Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

Sydney

—Arriba, sucia. Levántate antes de que te patee el culo— escuché que alguien murmuró en mi oído, mientras soltaba las cadenas que me mantenían parada en el aire.

Sin poder evitarlo caí de un golpe seco al piso, mientras sentía un insoportable dolor en las extremidades que habían sostenido mi cuerpo durante todo el tiempo que estuve atada.

—Que delicado— susurré con la voz rasposa, acariciando mis muñecas y mis tobillos que estaban recuperando su circulación.

—Vamos, andando— el muñequito me agarró fuertemente del brazo y prácticamente me arrastró por un pasillo oscuro y sucio. Desde otras celdas parecidas a la que yo estaba las personas nos miraban, a él con repugnancia y a mí con lástima.

Maldita sea, estaba sucia y llena de sangre paseando en ropa interior frente a muchas personas. No es que fuese tímida con mi cuerpo, pero la situación me parecía de lo más denigrante.

—Buenos días, gatita, ¿cómo amaneciste?— me preguntó Shark con una sonrisa socarrona cuando nos vio aparecer en lo que parecía ser el comedor.

—Mejor que tú seguro no, tiburoncito. Mi pregunta es, ¿qué hago viva todavía?

—¿Realmente crees que sería tan cruel como para matarte estando inconsciente y no permitirte experimentar tu propia muerte? Claro que no, gatita. Vas a disfrutar tu muerte así como yo disfrutaré matándote.

—Que considerado de tu parte— murmuré sarcásticamente. Pedazo de mierda, si lo tuviese más cerca le escupiría en la cara.

—La realidad es que sí te voy a matar, pero no ahora, porque necesito que recuperes el dinero que me hiciste perder al vender mi mercancía.

—Lo lamento por ti, pero todo ese dinero lo gasté en comida y alcohol, los cuales ni siquiera pude agarrar cuando tu muñequito me secuestro— le respondí, mientras veía como el nombrado formaba puños con sus manos al escuchar el apodo que le había puesto.

—Por esa misma razón vas a trabajar para mí. Tengo algunas misiones que sólo alguien con tu complexión física podría llevar a cabo— contestó él, acercándose lentamente a mí, haciéndome sentir como una presa a la cual estaba cazando— Ni siquiera pienses en negarte. Es sencillo, si no lo haces, vas a sufrir.

—Eres muy ingenuo si crees que puedes hacerme sufrir. La idea de los azotes fue original, admito que sentí una pizca de dolor, pero me imaginaba algo más sádico viniendo del líder de una mafia— susurré, mirándolo fijo a los ojos. Estábamos tan cerca que no era necesario elevar la voz— Pero bueno, ¿qué más se puede esperar de un mafioso que se hace llamar tiburoncito?

Alejó su cara de la mía, riéndose malvadamente. En realidad había mentido, ya que los azotes me habían dolido como el infierno, pero era muy terca como para darle el gusto de saber eso.

Carajo, Sydney, ¿por qué tienes que desafiarlo de esa forma?

—Liam, llévala a que se bañe de una vez, su olor me está matando. No te separes de ella en ningún momento. Cuando termine tráemela a mi oficina— luego de decir eso, se alejó, permitiéndome observar su trasero.

Era un buen trasero.

—¡Jodido imbécil, prueba vivir en la calle a ver si consigues tener buen olor!— le chillé ofendida, no era mi culpa no tener un baño donde asearme.

Shark no se dio vuelta a mirarme mientras el muñequito me volvía a arrastrar para algún otro lugar de esa mansión, pero podía sentir que estaba poniendo una sonrisa burlona; sonrisa que me hubiese gustado quitarle con navajazos.

—Vamos, sucia, entra a bañarte, a ver si dejas de ser tan sucia.

—No te me hagas el chistoso, hijo de puta, que casi logro que te maten una vez y puedo volver a intentarlo.

—Sí, sí, lo que digas. Vamos, desnúdate y métete a la ducha. Supongo que todavía recuerdas cómo bañarte, ¿no?

—Si me quieres ver sin ropa lo hubieses dicho antes, pero hoy no te daré el gusto. Sal de aquí, ve a traerme algo que pueda ponerme.

—No soy tu puto sirviente, pero tienes razón, mejor me voy. Ya bastante me asquea tu olor como para también asquearme viéndote desnuda.

Jodida mierda, ¿qué tenían todos en contra de mi olor? ¿Acaso olía tan mal que me había acostumbrado y ahora ya no diferenciaba los tipos de olores?

Frustrada, me observé a mí misma en el espejo que se encontraba allí. De vez en cuando miraba mi reflejo en el vidrio de alguna tienda, pero hacía tiempo que no me veía a través de un espejo. Estaba cambiada, mi mirada era más salvaje, desafiante, como si estuviese dispuesta a matar a cualquiera que me molestara. Y la realidad es que lo estaba.

Además, mi cuerpo estaba repleto de cicatrices, que otras personas de la calle me habían ocasionado. A mis marcas de batallas ahora se les sumaban los golpes que Liam y Shark me habían dado.

Abrí la canilla y procedí a bañarme, la suciedad estaba pegada a mi cuerpo como un chicle así que fue complicado. Se sentía tan refrescante, aunque las heridas de mi espalda escocían como el infierno, pero eso no quitaba mi alegría al sentirme limpia. Extrañaba esto.

Luego de que pasaron varios minutos, el jodido muñequito entró a dejar una muda de ropa, por lo cual me vestí y en vez de salir del baño decidí que esa sería mi oportunidad de escapar.

Nadie estaba mirándome, y ni loca planeaba trabajar para ellos. Menos sabiendo que me matarían apenas recuperaran toda la plata.

Había una pequeña ventana, tan pequeña que llegué a temer quedarme estancada en ella, pero al final terminé pasando exitosamente. Por fin el hecho de no comer tenía sus ventajas.

La pequeña ventana daba hacia un patio lleno de árboles y flores, probablemente el lugar estaría repleto de gorilas con armas, pero prefería arriesgarme, así que sin pensar mucho al respecto corrí como si vida dependiera de eso. Aunque realmente dependía de eso.

Y antes de que pudiera recorrer por lo menos la mitad del patio, aparecieron tres perros gigantes persiguiéndome y ladrándome llenos de ira.

Jodida mierda, ¿es que nada me podía salir bien?

⛓ ⛓

Shark

Sonreí orgulloso de mi reciente logro, chocando mi vaso de whisky con el de Steve. Por fin habíamos entregado el bendito chip a la policía, y en los programas de televisión corría rápidamente la noticia de que el líder de la mafia italiana había caído.

Por fin, un rival menos y la policía sin pisar mis talones. Nada podría arruinar mi alegría.

—S-señor, ¡la sucia se ha escapado!— chilló Liam, entrando precipitado hacia el comedor.

Maldita sea, retiro lo anteriormente dicho. Esa mocosa en menos de dos días se las arregló para darme más disgustos de los que tuve en toda mi vida.

—¿Cómo es qué paso?

—P-pues entró a bañarse y ¡yo no iba a estar ahí mientras se bañaba! Así que salí y la esperé en la puerta, pero al ver que tardaba mucho entré y ella no estaba ahí. Y la ventana estaba abierta— confesó nervioso, lanzándole miraditas a Steve.

Sí, no era una noticia para mí que ellos dos tenían algo, pero lo mantenían oculto creyendo que no me daba cuenta. Tampoco me importaba mucho mientras los dos hicieran sus respectivos trabajos, cosa que Liam últimamente no estaba cumpliendo.

Sería una pena dejar a sus hijos adoptivos sin un padre, y a mi mejor amigo sin su noviecito.

—¿Cómo pudiste dejarla sola sabiendo que hay una ventana ahí?— le preguntó Steve, confundido.

—¡No creí que fuese a pasar por ahí! La ventana es muy pequeña. Apenas me di cuenta les di la orden a los guardias de soltar a los perros, pero de alguna forma consiguió deshacerse de ellos, y era muy arriesgado pedirles que le dispararan, quizá la mataban.

Mierda, esa chiquilla insolente y habilidosa. ¿Cómo se había librado de ser atrapada por mis tres bestias preferidas? Esos perros estaban entrenados para cazar a cualquiera que se les indicara.

Sonriendo con desprecio me abalancé hacia hacia Liam, dispuesto a cortarlo en pedacitos, hasta que Steve me detuvo.

—Shark, por favor— suplicó— Pensemos de forma razonable, no debe estar lejos. Está herida, no ha comido ni tomado nada desde que llegó aquí, así que probablemente esté debilitada. Si mandamos a varios hombres a buscarla seguro la encontremos.

—Bien. Den la orden de buscarla hasta debajo de las piedras— murmuré, e igualmente le pegué con mi puño a Liam, con tanta fuerza que seguramente le haya roto la nariz.

Liam, por segunda vez en la semana, se fue trastabillando, y suspiré escuchando los reclamos de Steve. Me sentía idiota por haber subestimado a la gatita y no haberla atado. Y también por haberla mandado a bañarse; tuve que haber tolerado su olor durante más tiempo.

—De todas formas, ¿no es más fácil matarla y ya? No entiendo por qué estás haciendo todo este alboroto— me cuestionó Steve, mirándome enojado.

—Esa chica se escapó de este lugar, ¿entiendes?  Se escapó de esta maldita mansión perteneciente a mi maldita mafia. Es demasiado útil y no puedo desperdiciar eso. Cuando me deje de servir la mataré, de mientras voy a utilizarla— hablé determinante— Y por tu propio bien te aconsejo que dejes de cuestionar mis decisiones o de detener mis acciones, la próxima vez lastimaré a tu novio y también a ti. No olvides quién soy.

—¿C-cómo...?— tartamudeó, nervioso.

—¿Cómo lo sé? A mí nada se me escapa, creí que ya me conoces. Steve, no me hagas dañarte, porque no dudaría ni un segundo en atravesar una bala en tu cabeza.

⛓ ⛓

la canción que dejé en multimedia es de mi banda favorita así que escúchenla porque realmente es muy buena🖤🥺

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro