Capítulo 3 " !A la dirección! "
Capítulo 3 "¡A la dirección!"
"No es que yo sea rara, es que los demás son muy comunes."
Me miraba al espejo por última vez, comprobaba que todo estuviera perfecto en cuanto al nuevo diseño que le hice. Leí claramente el reglamento, en la parte donde habla del uniforme.
"El uniforme de los internos consiste en: Una camisa blanca de mangas cortas para el verano y una de mangas largas para el invierno, una corbata negra, tanto para hembras como para varones; un pantalón azul marino para los varones y una falda del mismo color para las hembras, la cual no deberá estar por encima de las rodillas. Encima de la camisa blanca deberán usar una chaqueta con el distintivo de la institución en el lado izquierdo encima del corazón. En cuanto al calzado, deberá ser siempre negro con medias blancas o negras."
Bien, entonces recapitulemos...Por ningún lado dice que la chaqueta no puede ser decorada, solo dice que debemos usar chaqueta; la falda no esta tan fea, es pasable... y en cuanto al calzado solo dice que debe ser siempre negro y pues...Tengo unos converse negros que me van perfectamente.
Y así amigos míos quedo mi uniforme, encima de la camisa blanca me puse la chaqueta azul marino, pero ya no era la original chaqueta aburrida, ahora tenía unos bordados dorados en las orillas de las mangas y en la parte de atrás le bordé la expresión LOL (Laught out loud) , todo hecho con mis propias manos. Y como ya dije antes, tengo unos converse negros que me van perfecto. Completé mi atuendo con una de mis gorras favoritas, una achatada con el símbolo yanqui en frente.
-¿Y bien...Que te parece el nuevo y mejorado uniforme de Kara Ferguson?
-¡Wooah! Luce genial, definitivamente te vas a meter en problemas.
-¡Gracias!—sonreí—Pero no me meteré en problemas, créeme. Tengo toda una defensa preparada, nadie puede castigarme.
Tomé la copia que tenía del reglamento del colegio, la metí dentro de mi mochila de minion y salimos hacia nuestro primer día de clases. Todos se quedaban mirándonos, más a mí claro, mi uniforme llamaba demasiado la atención. No me gusta llamar la atención pero menos me gusta estar igual al resto de las personas, así que, pues, tenía que asumir las consecuencias de mis actos.
Isa y yo estábamos en el mismo grado, a primera hora teníamos literatura. No tenía idea de donde quedaba el salón de clases pero como andaba con Isa no me preocupé por eso, ella si sabía cómo llegar.
Al fin llegamos al salón donde también se quedaron mirándonos...mejor dicho mirando mi uniforme. Algunos me decían que me metería en un gran lio por eso, otros decían que estaba genial y otros decían que estaba loca. Todos tenían razón, lo más probable era que me metiera en un gran lio pero nadie podía castigarme, no había faltado a ninguna de las reglas.
Cinco minutos después de nuestra llegada al salón hizo su entrada la princesita de papá, Liara; y sus dos lacayas, las barbies descerebradas, Hinga y Gerga. Estas últimas se veían horribles con el uniforme puesto, no tenían ni una sola curva, las pobres. Liara por el contrario estaba espectacular, tengo que reconocer que es hermosa, a pocas personas les queda bien ese uniforme. Claro, eso no quita el hecho de que me cae mal y no soporto su arrogancia.
Cuando hizo su "Entrada triunfal"—nótese mi sarcasmo— Puso su mirada en mí, sus ojos parecían analizarme. Yo levanté una ceja también mirándola, ella esbozó una media sonrisa y luego tomó asiento en la silla delantera del centro del salón. Isa y yo optamos por dos sillas laterales al lado de la ventana.
Todos murmuraban y nos miraban a mí y a Liara, no quise prestarle atención a lo que decían así que miré por la ventana. De repente dejé de escuchar los murmullos y volteé, un señor de más o menos la edad de mi abuelo entró al salón y colocó su maletín encima del escritorio. Todos lucían muy tensos, apenas se escuchaban las aves cantar en los árboles cerca de la ventana. Crucé miradas con Isa y tenía la misma cara de interrogante que yo ¿Qué diablos pasa? Pareciera que todos fueran mudos o estuvieran delante de algún monstruo.
El anciano de unos sesenta y cinco años o más, miró en silencio alrededor del salón a través de sus anteojos, sus ojos verdes parecían rastreadores. Su expresión se asemejaba a la de un felino en pleno proceso de caza. En este caso la presa definitivamente era yo. Sus ojos se fijaron en mí como si fuera a atacarme en cualquier momento, puso sus manos detrás de su espalda baja y caminó en dirección hacia mí.
Todos los chicos y chicas miraban en silencio a la expectativa de lo que iba a suceder. Yo estaba consciente de que tarde o temprano iba a provocar una reacción reprobatoria por parte de los maestros y autoridades del colegio pero no imaginé que me pondría tan nerviosa, ya sentía mi garganta seca cuando lo vi acercarse a mí de esa manera. Su expresión era demasiado intimidante.
-¿Señorita, cuál es su nombre?—preguntó con una imponente voz y su sofisticado acento inglés.
-Kara.
No sé qué me pasaba pero ese señor me intimidaba con su mirada y mi voz casi no salía. A penas se escuchó cuando dije mi nombre.
-Completo por favor.
Mi garganta estaba reseca y tragué saliva, poco a poco sentía como mis mejillas se ponían calientes.
-K-Kara Marie Ferguson.
-¿Podría decirme señorita Ferguson, por qué ha vuelto del uniforme de este colegio un atuendo de callejera?
En el fondo del silencio se escucharon algunas risas ahogadas de algunos estudiantes, específicamente de Liara y sus lacayas. Creo que no me molestó tanto que el maestro haya catalogado mi atuendo como "Callejero", lo que en realidad me irritó fue esa risita burlona que escuché desde el asiento que quedaba en primera fila en el centro del salón. No sé cómo tuve el valor para hablar pero algo dentro de mí se encendió de pronto como si fuera dinamita a punto de explotar. Y tratando de ser lo más respetuosa posible me defendí.
-Disculpe, Maestro—Me puse de pie reteniendo mi ira—En primer lugar, no llamaría mi atuendo de esa forma, eso sonó muy despectivo de su parte. Segundo, en mi mundo eso se llama "Estilo", cosa que por lo que veo usted no tiene—sus pantalones de tela fina color marrón y su saco gris encima de una camisa blanca, que tenía como único adorno un corbatín verde oscuro no tenían el mínimo toque de estilo—. Y en tercer lugar...Tenía que hacerlo, el uniforme de este colegio es tan aburrido que empiezo a bostezar tan solo de verlo.
Bueno, bueno, bueno...Otra vez mi bocota. Creo que necesitaba más tolerancia, aún era mi primer día, no debí decir esas cosas a ese maestro que claramente se le nota que es un ogro.
-¿Cómo se atreve a decir eso de su maestro y del uniforme de un colegio de élite como este? ¡Es usted una insolente!
Su cara se arrugó más de lo que ya estaba, su mirada se tornó más oscura mientras alzaba su voz que resonó de manera muy profunda en mis oídos, tanto así que hizo que mi corazón palpitara más fuerte.
-¿Qué? Pero si yo solo respondí a su pregunta.
¡¿Pero qué rayos le pasa a mi boca?! Actúa sola ¿o qué?
Cerebro, debes de mejorar tu relación con la lengua o nos meteremos en problemas.
-¡Silencio! Irá a la oficina de la directora en este instante, señorita. No permitiré que ridiculice este colegio usando eso y mucho menos que me falte al respeto.
-Usted ni nadie puede castigarme por usar este uniforme y en cuanto a lo que le dije usted...Nunca le falté al respeto, solo dije la verdad.
Utilicé un tono arrogante que no sé de donde rayos salió. Al paso que iba me ganaría el odio del maestro con seguridad. Todos alrededor mostraban cara de sorpresa, se quedaban con la boca abierta, parecía como si estuvieran viendo una película de terror. Solo faltaban las palomitas de maíz.
-¿Cómo dijo? ¿Me está desafiando?
El maestro arrugó su entrecejo y estábamos cara a cara...
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Estaba sentada en una silla, esperando pasar a la oficina de la directora, pensando en lo que había dicho... ¡Rayos! ¿Cómo es que mi boca suelta tantas estupideces? ¿Cómo me atreví a hablarle así al maestro?
Desde que el maestro Wesley—Así escuché que lo llamaron—me dejó en la oficina de la directora, la secretaria de esta no me quitaba la vista de encima. Me indicó que me sentara, dijo que había alguien adentro con la directora y que debía esperar a que se desocupara. Me miraba con desaprobación desde su escritorio. Yo por otro lado me preguntaba cómo diablos puede haber una nariz tan larga, parecía la madre de pinocho.
Mis ojos empezaron a recorrer el lugar, todo estaba decorado con un estilo antiguo y sofisticado, los muebles, el escritorio, los libreros y hasta la silla donde estaba sentada eran de madera, no se mucho sobre esas cosas pero creo que era roble...o tal vez caoba. En el lugar también había cuadros con retratos de la graduación pasada, los cuales tenían un borde dorado que le daba un toque elegante. En una vitrina había algunos trofeos, de futbol, esgrima, polo, arquería, ballet...Ese último me hizo recordar mi niñez y me sumergí en mis pensamientos...
El sonido de la puerta que se abrió repentinamente me hizo volver a mi presente. La directora se despedía cortésmente de un hombre que llevaba una cámara en la mano y un bulto/maletín colgando de su hombro derecho. Aparentaba estar entre los treinta y cinco y cuarenta años de edad. Su cabello era castaño, sus ojos eran de un azul claro, pero a juzgar por su atuendo era un sujeto sencillo. Llevaba unos pantalones jeans negros, una camisa a cuadros azul y usaba botas.
Escuché que la directora le agradecía por haber aceptado ser el fotógrafo de la escuela. Ella parecía muy contenta cuando se despedía y él se notaba un poco avergonzado por los halagos que le hacía la directora.
El volteó hacia mí y la directora lo imitó, pero ella abrió más los ojos mirándome de arriba abajo con asombro...
¡Oh, sí! mi uniforme, por eso estoy aquí.
-Buenos días—dije algo tímida. Mis manos estaban detrás de mí y jugueteaban entre sí.
-Buenos días—dijo él mostrando una leve sonrisa.
Aquel hombre terminó de irse y yo entré a la oficina de la directora.
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-Espero que tenga una buena razón para haber hecho esa atrocidad con el uniforme de este centro de estudio, señorita...
-Ferguson—completé su frase ya que ella no sabía mi apellido.
-Sí, Ferguson...Es su primer día de clases y ya está dando problemas. Espero que esto no se le haga costumbre, aunque algo me dice que la veré seguido por aquí—Leía una hoja de papel que le había dado la secretaria anteriormente y luego posaba su mirada en mi a través de sus lentes en forma de media luna— ¿Quiere explicarme por qué arruinó el uniforme de este colegio?
La directora tenía un tono de voz sofisticado y despectivo a la vez, toda una señora inglesa. Su traje marrón del mismo color que sus ojos, tampoco tenían sentido de la moda o el estilo, por lo tanto tampoco entendería.
Yo no era de las chicas que visten de diseñador pero estilo si tengo.
-Pues pienso que el diseño original es muy aburrido. Además no quería verme igual a los demás, los uniformes le roban la identidad a las personas.
Yo me mantenía serena pero mi tono voz desprendía cierto toque de arrogancia.
-Uhm, habla usted con mucha prepotencia –dijo en cierto tono que no comprendí— ¿Está consciente de que esto trae consecuencias, cierto? Claramente tendrá un castigo severo.
-Usted no puede hacer eso.
Crucé mis piernas y la miré formando media sonrisa en mi rostro. Tenía toda la seguridad de que no había faltado a ninguna regla del colegio y eso me daba cierto estado de placer interno.
-¿Está desafiando mi autoridad?
-No, lo que quiero decir es que no puede castigarme por lo que hice con mi uniforme.
Saqué una copia de la parte del reglamento que sustentan mis palabras y la puse encima del escritorio delicadamente. Realmente disfrutaba ese momento.
-Como verá usted señora directora, en ninguna parte dice que la chaqueta no puede ser decorada, solo dice que debemos usar chaqueta; la falda no esta tan fea, es pasable... por eso la deje como estaba y en cuanto al calzado solo dice que debe ser siempre negro y pues...Tengo unos converse negros—moví mis pies divertida.
Su rostro se tensaba y apretaba su mandíbula al leer. Por último noté como respiraba hondo y expulsaba el aire por su boca lentamente.
-Bien, veo que no puedo sancionarla por eso entonces, señorita Ferguson.
¡Buajaja, yo gano! Ella trataba de contener su enojo y yo sonreía descaradamente hasta que...
-Por otro lado, el reporte dice que también le faltó al respeto a un maestro. Así que por eso si será sancionada.
-¿Qué?
Al final mi bocota siempre arruina todo.
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Hola otra vez, espero que les haya gustado el capitulo tres...
Al parecer las cosas no salieron tan bien como pensaba Kara ?verdad? bueno, ese maestro tampoco debe ser muy agradable...
Para el próximo capitulo vienen mas enfrentamientos, espero publicarlo pronto.
Espero sus comentarios y que no se olviden de votar...
Ah, otra cosa. Debo ponerles un nombre a ustedes...Voy a ir pensando cual sera.
!Los veo en el próximo capitulo!
Att. Leny.
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