se acercó a Chloé y extendió su mano.

—Un gusto volver a verte, Chloé— exclamó con seriedad y desagrado.

Chloé lo miró de arriba abajo y sonrió falsamente.

—Desearía decir lo mismo— exclamó y estrechó la mano de él.

Félix la miró con sorpresa.

—¡Ooh~ ¿no son tan lindos?! ¡Como en los viejos tiempo, los tres juntos de nuevo! — comentó Amelie— Hablando del pasado, Gabriel noto que escondes tus manos como siempre— ella se dirigió a ver las manos de Gabriel— Eres tan lindo como siempre Gabriel, aún tienes tu anillo de bodas, seguro que tienes el de Émilie. Por cierto los anillos pertenecen a la familia Graham de Vanily y por obvias razones los quiero de vuelta.

—Hablaremos de eso luego, seguro deben estar cansados por el largo viaje hasta Londres— dijo con seriedad Gabriel— Nathalie los llevará a una habitación para que puedan descansar.

—Sigame por favor Señorita Amelie— habló Nathalie y fue seguida por la rubia.

—Adrien, por favor, lleva a tu primo a tu habitación.

—¡Si, papá!, Chloé Félix vamos— dijo sonriendo.

—Oh, no, yo creo que ya mejor me voy— habló Chloé.

—¿Qué? ¿Por qué? — preguntó Adrien.

—Seguro tiene una cita en el spa o tiene que ir a arreglarse las uñas para verse "fabulosa"— comentó Félix arrogante.

Chloé lo miró fulminante.

—¿Eso es lo mejor que puedes decir? — cuestionó con superioridad.

Félix la miró con irritación, haciendo que Chloé sonriera con burla.

— Acepto el cumplido de que soy fabulosa, eso todo París lo sabe, pero yo no necesito arreglarme para serlo, ya que mi belleza en antural.

Chloé le giñó un ojo, agitó su cabello y comenzó a subir las escaleras.

—Como en los viejos tiempos— comentó Adrien riendo y comenzó a subir con Chloé.

Félix se quedó mirando, desde abajo, como la figura de Chloé subía las escaleras.

Algo le pareció raro, y dicen que la rareza vine agarrada de la mano con la curiosidad.

— Vanily, ¿por qué no subes? ¿Acaso quieres que esta fabulosa te enseñe a caminar? — preguntó Chloé con burla desde arriba.

Félix sonrió.

—Ya quisieras enseñarme rubia tonta— exclamó él y comenzó a subir.

Chloé lo veía desde arriba con repudio y asco.

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—¡Estoy tan feliz que estés aquí Félix!— exclamó Adrien contento.

Félix y Chloé se miraron, rodaron los ojos y apartaron la mirada.

— ¿Qué quieres hacer? — preguntó Adrien y miró a su alrededor, donde sus ojos enfocaron una pelota de baloncesto— ¿Juganos canastas? — Adrien tomó la pelota y la lanzó hacia Félix.

Él la tomó y sin ver la red, tiró de espalda, anotando.

—Presumido— comentó Chloé.

Adrien miró a Félix notando lo serio que estaba.

—Siento no haber ido al funeral de tu padre— exclamó Adrien con tristeza.

Al oírlo, Chloé se golpeo mentalmente, y cambio totalmente el semblante de su rostro.

—Mi padre dijo que sería muy difícil por todo lo que pasó este año. Tienes derecho a estar enojado.

Félix lo miró con seriedad, luego miró de reojo a Chloé, notando la mirada de lastima. Volvió la vista a Adrien.

—¿Siempre haces lo que tu padre dice? — cuestionó serio.

—Es muy sobreprotector— respondió Adrien.

Félix lo miró y sonrió, se acercó a él y lo abrazó.

Chloé miró atentamente la escena, ella sabía que algo trataba Félix, él era bueno actuando, pero ella era mejor y reconocia una mala actuación donde fuera.

Félix, tapandole la vista a Chloé, sin que ella pueda ver, tomó el celular de Adrien.

Aunque Chloé si vio un movimiento raro entre ellos.

—Oh, ¿tienes el ajedrez con el que siempre jugábamos? — preguntó Félix sonriente.

—Por supuesto, iré a buscarlo para jugar— respondió Adrien y corrió a buscarlo.

Félix se giró a Chloé y sonrió.

—Tendrás que quedarte afuera Chloé, el ajedrez se juega de a dos y no de a tres— comentó arrogante.

Chloé sonrió con dulzura, la verdad de ni le importaba no jugar, más que eso se sentía mal por Félix.

Félix sintió el aura de lastima, cosa que hizo que frunciera el ceño.

—No hay problema, yo... — Chloé fue interrumpida porque su celular comenzó a sonar— perdón, voy a atender.

Ella salió de la habitación y tomó su celular, notando que Marinette la estaba llamando.

Atendió su celular y respondió.

Mientras ella hablaba por celular, Félix sonrió, anuncio a Adrien que tomaría una ducha y se metió al baño pero no precisamente para bañarse.

Félix ya comenzó su plan, miró los videos que los amigos de Adrien le habían enviado y los borró. Luego tomó ropa de Adrien, se la puso y cambio su peinado al de él.

Sonrió y encendió la Cámara del celular.

Mientras Félix ejecutaba su Plan, Chloé reía al escuchar a Marinette.

—Fue una estupenda idea de enviarle esos videos a Adrien, Marinette, seguro él estará agradecido.

Fue una idea de todos, ¿sabes si Adrien ya los vio? —

—Creo que aún no, pero no te preocupes, yo haré que los vea.

Gracias Chlo- ¡Ahhh! ¡Alya, Rose Julieta! —

—Marinette ¿que ocurre? ¿Por qué gritaste?

Alya, Rose y Juleka fueron akumatizadas—

—¿Qué, por qué?

No lo sé,... Un video, Adrien envió un video respondiendo a nuestro videos y no dijo nada lindo. —

—Félix... — nombró Chloé.

—Escucha Marinette, ese no era Adrien, diles que no era él.

Ya es tarde, ellas se fueron a la mansión Agreste, Chloé tienes que irte de ahí—

Chloé suspiró y pensó unos segundos.

—Te llamó luego Marinette.

Ella cortó y entró de nuevo a la habitación, donde vio a dos Adrien.

Chloé sabía identificarlos, sabia la diferencia de ambos, nunca se equívoco en diferenciarlos.

Ella enojada tomó a Félix de la camisa y lo miró con furia.

—¿Por qué lo hiciste? — preguntó molesta.

—¿Hacer qué? ¿Chloé de que estás hablando? — preguntó Félix fingiendo inocencia.

—¿Chloé que pasó? ¿Por qué Félix está igual que yo?

—Este mocoso fingió ser tú, Adrien, hizo que Alya, Rose y Juleka se akumatizaran.

—¿Qué?

—Chloé por favor sueltame, yo soy Adrien, Félix es él— dijo Félix señalando a Adrien.

—¿Crees que soy tan idiota? — cuestionó Chloé— Siempre supe quien era quién, esa vez que te lleve a tomar el té, sabía que eras tú.

Félix la miró con enojo.

—Tenemos que irnos, ahora— ordenó Chloé y soltó a Félix.

Luego de decir eso, a la habitación entraron Reflekta, Princesa Fragancia y Lady WiFi.

—¿Chloé? ¿Qué estás haciendo aquí? — preguntó Lady WiFi.

—Chicas, miren, hay dos Adrien. — habló Reflekta.

—¿Qué es lo que está pasando?

A la habitación llegó Nathalie.

—¿Cuál es el verdadero Adrien?

—Yo soy el verdadero Adrien, él es Félix, mi primo— dijo Adrien.

Chloé pensó, suspiró y tomó a Félix de la mano y comenzó a correr.

—¿Qué estas haciendo Chloé? — preguntó Félix.

—¿No es obvio? — cuestionó ella—

Ambos rubios salieron de la mansión, para luego salir y correr por la calle, seguidos de las tres akumatizadas.

—Atrapenlo, ese que tiene Chloé es Félix. ¡Hay que castigarlo!

Chloé giró hacia la derecha y quedó atrapada dentro de un callejón.

Las tres akumatizadas llegaron y los tenían rodeados.

—Genial Chloé, en vez de salvarnos, hiciste que nos quedemos atrapados— comentó Félix.

Chloé rodó los ojos.

—Dime, ¿qué tal una competencia como en los viejos tiempo? — preguntó Chloé mientras se ponía en Guardia.

—¿Hablas de las competencias que siempre te superaba? — cuestionó él mientras una sonrisa aparecía en sus labios y también se ponía en Guardia.

—¿Qué dices?, si la que siempre ganaba era yo Vanily.

Félix río.

—Wow, Félix riendo, deben ser mis últimos momentos de vida.

—Espero que no te quejes si te rompes una uña niña mimada.

Las tres akumatizadas también se pudieron en Guardia y saltaron para atacar a los dos rubios.

—Esto se puso divertido— exclamó Félix.