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Capítulo 30-Evitando a Adam



Bien, eemmm antes que todo quiero disculparme por no haber publicado antes. Espero que todavía recuerden esta novela :p

No había tenido un momento de paz y tranquilidad mental suficiente para sentarme y escribir. Hoy que la inspiración se asomó aproveche y escribí unas veinte paginas (tal vez mas) y solo lo revisé una vez antes de venir a publicarlo así que espero que perdonen cualquier falta.


Espero que disfruten leer.

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Capítulo 30-Evitando a Adam




Después de leer los mensajes de Adam me di cuenta que el cretino estaba metido en mi cuarto ¡Por Dios! No puedo imaginar que tantas perversidades pudo haber hecho con mis cosas.

¡Stuart!

Tengo que ir al colegio ¡Urgente!

Investigar a mi tía y su amor aparentemente imposible tendrá que ser en otra ocasión.



Un par de horas más tarde, ya en la noche, llegué al colegio, y de manera sigilosa subí hasta mi cuarto en donde estaban Isabel y Jessica. No le presté atención inmediata ya que estaba más concentrada en verificar que todas mis cosas estuvieran en orden.


-¡Kara! ¡Al fin apareces! –Gritó Isa mientras yo estaba como maniática realizando un inventario exhaustivo.


Respiré hondo y luego solté todo el aire haciendo que el cabello en mi rostro flotara por un breve segundo.


-No falta nada ni nada está roto—Me dije para mí misma en voz alta.


-¿Puedo saber que rayos te sucede? –Miré a las chicas, fijándome más en la morena de cabello riso que me reprochaba con sus manos puestas en cada lado de su cintura.


-¿Que?


-¿Qué sucedió anoche? –Cruzó sus brazos sobre su pecho— Porque no vas a negar que algo paso, ¿cierto?


-¿Anoche? Solo me dolía la cabeza y vine a acostarme.


-Sí, claro. Por eso te fuiste esta mañana a la casa de la bruja de tu tía sin decirle nada a nadie y ahora llegas como una demente buscando entre tus cosas. Anoche te vi con Adam, y estabas muuuy nerviosa. Vamos, chica, confiesa.


No pude soportar la presión y confesé. En serio sus miradas eran muy incomodas.


-¡Me besó! ¿Contentas? Adam Blake me besó.


La cara de Jessica lucía asombrada mas la de Isabel lucía malévolamente sonriente y emocionada, tenía un gran "TE LO DIJE" pintado en todo su rostro.


-¡Lo sabía! Sabía que tarde o temprano terminarían juntos—Dijo Isabel dando algunas palmadas de alegría.


-¡Felicidades, Kara!—Dijo Jessica.


-¿Qué? ¡NO! ¿De qué hablan? Él y yo no tenemos nada y nunca lo tendremos. Él es...es... ¡Adam Blake!


-¿Qué?—la cara de emoción de Isa se esfumó en un instante— ¿Por qué no?


-Pues...porque no. Adam es un idiota, cretino y...


-Y te gusta.


-No, no me gusta—Me senté como indio en mi cama— Si, admito que es sexy y que besa b-bien— Dije esa última palabra con dificultad, pero tenía que aceptarlo, ha sido el mejor beso que me han dado. Supongo que haber tenido muchas chicas le ha hecho ganar experiencia—Pero no me gusta—Continué—, no me puede gustar, él es un fastidioso chico que he llegado a comprender a veces pero no podría gustarme y mucho menos enamorarme de él. Además el solo está jugando.


-Yo creo que Adam está enamorado de ti—Miré a la pelirroja directamente, sus palabras inquietaron mucho mis pensamientos. No le respondí a eso, solo seguí escuchando. —Cuando preguntaba por ti se notaba muy preocupado, y creo que un chico que se preocupa por ti no está jugando contigo, Kara. Además hace mucho que no veo a Adam con otra chica, de hecho la única chica con la que lo veo siempre es contigo o con su hermana.


-¡Basta! Creo que están exagerando, chicas. Ni Adam está enamorado de mí ni yo de él—Bufé— ¡Por Dios! Ni si quiera sentí nada cuando me besó.


Isabel mantenía su cara seria, parecía analizar cada gesto que hacía y lograba ponerme nerviosa, aunque no sé por qué, si lo que digo es cierto, no me gusta Adam. Ese beso fue un error, fue algo del momento, más nada.


-¿Entonces dices que no sentiste nada?—Dijo Isabel con sus ojos entrecerrados.

Ladee la cabeza en negación.


-Está bien, Jess y yo vamos a fingir que te creemos y esperaremos cuando ya no puedas mentirte más a ti misma. Cuando no soportes más tus sentimientos, o simplemente cuando tu orgullo te permita ver lo que todo el mundo ve.


Las chicas salieron de la habitación y no pude evitar pensar en todo lo que dijeron. Me dejé caer de espaldas a mi cama y solté aire por la boca. Escuché el timbre de notificaciones de mi celular y lo tomé enseguida. Era un mensaje de Evan vía whatsapp.


Evan: Hola :p Estamos esperando que cuentes sobre la fiesta.

Yo: Nada especial.

Evan: Si, claro. Ya confiesa ¿Se besaron?

Yo: Nop. ¿Por qué me preguntas eso?

Evan: :O mientes. Estoy seguro que se besaron durante la fiesta.

Yo: :O ¿Por qué rayos?

Evan: Pues porque te gusta y tú le gustas MUCHO.

Yo: ¿Y cómo diablos sabes eso? No estás aquí.

Evan: Por Dios, Kara, se nota cuando hablas de él.

Yo: ¿Eres gey? Porque pareces un gey chismoso.

Evan: ¿Por qué no quieres aceptar que estas enamorada de él?

Yo: No lo estoy.

Evan: Si lo estas.

Yo: ¡Rayos, Evan! Si vas a seguir con eso te bloquearé.

Evan: Ok, ok, ¿Y qué has averiguado sobre tu padre?

Yo: Nada, pero estuve en casa de tía Kate y no vas a creer lo que te voy a decir.

Evan: ¿Qué? Suéltalo.

Yo: Escuché a tía Kate rogarle a un hombre por teléfono, le dijo que lo amaba.

Evan: ¿Enserio? OoO no puedo creer que la bruja de hielo sea capaz de amar a alguien. Bueno, además de a Kael y ella misma.

Yo: Siiii, es increíble. Nunca pensé que podría tener un amor imposible. Me pregunto quién será.

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Pasé toda la tarde metida en mi habitación hablando con Evan y después con Sally, quien al igual que los demás insistía en que estaba enamorada de Adam. También me enteré que había hecho una apuesta, Evan y Sally apostaron que Adam me besaría durante la fiesta mientras que Dan apostó en contra a que me besaría después de la fiesta.

¡Es increíble! Mis propios amigos.

Sin embargo ellos nunca me creyeron cuando les negué que Adam y yo nos besamos.

¿Tengo un letrero que diga "Adam y Kara se besaron" o qué?




Ya en eso de las ocho de la noche no podía aguantar más el hambre que tenía. Ya no podía permanecer más tiempo oculta en mi habitación, así que tuve que escabullirme hasta la cafetería. Le pedí a Isabel y a Jess que me subieran algo pero se negaron. Bueno, solo Isa se negó pero amenazo a Jess con revelar su identidad si me llevaba comida.

Esa chica "piel canela" es muy mala cuando le da la gana de serlo.

Mirando para todos lados compré unas papitas y le pagué al chico que atendía como aquel que compra drogas en un callejón oscuro. No había más nada que comer y tuve que resignarme, el chico dijo que a esa hora de la noche ya no había hamburguesas, pizza, espagueti o cualquier otra cosa que llenara realmente mi estómago.

Trataba de ocultarme detrás del gorro de mi abrigo negro pero alguien me detuvo, alguien que me reconocería a kilómetros de distancia.


-Él no está en el internado—Volteé al escuchar su voz—, se fue a su casa y no volverá hasta mañana, así que deja de esconderte que pareces delincuente.


-Kael... —Hice una mueca parecida a una sonrisa al verlo— ¿De qué hablas? –Pregunté fingiendo confusión.


Kael puso sus ojos en blanco e ignoró mi pregunta.


-No sé qué habrá sucedido entre ustedes anoche pero no me importa eso ahora—Puso su brazo alrededor de mi cuello mientras nos dirigíamos al comedor—Lo que me importa realmente en este momento es saber quién es la hermosa chica que cantó como los ángeles en la fiesta, sé que la conoces y necesito toda la información posible.


Mi primo se notaba muy interesado en la chica pelirroja que cantó en la fiesta, no tiene ni idea que esa chica es Jessica. Pero por más que trató no le dije la verdadera identidad de la cantante, primero tenía que hablar con las chicas sobre esto. Que a mi querido primo le interesara Jessica no era algo que podía tratar a la ligera.







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Abrí los ojos, molesta, el ruido de la alarma del lunes es tan fastidiosa...

Alcancé a ver que Isabel ya tenía puesto su horrible uniforme, me senté en mi cama y me quedé mirando una pantufla por varios minutos.

Pensar en que la primera hora de clases era literatura con el maestro Wesley ya me ponía de mal humor.

-¡Rayos!—Musité dejándome caer de espaldas otra vez en mi cama, mi cómoda y cálida camita.

-¿Tienes planes de faltar a clases del maestro Wesley?

-No—Respondí a Isabel con los ojos cerrados.

-Entonces será mejor que empieces a alistarte porque son las siete cincuenta de la mañana. Tu despertador lleva como una hora sonando.


Abrí mis ojos como dos platos y me paré de un respingo, tenía solo diez minutos para arreglarme e ir a clases, ni siquiera tenía tiempo para desayunarme.

Genial, estaré hambrienta durante la clase del maestro Wesley.


Y así fue, amigos...Mientras escuchaba fragmentos de Hamlet mi estómago gritaba por comida. Sentía que iba a desvanecerme en cualquier momento, mi cabeza ya empezaba a doler y no podía sostener adecuadamente mi lápiz. También estaba empezando a sudar.

-¡Pss! ¡Pss! –Giré mis ojos a mi izquierda, podía leer en los labios de la pelirroja, preguntaba que me sucedía, si me sentía bien.

En realidad no estaba nada bien, el hambre que sentía era atroz.

Ahora que recuerdo no había comido nada el día anterior, a excepción de esas papitas que compré en la noche.

-Señorita Ferguson ¿Le sucede algo?

La voz del maestro Wesley se escuchaba diferente, pareciera que me estuviera hablando con un megáfono, aun así le respondí un "no" utilizando mi mareada cabeza.

-¿Segura? Su rostro está muy pálido.

-Oye, Kara, de verdad luces muy mal.


Levanté la mirada hacia Isabel, su voz también se escuchaba diferente, era más ronca que de costumbre. Luego todos me miraban pero yo no podía distinguir sus rostros, tampoco podía sostener mi cuerpo, de pronto un silbido agudo se estrelló en mis oídos y todo empezó a oscurecer.

Y así fue como sucedió el primer desmayo de mi vida...Ocasionado por hambre, ¿absurdo, no?



Desperté en la enfermería, y de inmediato noté el suero conectado a mi mano. Todavía me sentía un poco mareada y con mucha hambre pero al menos ya no me dolía la cabeza ni el estómago.

-¡Kara! –Dirigí mis ojos a mi derecha, allí estaban Isabel y Jessica.

Esas chicas se habían ganado un lugar en mi círculo de amistad. Su preocupación por mí era muy notable y eso es algo que se valorar. Ellas siempre están ahí cuando las necesito, ellas han hecho que tener a Evan, Sally y Dan lejos de mí, no sea tan caótico.

-¿Estas bien? –Cuestionó la pelirroja.

Que egoísta he sido, ni siquiera me había dado cuenta del cambio de Jessica, ni siquiera le pregunté qué sintió cuando cantaba en frente de todos, tampoco la felicité por haberlo logrado.

-Ya no tartamudeas.

Rió. —Es extraño, después que canté todo es diferente. Gracias a ustedes—Sus labios formaban una sonrisa amable y agradecida— Pero eso no importa ahora, te desmayaste, ¿tú como estas? ¿Ya estas mejor?

Asentí mostrando una leve sonrisa. Me sentía realmente agradecida de haber conocido a personas como ellas en ese lugar.

-Toma, te compramos algo de comer. Sabemos que no comes nada desde ayer y por eso te desmayaste.

Comida...Mi rostro se iluminó por completo cuando vi esos sándwiches y ese cartón de jugo de naranjas. Casi se los arrebaté de las manos a Isabel.

-¡COMIDAAA! –Chillé.

-Oye, con calma.


Estaba devorando esos sándwiches de jamón cuando escuché voces masculinas provenir desde afuera y mi corazón saltó dentro de mi pecho, puesto que una de esas voces pertenecía a Adam. El recuerdo de su boca sobre la mía no tardó más de un segundo en aparecer en mi mente y reaccioné impulsivamente lanzando el pedacito de sándwich que tenía en la mano.

Sacudí a Jessica rogando por ayuda.

-Tienen que ayudarme, díganle que no estoy. ¡No lo dejen entrar! ¡Por favor!

Miré para todos lados buscando una salida pero no había otra más que la puerta por donde Adam y Kael entrarían. También divisé la puerta del baño pero ya era muy tarde para ocultarme allí. Lo único que pude hacer fue fingir que estaba dormida.

Con los ojos cerrados escuchaba todo lo que decían.

-¡Kara! –Dijo Kael en un tono preocupado.

-¡Ssshh! Silencio, está dormida—Susurró Isabel ayudándome a fingir.

-¿Ella, está bien?—Preguntó Adam con un tono de voz bajo.

-Sí, solo tenemos que dejarla descansar—Dijo Jessica—. La doctora nos dijo que la dejáramos dormir un rato más, así que será mejor que salgamos.

-¿Pero no les dijo por qué se desmayó? –Preguntó Kael levantando la voz otra vez, como siempre mi primo de atolondrado.

-¡Ssshh!—Kael fue callado otra vez— Sí, pero les explicamos afuera, vamos.

Las chicas se llevaron a esos dos fuera y pude abrir los ojos. Volví a respirar adecuadamente otra vez, saber que Adam estaba cerca me ponía muy nerviosa.

Miré a todos lados— ¿Dónde está ese pedacito de sándwich?



Una hora después ya estaba mucho mejor, tomé clases de química y matemáticas. Siguieron pasando las horas y llegó el momento que no quería que llegara, "la hora del almuerzo", donde por obligación tenía que estar en el comedor. No podía ocultarme en mi cuarto y no podía quedarme en ningún salón de clases.

¿Cómo podía ocultarme de Adam?

Respira, Kara, respira. Solo es un chico más—Me decía a mí misma antes de entrar al comedor.

Isabel y yo hicimos la fila para el almuerzo y luego nos dirigimos hacia nuestra mesa de siempre, en donde estaba Kael, Liara y...Adam.

Una corriente eléctrica pasó por todo mi cuerpo de repente cuando me miró, yo me paralicé y mi corazón latió muy rápido.

No podía acercarme, el recuerdo de ese beso no me dejaba en paz.


-¿Nerviosa? –Miré la cara burlona y sonriente de Isabel. No podía dejarme vencer por estas estúpidas cosas que siento, no, yo no soy así.

-¿Yo? ¿Nerviosa? –Reí— ¿Por qué habría de estarlo?

-No lo sé, tal vez por el chico que no aparta la mirada de ti desde que te vio entrar al comedor—Meneó sus cejas de arriba abajo consecutivamente con picardía. Ella disfrutaba verme vulnerable, lo sé. Pero no le daré el gusto.


Avancé fingiendo que no sucedía nada y traté de actuar lo más "Normal" posible.

¡Sí, claro! Solo que evadí la mirada de Adam todo el tiempo. Me la pasé comiendo en silencio y solo contestaba con monosílabos a las preguntas que me hacían. Mi plan era mantener mi boca llena, enfocarme en la comida, solo en la comida.


Todo resultó según lo planeado pero luego de comer Adam se me acercó, y rápidamente me inventé una excusa para no quedarme a solas con él.

-Kara, ¿podemos hablar? –Dijo con expresión seria.

-Em, lo siento, ahora no puedo. Tengo que...que ir al baño.

-¡Hey!

Y salí corriendo como una desquiciada mental.


Más tarde en los pacillos, lo alcancé a ver, de hecho cruzamos miradas, y antes de que llegara a mí me escabullí entre las personas haciendo que me perdiera de vista.

Entonces el sonido de mi celular me sorprendió dentro de un cuartucho lleno de escobas y trapeadores. Vi su nombre en la pantalla y mi corazón se aceleró aún más. De un impulso apagué el aparato y lo volví a meter en mi bolcillo.


-Rayos, Kara, tienes que acabar con esto—Me dije a mi misma sentada en el suelo de aquel estrecho lugar.


Me pasé el día ocultándome de Adam, no podía controlar mi reacción cada vez que alcanzada a verlo, aun no estaba preparada para hablar del beso, no sé qué decir, no tengo idea de porque lo besé y no quiero hablar de eso.




Llegó la noche y no podía dormir, mi cuerpo y mente me pedían bailar, girar y girar hasta caer al suelo. Girar para acomodar mis pensamientos.

Me levanté y me dirigí al teatro abandonado, aun no era tan tarde así que Adam de seguro no estaría. Él generalmente llegaba a partir de las once y todavía eran las diez y cuarto.

Abrí la puerta y efectivamente, Adam no estaba. Entré, me coloqué las zapatillas y puse música en mi celular.

Giré y giré, daba saltos y volvía a girar, pero él no salía de mi cabeza. Caí al suelo después de una vuelta y resoplé.

-¡Rayos!

Estando allí tirada lo vi llegar, ya no podía ocultarme, entonces traté de evadirlo una vez más.

-Eeemm, ya me iba así que...el lugar es todo tuyo.

-¿Me estas evitando?—Preguntó de frente.

-¿Qué? ¿Evitando?

-Sí, has pasado todo el día huyendo de mí.

Bufé y reí nerviosa como retrasada mental— Para nada, ¿Por qué piensas eso? No tengo por qué evitarte.

-Es por el beso.

-¿Qué?

-Sí, después que nos besamos has estado huyendo de mí. Primero despareciste todo un día y ahora te vas cada vez que llego...

-Eso no es cierto, todo fue casualidad. No tengo por qué huir de ti, no te tengo miedo—Le dije mientras me quitaba las zapatillas. Me acerqué a él hasta estar frente a frente— Además, ese beso no significó nada para mí. Solo me dejé llevar por el momento—Me encogí de hombros— Nada especial.

El permaneció en silencio, solo sonrió y mordió sus labios con cinismo, tan sexy que provocó en mí un fuerte y desenfrenado deseo de volver a besarlo. Pero no, no podía caer de nuevo en su juego.

Me obligué a mí misma a dar media vuelta y huir nuevamente, pero me detuve al escuchar esa palabra.

-¡Mentirosa!

Volteé.

-¿Cómo me dijiste?—Dije sorprendida e indignada.

-Eres una mentirosa...Tú, eres una cobarde— Solo abrí mi boca en forma de o, tratando de buscar palabras para responderle, pero no salió ni una—. Sí, tienes miedo de lo que sientes por mí, por eso huyes, porque te pongo nerviosa, porque sabes que te mueres por besarme otra vez.

No siento nada por él, porque ese beso no significó nada, porque solo fue un momento de debilidad en el que me dejé llevar. Soy una adolescente con las hormonas revueltas ¿No es así? Que bese a un chico que se ve bien no significa que sienta algo por él.

¡Por Dios! ¡Es Adam Blake! ¿Cómo podría enamorarme de Adam? Era imposible que de todos los chicos del mundo sintiera algo por él, justo él.

Todo fue culpa de la noche, la música, su aroma, la fiesta...Era un ambiente perfecto para besar a alguien.


Caminé a pasos rápidos hasta él, enojada, lo agarré por el cuello y lo besé.




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