—¿Chloé? ¿Estás bien? — preguntó preocupada Rosita.

La rubia la miró y asintió.

La punzada, así como llegó, desaparició de repente.

El trío de chicas entró hacia dentro de la casa.

Chloé, no lo notó, pero caminó en frente de Luka, y sintió una corriente de frío recorrerle por todo su cuerpo.

<¿Qué fue eso? >

La rubia giró y conectó mirada con él.

<Luka... >

<¿Qué? ¿Por qué..? ¿Qué es esta sensación que siento? >

Por alguna razón, luego de verlo, el corazón de Chloé comenzó latir de manera inusual.

—¡Hola Luka! — gritó Rosita haciendo que bos chicos dejen de mirarse.

<¿Qué me sucede? >

—Hola chicas. — saludó él y sonrió.

Al oírlo, el pecho de Chloé se oprimio.

—¡Chloé mira, antes veremos el tipo de maquillaje que usaremos ese día! — anunció la rubia mientras traía entre sus manos una caja llena de maquillaje y cosméticos— Ese día hay vernos geniales.

Las tres amigas empezaron hablar y reír juntas, Chloé le daba consejos a ambas chicas sobre los colores que las harían resaltar, la rubia lo hacía por dos cosas, la primera era para tratar de calmar lo inusual que estaba su cuerpo, y, la segunda era para ignorar la intensa mirada de Luka sobre ella, haciéndola sentir, raramente, más nerviosa.

<Esto es demasiado extraño>

<Desde que ví a "el tal Luka", mi corazón está latiendo de manera extraña>

<¿Por qué?>

<¿Qué es esto que estoy sintiendo? >

Chloé suspiró sin darse cuenta, llamando la atención de Juleka y Rose.

<Luka... ¿quién eres en verdad? >

—¿Chloé? — llamó Rosita con tristeza— ¿Te sientes aburrida con nosotras?

La nombrada parpadeo varias veces y negó.

—No, es solo que estaba pensando y creo que el Rosa combinaría contigo— comentó nerviosa.

Rosita asintió y sonrió.

—Luka se marcha— avisó Juleka.

—¡No, no puede!¡No le hemos dicho sobre la recaudación! — gritó alarmada Rosita.

Chloé río.

—Iré a preguntarle — dijo y se levantó.

Caminó en dirección donde se dirigía el mayor.

<¿Qué? >

<¿Por qué me estoy sintiendo así? >

<¿Por qué mi corazón late desenfrenadamente? >

Chloé estaba a unos pocos metros de Luka.

Ambos ya estaban sobre la partw exterior del barco.

<¿Qué hago? >

<¿Cómo llamo su atención? >

<¿Y por qué me siento tan nerviosa?

—Ah.. Disculpa— murmuró Chloé.

<¿Por qué lo susurré? No soy una puberta que está a punto de declararse al que le gusta. >

<¡Claro que no! >

<Soy una mujer de 25 años atrapada en mi cuerpo del pasado que tiene 14 años>

<¡No debería estar nerviosa! >

Luka giró a ver a la rubia.

—¿Qué es lo que necesitas? — preguntó con un tono amable mientras sonreía de manera dulce.

<¿Qué es esto? >

<Siento conocerlo, pero al mismo tiempo no>

—Juleka me dijo que tocas la guitarra y que tienen una banda— comentó tratando de esquivar la mirada de él que la ponía nerviosa.

Luka solamente asintió y esperó a que ella continuará.

—Quería saber si aceptan tocar en una fiesta de beneficencia que estoy organizando, será en unos días— anunció con timidez.

<¿Por qué estoy actuando de esta manera? >

<Yo no soy así>

<¿Por qué ahora?, ¿por qué en frente de él? >

<¿Será alguna clase de consecuencia por viajar en el tiempo? >

<Pero no fue mi decisión viajar en el tiempo>

—Me gustas...

Chloé dejó a un lado sus pensamiento y miró con sorpresa a Luka.

<¿Qué dijo él...? >

Las mejillas de Chloé comenzaron a tornarse de un leve rojo, su corazón comenzó a latir aún más rápido lo que habló hacía.

—¿Qué..? — murmuró Chloé y se alejó unos pasos nerviosa.

—Marinette, me gusta Marinette— repitió.

Chloé sintió un hueco en su pecho.

<¿Por qué duele? >

<Además, ¿por qué me dice eso a mi? >

<¿Será que quiere que ella esté en la fiesta?>

<Creo que debe ser eso, por algo me lo dirá>

<Pero ¿por qué duele que me lo diga? >

—E-eso está, bien, c-creo— dijo la rubia mientras tartamudeba nerviosa— Ella también estará en la fiesta, si es lo que quieres saber.

Ambos chicos se quedaron en un silencio incómodo.

—¡Chloé! — gritó alguien.

La rubia giró su rostro para ver quien la llamaba.

—¿Adrien? — dijo confundida —¿Qué haces aquí? — preguntó cuando el rubio llegó a un lado de ella.

—Vine a buscarte— respondió sonriente— tu padre me envió ya que estaba preocupado.

Adrien sonrió y miró a Chloé a los ojos, pasó un brazo por ambos hombros de ella y río.

Desde los últimos días, ambos rubios habían fortalecido su amistad.

Chloé lo miró y asintió.

—Entiendo— murmuró. Volteo a ver a Luka y sonrió— Debo irme— anunció— Espero poder verte en la fiesta— comentó y empezó a alejarse junto con Adriem— Adiós Luka.

Ambos rubios iban caminando, cruzaron el puente e iban subir a la limusina cuando Adrien la detuvo.

—¿No prefieres que caminemos? — cuestionó sonriente,

—¿En serio?, ¿Tú creés que prefiero caminar a tener que ir el limusina? — cuestionó irónica.

—Yo sé que sí— afirmó Adrien e hizo señas para que su guardaespalda se marche en el vehículo.

<¿¡Qué es lo que hace!? >

Chloé miró atónita como la limusina se marchaba, luego giró para ver a Adrien con molestia.

—Sabía que te iba a gustar— comentó divertido.

—Eres un idiota— exclamó y golpeo a Adrien en su pecho— ¿Ahora cómo iremos al hotel? — preguntó enojada.

—¿A pie? — cuestionó irónico y divertido.

—¡Adrien! — nombró molesta—

—¡Vamos Chloé, no es tan lejos! — exclamó sonriente— Piénsalo, tú, yo, caminando juntos por la calle, suena divertido.

—¡Para tí!, yo daré tres pasos y me cansaré.

Adrien río.

—Si quieres te cargo o te hago caballito. —comentó alegre.

Chloé lo miró y rodó los ojos.

—Prefiero caminar.

Adrien rio.

Ambos rubios comenzaron a caminar.

Adrien mantenía una encantadora sonrisa, y, hasta se podía decir que irradiaba flores y brillos.

Mientras que Chloé murmura bajo molesta.

—Parecía que tenías una divertida charla antes que yo llegara— comentó de repente el rubio.

Chloé lo miró confundida, no sabía de lo que hablaba.

—Con Luka, parecía que tenías una conversación interesante.

—¿Debería? — cuestionó Chloé con una ceja levantada.

—¿Cómo que "debería"? ¿No tenías una conversación entretenida con él? — cuestionó confundida.

—No sé porque me dices eso, ni siquiera lo conozco— dijo ella.

Adrien se detuvo.

—¿No sabes quién es? — preguntó sin darse cuenta.

—¿Por qué debería? — cuestionó Chloé curiosa y confundida.

Adrien se mantuvo mirándola, examinando y observando sus facciones y rostro, luego negó.

—No, por nada.

Ambos rubios se miraban a los ojos.

Chloé miraba a Adrien confundida, curiosa y extrañada.
Mientras que Adrien la miraba a ella con dulzura, ternura, cariño, y, hasta se podrían decir que la miraba con amor.

Adrien, poco a poco fue acercándose su rostro al de Chloé.

La rubia cambio su confusión por sorpresa.

<¿Qué es esto? >

<¿Qué está intentado hacer? >

Los labios de Adrien estaban a milímetros de los de Chloé.

Iban a tocarse, pero antes de hacerlo, la rubia corrió su rostro al momento de oir su nombre.

Adrien sintió molestia, levantó la mirada y irritación, hacia quien había gritado.

—¿Luka? — dijo Chloé al ver al de mechas pintadas no muy lejos de ellos y con la respiración agitada.

—¡Sí, iré! — gritó él desde donde estaba.

El corazón de Chloé comenzó a acelerarse sin saber la razón.

Sin darse cuenta, Chloé sonrió.

Adrien la miró a ella, y luego a Luka, chasqueo la lengua y gruñó.

{  •  •  •  }

—Pollen— llamó Chloé.

La rubia ya se encontraba en si hotel, era casi media noche, quería irse a dormir, ya que mañana iba a ser un día importante, pero, por más que quería dormir, no podía.

—¿Si Mi Reina? — dijo la kwami acostándose a un lado de la rubia.

—¿Alguna vez sentiste que conocías a alguien, pero al mismo tiempo no? — cuestionó mientras miraba sus manos.

La pequeña kwami se quedó pensando.

—¿Por qué la pregunta Mi Reina?

—Hoy sentí eso, conocí a un chico que me hizo actuar de manera extraña, sentía que lo conocía, pero nunca lo había visto.

Pollen se levantó y flotó frente al rostro de su portadora.

—No sé si sea certera, pero ya hubo una vez que ocurrió un caso similar.

—¿Un caso similar? ¿Hablas de ver a una persona que no conoces y sentir que si lo haces?

Pollen negó.

—Una vez, hace mucho tiempo un portador de uno de los kwamis también había viajado al pasado, pero al igual que tú, Mi Reina, no fue a través de los Juegos, sino que fue obra del destino. Entonces se dice que ese portador pagó un precio.

—¿Un precio? ¿Qué precio?

Pollen lo pensó.

—No lo recuerdo — respondió tímida.

Chloé suspiró y se arrojó a su cama.

—Aunque... — siguió la kwami— el guardián puede saberlo.

Chloé se mantuvo mirando el techo, pensó unos segundos y luego lo decidió.

—Entonces mañana iremos a ver al guardián— decretó.