Epílogo
Él era fuego;
Un fuego que consumía, que ardía, que arrasaba con todo.
Arrasó conmigo. Arrasó consigo mismo.
Pero el fuego nunca se apaga, el fuego del infierno nunca deja de quemar, o arder. Su dueño nunca morirá. El diablo no puede hacerlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro