Capítulo 25- !No me gusta Adam!

Atravesé los pasillos llenos de chicos caminando en todas direcciones, tropecé con algunos y seguí adelante sin importarme mucho lo que dijeran. Busqué a la única persona que no me mentiría sobre Adam.

-¡Kael!

Vi a mi primo coqueteando con un par de chicas y lo halé por la bufanda que traía puesta.

-¿Oye, que te pasa? Casi me ahorcas—Se sobaba el cuello mientras yo rodaba mis ojos.

-No seas exagerado.

-¿Qué quieres?—Preguntó.

-Bueno, eemm—Rasqué mi cabeza sin saber cómo preguntar sin hablarle sobre lo que me confesó Patrick. Pensé un poco y al final solo hice una pregunta—Quiero saber... ¿qué opinas sobre Adam?

-¿Adam? Pues, es... ¿Lindo? –dijo confundido.

-No, eso no. Hablo de otra cosa...Es decir, ¿qué piensas de él como persona?

-Uuumm—Llevó la mano a su barbilla y se puso a pensar. Luego de unos segundos me contestó—. Adam esta algo loco pero es un buen chico, solo debes conocerlo un poco más para comprender su locura. Puedes salir con él si es lo que quieres.

-¿Qué? ¡No! Yo hablaba de otra cosa... —arrugué mi entrecejo.

Kael puso sus manos en mis hombros y me miró fijo.

-Kara, las personas hacen juicios sin saber cómo son las cosas realmente. Si quieres saber más sobre él deberías preguntarle directamente. Y si te gusta sal con él y ya, tienes mi permiso. Sería genial tenerlo como cuñado.

Rodé mis ojos. A veces no sabía si Kael era tonto o simplemente fingía serlo.

Como mi primo no tenía idea de lo que hablaba me dirigí a otra fuente de información segura, Chanyeol.

Entré a la biblioteca donde lo divisé estudiando muy concentrado.

-Oye, Chan...

Me acerqué a él.

-Apuesto diez libras a que quieres algo de mí —Cerró el libro que estaba leyendo y me miró hacer una mueca admitiendo que estaba en lo correcto.

-Solo quiero hacerte unas preguntas.

-¿Y qué me darás a cambio si contesto?

Abrí mi boca en forma de O.

-Que interesado que te has puesto. Te estas juntando mucho con Kael—Me senté a su lado y le hablé al oído—. Te diré que es lo que anhela Isa para navidad.

-Habla ya ¿Qué quieres?

Sabía que no se iba a negar con tan tentadora oferta.

-¿Por qué todos le temen a Adam? –Pregunté sin titubeos— ¿Cuál es la historia detrás de su dominio en el colegio?

-Pues—Me hizo señas de que me acercara más y en voz muy baja empezó a contarme—, se dice que Adam golpeó un chico hasta casi matarlo durante una fiesta. Y según los que estuvieron ahí tuvieron que agarrarlo entre cinco para que no lo matara a golpes.

Es una versión exagerada pero concuerda con lo que dijo Patrick.

-¿Por qué hizo eso?—Pregunté.

-Nadie lo sabe. Se dice que hubo un juicio y que algo pasó antes de que él golpeara a ese chico, pero el caso se mantuvo en secreto. Ya sabes, los empresarios no quieren aparecer en los medios de comunicación. Algunos dicen que todo fue por una chica, otros dicen que ese chico quiso abusar de Liara.

-¡Espera! ¿Liara? –Fingí estar sorprendida.

-Sí. La verdad es que nadie sabe qué pasó realmente para que Adam reaccionara así. Supongo que después de ver como ese chico era golpeado todos empezaron a respetarlo o a temerle, nadie se mete con él o con Liara.

-¿Y qué sucedió con el chico? –Seguí indagando.

-Se dice que Adam le rompió tres costillas y que duró una semana en el hospital. Nunca volvió al internado, al parecer se mudó a otra ciudad. Después que su casa se incendió creo que no tenía donde vivir—Yo analizaba todos los datos que recibía hasta que noté que Chanyeol me miraba extrañado— ¿Por qué estás tan interesada? ¿Te gusta Adam?

-¡YA BASTA! ¡¿POR QUE RAYOS TODOS ME PREGUNTAN ESO?! ¡AGH!

Desaparecí de la vista de Chanyeol muy molesta. No me gusta Adam, solo somos amigos ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?

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Llegó el lunes y estaba en clases de literatura con el maestro Wesley. La verdad es que no puse atención a nada de lo que decía, me mordía la uña de mi dedo pulgar perdida en mis pensamientos. No me podía sacar de la cabeza todo lo que me contó Patrick sobre Adam.

Por un lado pensaba en las veces que se vengó de mi por las cosas que le hacía; es cierto que es vengativo pero, por otro lado pensaba en los momentos que he pasado con él en el viejo teatro, la forma en que me comprende...Y se ha portado tan bien con lo relacionado a mi padre que no puedo creer que haya incendiado una casa.

-¿Señorita Ferguson?

Salí de mis pensamientos y me topé con el rostro adusto del maestro Wesley frente a mí. Creo que esperaba que yo dijera algo. Miré de reojo a Isa con la esperanza de que iluminara mi mente. El maestro volvió a hablar.

-¿No piensa contestar la pregunta?

¿Pregunta? ¿Qué pregunta? No escuché nada de lo que dijo antes, ¿Qué rayos habrá preguntado?

Miré de nuevo a Isa y me enseñaba su cuaderno a espaldas del maestro Wesley. Señalaba la palabra escrita y sus labios se movían indicándome que decir. Afortunadamente esa chica lista era mi amiga, sino estaría perdida.

Rápidamente dije titubeante la respuesta.

-A-amor.

El maestro Wesley pensó unos segundos y volvió a dirigirme la palabra.

-¿Entonces dice usted que el "Amor" es lo que más influye en los poetas a la hora de escribir?

-Sí, no, digo; el amor sin duda es una de las cosas que más influye pero...

-¿Pero que, señorita Ferguson?

-También el odio, la rabia, la ira, el dolor y la tristeza, son cosas que hacen que el escritor plasme en un papel sus letras. Creo que es como cuando bailas o dibujas...Dejas salir todo lo que tienes dentro para transformarlo en lo que llaman arte.

-Esa es una excelente opinión, señorita Ferguson. Muy bien, ahora vamos a continuar con la narrativa...

Estaba en shock, no podía creer que el maestro Wesley me haya hecho un cumplido. Sacudí mi cabeza y luego miré a Isabel para cerciorarme de que esa situación fuera algo real. Ella estaba tan sorprendida como yo.

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En esos días estuve muy confundida, no sabía que creer o no sobre Adam así que me alejé un poco y cada vez que podía lo evitaba. Él ya lo estaba notando, por lo que fingía estar más interesada en mis estudios. Aunque después de recibir un cumplido por parte del maestro Wesley ha hecho que me interesara más por la literatura.

-Hola, bebé.

-Adam...Hola.

Al toparme con él de frente me sorprendí bastante, eso hizo que no tuviera el tiempo suficiente de esquivarlo. Por lo que opté por mentirle una vez más para no estar con él.

-Oye, me tienes muy abandonado, ya ni si quiera vas al teatro a dar tus vueltitas...

Cubrí su boca con mi mano antes de que alguien lo escuchara y pegué su espalda de la pared.

-Oye, se supone que teníamos un trato—Le grité susurrando, mirando para todos lados.

-ujumajujajumnu

-¿Qué?

Recordé que tenía su boca cubierta y retiré mi mano para dejarlo hablar claramente.

-¿Entonces tengo que volver a chantajearte para llamar tu atención de nuevo?

-Sabes que no puedes hacerlo, también puedo revelar tu secreto en cualquier momento.

Crucé mis brazos y levanté una ceja.

-Vamos, bebé, te extraño.

¿Me extraña?

Dijo que me extraña, y eso me provocó un cosquilleo en el estómago. Es absurdo pero creo que yo también lo extraño. Extraño sus ocurrencias y las charlas de cualquier cosa que entablábamos en las noches en el viejo teatro.

-¿Y qué me darás si voy esta noche al teatro?

-Puedo darte muchas cosas—Movió sus cejas de arriba hacia abajo repetidas veces y yo rodé mis ojos.

No dije nada y solo me alejé sonriendo y ladeando mi cabeza de lado a lado.

En horas de la tarde, antes de cenar, estaba sentada al estilo indio en el mueble colgante de la terraza leyendo un libro, sí, un libro. He mejorado mis hábitos de lectura. No me pregunten por qué, ni si quiera yo lo sé.

A mi lado estaba Kael, quien de repente dejó su celular a un lado y empezó a hablarme repentinamente.

-He notado que estas un poco distante de Adam desde hace unos días.

-Es que...

-También sé que hablaste con Chanyeol sobre lo que pasó con Zack.

Dejé el libro a un lado y seguí escuchando en silencio. Él sabía que yo esperaba lo que tenía para decirme sobre eso.

-Kara, debes preguntarle a Adam de esto directamente. Solo él puede decirte lo que pasó esa noche. No te dejes llevar por rumores, Adam es un buen tipo. ¿Enserio crees que dejaría que se acerque a ti si fuera un criminal?

Las palabras de Kael realmente me tranquilizaron, Patrick debe estar en un error, lo más probable es que haya sido todo un mal entendido.

-Tienes razón, le preguntaré—Kael se levantó de su asiento y estiró sus brazos en el momento en que me invadió la curiosidad sobre algo—. Oye, ¿puedo saber cómo se conocieron tú y Adam?

-Aam, eso te lo diré después, tengo mucha hambre—Levantó su muñeca mirando su reloj y se le notaba nervioso—, uff, mira la hora y todavía no he cenado.

Y unos segundos después se alejó de mi vista evitando contarme como conoció a ese otro cretino.

Luego de cerciorarme que Isa estaba dormida me puse un abrigo y salí de la habitación para encontrarme con Adam en el viejo teatro. Cuando llegué ahí estaba él en uno de los asientos de terciopelo rojo. Me acerqué sigilosamente para asustarlo caminando en puntitas. Estaba a punto de sorprenderlo pero la sorprendida fui yo al ver que estaba dibujando una chica muy parecida a mí.

-¿A quién dibujas?

Adam se paró de un respingo ocultando el cuaderno detrás de su espalda.

-¡Kara! Me asustaste.

-¿Por qué ocultas el cuaderno?

-¿Esconder? Yo no escondo nada—Me mostró el cuaderno, pero cerrado.

-¿Ah, sí? Entonces enséñame lo que estabas dibujando.

-No, no quiero.

-¿Por qué? ¿Te da vergüenza?

-¿Vergüenza? –Bufó— ¿Por qué me daría vergüenza? –Rió.

-No sé, tú dime.

-No es vergüenza, es que aún no lo he terminado.

Caminó unos pasos, se sentó en uno de los asientos de terciopelo rojo y volvió a dibujar, pero ahora con una sonrisa maliciosa en pintada en su rostro.

-¿Enserio no me vas a enseñar?

Caminé hasta llegar a él pero otra vez me impidió ver el dibujo. Forcejeamos un poco y correteaba detrás de él pero no pude arrebatarle el cuaderno. Tuve que resignarme a esperar que terminara.

Y rezongando como niña pequeña tomé un cojín y me senté en el suelo del escenario polvoriento al estilo indio.

Mientras tanto me dediqué a observarlo; cada expresión, cada gesto que hacía al dibujar. La manera en que arruga su frente cuando se concentra y ese movimiento que hacen sus labios cuando trata de humedecerlos con su lengua. Parecía que su cabello se empeñaba en obstaculizar su vista pero a él no le molestaba, sin embargo yo tenía todas las intenciones de peinar ese mechón atrevido hacia atrás para ver mejor su rostro.

De repente su mirada se cruzó con la mía y me dedicó una sonrisa de esas que le hacen casi cerrar sus ojos.

-Terminé—Me dijo e instantáneamente me puse de pie. Adam se acercó a mí y después de arrancar la hoja del cuaderno me la pasó—. Tiene mi firma, así que cuando sea famoso podrás venderlo por mucho dinero.

Miré aquella hoja en mis manos y quedé absolutamente asombrada. Era increíble cómo me había dibujado tan bien. No podía hacer ninguna crítica, no era experta en arte pero podía admirar el trabajo de un gran artista.

-¿Te gusta? –Preguntó con una mirada expectante.

-Sí, me encanta.

Su rostro se iluminó con una amplia sonrisa que consideré como una de las más lindas que he visto en mi vida.

-Ven conmigo—Tomó mi mano y me arrastró con él—, quiero mostrarte algo.

-¿Qué? ¿A dónde? –Pregunté confundida mientras era arrastrada por él— ¿A dónde me llevas? ¡Adam! ¡Espera!

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